Palabras que recuerdan a Víctor Jara

Lo asesinaron.
Interrumpieron la clase
Lo sacaron a rastras de la universidad.
Lo golpearon los traidores
Los que se llenan el uniforme reglamentario de dólares.

¿Qué daño podría hacer un Profesor, un Músico?
¿Acaso eran tan letales las palabras y el canto?
¿Tan nocivas y perjudiciales las coplas?

Jamás disparó arma alguna
Nunca robó la propiedad del semejante
Y sin embargo fue tratado peor
que el más criminal de los delincuentes.
Lo torturaron
Lo vejaron
Lo condujeron al estadio nacional,
lo llevaron al graderío, en el que la lista de detenidos se iba haciendo más y más abultada.
Allí él aún se dio tiempo de escribir unos versos a manera de epitafio.

Lo mataron.
Su sangre manchó el verde de los pastos
La bandera de una nación
El corazón de Latinoamérica.
Cesaron su canto
Borraron su sonrisa.

Los esbirros se declararon triunfantes
y enseguida comenzaron su fiesta.

Lo mataron
Eso es cierto.
Pero aún así,
su guitarra se escucha valerosa,
rebelde.
Los acordes vienen
Y son temerarios
(Invencibles)

Ahora los esbirros son cosa del pasado.
La resaca poco a poco se va diluyendo.
Hoy. Un pueblo recuerda a su trovador
y cómo muestra de ello
le pone el nombre de éste
a su Estadio Nacional.

Latinoamérica aún en otras partes se desangra, pero por causas de este noble gesto,
tiene un poco de remanso...


Jano. 17/01/05