GATO LECTOR
Fábula

Quienes pasaban por fuera de la tienda de mascotas, se sorprendían ver un gato romano hojeando revistas con especial concentración.
Cuando le comentaban al dueño tal situación, este manifestaba orgulloso: – Yo le enseñé a leer –
Una revista de animales se interesó por el tema. La periodista interrogó al amo:
-¿Cómo le enseñó a leer a su gato?
-Le enseñé con el Silabario Hispanoamericano.
-¿Cuánto tiempo demoró?
-Como medio año.
-¿Podría hacer una demostración el gato?
-Inmediatamente.
El amo, puso al gato frente a una revista y este comenzó tranquilamente a hojear sus páginas, no sin antes observarlas de arriba abajo, antes de pasar a la siguiente.
Al ver que el gato sólo observaba, hojeaba y no pronunciaba palabra, la periodista manifestó:
-¡ Esto es un engaño ! ¡ El gato no sabe leer ! -
- Mire señorita, no he engañado a nadie. Yo sólo le enseñé a leer al gato. Jamás he dicho que el gato aprendió.
Hasta ahí llegó la entrevista, que jamás fue publicada.
La tienda de mascotas siguió funcionando con normalidad, hasta la noche en que un sorpresivo cortocircuito inició el fuego.
El gato advirtió el peligro, abrió la jaula de loros, buscó en la Guía el número telefónico de Bomberos, marcó cada uno de los dígitos y dejó que los loros pidieran auxilio.

No siempre es necesario pregonar lo que se sabe. Lo importante es saber que hacer cuando se requiere.

Román Villeg