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Se lo estaba cuidando vecina……
Por donde pecas pagas.

“Con el fervor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os tratan bien.

Opinión, ninguna gana;
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata,
y si os admite, es liviana”.
(Sor Juana Inés de la Cruz, de Redondillas, Fragmentos)

La ciudad nortina cada día recibe el sol a raudales. El rostro de la mujer muy moreno con esa mezcla de piel acostumbrada al sol y la ascendencia quechua o aymara y también de algún esclavo negro llegado a las costas del Perú hace centenas de años, más tarde llegaría algún ancestro a vivir en la pampa salitrera, así se fue dando esa mezcla de gente bella con ese color que soporta el sol y cuerpos que han soportado las explotaciones inclementes en las áridas tierras nortinas, gente de paciencia increíble ya que el ser debe armare de la calma necesaria para vivir en las soledades de los llanos calicheras.
Ella, Norma (negra que te quiero negra) lleva años en la ciudad, en la perla, vive en la zona norte allá abajo del gran ancla , pintada con cal en el cerro para anunciar a los barcos el lugar para atracar, faro diurno diría, símbolo que lleva tantos años viviendo en el mismo lugar que es parte del paisaje, también Norma la que allí nació y creció, fue al colegio, al liceo y no siguió estudiando, negra de esas que si se llaman negras, y una negra en el calido desierto, es inconfesablemente deseable, ¿será el calor del día el que llama a Eros? Y lo llama por parejo en mujeres y hombres, la Norma se convirtió en mujer a la que todos mirábamos con goloso deseo haciendo que se nos llenara de agua la boca y otras partes de la anatomía juvenil se alteraran.
Pareciera que el desierto genera deseos muchas veces inconfesables, no por ser pecaminosos sino por que la otra parte de los deseos ya está relacionada con otro ser, así que ese mandamiento que nos dejó Moisés cobra valor, pero, se manda al mismísimo carajo por inservible “No desearás la mujer de tu prójimo” suelo preguntarme y también confesarme ¿Este mandamiento como se expresa las féminas? ¿Pueden ellas desear al hombre de la prójima? Por que Moisés no habló de ellas sino de nosotros, al mismo tiempo, si las mujeres del prójimo siempre son las mejores. Pero, regresando a la negrísima Norma, ella nos hacía caer en ese pecado, y es que ella caminaba como bailando; si fuese colombiana, dirían que anda al ritmo de la cumbia, si caribeña, una mezcla de son y merengue, si en Bolivia lambada, para que pensar si fuese brasileña, sus caderas danzaban un ritmo pecaminoso, no por que ella pecase sino, quienes la mirábamos pecábamos ya que ella siempre fue mujer de un solo amor, ella nos decía, “El que mira sufre y el que toca goza”.
Un día cualquiera la Norma llegó al barrio de la mano de un ser extraño, bueno no tan extraño, sino que simplemente ella se enamoró de un hombre de rasgos asiáticos, “okito lacado” posiblemente chino, ya que muchos son los que pueblan los (disculpen la redundancia) los pueblos del norte, o japoneses de los que también hay y que son parte de todo el paisaje, personas que ya decía, se avecindaron en los años del salitre siendo tan explotados como los mismos chilenos así que no hay diferencias entre hombres del norte.
Se casó, y comenzaron a llegar los hijos, en la medida que pasaba el tiempo ganaba hijos y también kilos.
Transitaba la ciudad con la calma y conocimiento que le da el haber nacido en ella, así que no era raro verla en las playas de la ciudad y las cercanías, a veces me iba con ella a conversar y tomar más sol a la del Trocadero en el Barrio de La Chimba, le gustaba zambullirse en la poza de Los Frailes, pasado el año 73 en varias ocasiones me comentaba que sentía temor de regresar allí, que lo hacía por que era menos visitada por los turistas, que le asustaba ya que en muchas ocasiones ha oído que en la Poza reinan los cadáveres, muertos a los que les ataron pesados hierros para sumergirlos en la aguas y luego en el olvido, el pago que recibieron por haber sido partidarios del gobierno de Allende (mirando en los años, ella debe haber tenido razón ya que él Juez Guzmán reflotó rieles en los que estuvieron atados chilenos y chilenas asesinados en las costas de Valparaíso) hablaba con la rabia callada de los habitantes del país del miedo.
Y comenzó a trabajar, lo hizo en el hospital regional, allí llegó a laborar en los servicios administrativos, la negra (como le decíamos) dejaba la escoba cuando pasaba, su estatura concordaba con todo, con el color de los ojos y su cabello a veces suelto al arbitrio del viento y otras fuertemente atado en una cola, no era delgada, bien distribuidos sus kilos, su andar, bueno allí se iniciaban los celos de sus colegas femeninas, pero, nadie o ninguna de ellas tenía de que preocuparse, sus caderas se movían “como cordero mamando” (reza la canción nortina) pero, sus ojos eran ciegos ante las miradas y requiebros de los varones, tanto de sus compañeros administrativos ya que nunca acepto las ofertas de amor y menos de algún medico del hospital, aunque mas que nada querían horadar las carnes de la negraza, disfrutar de las humedades que oferenciaba la morena cuando movía su humanidad, y no lo hacía con maldad, lo más probable era que lo hiciera como acto subconsciente, pero, para uno, hombre que el desierto seca, quema haciendo circular un torrente de sangre hirviendo por venas y arterias, por lo que mirar ese húmedo pozo profundo lograba que los ojos se nos volviesen chinos y el cuerpo se endureciese.
Hablando de humedades y sudores pasionales, hay que ser fiel a la comprensión de los refranes populares y que por ser enseñazas siempre son valederas, duran tanto en el tiempo por lo mismo, eso de “Agua que nos ha de beber, déjala que pase por el laito” lo fui aceptando de a poco así que fui dejando correr el agua que la negra hacía circular manteniendo con ella una buena relación se amistad, cada cierto tiempo llegaba con sus ojos llorosos, alguna vez le pregunté y su respuesta fue de que “los hombres…..” (respuesta comúnmente utilizaba cuando las cosas andan mal en el matrimonio) ella al comienzo de sus penas no habló de los asuntos que la llevaban a llorar, pero en el tiempo se fue abriendo, primero con sus compañeras y luego compartiendo un café en un lugar de la Gran Vía me contó que hacia un par de años su japonés venía adornándole su cabeza, “si ya parezco guanaco Julio” me dijo, “Y…” - le digo con ojos inquisitivos – “ya parí cuatro chiquillos y además aún le amo, pero me trata mal” ¿Cómo? “Si, primero, con sonrisas me decía que me salían canas, y me las sacaba, yo pensaba que estaba preocupado, me las sacaba de a una, pero luego, derechamente me dijo que me ponía vieja” “luego, que subía de peso, hasta que lo cambió por CERDA”, “cuando esperaba al tercero, los viernes (varios en el mes) se quedaba en casa del hermano en donde hacían asados cada semana y según jugaban a la brisca” “yo, la muy tonta, le creí al inicio, no decía nada y me sentía bien ya que no me molestaba con sus ronquidos” “pero, a los meses, tu sabís que a mi cuando andaba cargando hijos en la guata se me aligeraba el olfato y al mes de que empezó a no llegar, de los asados llegaba sin olor a carbón ni a carne asada” “Así que un día le pregunte: ¿Tenís alguna china por allí?” “y tu sabís que ustedes lo mismo dicen” “ESTAS LOCA MUJER” “así que aumentó mis cualidades, ahora era, una chancha vieja y loca” “y el rosario siguió, vieja, loca, tonta, imbecil o sino, sus silencios orientales que duraban días y días, pareciera que yo era la culpable y merecedora de sus castigos”.
Luego de los sucesos del plan mariposa, abandoné la ciudad, obligado digamos, si al nano le sacaron cresta y media creyendo que era yo, chuchas, mi amigo se la comió solito, se las aguantó, no se rajó, una semana lo tuvieron maquineandolo con los “excesos de los subordinados”, (jajajajaja, hijos de la conchesumadre) electricidad en todas partes, submarinos, asoleos, pateaduras y otras torturas de las que nunca habló, alguno no resistió y habló de donde yo estaba estudiando y allí llegaron a buscarme, pero, no estaba en la perla me había ido antes, así que pasaron años antes de regresar por el norte, pero, eso de la tortura, dejémoslo para otro día cuando el presidente de a conocer para el común, los informes de la tortura. Lo que les contaba era lo de la Norma, negra que te quiero negra. Ella es la importante en este relato.
Una tarde que visitaba la ciudad, caminaba por la nueva ciudad, el sol de la media mañana me hizo llegar al coreo y sentarme en la Plaza de Armas, (me decía mirando el piso de la plaza tan embaldosada), “tanto que costó construir esta plaza y los jardines de la ciudad y ahora los siembran de baldosas y gris concreto, la tierra la trajeron desde Europa y América, el alcalde Poblete debe estar revolcándose en su sepultura, En esas meditaciones estaba cuando a mi lado se sentó una mujer a mi lado, no le presté mucha atención ya que mi mundo era otro, más florido y menos terrenal, de un instante a otro me da un pequeño codazo, “Julio”, me habla fuerte. Miro y doy un salto, era ella. Norma le digo parándome y abrazándola. Unos minutos de charla en la plaza para luego sentarnos en un local con una cerveza y un café en la mesa, la vida se vivió en una hora, o más bien se revivió, mis hijos y sus hijos, ella ya con nietos, con sus primer nieto de un par de meses, en ello es feliz, cuando habla de la nieta se le iluminan sus ojos, sonríe, cuenta de las proezas de la beba de dos meses, al preguntarle por su marido, no hay marido me dice, ¡como! Si, no hay, me cansé y lo mandé a la cresta.
Pregunté por los por qué.
“Amigo, putas, al final de la cosa, las sospechas que tenía respecto al chino que tuve eran ciertas, bueno, lo supe hace años, pero como otras veces pensé que era calentura por la mina que era mas joven que él. Al final le huevón se enfermó, cáncer a la próstata, si poh, cuando me contó, lo miré y le dije… “Por allí pecaste, por allí mismo pagai” y me largué a reír, con un poco de pena por él si, me miró trató de reírse pero fue mas bien fue mueca, aún seguía negando, pasaron unos meses y este se operó, le repararon su próstata, quedó bien, se fue él cáncer y con ello le regresó la vida y su vida eran las minitas o la mina, y como ustedes poh, mas joven, vivía cerquita, como a dos cuadras, la había visto algunas veces, me dije, este me las paga todas juntas, pedí unos días de vacaciones que me debían y me fui a Arica a visitar a la Ximena, ¿te acuerdas de ella? Mi hermana menor, no te hagai el loco si también le mirabai el culo, ella sigue igiual, no subió de peso. Lo dejé solo en la casa, le dije que iba por diez días, lloriqueó algo, pero, como cocodrilo, por que estaba alegre, debe haber pensado en la mina de abajo”.
“Si lo pillo en un renuncio me voy, no habrá perdón” y bueno acá estoy anulé mi matrimonio”.
“Me fui el domingo y me vine el viernes en la noche, llegue a las 5,30 al terminal, un taxi y a la casa, saqué mi llave y entre calladita a la casa, y al entrar al dormitorio lo veo durmiendo, feliz el hueonnnnnn, y como no si al lado estaba la mina de la otra cuadra”
“Me paré en los pies y les aplaudí, se puso rojo, verde y blanco, debe haber pensado que le iba a dar de balazos a ambos, Julio, nada, los miré y me reí”.
“Lo mejor de todo fue ella, jajajajajaja, se paró, con un baby doll, cortito, transparente y en pelotas poh amigo, si no era película gringa, allí los actores hacen el amor toda la noche y se despiertan con calzones y calzoncillos puestos”.
“Me mira y me dice”
“Norma, si tu marido esta enfermito, hace poco lo operaron, yo solo te lo estaba cuidando”



Texto agregado el 17-11-2004, y leído por 408 visitantes. (5 votos)


Lectores Opinan
14-06-2006 Muy bien, posee su trama ideal para el caso ***** SorGalim
13-05-2005 Hermosa narración peñi. ¿de qué se enamoran las mujeres? no lo sé. Pero si nosotros nos enamoramos de esas negras quellevan la vida a cuesta, lo bueno y lo sabroso, pero también la tragedia. Tal vez si hubiera bebido de esa agua, que es un regalo de chau nguenechen. usted sabrá como le dicen en el norte ¿tata? abrazos y estrellas newen
22-11-2004 Como saltas del refrán popular a la confesión intimista, al contexto histórico-político y a la talla. Saltas como es la vida, saltas. Emocionas, uno se humaniza. Un abrazote. libelula
21-11-2004 Una frase me sedujo como seduce Norma, "La otra parte de los deseos está relacionada con otro ser. tristana94
20-11-2004 Una belleza, bien . gatelgto
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