| Necesito una cosa, sólo una, una nada más.Créeme, no soy exigente.
 Tu atención capté.
 Y no sólo eso, también te agradé.
 Y cual fue mi suerte, que después de un tiempo, hasta te gusté.
 Te veía lejano, amor imposible.
 Y sin un motivo, logré tu cariño.
 Tú me conocías, mejor que yo misma;
 eso me cautiva.
 Crecía la confianza que había entre los dos,
 y aún más grande, mi amor se volvía.
 No pude creerlo cuando me dijiste que también me amabas.
 Y lo has demostrado.
 Eres justamente lo que me hacía falta.
 Y conforme pasa, uno y otro día,
 me entregas sin dudas, más tu corazón.
 Con palabras, besos, y con tus miradas;
 me dices sincero lo mucho que me amas.
 Me lo has dado todo, te entregas al cien.
 Ahora necesito, sólo una cosa, solamente una.
 Que llegues un día, y digas te amo,
 como nunca has hecho:
 estando conciente, de que a quien le dices,
 no es la que quisiste cinco años atrás;
 que no es aquella a quien adoraste,
 pero no lograste sus labios besar.
 Que tienes en frente, a un alma distinta,
 que te ama de veras;
 y no que lo digas viendo en mí encarnada,
 tu oportunidad perdida hace tiempo atrás.
 
 |