Hay momentos en los Gerardo se pregunta si fue una buena idea reencontrarse después de que todo se hubiera terminado. Pasaron varios meses en los que aquellos vínculos tan fuertes se fueron disolviendo y a medida que esto pasaba el dolor se hacia mas insoportable. Perderlo todo y para siempre. Entonces Gerardo llamo a Matilde y acordaron en verse de nuevo en Madrid. Tenia las manos llenas de fragmentos y se moría de tristeza. Se dieron una nueva oportunidad.

Sin embargo algo se quedo en el pasado. Hubo algo que no volvió con el reencuentro. Siempre permanece entre ellos un vacío. Gerardo piensa que fueron las cosas que no se hablaron, que no se pudieron hablar porque eran demasiado grandes, y en ocasiones trata de sacarlas y quitarles ese color oscuro y azulado que ya tienen. Cuando Matilde se acurruca a su lado, el carraspea y empieza a decir "Tenemos que hablar", pero al notar que ella se acurruca aun mas y va menguando, entonces simplemente cambia de canal la televisión y piensa que debe encontrar un momento mejor.

Hay momentos en los que Gerardo piensa que quizá otra vida le hubiera hecho mas feliz. Este pensamiento le hace sentir muy culpable y para alejarlo, baja por la mañana a la plaza, y compra un tulipán amarillo.