Mirar hacia atrás después de tanto tiempo, no recuerdo exactamente cuando fue la última vez que perdí los papeles, retazos de lo que era, retazos de lo que soy, despojos de lo que seré.
El tiempo pasa sin apenas dejar huella en la percepción alterada de una realidad que no existe, mientras el espejo refleja lo que queremos ver y perdemos la noción de lo que ocurre más allá de nuestros secretos.
Mentiras, medio verdades que ocultan, que protegen todas esas heridas que nos han causado, que hemos causado...
Como si luchara por encriptar mis pensamientos, mis palabras, mis emociones simplemente por...
Miedo...
Miedo.
Y vuelvo atrás, encuentro esos papeles que había perdido, olvidado en un cajón que no abría, que no recordaba y encuentro...
Encuentro mi yo real, mi yo más puro, el que no sé escondía, el que se abría sin miedo al desgarro y me leo, si... Me leo como por primera vez, sin poder reconocerme,
¿Tanto tiempo ha pasado?
¿Existe algo más valiente que la inocencia?
Lloro, me desgarro, pero no como en mis primeras letras, me desgarro porque ahora ni yo me reconozco en ese espejo...
Y lloro. |