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(Érase una insignificante hebra de pabilo)

Estando joven La Tierra, Dios, llama a cuatro de sus partes elementales y les pide:
- Quiero que encuentren algo hecho por el Hombre para beneficiar a la Humanidad. ¡Debe resistir pruebas que los convenzan! Cuando lo hayan hallado, daré un regalo de mi amor a La Humanidad.
Ellos se ponen a buscar por todas partes y tardan muchísimo tiempo:
Agni, envía a sus salamandras a investigar en los volcanes y después de andar y andar; no encuentran nada hecho por el Hombre que resista al Dios del Fuego.
Varuna, Dios de las aguas ordena a sus ondinas y nereidas a rebuscar en los mares, ríos y nubes y tampoco hallan nada... ¡Todos los barcos hundidos están podridos! y las monedas ¡Están oxidadas! y por ellas... La gente... ¡Hasta roba!
Kitichi se va con sus gnomos y pigmeos e indagan debajo de la tierra y en todas las cuevas y tampoco descubre nada visible hecho por el Hombre que sirva a la Humanidad y sea valioso para el Dios de La Tierra.
Pavana, busca por los aires silbando y sus silfos y sílfides tampoco perciben nada que los deje satisfechos... El Dios de los vientos también se da por vencido...
Los cuatro, para no llegar fracasados ante El Ser Supremo, se reúnen para indagar dentro de cada persona lo que cada uno tiene en mente mientras trabaja y escuchan:
- Quiero tener poder – Este trabajo me lo producirá
- Quiero tener dinero para comprar de todo
- Quiero salir de problemas con mi trabajo
- Quiero ser inmortal a través de mis obras, quiero ser famoso...
- Quiero perder el miedo si realizo bien mi trabajo
- ¡Quiero...!
- ¡Quiero...!
- ¡Quiero...!
- Todos están llenos de un gran egoísmo y nadie piensa en beneficiar a los demás – dice Agni.
- ¿Acaso no hay nadie que trabaje en bien de otros? – Pregunta Varuna - Hemos ido a todos los pueblos y llevamos miles de años buscando sin hallar nada.
- ¡Sigamos buscando! - Vamos a aquel pobre pueblito donde está esa viejita que canta mientras trabaja – Señala Pavana - Hila y ovilla cantando:
- “Qué importante es el hilo que tengo. Porque cuando lo tejo se me van las penas, con él me mantengo cuando lo vendo. Y al que lo use le dará la cena. Mi hilo tiene una gran misión y no es para hacerme un camisón. Ninguno sabe que es muy importante, le sirve a los sabios y a los ignorantes; El hilo que tejo les quitará el frío, los hará felices como el día mío“
- ¿Por qué cree ella que ese ovillo es necesario para la gente?
- A mí no me sirve... No creo que resista un segundo dentro de un volcán, de inmediato desaparecerá y su importancia morirá con él – Y El Fuego decreta: - ¡No sirve!
- Es demasiado largo y fino y se enreda fácilmente. Si intento levantarlo para hacerlo volar no encuentro por donde soplarlo, no tiene un buen cuerpo. Por lo tanto, mi veredicto es que no sirve si no puede volar- Sentencia El Aire.
- Se pudre porque agarra agua como esponja, no puede nadar, no puede flotar y se hunde ¡No sirve! – Condena El Agua
- ¡Es inútil! Si se entierra no tiene nutrientes para las plantas con las que sustentamos a la gente. No sirve para producir alimentos y nunca se convertiría en un árbol no es brillante, no cristaliza ¡Es un inútil!- Dice La Tierra...
Cuando están juzgando al pabilo; llega un niñito llorando porque no puede jugar ni hacer volar su papagayo. La viejita mide unos metros de hilo y se los da al nietecito... El niño, amarrándolo a su “petaca”, sale corriendo. El hilo se eleva por los aires llevándose al volantín mientras el niño corre, juega feliz y ríe
- ¡Mira abuela! ¡Ahora mi cometa puede llegar hasta el cielo gracias al hilo que me diste! Mira como brilla, la verán de todas partes... ¡De noche parecerá una gran estrella!
El viento, soplando feliz, expresa:
- Ahora lo respeto porque el hilo es capaz de volar... ¡No debí haberlo despreciado! Además, al desenredarse, con él ella teje redes... telas... y encajes...
Mas tarde, pasa un viejo pescador preocupado y le dice a la anciana:
- Ya no tengo comida para la familia, los peces no llegan a la orilla para atraparlos.
Ella corta un largo pedazo del sedal y se lo amarra a un anzuelo. El pescador se va a pescar y pesca abundantemente... Al regresar, el hombre entra feliz a su casa y dice:
- Tu hilo me ayuda a alimentar a nuestra familia. Gracias te doy por tu gran ayuda y haber pensado en mi necesidad, podremos darle también pescado a los peregrinos.
- No debí haberlo condenado tan pronto, ahora me retracto, realmente el Hilo ha vencido las limitaciones impuestas por mí... ¡Tiene mi aprobación! ¡Es muy importante! – rectifica Varuna.
Mas tarde, el hijo de la anciana, plantea:
- Vamos a perder la cosecha... Las plantas están tan cargadas que los frutos se pudrirán sobre el suelo por el peso...
La madre corta un gran pedazo y se lo da: él corta unas estacas, levanta las plantas, y las amarra con el hilo mientras dice:
- Gracias al Hilo que tejió mi anciana madre se salva la cosecha...
Los dioses miran a Kitichi quien expresa:
- Yo también me retracto. Gracias al Hilo, habrá mejores cosechas; por mí, se hubiera perdido... realmente, el hilo me ayuda a producir mejores alimentos. ¡Lo reconozco como muy útil e importante! También sirve para trapear y limpiar la casa, gracias al agua que acumula al mojarse.
- Pero ya casi se le ha acabado y yo no le apruebo – dice Agni - solo queda un pedacito... Tengo razón ¡Es perecedero! El hilo no es eterno como nosotros, pronto se acabará, ya esta viejecita dormirá y no tejerá más por hoy... Esperen... ¿quién es ese que se acerca a la anciana?
- Señora – dice el joven – Mi esposa está por dar a luz y se está haciendo tarde, Todo está oscureciendo y no tenemos con qué alumbrar el lugar donde pasaremos la noche, ya tiene dolores de parto.
- Solo tengo este pedazo de hilo y... – dice la anciana
- Yo tengo esta lámpara con aceite, solo le faltaba la mecha – abrazándola, después de cenar - ¡Gracias a su hilo mi hijo no nacerá en la oscuridad!... ¡Gracias también por la cena para llevarle a mi esposa.!
Cuando Agni ve que el hilo durará toda la noche iluminando el pesebre donde ha de nacer el niño dice:
- Realmente este material es lo más importante que ha hecho alguien para beneficio de la Humanidad. ¡Y pensar que lo habíamos juzgado como insignificante!.
- Esta señora ha reivindicado las obras hechas por la gente y por ella, La Humanidad se ha hecho digna de que envíe a Mi Hijo a morar entre ellos – dice Dios.
Es esa la razón por la cual Ese Niño, al crecer, elige a los pescadores, siente preferencia por los niños y se le llama “El Sembrador”. El es La Luz de la Humanidad que pide que mantengan el aceite en sus lámparas, podría haber una viejecita esperando con un pedacito de hilo para que nazca en tu corazón el mejor regalo de amor que Dios nos ha dado ¡Su Hijo!.

Texto agregado el 01-04-2005, y leído por 598 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
14-10-2005 Bueno, yo no creo en dios, pero me ha parecido un cuento precioso, y muy ingenioso lo de la lampara de aceite, no crei que el cordel pudiera vencer al fuego, ha sido una sorpresa como lo has resulto.......te felicito por tu sencillez....ingeniosa.. silpivipiapa
07-04-2005 Vaya imaginación... También con ese hilo hicieron las redes que los hicieron pescadores de hombres? campesina
 
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