Nací en una modesta vivienda dentro de una gran urbe la cual me albergo, de niño escuche disparo, gritos, patadas y escupitajos que corrieron junta a mí mientras crecía, los años fueron volando como aves que emigran de un lugar, mis gustos y mis simpatía por cosas tuvieron un vuelco, la música estridente revolucionaban mis oídos, nació el gusto por el heavy metal, crear propias bandas, tocar la propia música crear un propio sueño, pero esto quedo en un punto de descanso ya que los estudios eran primordiales para ser alguien en la vida, la barbilla creció y con ella vinieron los primeros trabajos, el primer sueldo, las primeras adquisiciones las primeras responsabilidades, fue un tiempo de sacrificios, de aprender a crecer al ritmo de este Santiago, de sus calles, de sus mujeres, de sus bares, peleas, discusiones, atropellos, asaltos, maldiciones, de noches llenas de migraciones, Santiago como un padre me enseño a caminar como un ciego en un campo minado.
Los días pasaron el jovencito creció y fue adulto, conoció el amor por unas mujer, el Dolor por la pérdida de su padre, el odio por la poca piedad de sus vecinos, se convirtió en un trasgresor de leyes rebelde sin causa, un día tomo una brújula y se dirigió al camino el cual aceptó, un buen trabajo le apoyo, para aventurar por tierras conocer nuevos mares, respirar nuevos aires. Con el paso conoció nuevos labios, pero como un amor frustrado dejo roto el corazón jamás acepto a nadie en su corazón, ahora solo espera que el tiempo cure está herida para salir a navegar nuevamente, los consuelos son solo líneas y frases que transcribe en algún papel, para que alguien lea su historia y se acuerde de él.