Un buen amigo.

A veces, aunque no siempre, veo las noticias en algún canal, no es que me agraden, pero de vez en cuando lo hago, más por curiosidad que por enterarme de las muertes diarias que nada puedo hacer para evitarlas, robos asesinatos, copamientos, están a la orden del día.
Justamente en un noticiero nocturno escucho un nombre que me hizo retroceder en el tiempo muchos años atrás, cuando contaba alrededor de seis años.
En esa época conocí a Gastón y nos hicimos muy amigos, en mi ignorancia pensaba que iríamos a la misma escuela, pero luego supe que él iría a un colegio pago ya que su familia era muy rica en cambio yo tuve que conformarme con ir a la escuela pública.
La verdad es que no me importaba a qué escuela iba, a mí me gustaba mi escuela, en ella hice muchos amigos y amigas, pero Gastón era un niño especial para mí, era dócil, alegre y juguetón y siempre con una sonrisa en los labios contagiosa.
Soy hija única y de padres humildes, aunque eso no me impidió tener una pública, pero buena educación que me llevó a tener un título universitario el cual ejerzo con orgullo.
Vivíamos por aquel entonces en una casa alquilada y teníamos una vecina que ni bien me conoció me quiso, con el permiso de mis padres solía llevarme a donde fuera, era una mujer mayor profesora de piano y según decían los vecinos, de la alta sociedad.
Cierto día Mildred, que así se llamaba esta señora me preguntó si quería ir con ella a un cumpleaños de la nieta de una amiga donde habría muchos niños y hasta nos regalarían un juguete a cada uno de los invitados y por supuesto dije que me encantaría.
Así fue que conocí a esta familia tan diferente a la mía, no mejor ni peor, simplemente diferente y allí estaba Gastón, primo de Yosi, la niña del cumpleaños.
Al ver que no conocía a nadie y me había quedado sola en un rincón, se acercó y me dijo su nombre y que lo acompañara junto a los demás niños que debíamos hacer una fila donde nos darían a cada uno un regalo por haber ido a la fiesta y festejar el cumpleaños de su prima.
Nos pusimos en una fila muy larga, la casa era enorme y la cantidad de gente impresionante y cuando llegó mi turno, la misma Yosi se acercó me dio las gracias por haber ido a su fiesta y me obsequió un juguete que jamás pude olvidar.
Una cocina con sus accesorios tan bonita que no podía dejar de mirarla. A Gastón le dieron una pelota con la que jugamos el resto de la tarde. Así nació una amistad como pocas, no sólo con Gastón sino con sus primos, Charrúa un par de años mayor y con India la que ya no era una niña, pero que nos alegraba debido a su simpatía con todos.
Luego conocí a sus respectivas familias que me invitaban a ir a sus casas cada vez que Mildred me llevara.
Eran personas mayores, muy estrictas y quizá debido a que siempre fui una niña juiciosa me aceptaron sin reparos.
Muchos cumpleaños y fiestas pasamos los cuatro amigos, pero Gastón siempre fue mi mejor amigo, éramos compinches y nos llevábamos muy bien, cuando alguna vez iban a visitar a Mildred, que era muy amiga de las familias de ellos, venían a mi casa, no tanto India ya que ella ya no estaba para andar jugando con niños, era la mayor y ya pensaba en muchachos mientras que nosotros sólo en divertíamos.
Y como todo en este mundo, un día sucedió algo que me separó de aquellos amigos, nos mudamos a un barrio muy alejado y aunque nunca los olvidé jamás los volví a ver, no era época de celulares ni redes sociales y había que conformarse, así eran las cosas.
El mundo siguió girando y nosotros creciendo mientras que algunos seres queridos se marchaban para no volver.
Siempre creí que Gastón se había convertido en un arquitecto ya que ese era su sueño, ser como su padre, pero la vida no le permitiría serlo, en algún momento de su juventud su camino tomó el rumbo equivocado, quizá como se suele decir, por las juntas y mucho tiempo después me enteré que las drogas habían entrado en su vida y no supo rechazarlas.
Yosi se recibió de doctora, antes de la muerte de Mildred, un día la encontré en la calle y me lo contó, una enfermedad contagiosa se la llevó siendo muy joven.
Charrúa también murió en un accidente cuando manejaba y chocara contra otro auto.
India se había convertido en una mujer solitaria, con muchas penas en el alma que ni siquiera todo el oro del mundo pudo sanar. Su padre era una persona mayor cuando ella nació y el mismo día de su llegada a la casa de sus progenitores, el padre la dejó sola toda la noche llorando sin permitir que la madre la atendiera, así surgieron los futuros traumas que la llevarían a apartarse de su familia y refugiarse en sí misma con toda la tristeza que eso conlleva.
Pero más triste aún fue enterarme del destino de mi amigo, Gastón salió en las noticias y no por nada bueno, había robado para poder pagar lo que consumía y nada pudieron hacer sus padres, al poco tiempo falleció.
Hoy al escuchar aquel nombre en el noticiero, recordé que a la vida llegamos con un propósito, pero alcanzarlo no siempre es fácil, culpar a alguien también es difícil, quizá el ansia de poseer más que los demás hayan llevado a aquella pobre gente rica a olvidar que, aunque sobre el oro, si falta amor nada puede resultar.

Omenia
22/10/2025