En un poema se salva cada día si empezamos de nuevo con versos en los ojos cuando miran al cielo. A pesar del olvido y la memoria aunque nos amenacen las penas y una historia se puede convivir con lo perdido. En un poema se salva de sí mismo el tedio del reloj confabulado con las incertidumbres del pasado Se salva del hastío el mismo sueño que recita sin voz sus ilusiones al ver salir el sol en los rincones colmados de penumbras y agonía. Y hasta de la locura y sus demonios se salvan los aromas de una ausencia cuando un poema entrega su conjuro.
Texto agregado el 10-11-2025, y leído por 8 visitantes. (2 votos)