Una realidad alternativa de la vida celebra el presente,
dos que ven el mundo desde su perspectiva redentora
mundo satisfactorio que sin ser de nadie es de ambos,
en esa verdad que no precisa más de una explicación,
la razón que en su habeas corpus nos libra de la culpa,
tu y yo nos hermanamos en una armonía sin compás.
Nuestros encuentros y desencuentros sin salir del lugar,
con una mirada perdida o con ese roce descuidado,
en el estrecho espacio de nuestra mutua necesidad,
negando lo innegable, refutando argumentos vacíos:
... y si yo no te veo tal vez sea porque tú no me miras,
aprendiendo siempre a reinterpretar las evidencias.
Porque yo te quiero en el silencio de un beso matinal,
en ese cotidiano que nos llevó tanto tiempo construir,
en el reproche que no me atrevo a hacer a mi mismo,
en esta tu compañía tan cercana como tan distante,
necesito la voz callada de tus ojos, tan condenatoria, siempre tan atenta, hermana, fraterna y reveladora.
JIJCL, 13 de diciembre de 2025.
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