En esta fría mañana de invierno
lo que más me deprime es tu recuerdo,
tu silueta y tu forma de ser
son marcas perpetuas en mi memoria
y que tú nunca has podido ver.
Amor no correspondido...
Que triste es eso,
pero más triste es
la falta de tus ojos,
que son caricias que rozan mi cara,
tranquilidad que desborda mi mente,
felicidad que mi alma siente,
y aquel amor que no he conocido,
y que nunca he sentido.
Lloro como un niño
cuando recuerdo que no estás,
lloro como un adulto
cuando recuerdo que no me amarás.
Un día más que se ha ido
en el que no pude estar contigo.
Un día más perdido,
sin tu amor ni tu cariño.
Mi rezo es tu falta,
mi infierno mi soledad,
mi sueño eres tú,
mi esperanza es tu felicidad.
Felicidad negada para mí,
tristeza concedida como una gracia,
timidez que me ha alejado de ti
y me ha llevado a mi desventurado fin.
Por ti el infierno apagué,
mucho tiempo ahí perdido estuve,
para la felicidad poder ver
en tu suave rostro de papel.
Una sonrisa que lleves dentro
lo sería todo para este momento
ganaría algo más grande que el cielo,
un ángel bajaría y me tocaría,
y zozobrando nunca más estaría
moviéndome siempre de un lado a otro en esta vida,
porque, adentro de tu vida
amándote me podrás ver,
navegando junto a ti
hasta el fin de los tiempos por siempre estaré.
¿No puedes oír mi corazón?
¿Puedes sentir como necesito tu amor?
Quizás solo estoy gritando al aire,
como siempre yo, un miserable.
Me gustaría que estuvieras aquí,
a mi lado,
riéndonos de toda esta historia
en la que hemos actuado,
mirando al resto del mundo desde nuestro cariño,
mirando su envidia por nuestra felicidad de unos niños.
Nada es imperfecto a tu lado,
tu belleza es tu amor,
que irradias como una perfección
que cegó a mi pequeño corazón.
Lo siento, yo sé que fui
el culpable que no pudo decir
algo que cambiaria el futuro,
que nos pudiera haber dejado juntos.
Triste noche, mi corazón se encoge
los recuerdos de tu mirada,
aquella dulce y tierna mirada
es la que tiene a mi felicidad, aprisionada.
Mi triste y abatido corazón pregunta
pero mi mente no escucha,
no escucha el silencio ensordecedor
que es sufrir por amor,
ese amor tan puro
que sólo puede salir
de un corazón sólo como el tuyo.
Cada vez que encuentro tu dulce mirada
el mundo se convierte en nada,
mi corazón se estremece,
todos mis miedos desaparecen,
sólo tu hermoso ser delante de mí
irradiando ternura y comprensión
que sin ti este mundo ya no parece tener razón.
En el amor soy un niño
inocente, ingenuo y no conozco el camino,
Aunque mi corazón
por amor
sólo ha conocido el dolor,
y la eterna espera
de aquellas noches en vela
donde rondabas por mi cabeza
como una mariposa multicolor
libre en la naturaleza.
Sé que la culpa es mía,
de mi timidez y mis fantasmas,
del miedo y las falsas alarmas
pero tú llegaste más allá del injusto dolor
donde te quedaste, me alegraste y mi corazón robaste.
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Voy buscando tu mirada,
la encuentro,
y mis palabras de amor
en la timidez mueren ahogadas.
Entre la multitud te busco
tu mirada pasada,
aquella que perdió a mi tintero,
aquella a la que no pude decirle “te quiero”.
De nuevo en la luna tu mirada se refleja
y a mi corazón,
una noche de angustia más le espera.
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A la mala
mi corazón no se arranca
Eterna persona que se roba mi sueño
eterna mujer que se roba mis miedos
miedos que no puedo vencer.
Que doloroso es el no poder decir
El que yo te quiero
pero más que ese dulce veneno,
que es el amor
el que nunca venció y siempre perdió.
Quiero amarte,
Quiero pensarte,
Nunca quiero perderte
Ni siquiera por un instante.
Amor, amor de ojos,
Amor, amor de persona
Amor, amor de mujer
No sé si podré,
Podré conocer,
Podré querer,
Si podré mantener.
Maldito silencio que congelas relaciones
Como me gustaría romperte y poder admirar sus facciones.
Quiero algo que te saque de mis oídos,
De mi cabeza, de mi mente, de mis sentidos.
Toda la vida la tristeza me acompaña
Es la que a la felicidad arranca.
Como me gustaría gritar,
Sacarte, y nunca más callar
Esas verdades.
Silencio que pones tenso el ambiente
Y no puedo sentir lo que ella siente
No puedo sentir su hermosa mirada
Que ya no me dirige.
Antídoto no hay para mi destino funesto,
Donde estaré cuando tú no estés,
Inestable solo en mi mundo, yo creo
O donde no pueda,
Saber que ya no te veo.
No creo que sea capaz,
Adónde mirar cuando tú no estás;
Todo parece ir demasiado mal
Acompañado con la trágica soledad,
Lo que era hermoso parece desvanecerse
Igual que lo celestial de este mundo
A lo perpetuamente oscuro.
He de bajar mi vista para siempre
Ensimismado por lo poco valiente,
Rayando la delgada línea de la locura,
Nadando en tus recuerdos de frescura.
Al mundo ya no le hallaré sentido
Nunca más podré decir que he vivido,
Donde lo quise hacer alguna vez
En donde ahora, con tu eterno recuerdo
Zozobrando el resto de mi vida estaré. |