TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / Mircea / Sin fin

[C:80622]

“Sin fin”

Llena de una gran impotencia, corrió hasta la ventana. La presencia del sol le decía que aún había tiempo, pero ella no deseaba entender. Regresó a esa posición en la que se había gastado la mayor parte del día.

Encendió la radio, pero los sonidos que percibía le rasgaban la piel. Permaneció inmóvil, con la vista perdida, y ahí, el sueño trató de invadirla, dormitó varios minutos hasta que un hormigueo en el cuerpo la sacudió. Abrió los ojos, acostada en el piso intentaba pensar, estaba perdida. Las horas transcurrieron y con la llegada de la noche, se despertó la ira que llevaba dentro. Ella sólo deseaba darle a su historia un final feliz, pero desconocía el significado de esas palabras.

Se dirigió al baño, necesitaba una ducha. Se introdujo vestida a la regadera. Abrió la llave y de pronto, una lluvia helada caía sobre ella. Sus células comenzaron a activarse.

Al salir, creyó estar más limpia y relajada, aunque no sabía exactamente lo que en realidad sentía. Se quitó la ropa mojada, secó su cuerpo y se vistió. Buscó las llaves. Guardó en su bolso todo lo que necesitaba.

Entró al auto y llevó consigo la seguridad que aún le quedaba. Al transitar por las calles desiertas, aceleró cuanto pudo, como si la vida se le fuera con la luz roja de cada semáforo. Decía tener miedo, desconocía su origen. Estacionó el auto, sacó de su bolsa sólo lo indispensable y lo guardó entre sus ropas. Tocó el timbre y de ahora en adelante ya no podía arrepentirse. Ya no había retroceso. Como era de esperarse, él, al verla no tardo en invitarla a pasar. Le ofreció alguna bebida, lo que deseara, sin imaginar siquiera los deseos de su invitada. Un poco sorprendido por la inesperada visita, él decidió iniciar una charla trivial. Por su parte, ella pensaba que había tiempo para eso. Tiempo, tiempo, el tiempo siempre había sido su enemigo; esta vez ella ganaría. En un loco impulso de terminar con todo, de improviso sacó una pistola y le apunto directo al pecho. Lo observó suplicar, el pánico se le reflejaba en el rostro, pero mucho no le importó. En ella no quedaba ni un rastro de piedad. Se oyó un disparo, un segundo después, él se desangraba en medio de la sala pulcramente aseada, manchando de rojo vivo el tapete oriental, obsequio de ella en la última festividad. De la boca de él emergieron frases entrecortadas. Sonaban, débiles, ahogadas. Ella, tímidamente se sentó a su lado. Tomó su mano ensangrentada y la besó, pero no había arrepentimiento en su alma. Se acercó más a su rostro, deseaba sentir la calidez que sólo esos ojos grises podían darle, pero en su lugar no sólo encontró tristeza y decepción, si no que esta vez, los acompañaba la sombra de la muerte. Sí, se reflejaba en su mirada. La vida se le escapaba en cada suspiro y en un abrir y cerrar de ojos ya no estaba con vida. Ella trató de hablarle, de explicarle que aún lo amaba, pero ya era tarde. Se dejó llevar por la desgarradora soledad que sentía, caminó a la cocina y sin encender la luz, buscó en los cajones un cuchillo, al encontrarlo, regresó junto a él. Y estando ahí, sin pensarlo, de un solo tajo se cortó el cuello.

* * * * *

Abrió los ojos, acostada en el piso, intentaba pensar. Estaba perdida.

La humedad que la envolvía la incitaba a perderse dentro de su mente y de pronto, una débil sonrisa se le dibujó en los labios. Después de tanto tiempo, su alma volvía a sentirse bien consigo misma.

Texto agregado el 20-01-2005, y leído por 147 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
10-08-2005 Mmmm un buen escrito, pero como si me has leído habrás notado, me gustan los finales menos esperados, gracias por esto. Un saludo. Keiji
 
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]