La luz, en el balcón. Es como siempre.
Y todo es como siempre.
A veces parece que algo cambia, lo más importante. Realmente lo parece, pero no deja de ser como siempre.
Y aquí estoy ahora yo, con el estomago plenamente vacío.
Solo fumo, y solo quiero fumar. Solo quiero escapar.
Me voy andando. Mientras haya luz solar, claro.
Y me voy a donde no me conozcan.
No quiero conocer a nadie. No soporto estar loco. Claro que hay amor, pero incluso la locura es más atractiva.
¿Por qué iba a serlo? Porque siempre estoy loco. Menos cuando las cosas parecen cambiar, pero nunca cambian.
Los chicos lloran mucho.
No quiero que se haga denoche.
No quiero perdonar a nadie. Quizás tampoco quiera ser perdonado.
Solo huir, a un país donde nadie me mire jamás. Escribir la música que ya está escrita.
Dicen: Estás loco. Eres un cáncer. Eres un mierda. Yo no quiero serlo. Pero quiero estar loco siempre. El mismo coche, el mismo de siempre me lleva al desierto que atravieso por la carretera.
Suenan en la radio temas inmensos, y todo acaba en el viaje.
Cómo puede esa luz de mediodía, ese coche y tanta arena hacer de mí algo tan patético. Pero es el patético más dulce.

FIN


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