Me paso horas y horas pensando y dialogando con personas que puedan aportarme hechos objetivos, con relación a este mundo que agoniza por la tiranía humana.
El sentir humano ya no es suficiente para acabar con un problema, que desde el punto de vista objetivo de la ciencia es difícil de solventar.
No podemos hacer frente a tantas dificultades políticas, sociales y económicas.
Debemos pues, plantearnos el hecho de deshacer el mundo.
Desconocemos las verdaderas razones del comienzo del mundo tal y como hoy lo entendemos, con sus grandes estructuras, con todos sus organismos, con aquellos sistemas de comunicación que han pasado a ser meros números y letras; todo un complejo sistema de desigualdades, que quizás antes fuera más humano.
La pregunta está relacionada sobre si se debe cambiar este inestable mundo, un mundo frío e impasible ante los sentimientos, un lugar de éticas y morales poco fiables, un mundo donde la comodidad es costumbre.
Los cinco mil millones de personas que ocupan el planeta, plantean un serio problema de criterio.
Sin embargo, será la elite la que decidirá por ellos si ese adelanto es o no beneficioso, no para conseguir la supervivencia de la mayoría, sino para que las compañías y personas más poderosas del mundo, puedan seguir viviendo en sus cúpulas inalterables llenos de incesantes formas de ganar dinero.
Ya que nos es imposible combinar los aspectos tecnológicos con los puramente humanos, debemos aceptar una elección entre ambas, por el bienestar de nuestra raza, y esa podría ser: Deshacer el mundo, que desde el punto de vista lógico es imposible, no solo por el hecho de cambiar enormes estructuras valoradas en millones de pesetas, sino la mentalidad humana que hoy día, ya a las puertas del fin del milenio, es más intolerante que nunca