El doctor Eusabio Pasoña vestido de cirujano en proceso, desde una micro, ve a Magdalena en la calle. Cojea, no el doctor, sino Magdalena. El doctor le nota el cuello hinchado.

-¡Magdalena!- grita desaforado el doctor Eusabio desde una ventana de la micro.

Magdalena al no encontrar la fuente del griterío piensa que dios le habla.

-¡MAGDALENA A TUS AMÍGDALAS!- Sentencio el alocado doctor Pasoña mientras la micro torcía a la derecha derecho al estadio.

Magdalena siguiendo la orden divina corre a su casa en busca de un tenedor.
La operación fue sangrienta.
Pero al día siguiente se sintió mejor que nunca en toda su vida.
Al tercer día murió entre los muertos.
De tétano