TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / Emperatriz / En el parque

[C:98829]

EN EL PARQUE






Aunque no muy grande, es un parque hermoso. Un césped tupido, fragante, como recién cortado. Arboles enormes, gallardos y rebosantes de vida, igual que aquellos niños que riendo, dan vueltas y vueltas alrededor de la pileta. Sus rostros se asemejan a los de los seis ángeles que calladamente los protegen desde el centro de la fuente de agua. Sin embargo, me pregunto si acaso dichos seres celestiales no sentirán envidia de estos otros, terrenales, que pueden correr, transpirar, caer y volver a pararse para continuar con sus agitadas carreras.
Tras observar maravillado los juegos de los niños, siento una necesidad urgente de abandonar la plaza. Un extraño miedo me envuelve, como si fuera un presentimiento. Intento razonar y oponerme a la sensación. Me acomodo en uno de los bancos cercanos al grupo de infantes. Podría haber elegido cualquiera. Todos están vacíos. La verdad es que las únicas personas presentes en el lugar, aparte de mí, son esos muchachitos. Me intriga saber por qué los han dejado solos. Son de corta edad. Algún adulto debería estar con ellos. Nunca se sabe lo que podría ocurrir.
Tengo sed. Demasiada. Miro alrededor, pero no se ve ningún negocio abierto como para haber comprado una cerveza. A decir verdad, no se aprecian construcciones en torno a la plaza. De seguro por la niebla. Qué peculiar. La tarde estaba soleada. ¿Cómo es que de pronto se ha puesto gris? Un misterio. Pero a los niños no les importa. Siguen jugando. Y ni siquiera se ven cansados. Sus risas parecen gorjeos.
Concentrados en su alegría, ni siquiera se percatan cuando me acerco a la fuente para beber un poco de agua. Está fría, y tiene un singular sabor dulzón. Miro a los ángeles. Poseen cuerpos regordetes y cabellos rizados. Esbozan una sonrisa. Sus ojos, sin embargo, están vacíos. Sólo son una cuenca blanca, el mismo color de sus figuras.
El miedo de nuevo. Tiemblo. Observo. Pero nada ha cambiado. La escena sigue siendo perfecta. Vuelvo a beber más agua. De pronto, un grito. Giro y descubro que uno de los menores ha caído, y su boca sangra profusamente. Pero es valiente, no llora. Sus compañeros, ahora quietos y mudos, lo escrutan extrañados. Me llama la atención que ninguno se acerque, ni siquiera el más grande, que debe tener unos siete u ocho años. Con la responsabilidad de ser el único adulto del lugar, me aproximo al pequeño, que atemorizado echa su cuerpo hacia atrás, como queriendo evitar el contacto. Me mira con desconfianza. Sonriendo, insisto. El niño entonces también sonríe, y permite que lo examine. Tiene un corte en la encía y otro en el labio.
-¿Te duele?- le pregunto.
- Como a ti- me responde con suavidad.
- ¿Cómo a mí?
El pequeño asiente y vuelve a sonreir. Limpio su boca hinchada con un pañuelo. Ni un quejido sale de ella.
- Es que a veces no nos damos cuenta que tenemos una herida- explica.
- Pero yo no tengo ninguna- contesto.
- Algunas no se ven con los ojos- señala.
- No entiendo qué quieres decirme.
- Nada. Sólo soy un niño.
- Ven, enjuágate con un poco de agua- manifiesto, ayudándolo a incorporarse para llevarlo a la pileta.
Mientras lo auxilio, me percato que sus amigos han desaparecido.
- ¡Qué compañeros!- exclamo.
El zumbido de una sirena acercándose me sobresalta. El terror comienza a apoderarse de mí nuevamente. No entiendo por qué. Mi mente no es capaz de visualizar motivos. Trato incluso de recordar qué estoy haciendo en este parque y no tengo idea. Pero qué importa. De pronto, y mientras el ulular de aquella sirena retumba en mis oídos , me doy cuenta que el pequeño ha huido también. Quizás fue en busca de su hogar. Hogar. Hace tanto tiempo que no pronunciaba esa palabra. Huele a cariño, a confianza, a paz. A la paz que me invade estando en este lugar, junto a esa fuente y sus estáticos ángeles. Los miro. Pero qué curioso, ahora sonríen sólo cinco de ellos. El sexto aparece serio, y de su boca, corre un delgado hilo de sangre, que tiñe el agua y la blancura de su cuerpo de mármol.



FIN

Texto agregado el 11-04-2005, y leído por 145 visitantes. (6 votos)


Lectores Opinan
12-09-2005 Me encantó. Tiene un aroma misterioso, muy bien abordado. robin05
06-09-2005 Diferente, original y bien contado con un final abierto (A mi entender) Un saludo de SOL-O-LUNA
06-09-2005 Interesante. Me sorprendió el final, es muy bueno. Jacobo-Perez
30-08-2005 Hermoso, sencillo, claro, puro, limpio mis estrellas corazonpartio
26-08-2005 Muy buen final, pero la historica no acaba de quedar clara. El desarrollo, magnífico. Con tensión. robin05
Ver todos los comentarios...
 
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]