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Dos mil años después otro cuerpo, misma alma...

Vive en Horcón Bajo en la comuna del Valle de Elqui una jovencita de 16 años. Margarita es tan alentá que al amanecer con el quiquiriqui del gallo gritón de los vecinos, ella se levanta contenta para hacer el desayuno a su madre viuda que trabaja de temporera en una viña y a sus dos hermanos chicos: El Pablo y el Gabriel. Despúes va al río y se baña con el agua fría y corriente, cuando se toca la piel, se rie a caracajadas de puro placer, mientras ese sol mañanero le entibia el cuerpo. Mientras tanto, en la cabaña de adobe, las dos camas donde duermen los cuatro, se airean. A la vuelta, ya fresca, hace las camas, ordena la casa, lava la loza y echa a gritos a los críos que se vayan a jugar por ahí. Cuando descansa un rato, antes de comenzar a buscar las verduras de la huerta y preparar el almuerzo, Margarita generalmente se sienta a la entrada de su casa de adobe y se queda mirando el cielo, de un azul añil brillante y las hojitas de los arrayanes reflejando el sol. La invade en esos instantes un extasis místico, como si la naturaleza entera la tomara y la hiciera suya, como si ella formara parte de un Todo. Sintiendo que la Tierra la contiene y la nutre.

Unos de esos días, en uno de esos momentos, fue que Margarita constató sorprendida que había un hombre de pie a su lado, un ser vestido con extrañas ropas irisdiscentes, que la miraba embobado con los ojos como dos lagos transparentes.

- ( Como antaño ) le dijo: Gracia plena.

Margarita extrañada creyó no oirle bien y le respondió ¿Qué cual es mi gracia?, Margarita, me llamo Margarita le contestó.

- Un saludo del Altísimo Margarita.

Algo en su alma le dijo que se estaba repitiendo un cuento viejo y que iba a tener un hijo espiritual antes que un marío. Como a estas alturas del partido no estaba para someterse a la voluntad de nadie por sobre la suya, decidió cambiar el guión y aunque cielos y tierras se estremecieran hacer lo que siempre quiso:

Agarró con ambas manos al Mensajero y le dió un beso jugoso, de los que su primo Miguel le había enseñado. Beso al que el extraño ser luminoso se sometió gustosamente. En la medida que el abrazo se iba calentando, las ropas perdían todo su brillo y el tipo se convertía en cualquier hijo de vecino con polera de algodón y pantalones de tela. Margarita entonces estiró un poco los brazos para tomar distancia y verlo mejor.

Era el huaso dorado que siempre había querido para marido pensó y sonrió satisfecha.

En una actitud discreta la tierra no tembló y el cielo azul se mantuvo con la estridente tonalidad de siempre por aquellos pagos.

Texto agregado el 02-02-2005, y leído por 278 visitantes. (7 votos)


Lectores Opinan
16-09-2006 Linda historia, tierna, discreta, sencilla, y también luminosa... aukisa
07-02-2005 Bellisimo. No quiero esuciar el text con un comentario tonto. Sòlo destaco tu talento! tiamatvampire
05-02-2005 Leído a simple vista es maravilloso, por lo menos para mí, por su inocencia, sencillez, pobreza y dignidad . Pero todavía es más maravilloso leído entre líneas por sus sugerencias, no sólo iconoclastas, sino bucólocas y enamoradas. azulada
04-02-2005 "No me toques con tu piel tus palabras que el corazón se me incendia de margaritas alborotadas". Caramba que me gustan las Margarita, tal como usted, si el verso de arriba es suyo, tienen algo de sabiduría popular antigua aun cuando sus aÑOS sean escasos, la joven niña, lo vio y lo besó, no hay terminos medios para acabar con un sueño, y como allí en el Elqui hay una buena conjunción de fuerzas, entonces no podría ver al enamorao de otra manera, pero, será ella quien determine el instante de consolidar y materializar, con ellas (margarita) no hay tutia como decía mi aguela. muy bueno libelula, muy pero muy regueno curiche
03-02-2005 Me da la idea que el tipo también pudo haber sido un ETE que deseaba contactarse con algún ser humano pero ella, no deseando ser protagonista de una historia extraordinaria, sólo quería un macho en su rancho para servirlo, que el le diera hijos, que ordeñara las vacas y cosechara las verduritas... gui
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