Y ahora....¿cómo le digo que el desierto se inundó y el bosque está seco?

¿Cómo le cuento que el día es noche y la noche día?
¿Cómo le explico que los sapos vuelan y los gatos brincan?

Eso no lo se, el retroceso no me hace pensar bien, los colores se fueron y todo está nublado.
Y ....¿qué tal si le robo al cielo los celajes de oro y las nubes de azúcar para poder tomarmelo todo?
No, no es buena idea, mejor acostaré temprano a mi alma, la cobijaré y le dejaré su leche en la mesita de noche, por si tiene hambre y yo me iré en el tren, lejos, tan lejos que se me olvide quien soy, pero, si le diré que vaya por ella, que está en la cama, enferma y adolorida y quizá entonces, me mire con amor, cuando piense que al fin, quedó dormida.
Podría ser que sus ojos al verla comprendan lo que siempre le quise decir, aunque, estoy indecisa, total en su árbol no me puedo subir, solo él puede estar ahi.
.....pero,¿ les digo un secreto?.... yo desde aqui abajo, ya sin alma ni cuerpo, lo puedo ver bien y se que sonríe al igual que sonrío yo.
Somos iguales y tan distintos.....él lo sabe y lo se yo, y lo saben las larvas y los gusanos y las hadas y los cuervos....
y también lo sabe Dios.