decir ahora que se decide callar
no oir del cuerpo la noche apagada

des-obedecer del tiempo su canción azul
(que hace circular la sangre a latigazos)

y extenderse hacia otros cuerpos
otras turbulencias

morir cansada de latir
detenerse como un reloj
caer en vértigo

reloj de tiempo varado
(sangrante mi costado filoso)

morir morir de nacimiento
en un mundo hecho para ser olvidado

que hiciste
con las palabras que guardabas debajo de tu lengua
mujercita que se desnudaba para la vida

musa desfalleciente
subida en un volcán en acecho

(como he de reconocerte dos veces
en el mismo espejo)

acaso has de esperarme intacta
a orillas del árbol que centrifuga el universo

detrás del festín de los gusanos
invitados a la fiesta del cuerpo


(o acaso o acaso o acaso)


yo soy la vestida de mujer
de harina
de campana

y tu eres la de pantalones cortos
haciendo llorar a las hijas de la Mariposa

así nos recordaremos
en el olvido

los cabellos tejidos por lentas arañas
la piel tostada marcada por los signos
los ojos vírgenes
decapitando sueños
y los pies subterráneos
sosteniendo discordancias

así nos seremos

semejantes a lo que nos quisimos
en las noches en las que lo único real era
lo imposible

así nos seremos
des-haciendolo todo de nuevo y de nuevo
para que el silencio sea

lo verdadero