TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / christian2170 / Extincion

[C:74840]

Ya casi oscurece y en el hospital el movimiento se empieza a hacer menor. Pero en mi sala la gente aun entra y sale, algunos lloran y otros vienen solo por que tenían que hacerlo, algunas caras están mas envejecidas y otras siguen igual, veo caras de toda la vida y algunas ya olvidadas. Amigos, familiares y enemigos juntos por un mismo motivo, hoy me muero. Poco a poco se va yendo del mundo un viejo mas, aunque en realidad no soy tan viejo, aun tengo sesenta y tantos, pero que importa, joven o viejo un muerto será un muerto igual.

La enfermera controla el suero, toma mi mano y mira el reloj, no siente ningún remordimiento por mi agonía, pero esta bien, ella debe estar acostumbrada a esto. Admito que siento algo de nerviosismo, pero es solo la tensión natural del momento, emocionalmente no siento a la muerte como un acontecimiento importante en mi vida, el típico olor a hospital y los murmullos han convertido esto en una ceremonia realmente desapasionante, a veces alguien me viene a ver y hace preguntas estupidas para la ocasión, como si necesito algo, o si tengo hambre frío o calor, a veces me visitan parientes histéricos que gritan y lloran, pero no son aquellos que estuvieron cerca mió durante mi enfermedad, son aquellos que se apartaron de mi cuando mas lo necesitaba y a quienes ahora les invade el sentimiento de culpa, no les guardo rencor, yo mismo fui desinteresado en la vejez de mis parientes en los momentos en que pude haber hecho algo por ellos. Extraño a esta hora a algún personaje que me venga a cobrar algo o que me haga firmar documentos que ni siquiera puedo leer, son buenas anécdotas para llevar al otro lado…, si es que existe semejante cosa. Pero mi falta de entusiasmo quizás no se debe solo a este instante, sino a la forma en que pase mi vida entera, no hice nada mas de lo que hace un mortal promedio, no inicie una revolución ni invente la cura a ninguna enfermedad, lleve siempre una existencia honrada pero mas no interesante junto a un trabajo estable y un estilo de vida sin mayores pretensiones, en consecuencia, nada que haya hecho será recordado y mi nombre pasara al olvido. ¿Es normal el haber sido normal?, esa es la gran pregunta, y es que si ahora no me siento cómodo muriendo como otro mártir de la rutina, significa que efectivamente necesité algo mas de lo que se me enseño como lo bueno, de lo que mis padres me presentaban como el modelo de vida de un hombre ideal; nacer, ser un niño educado, ser buen estudiante, tener un buen trabajo, tener dinero, una esposa bellísima y no muy inteligente, hijos ejemplares, los cuales a su vez tendrán hijos que continuaran el circulo. Es ahora, cuando la muerte me pasa la cuenta, donde siento la carencia de una vida apasionante.

De entre toda la gente sollozando en los rincones de la sala, se escuchan los pasos de alguien que se acerca, veo poco, pero distingo una sotana. Que fastidio.

- ¿Aun me escucha don Alejandro…?.
- Si…, algo.
- Sabe lo que le esta pasando (que pregunta mas necia).
- …Creo que me estoy muriendo.
- Bueno, es en estos minutos donde su espíritu necesita ser guiado y bendecido para recibir su destino final, os leeré el evangelio de…
- Padre…, una pregunta.
- Pregúnteme lo que quiera
- Los hombres comunes y decentes se van al cielo y se convierten en ángeles, ¿cierto?.
- Bueno… algo así, pero es de seguro que a los hombres decentes el señor los recibe en su reino.
- Y si todos los hombres buenos se van al cielo, ¿qué pasa con los que son aun mas buenos?, ¿o es que acaso algunos ángeles tendrán alas roñosas y arpas mas desafinadas que otros?.
- Es que…a ver…, ya tendrá las respuestas hijo mió, ahora reciba vuestras bendiciones.

El cura saca algo como un frasco y con sus manos me salpica la cara en agua bendita como si estuviera inaugurando un vil edificio, el agua helada se siente horrible, si pudiera pararme y golpearlo lo haría, pero por otro lado también lo admiro, por su fe el podrá morir tranquilo, mientras que yo sucumbiré agobiado por mis dudas existenciales y el peso de una vida mediocre. La culpa de todo esto es solo mía, jamás tuve la valentía para que las cosas fueran distintas, y no son los hombres comunes sino los valientes quienes rompen el circulo y viven para siempre, aquellos hombres que no le temen ni al fracaso ni a la soledad, ni al rechazo ni a la muerte, quienes finalmente construyen este mundo.

Cuando pensaba que no existía nadie sobre el planeta que perturbara mi derecho a terminar en paz, mis ojos se vuelven a abrir ante la aparición de otro intruso que cruza la puerta, mi ya escasa vista logra identificar una cabellera larga y negra que se me acerca de manera segura pero conteniendo el temblor del llanto. Sus dedos finos despejan mi frente y acomodan mis sabanas, tras un breve silencio y después de no observar ninguna reacción de parte mía, acerca sus labios a mis oídos.

- ¿Aun estas ahí papá?
- Que reconfortante tenerte aquí, pero mi final se acerca y cada vez existo menos, y lo único que desea un hombre que jamás a vivido, es dejar de existir.
- Solo vine a decirte que a pesar de lo apenado que te sientes y de lo infinitamente triste que me encuentro, donde vayas recuerdes lo importante que siempre fuiste y serás para mí y para todos nosotros, que tengo miedo de seguir adelante sin poder tener ni tu guía ni tu ejemplo, tu ejemplo de hombre decente, sin miedo ni al fracaso ni a la soledad, ni al rechazo ni a la muerte. Que vivo rodeada de codicia, egoísmo y maldad, y tengo miedo de que la gente normal como tu, que son quienes mantienen al mundo, termine por desaparecer y que con ello desaparezca todo aquello por lo cual vivimos, …adiós padre, hasta siempre.




Los últimos rastros del sol se disipan, el cielo se apaga, la tierra se ilumina y la agonía finaliza, Alejandro a muerto, quienes asistieron ya se han ido y quienes lloraron ya apenas lo recuerdan. Un viejo mas desaparece y todo sigue igual, ¿será indigno el morir sin haber sido un héroe?, o será aun mas indigno ignorar el que los héroes viven dispuestos a morir por nosotros solo debido a su valiosa capacidad de reconocer en lo cotidiano una razón potente por la cual existir y luchar.

Texto agregado el 18-12-2004, y leído por 142 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
29-12-2004 son tus palabras y no las mias (en todo caso....no?) _SLASH_
29-12-2004 lo lei , tan solo eso ........ esperaba otra cosa , pero esperar (se bien) es un error ...........me abstengo ........... al fin y al cabo con tua palabras y no las mias.............saludos . _SLASH_
18-12-2004 Hay cosas que me han gustado mucho y cosas que no. No sabría decirte. Lo releeré y te haré un comentario menos vago. LeoMendoza
 
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]