Entré a la habitación a oscuras y sentí tu respiración aún agitada. Todavía siento la adrenalina recorriéndome. Todo fue tan rápido y tan violento que aún tiemblan mis piernas y mi espalda. Todavía estas ahí y no se como llegaste hasta este punto. Parecíamos uno ante todo, tú, me fascinabas con todo lo que hacías pero yo te sorprendía solo siendo yo. Cualquiera diría que fue maravilloso, espectacular y quién sabe que mas… pero se que solo fue algo que no repetiría jamás. Tuve miedo y aún lo tengo. Es como la niebla que arropa mi pasado, intangible pero sólido, simple e inexplicable. No puedo salir de esto. Aunque me ha unido a ti y lo agradezco. Por ahora me sentaré a tu lado a sanar tus heridas.