Versos Post Mortem

Noche:
Diáfana, fría, equinoccial de invierno.

Hermosa:
Luna alba, flotando grácil la mar estrellada,
nadando lejana, majestuosa Diosa Platinada.
Una pluma obsidiana nace del silencio sepulcral,
gira muy lentamente y se clava en mi costado.
De ahí, nacen ríos sangrantes, obscuras gotas,
calientes, viscosas, como reptil salado retorciéndose,
quemando mi piel, con ácidos, tatuajes malditos.

Dolor:
Doctor anatomista negro, bisturí eterno ,
diseccionando la noche de mi alma muerta.

Locura, Muerte:
Solicitas damas, enfermeras sardónicas,
libélulas etéreas, frágiles, de manos aceradas,
que a ratos parchan con gasas esta razón enferma,
que se le escapa al tiempo y se abraza al hielo.


Vigilia:
Que te diluyes en mi metamorfosis obscura
sigo ya el a-b-c lejos de los ojos de Dios,
abracadabra, ritual maligno, piel de pecados,
Gitano maldecido, destino caminando el barro.
Mariposa de las penumbras, alas negras, podridas.
Nocturnidad que te vas dejándome desnudo,
con huesos blancos, y músculos sangrantes,
tan sólo ya un cultivador de flores obscuras,
de afiladas espinas que vomitan oscura hiel...
Quedando tan solo, un Príncipe sombrío, negro:
¡ despidiéndose de su última sensatez, cordura!


Hoy :
¡ como no llorarían mis melancólicas letras!
Si ya no seré jamás el que fui (humano).

Versos Pos Mortem:
Germinado tristes, sí. Grises entre soledades.
emanados de una entraña fría, sola...muerta.
Corazón que en vida alimentaban tus ojos
(amada mía),
hoy vueltos lejos, distantes, rencorosos.

Corazón que ayer, vivo:¡ fue el mío! Ahora:
¡Besa la tumba adornado con tus flores de olvido!





El Príncipe Negro. 2005-12-23