TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / albertoccarles / Pedro y Juan (breve historia de una amistad)

[C:84567]

1.- El Saludo de Juan.


Juan camina por una calle del centro, y se encuentra de pronto con Pedro.
-Hola, Pedro, ¿Cómo te va?- saluda con alegre gesto.
Pedro continúa con un deambular de pasos largos y firmes, sin responder al saludo. Juan se vuelve y le da alcance; lo toma del hombro, obligándole a detenerse. Lo sobrepasa y lo mira de frente, a los ojos.
-¡Pedro!- exclama- ¿Eres tan distraído como para no oírme?
-No, Juan; te he oído perfectamente. Pero sucede que hoy no tengo ganas de responderte. Eso es todo.
-¡Ah, bueno...! Entonces, adiós. Hasta que nos encontremos y nos saludemos mutuamente- se despide Juan. Pedro desvía la mirada y, sin contestar, continúa su camino.


2.-El deseo de Pedro.


Pedro y Juan toman café, sentados en un bar, frente a frente. Entre un sorbo y otro de la humeante infusión, Pedro le dice a Juan:
-¿Sabes, Juan...? Tengo unas ganas enormes de acostarme con tu mujer.
-Pero, hombre- le responde éste inmediatamente-, no me lo digas a mí. Díselo a ella, o no se lo digas a nadie.
-Tienes razón- afirma Pedro. Terminan el café, miran el reloj del bar, Juan paga la consumición, y luego se despiden con un fugaz apretón de manos.

3.- El pedido de Juan.


Juan llama a Pedro por teléfono. Luego del saludo obligado, decide ir al grano y le pregunta:
-Dime, Pedro; ese dinero que te presté el año pasado, lo tienes ya?
-Sí, lo tengo- le contesta secamente Pedro.
-Bueno, porque resulta que tengo que pagar una deuda y no me alcanza el que tengo disponible en mi cuenta corriente. ¿Me lo podrás devolver?
-¿Devolvértelo? ¡Ah, no, tú no me puedes hacer esto! ¿Justamente ahora, que he decidido invertir ese dinero en un negocio interesantísimo, se te ocurre pedírmelo, así nomás, de buenas a primeras? No, decididamente no.
-Bueno, está bien. No quiero seguir discutiendo. Tú sabes lo que haces. Buenas noches, Pedro.
-Buenas noches, Juan-, y Pedro cuelga primero.



4.- El que pierde, gana.


Juan baraja las cartas; Pedro corta el mazo, y aquél reparte. Están jugando la última mano.
-Envido- propone Juan.
-¡Falta envido!- responde efusivamente Pedro. Juan acepta, y Pedro gana con un imbatible treinta y tres de mano.
-Te felicito, Juan. Has perdido. Toma los quinientos pesos-. Juan acepta el billete que le ofrece Pedro, y después aprieta la mano tendida de éste, mientras piensa que su amigo siempre resulta un buen ganador.


5.- En la librería.

Juan se encuentra con Pedro en una librería. El primero está a punto de comprar un libro, y el otro lo detiene.
-No, Juan; no lo compres. Ya lo he leído, y no me gustó nada. Como aún lo tengo, te lo presto, y si te gusta, te lo vendo por la mitad de lo que vale aquí, ¿de acuerdo?
-Bueno... muchas gracias- responde Juan, sorprendido por la súbita generosidad de su amigo. Para no ser menos, toma un libro que quería comprar, paga, y luego se lo entrega a Pedro.
-Toma, Pedro. Léelo, y si te gusta, te quedas con él y me compensas lo que gasté aquí. Si no es de tu interés, me lo devuelves, y yo te entrego algún libro que me gustó, a cambio de éste.
Pedro se rasca la cabeza con una mano, mientras contempla el libro que sostiene en la otra. No termina de comprender el arreglo. Salen a la calle, y caminan un trecho juntos. Al rato, Pedro vuelve corriendo a la librería, y cambia el libro que le ofreciera Juan por el que inicialmente eligiera éste.
-Toma, Juan-. Pedro le entrega el libro a su amigo.- Aquí tienes tu libro. Ahora estamos a mano, ¿de acuerdo?
-Bueno, si ti te parece...- responde Juan, y se despide con un gesto de su amigo, ya que no puede levantar la vista, clavada ya en la primera página de la novela.


6.- La muerte de la amistad.


La cuadra X de la calle X’, es testigo de que ha muerto la amistad que unía a Juan y Pedro. Se acercan, caminando en sentidos opuestos, y al encontrarse en la mitad de la cuadra, se miran un instante, y siguen su camino como dos desconocidos, dos habitantes cualquiera de una gran ciudad. Juan se vuelve, para contemplar el paso de dos hermosas pantorrillas, y Pedro hace lo mismo, para admirar una corbata que cuelga en el escaparate de una vidriera.

Texto agregado el 08-02-2005, y leído por 6762 visitantes. (5 votos)


Lectores Opinan
17-07-2005 Tal vez hubiera quedado mejor de otra forma. medeaazul
10-06-2005 Juan y Pedro. Pedro y Juan y un texto para reflexionar hacerca de la amistad, las individualidades, las ironías, o simplemente para disfrutar. Mi cariño y mis estrellas AnitaSol
17-05-2005 Lo volvere a leer porque algo me confunde doctora
21-02-2005 No he conseguido hacer "foco en este cuento. De apariencia sencilla cada cuadro nos está diciendo algo sobre la amistad, la generosidad, el sentido de la propiedad etc. Creo que lo que me confundió es el que hayas usado dos nomnbres tan banales que se confunden en su simplicidad. Si les hubieras dado otros nombres no hubiera existido el problema que cita maravillas. Un abrazo. NINIVE
11-02-2005 ¡Qué ganas tenía de leerte! Esta vez me dejas pensando, necesito repasar el texto para saber cuando Juan solicita y Pedro presta; y lo contrario. Ahora bien, el final del cuento lo aclara todo, a mi humilde entender: uno mira las piernas de una mujer; mientras el otro admira la corbata que se ha de poner ¿Para atraer a las mismas pantorrillas, puede ser? Jajajaja Mucho que reflexionar deja este micro. Un beso. maravillas
Ver todos los comentarios...
 
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]