Eschuchaba al poeta..."Milonga de pelo largo, de ojos oscuros..." cuando entraron en mí casa "asaltantes con patente", salté, jugué, robé... pero no maté y nunca se me pasó por la cabeza. Luego crecí y aprendí, a sufrir; me dí cuenta que las historias de las películas eran sacadas de la realidad... también de mí realidad. Salté, jugué, robé... pero no maté y nunca se me pasó por la cabeza. Y ahora qué...llegar a viejo y que todo el mundo te dé la espalda. Jugué, grite, rogué pero nunca se me pasó por la cabeza matarme.

Yá mis palabras acaban y mi silencio vendrá, se olvidarán de que estuve y la canción será una más; más algo de ustedes dentro mío quedará, por bien compartido lo compartido por bien disfrutado lo disfrutado el momento que escuchó a este color cantar.

El buscaba la muerte pero no la encontró, miró el espejo y se perdió. En mis épocas de cambios, yo veo a los dos y me parece haber visto un ciclón... El espiral que nos tiene, yá los atrapó te deseo el sol y la noche desde mis flores de otoño y que la llúvia los empape, con el cáliz de lo eterno. Corre y búscala, piensa sin silencios todo es magía, olvidos y recuerdos de que se trata vivir... ver. Demos gracias, que no estamos vacíos; hay un poco de música, pero que bien suena...que la bruja no se olvide porque ella nos enseñó a través del deseo. La luna y la noche unió.

Una alegría sin fin era crear su destino desteñido por los días, con la lluvía como abrigo. El tenaz ambiente de una puerta de latón, la furia contenida en su pedazo de león. Los varios encuentros con su tiempo, con los mares y los fuegos trasegan su cara, empaña su rostro y con aros de acoso... él, busca timidamente la verdad. Se relacionan ocasos de distintos horizontes; se reflejan en el lodo. El busca todo y todo y nada encuentra /una bocina avisa la conclusión/ yá perdió las ropas de gladiador, yá a un metro del piso y a un segundo de su desaparición.