Si hubiese sabido que esta era tu última noche te habría envuelto en abrazos y te hubiese repetido una y otra vez que “siempre te he amado” como una nieta puede amar a su abuela.
Si hubiese sabido que esta era tu última noche te habría pedido consejos de la vida los cuales ahora necesito como nunca antes.
Fuiste un ser de los cielos que pasaste por esta vida regando amor. Aún tengo en la memoria tu rostro hermoso con ojos violetas que me miran con dulzura y de alguna forma siento que me dicen “algún día nos veremos”.
Y pensar que tu misma me dijiste que este era el “último día” y yo, sin darme cuenta siquiera, me dormí en tu regazo.
El día amaneció más gris que nunca y yo al despertar oí un grito horrendo que me anunciaba tu partida. Mi abuelo llora en tu lecho de muerte reclamando a Dios por que se la llevaste. El nudo en mi garganta aún lo siento al recordar esa mañana.
Quisiera darte miles de besos y decirte todo lo que te amo abuelita. Algún día espero hacerlo en persona así como lo he soñado estos 14 años.