Quizás esto sea ilegal. Estoy prostituyéndote sin tu permiso. Estoy haciendo de tu cuerpo un espacio público para todo el puerto que desembarca de mi hacia ti. Visito y toco tu puerta. Y a veces no pregunto, y tampoco visito. Violento. Atravieso. Me rompo en ti. Mi lengua encuentra su hogar y no quiere dejarse ir. Sabe que la dulzura siempre es mas dulce cuando se trata de tus paladares. Mis manos buscando tu espalda. Mis manos encontrándola y dejándose pervertir por el camino hacia el bajo desierto de tu sexo. Palpo. Anuncio. Me empapo y me libero. Descanso mis caderas sobre tu baja espalda, deseosa de pensar que atravieso más que tu carne y tus huesos. Ruge. Tus piernas temblando y yo quiero guardarlas en mis bolsillos para mas tarde engañar al estomago chupándolas. Paladar exhausto de placer. Tímido vientre mio latiendo y palpitando sobre tu rodilla.

Necesito – cons – tan – te - mente – que tu cuerpo sepa que el mio necesita ser asesinado por tus manos. Despedazado. Cortado en trozos. Atravesado. Desmembrado y vuelto a armar en mil piezas.
Tu cuerpo mi farmacia favorita.