Aquí están de nuevo. Labios brillosos en su tangente humedad. Deshaciendo cualquier indicio de tranquilidad de mi torso, ahora desnudo. Desafiando las leyes de la piel, mi piel, con cada travieso recorrido de esa lengua que me hiere y me decolora. A tientas sigue su camino hormonal, con el panorama abierto a sus manos encuentra mis pechos y los enmela, los castiga con la terrible y perfecta temperatura de su saliva. Rodea. Paraliza. Más humedad y la atención de ellos, los escurridizos, los siempre dispuestos, los confidentes de su sueño, van de la mano con el descalzo frenesí de sus muslos. Sus muslos de velour y leche, sus muslos de témpano y de cobre, sus muslos de anfibia musa y sirena engreída. Sigue su camino caracolesco, llenándome de plumas cada rincón, cada hueso aplumado, cada beso emplumecido, cada dedo plumificado y cada gemido haciendo de mi cerebro una pluma suelta al mar. Más calor, más humedad. Densa neblina de deseo cubre nuestros rostros deformados por miradas rojas y penetrantes. Deformados por labios de bestias humeantes. Desencajados por una respiración confusa y acelerada, en este cuarto no hay mas sitio, solo para dos. Estas dos. Y sus dos también. Unidas por ese invisible lazo que yo se que siente cuando rozo los lóbulos de todo su cuerpo y las orejas de sus ojos.

Me oyes, te miro, te oigo, nos miramos y somos una sola columna disfrutando del paisaje tornasolado, venido a ámbar por tu luz y la mía. Cálidas. Celebro una guerra en tu pecho, trazando un dibujo en silencio y en blanco. Transparente trazo que me lleva desde tu corazón hacia tu boca. Dejo mi señal, mi huella de saliva marcándote como mia, mia, mia y mia. De ningún otro caracol. Este poste es mio. Esta tierra es mia. Es indómita, es indomable, es rebelde e indomesticable. Pero es mia. Mastico mas pólvora en esta guerra. Beso un pecho, beso el otro. No tengo poder de elección, quiero todo para mi. Mis ojos solo responden al rosado candor de tus dunas elevándose, creciendo, llamando a mi boca. Y ella te oye, y responde con fruición, con lujuria escondida. Te beso. Las beso. Mi obsesión entera: tu cuerpo sin dejar poro por mancillar. Sin emancipar. No hay noches largas, el tiempo no es aliado en esta batalla, ni en las demás. Ansiedad. Explosiones. No encuentro golosina mas apetecible que tu cintura espiralada concéntricamente con tu ombligo. Como ojos de locos. La rayuela de vellos que traza tu ombligo hacia mi casa: el camino que erizo y me eriza como animal rabioso. No tengo manos para ti. Tu olor que no deja de poblar mis fosas con cuerpos de ti, mil cuerpos de ti. Hacerte el amor, violarte, poseerte, encontrarte, mojarte, obsesionarte, tenerte, sexuarte, compenetrarte, retenerte, entregarte, amansarte, domarte, amarte. Cualquier verbo será usado en mi contra. Los he logrado todos.