Recorro tu geografía desnuda y pasiva buscando, sin encontrar aún, alguna respuesta a mis caricias. Victoria al fin! cuando en todo lo alto comienzan tus pezones a sobresalir y un tímido gemído escapa de tus labios.

Sigues dormida y tus sueños se transforman cuando comienzas a recorrer el camino que minutos antes tracé en tu cuerpo con mis propias manos. Te miro y me siento orgulloso cuando tus manos recorren una y otra vez los trazos en tu cuerpo, como si quicieras perpetuar esa ruta de placer, pero en un momento tus manos cambian de dirección y sorprendido veo que algunos puntos en tu piel comienzan a iluminarse.

Intrigado, acerco un dedo para tratar de tocar la indicación que me haces, y apenas rozo con la punta de mi dedo índice tu piel y la luz se intensifica y un gemido mayor sale de tu boca.

Exitado comienzo a buscar sobre tu piel esos puntos y como choques eléctricos, tu cuerpo se estremece cada vez más y más culminando con un grito orgásmico cuando mi lengua toca el punto más intenso que apareció en tu cuerpo.

Buscas mis brazos y entre sueños me pides que nunca te deje. Te sientes protegida y yo te doy las gracias por la lección sobre tu cuerpo que me acabas de regalar.