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Inicio / Lista de Foros / Literatura :: Retos y Concursos / Concurso del 14 aniversario de la pagina de los cuentos. TEXTOS RECIBIDOS - [F:16:12405]


COpacampeon,13.08.2012
1.
“La serpiente voladora”
2. “Un año más”
3. “Tocando la perfección con la punta de los dedos”
4. “Quien es el olvidado”
5. “Así se crea un desierto”
6. “El texto del siglo”
7. “¿Bendición o Maldición?”
8. “El Lejano”
9. “Nuevo Mundo”
10. “Genaro, Don Genaro”
11. “Doña Enuresis”
12. “Nunca dejes de creer”
13. No quiero jugar… nunca más”
14. “El último sueño de Ricardo Real”
15. “Dulce Esmeralda”
16. “Contando los días”
17. “Los Gallos”
18. “Un deseo concedido"
19. “Juego de palabras”
20. “Una historia de niños”
21. “La pensión del perro”
22. “Simplemente un sueño”
23. “Las uñas de Pedro”
24. “Despertares”
25. “Los caminos del destino”
26. " La profe de inglés"
27. " La abuela "
28. " Dulce importuna "
29 . "Lo que provoca tu amor "
30," Estela"
31. "Normalidad"
32. Africa mia
33."Las protectoras del bosque"
34. "Las de la temporada"
35. "El sueño del caballero"


 
COpacampeon,13.08.2012
1 La Serpiente Voladora

Septiembre 15 de 1.951
En esta fecha se da comienzo a un año más de clases. Para los niños que habitan en la comarca Piedra Azul, es motivo de alegría regresar al colegio, porque eso les permite salir de la rutina, en que se convierten siempre las vacaciones escolares.

Cierto día, varios de los niños residentes en Piedra Azul, regresaban de la escuela, iban contentos hablando entre si, del trabajo de gramática, que les habían dejado como tarea para el día siguiente.

La distancia que los niños tenían que caminar entre el colegio y la comarca, era bastante larga, cuando ya habían recorrido cerca de la mitad del trayecto, vieron en lo alto de un árbol, una Serpiente de color verde intenso, un escalofrío de miedo los paralizó, porque en ese momento recordaron, que los campesinos del campo solían decir, que las serpientes de ese color tenían la facultad de volar.

Además también contaban, que cuando ésta veía niños, los perseguía hasta alcanzarlos, y después los atacaba, con unos rayos brillantes que salían de sus ojillos, y la criatura que fuera tocada, al menos con uno de esos rayos, quedaba literalmente anestesiada, y ese era el momento, que la serpiente aprovechaba, para sacarle los ojos a mordiscos.

Fue así como ese día, los cuatro aterrorizados niños , decidieron quedarse escondidos detrás de una gran roca, desde donde podían observar todos los movimientos que el reptil hacía.

Todos estaban aterrados y temblando de frío, de solo imaginar, que la serpiente los descubriera y saltara sobre ellos para sacarle los ojos, lo cual significaría que no podrían regresar más nunca al colegio.

La edad promedio de los aterrorizados niños, estaba comprendida entre los siete y nueve años aproximadamente.

Las horas fueron pasando para los niños de una manera tan lenta, que a ellos les parecían días completos, pálidos y sudorosos seguían allí escondidos, y sin atreverse por ningún motivo, a pasar por debajo del árbol donde estaba el animal en acecho.

Fue cayendo la noche con su manto oscuro, y el hambre y la sed, comenzaron a hacer estragos en los pequeños, pero ahí seguían todos agazapados en completo silencio, y sin moverse de su escondite, ya que no querían desafiar la ira del pequeño monstruo, que para ellos representaba la serpiente voladora.

En sus respectivos hogares, los padres se empezaron a preocupar, al ver que sus hijos no llegaban, reunieron a los vecinos, que para ese entonces eran muy pocos, y decidieron hacer varios grupos, para salir en la búsqueda de los pequeños.

Los pequeños no estaban tan lejos de sus casas, por eso la búsqueda no duro mucho tiempo, al encontrarlos, los padres no dejaron que los niños explicaran el motivo, por el cual se encontraban allí escondidos durante tantas horas, sólo se dedicaron a regañarlos, y a darles unos cuantos azotes.

Los pequeños que eran muy obediente a sus padres, acataron en silencio aquellas reprimendas y azotes. Después de haber escuchado y aceptado el castigo, fue que les dieron la oportunidad de hablar, para que explicaran sin mentir la razón de aquella tardanza.

Al terminar el relato, los cuatro niños voltearon a mirar el árbol, para enseñarle a los adultos, el lugar exacto donde estaba la Serpiente voladora, la decepción fue grande, porque ésta ya no estaba, seguramente tenía tiempo que se había marchado, y los pequeños con el pánico que los arropaba, no se dieron cuenta en que momento se había ido del lugar.

Así que nunca les creyeron aquel cuento, es más, les dijeron que eso había sido imaginación de ellos, y una mala excusa para quedarse jugando.

Sin embargo, y hasta el día de hoy, ellos siguen creyendo que aquella Serpiente si existió, porque no es posible, que los cuatro niños hayan imaginado al mismo tiempo, esa historia tan real, que vivieron juntos durante todas esas horas.

******
2 Un año más

Un año más… Patricia estaba cocinando en la minúscula cocinita. El olor a puchero invadía nuestro pequeño departamento.
Todavía no nos animábamos a regresar. Los diarios ya se habían olvidado del tema pero para nosotros cualquier precaución era poca. Además sabíamos que seguían buscándonos, el miedo no es zonzo y, como dice aquella frase, “Que seas paranoico no significa que no te estén persiguiendo”.
Me senté a hojear el diario, los aniversarios eran los peores días para nosotros.
_”Hasta ahora nada”, dije y me quede mirando por la ventana
_”¿Nada? “, me dijo patricia, “¿En serio? ¡Hoy son justo cinco años!”
_”Fijate vos si querés… ¿Te acordás cuando nos parecía que no se iban a cansar nunca de mencionarlo?”
_”A vos te parecía, yo te dije, la vida sigue y las noticias se acumulan, poca gente tiene la paciencia de seguir con un tema después de tanto”
Había sido una idea perfecta, los dos trabajábamos en la filial de la empresa de caudales, ella como jefa de recaudación y yo como guardia de seguridad de la entrada. En mis ratos libres trataba de encontrar una explicación al hecho de estar tan cerca de fortunas incalculables a las que no podía acceder. No sabía que Patricia pensaba lo mismo.
Cuando empezamos a salir bromeábamos sobre el tema “si pudiéramos, si quisiéramos, que haríamos… “ etc etc.. No pasaba de una broma, o eso queríamos creer. Lo cierto es que nos asustaba lo desesperados que estábamos y lo grises que eran nuestras vidas.
Igualmente no lo hicimos por el dinero, creo yo, lo hicimos porque estábamos hartos, a nuestra manera, de nuestras historias miserables. Del sueldito, de los jefes, de nuestras respectivas familias. Buscábamos una excusa para quemar las naves.
Quemar… que palabrita… Al final todo se resumió en eso.
Encaramos el tema como una hipótesis.
¿De qué forma podés evitar que te atrapen?
En ajedrez muchas veces hay que sacrificar muchas piezas para tomar el control. En la realidad lo primero que tenés que enfrentar es lo previsible
Le dije a Patricia “la clave es hacer algo tan absurdo, imprevisible, espantoso, fuera de los límites que no puedan reaccionar, si vamos por lo trillado, asalto con armas, boquete, rehenes, etc estamos jodidos desde el comienzo”
“Nuestra ventaja” , me dijo, “es que estamos adentro, podemos ir haciendo las cosas de forma que las cosas ocurran cuándo , dónde y cómo queramos”
Al final encontramos una idea despiadada, sencilla, atroz. Había que sacrificar todas las piezas para que el rey y la reina dieran jaque mate. La forma de llevarse el dinero era directa. ¡Había camiones de caudales de sobra!. El dinero debía irse todo o, por lo menos, lo que se estaba contando, que eran 100 millones de pesos más 20 millones de dólares aproximadamente.
La bóveda se abría a una determinada hora pero eso no importaba, nos sobraba el tiempo, nadie nos iba a detener. El problema era que necesitábamos dos personas más no rehenes, sino cómplices.. No podíamos confiar en nadie de adentro, ni siquiera en los que creíamos más cercanos al delito. Necesitábamos gente de confianza.
“Mi novio” dijo Patricia, estoy segura de que haría cualquier cosa por mí…
“Mi hermana” le dije yo, “Es una loca de mierda pero tiene unos huevos de hierro”
“¿Y cuanto se llevarían?”
“Nada! Por supuesto”, me reí, “Esta es nuestra salida, no la de ellos”
“¿Y entonces?”
“¡Que se pudran!”
“Bueno “
Lo hicimos, al final, los gaseamos a todos. El edificio era muy seguro pero los ductos de ventilación llegaban a todas partes, no podíamos confiar en nada que no fuera mortal e inmediato. Incoloro e inodoro el sarín los mató a todos antes de que tuvieran tiempo de entender que pasaba.
La receta estaba en internet, increíble lo que se consigue en la red. Tuvimos que emplearlo antes, por precaución, para ver si era efectivo. Creo que lo más difícil de todo fue experimentar sin levantar sospechas.
Supongo que nadie conectó todavía el caso del ‘escape de gas’ del geriátrico con nuestro “Aprendizaje”
Con las llaves de acceso, la bóveda abierta llenamos cuatro camiones, los diarios dijeron que lo hicimos en menos de 2 horas, en realidad fueron menos de una. Era tanto el dinero que no pudimos llevarlo todo pero igual llevamos mucho. Ayudó que estuviera ya empaquetado en balas plastificadas y que fuera feriado. Nadie entra , nadie sale. Por seguridad, por supuesto. Yo estaba asignado a la primera guardia y Patricia tenía que ir porque “le tocaba” . Perfecto.
Nuestros choferes esperaban en la entrada, nos dirigimos al depósito alquilado hacía ya un año a pocas cuadras. Allí dispusimos de más tiempo para encargarnos de lo que faltaba: mi hermana y el novio de Patricia.
Sabíamos que no podíamos llevarnos el dinero así que lo dejamos en otro lugar y nos preparamos para la huída. Teníamos menos de una semana hasta que todo se descubriera y comenzaran a seguirnos los pasos.
Quemar las naves, eso sí lo hicimos…
Al final fue sencillo, necesitábamos tiempo para huir, ¿Qué mejor que prender fuego? Oficinas, plata restante y gente. Es mucho más complicado investigar luego de un incendio.
Por las dudas a algunos les metimos termita, oxido de hierro, aluminio en polvo. Lo metés en la boca y no queda nada. Se usa para soldar vías. Una pesadilla para los dentistas forenses. Además todo lo que queda en contacto con la termita se enciende casi sólo.
No podían saber quiénes faltaban entre tantos. No estábamos en nuestras casas, pero nuestros ex compañeros tampoco, salvo aquellos que por estadística estaban ausentes, enfermos o de vacaciones.
En fin…
El puchero estaba excelente
Cinco años de escondernos ya era hora de regresar a buscar lo mío.
Patricia se desplomó con el culatazo en la nuca exactamente igual que mi hermana
La tire una botella entera de alcohol de quemar. Al irme dejé un sahumerio encendido y las hornallas largando gas a pleno.
Yo si se quemar las naves.

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3Tocando la perfección con la punta de los dedos

Recuerdo haber brillado por unas pistas bastante nebulosas por rostros y asquientas miradas como lodo llovido, en aquel momento logre ver la supervivencia convertida en espejos cristalinos, mostrando mi pasado como cinta de cámara arcaica, el instante mas preciso de los pasos del día, era la iluminación perfecta desde los cerros viejos. Cada año revisaba mi presencia por estos pasos, muchas veces robustos y nauseabundos, quizás debía rendir las cuentas a quien me miraba desde algún rincón del aire polvoriento de los bosques de laureles y sauces llorones pegajosos. Hace unos meses atrás en esta misma cumbre mirando el infinito inerte por mis ojos colorados, fui asesino de mi esposa y arrancaba aquí mis dolores y despertares de arrepentimiento, muchos años atrás comencé a mirar las flores crecer desde lo alto y agarrar el consejo cuando estaba en el suelo tapado en tierra y hojas de colores extraños, las cicatrices del tiempo se iluminaban cada año y me despertaban antes de seguir hiriendo. Hoy observo las praderas grises de los espantos y fantasmas rodear mis secos locos, un año mas en estas rocas gigantes que descubren mis vaivenes y se pasean como lombrices por las piedras regadas, sin duda esta vez aprendí a esperar, mi conciencia se lanzaba al vacío y mis descansos la detenían en una guerra sin igual, debo suponer que esta vez la razón venció y se abalanzo esperando mirar desde mas alto cada año de huidas.
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4 ¿Quién es el olvidado?

Un año más, y él está tendido en la acera, su alma está ausente, su sensibilidad presente.
No consigue conciliar el sueño, la cara sobre el dorso de la mano pretende una mínima comodidad, imposible de lograr por la dureza del improvisado lecho.
La gente pasa en sus autos, raudos, otros apurando su paso para llegar no se sabe donde y apenas si lo notan.
Las estrellas brillan para el desdichado y la luna le acaricia con sus plateados rayos.
¿Qué hacer en esta noche fatal?
Intenta dormir, olvidar la intemperie, el frío, sus miedos.
Trata de olvidar que su boca apenas reconoce el sabor de algo, frío o caliente, para llenar o entibiar sus tripas que parecen pegadas a su espalda.
Apenas reconoce el calor de la gente, que antes solían llenar sus horas con amenas charlas sobre la vida, política, fútbol o pueblos casi olvidados que en su vida joven supieron tenerlo.
Sus pies rozan piedrecillas en el descampado lecho, incomodándolo y algunas veces, casi sin darse cuenta, en su inconciencia, lo despiertan.
Y alguna sonrisa lo sacude, casi en un espasmo, quizás pensando en sus sueños de aquella época de muchachas, plazas y parques donde el idilio y romance se tomaban de la mano.
¿Vendrá quizás esta noche el diablo, a increparlo, diciéndole que es el peor hombre del universo y que su destino prontamente estará en sus manos?
¿O llegará Jesús con su conversación cautivante y suave, para prometerle que luego, no le dice cuando, estará allí a su lado, soñando con miel y panes recién horneados?.
Pasé un día y no lo vi más.
Quizás sus promesas de viaje siguieron presente y su cuerpo, o quizás su alma viajó a aquel lugar que ese joven de barba y largo pelo, en sus charlas casi diarias le prometió.
Un año más y nada cambia.
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5 El desierto

Esta vez el huracán parecía una premonición venida del cielo, cosas de los tiempos, pensaban los viejos campesinos aunque repasando en su memoria sabían que nunca hubo cosa igual y que esta era una tragedia. Recordaban que cuando ellos eran chicos el bosque que llamaban entonces selva tenía hasta voz propia porque hubo tigrillos, chigüiros, lobos, serpientes y animales de caza que se fueron extinguiendo por los balazos, las quemas, los plaguicidas... ¡cosas de los tiempos!
Se cumplía un año más de aquel mayo que quedó en la memoria de todos.. En tiempos de otrora la tala de los viejos arboles, la deshierba de los cafetales, los abonos e insecticidas traídos de la capital, la quema para la roza, el descopo de la sementera hizo que el bosque empezara a parir “abiertos” y entraba con furia a los cultivos. Ni una gota de agua, caía desde enero. El cielo era azul, como sueños de poeta enamorado y los días cálidos y pegajosos. Como el agua no llegaba la capilla de la aldea se llenó de labriegos que con sus mujeres rezaban en coro turnadose las horas ante el santísimo rodeado de sirios. Al contrario el verano se hizo cada vez más fuerte y el bosque quiso morir. Lo peor fue cuando se secó la acequia que surtía el rio. No valieron entonces las rogativas.
Llorando y con su mirada perdida, recordaba Fulgencio un aldeano nativo de allí como un 4 de agosto del siglo pasado el polvo que siempre estuvo asentado se elevo con el viento hacia las paredes y los tejados. De la quebrada hacia arriba una pequeña llama fue creciendo como un infierno verdadero que le pegaba a ala montaña descuajándola. Los robles, los cedros, los arrayanes, los sauces, los aguacates vencidos por el fuego cayeron sobre los cafetales. Del vendaval pudieron salvar sus casas abriéndole camino al agua, pero del fuego era imposible salvar la montaña que ardió por días y semanas hasta que quedó solo un rescoldo que no dejó en pie un solo tallo. El verde bosque de antes era un solo desierto lleno de cenizas. Hasta la fuente borro del todo su cauce evaporándose para siempre.
Volvieron los vientos tenues y con los días llovizna y después la lluvia y al final los vendavales incontenibles que arrasaron todo hasta dejar la loma que ante fue selva y después bosque, limpia como el pavimento de las ciudades. La tierra mostró su cansancio; Le nacieron grietas, arrugas de vejez que solo curarían con los siglos. Cada año se reunían los antiguos labriegos a cantar y beber chicha y recordaban en voz alta como había sido antes, la montaña verde y armoniosa con al aullido de los lobos, el rugir de los tigres, es cascabelito de la serpiente y ese dulce concierto mañanero de miles y miles de pájaros que asustados por la presencia del hombre revolvían el dombo verde oscuro hasta perderse en el cielo a veces a azul a veces opaco y gris. El morichal y los guaduales de la cima también traían su recuerdo fabuloso de penachos zumbadores. Era lo contrario de las historia sagrada comentaba Fulgencio “primero tuvimos la tierra prometida y ahora les quedaba el desierto”. Fue el momento cuando sintieron por un año más, la culpa el dolor por lo hecho, la imagen vencida del roble, el guamo, el guayacán o el nogal derribado sin necesidad hiriendo lentamente la selva. Vino el pesar de las aves muertas por la escopeta o los peces muertos por el veneno de los plaguicidas e insecticidas. Ellos mismos realizaron la odisea de cambiar el mundo que recibieron……ya todo está consumado se repetían cada año en su encuentro.

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6 El texto del siglo

-Al cumplirse un año más del nombramiento por parte de la Real Academia de Letras Multiversales del texto del Sr. Libretti como el Texto del siglo, esta tarde, por medio de este acto solemne y sólo por hoy, el texto estará en exposición – proclamaron las Autoridades descubriendo el texto en cuestión.
-Pero este texto es una maravilla- dijo el Barón de la Borgoña.
-Y esa manera exquisita de usar la epanalepsis- agregó el profesor de literatura Gómez, viendo como las Autoridades se retiraban a inaugurar alguna otra cosa.
-Si, pero cómo ignorar la delicadeza de ese Hipérbaton y la Anástrofe disfrazada en aquel párrafo- apuntó la secretaria del juzgado de cuarto turno.
-Si, todo muy bien, pero la combinación de verso y prosa para sugerir la ambigüedad de la vida... para no nombrar esa sabrosa Perífrasis - replicó el Barón de la Borgoña.
-Vamos, vamos, nombrar todo eso y no detenerse en esta Antonomasia, que da un alegre paso a aquella Metonimia, sin dejar de lado las pinceladas de Ironía, y, si me disculpan que señale lo obvio, esa insuperable Metalepsis- dijo el limpiador del pasillo de la exposición del texto del siglo.
-Aclaremos desde ya que el texto del señor Libretti no sería nada sin esta Paramoiosis.
-¡Y las Hipérboles tan bien ubicadas! - gritó desaforado alguien.
-Si, si, si pero sin ese Sermocinatio, no es nada.
-¡Pero basta de nimiedades y vamos a detenernos de una vez en ese fantástico Isocolon!
-¿No es acaso esta Elipsis la mejor que han visto en sus vidas?
-¡Miren!- gritó el limpiador- Alberto Libretti.
-Señor- suplicó el Barón de la Borgoña- todos estamos esperando que nos cuente el maravilloso proceso que lo llevó a escribir el mejor texto del siglo.
-Eh…- empezó Libretti.
-¡De la historia!- gritó, fuera de sí, la secretaria del juzgado de cuarto turno, sobresaltando a varios de los concurrentes- ¿dónde aprendió Ud. a usar los recursos literarios de manera tan brillante?
-¿Los qué?- preguntó Libretti.
-Recursos literarios- repitió la mujer, extrañada.
-Disculpen, no tengo idea de lo que me están hablando. Mi vida de obrero no me permitió estudiar. Un día me levanté con ganas de escribir eso y lo hice.

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7 Bendición o maldición

A veces no sé si es una bendición o una maldición. Claro, ya es bastante malo tener que cumplir tu cuota de desdichas en la vida, pero si esta se alarga para siempre...
Bueno, solo digamos que no es fácil ser yo.

Algunas chicas pensaran que estoy loca. Después de todo todas quisieran ser bellas para siempre. Cuando me miro en el espejo, a veces yo también me envidio un poco. No hay ni una sola arruga en el rostro tan pálido y terso como la porcelana que me mira desde el otro lado del espejo. Ninguna cana avejenta la larga melena café que me llega hasta la cintura. Sí, soy perfecta.

Pero no feliz.

Antes creía poder aguantar. Después de todo, nada es gratis. La inmortalidad venía con el precio de ver morir a mis seres queridos pero eso no importaba porque nunca los tuve realmente. Cuando los riñones de mi papá no le pudieron seguir el paso a su alcoholismo, simplemente racionalice que había obtenido el castigo que se merecía. Mi mamá por otro lado, murió poco después, presa de una enfermedad larga y dolorosa que solamente hizo que me alegrara mucho más ver que todo terminaba para ella. Mi hermanita por otro lado, ni siquiera vivió lo suficiente para lamentarse el nunca haber vivido. Apenas media lo que la palma de mi mano y se veía aun más pequeña dentro de la incubadora, rodeada de tubos y máquinas. Según los doctores, le esperaba una vida llena de dolencias y discapacidades así que cuando su corazón se rindió, simplemente sentí un alivio inmenso al saber que no tendría que lidiar con todo eso.

Cuando viajas de un lado del mundo al otro, nunca te quedas el suficiente tiempo para hacer amigos de verdad. En primera porque despertaría muchas sospechas el ver que con cada año que ellos envejecen tu sigues viéndote exactamente igual y en segundo porque nunca llegas a conocerlos lo suficiente para lamentar cuando mueren. Lo mismo pasa con los novios. Van y vienen.

Hasta que un día se quedan.

La primera vez ni siquiera lo noté. Es uno de esos chicos desarreglados, que no entienden nada de computadoras ni tecnología pero que pueden reparar cualquier cosa. Se ha abierto el camino en la vida a base de golpes y me gusta recorrer lentamente una a una todas las cicatrices que tiene esparcidas por su cuerpo.

“Si no fueras tú, ¿Quién serías?” eso fue lo primero que me preguntó, un día que nos cruzamos en la estación de tren, después de haber cruzado nuestras miradas varias veces antes. No espero mi respuesta, simplemente siguió caminando.

Al día siguiente lo vi y le respondí. “No importa; me gustaría ser cualquier persona, menos yo.”
“¡Vaya, que respuesta más triste para una niña tan linda!” se sorprendió y luego siguió su camino. Antes de que su figura desapareciera por completo a través de los túneles mal iluminados del tren, se detuvo y me gritó sin voltearme a ver, “¿Te quedas ahí o vamos y tomamos algo para que me expliques porque es tan malo ser tú, guapa?”

No me quedó más remedio que alcanzarlo y seguirlo por las calles obscuras de la ciudad. Y desde entonces sé que lo seguiría hasta el fin del mundo.

Hablamos, nos contamos nuestras vidas y nuestros sueños. El quiere ser escritor, yo cualquier cosa. No tiene familia, ni apellido, pero su mirada tiene una chispa de alegría que yop no tengo. Quedamos de vernos el próximo viernes. Y ese viernes, el próximo. Y entre viernes y viernes acabamos viéndonos diario. Nos mudamos juntos. Nos reconciliamos más de lo que peleamos. Viajamos juntos. A su lado me parecieron nuevas las mismas ciudades que ya había visitado hace diez, quince, cien años. A él le parece nuevo todo.

Le maravillan mis piernas y la manera en que tiemblo cuando me dice “te amo al oído” Le parecen maravillosos cada uno de los rincones de mi piel y le fascina el sonido que hago al alcanzar el cielo a su lado. Ahora justo, descansa a mi lado.

Duerme como un niño, respirando tranquilo y ajeno al resto del mundo. Duerme bocabajo, con la cara volteada hacia un lado y la espalda desnuda. Y a mí me parte el corazón ver como su cuerpo se eleva y se hunde al ritmo de su respiración.

Acaso será porque sé que con cada respiración se acerca a esa muerte que para mí siempre será desconocida. Que cada inhalación lo aleja un poquito más de mi y de mi superficial perfección. Acaso porque no se cuanto tiempo nos quede en este paraíso que hemos ido creando los dos. Quizá me duele no saber si esos ojos que ahora están cerrados suavemente se abrirán en la mañana para encontrarme a su lado.

Y con los ojos desbordando en lágrimas y el corazón hecho un nudo, me muerdo los labios mientras susurro pidiéndole a la vida “Un año más...solo un año más...”

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COpacampeon,13.08.2012
8. El lejano

“Un año mas” en la ciudad de san Remo en un pueblo llamado el lejano vivían muy felices todos sus habitantes, ya que casi todo el tiempo festejaban los cumpleaños, las bodas y los bautizos de las personas que allí vivían; las fiestas eran muy atrayentes y llamativas porque no faltaban bebidas ni alimentos, lo cual agradaba a grandes y chicos, esto ocurría con total normalidad. Aunque pareciera extraño los residentes de esta comunidad nunca visitaban la ciudad, ya que no les hacia falta porque poseían grandes extensiones de tierra que les permitían obtener sus propias cosechas, alimentar a sus animales y sobre todo suministrarle lo necesario a sus familiares. El modo de contraer matrimonio era haciéndolo entre personas del mismo pueblo para que todo quedara entre ellos y nadie pudiera involucrarse entre la paz y tranquilidad que allí reinaba. La persona que estuviese en desacuerdo ante esta ley seria desterrada del mismo sin ningún remordimiento, sin tener derecho a regresar nunca más y sobre todo sin poder reclamar nada. Aquí la vestimenta, la educación, el lenguaje y las costumbres eran totalmente diferentes a las de la ciudad. Sin embargo se conservaban los mismos valores para no erradicarlos.
Un día aparecieron de la nada una familia muy pequeña, conformada por una pareja de esposos Gardol y Fabella Trobesh y sus hijas, Marshell y Rafell Trobesh, los padres se veían demacrados y pálidos al igual que las muchachas. Las personas al verlos quedaron asombrados por no parecerse en nada a ellos, uno de los residentes del pueblo les hizo una serie de preguntas ya que casi nadie estaba al tanto de la existencia del mismo y nadie sabía llegar muy bien hasta allí. Ellos respondieron que venían de un sitio muy recóndito donde pasaron muchas desdichas y no tenia donde quedarse. Todos los recibieron muy cordialmente y les dieron una casa que estaba desocupada desde hace tiempo. Lo que nadie sabía era que ellos eran unos seres malévolos que dejaban penumbras, miseria y sobre todo maldad en cada lugar al cual llegaban, esta ráfaga de malas energías provenían de sus entrañas porque eran almas en pena que vagaban por distintas partes. Ahora nadie creería lo que sucedería en el lejano.

Al día siguiente uno de los jóvenes se acercó a Marshell y otro a Rafell para hablar con ellas, ambas los llevaron hasta una parte enmontada y allí los descuartizaron para comerse sus viseras. Luego se marcharon hasta su casa como si nada, lo mismo hacían sus padres cada vez que alguien se les acercaba. Todos en el pueblo comenzaron a darse cuenta que todo estaba cambiando desde la llegada de los nuevos vecinos, pero nadie hacia nada. No basta con ello los Trobesh comenzaron a rociar los cultivos con brebajes que hacían que la tierra se volviera infértil y fuera imposible cosechar algo. La miseria había llegado al pueblo y ya no había ni festejos ni para ninguna celebración, la gente comenzó a morirse de hambre y sed, la lluvia se esfumo y los pocos sobrevivientes se preguntaban porque. En la noche decidieron adentrarse a la casa de los Trobesh para que les explicaran lo que estaba sucediendo para su sorpresa observaron desde los matorrales como ellos se comían los cadáveres. Al ver esto corrieron despavoridos a las afueras del pueblo hasta llegar a la ciudad. Al llegar allá contaron todo lo que había sucedido en su pueblo y aunque la mayoría no les creyó ellos no le dieron importancia.
Hoy día, nadie se acerca al lejano ni siquiera de visita ya que los Trobesh continúan allí y no existe nada de lo que sus antiguos pobladores habían sembrado en el. Ahora solo existen más seres como los Trobesh, sedientos de sangre y con ganas de propagar su maldad a quienes se acerquen, por ello nadie lo llama el lejano sino el pueblo maldito.

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9. Nuevo mundo

Un año más toda la raza humana geoestaciona en 1.200.000 naves arcas, en el borde exterior del sistema solar, después del colapso. Apenas tienen suministros para tres años, cinco años, si empezaran las restricciones ya.

Dong, Dong, Dong, Dong, Dong, Dong, Dong Dong, Dong, Dong, Dong, Dong, Feliz Año Nuevo 2154 , desde la infografía de la Puerta del Sol de Nuevo Madrid, retransmitiendo, para todas las estaciones tránsito del sistema, para los amigos Espanuropeos desde Nueva España X-01. Una cortesía de ESA (European Space Agency) para todas las tripulaciones Cosmo 1 y Cosmo 2. End Transmission. Beeeeeeeep.


El holograma desaparece de la retrocámara de transmisiones. El Comandante Columbus en pie, solemnemente alza su copa

- Señores, un año más nos encontramos lejos de nuestras familias, en esta delicada misión, brindo por todos ustedes, en estos momentos de gran responsabilidad y desasosiego, es un honor para mí compartir su compañía en estas fechas tan señaladas. Señores salud y que el año que comienza, depare buenas noticias para Geoestación Tierra 1 y a todas nuestras familias.

- ¡Salud!, repitió al unísono la tripulación del Magallanes X345

- Señores pueden retirarse, se les informa que está rebajada de servicio toda la tripulación, excepto, navegación y oficialía de comunicaciones. Señor Pinzón, tome el mando.
- A la orden, Comandante Columbus.


Cristopher Columbus, se encamina decidido hacía los corrillos que se formaban al fondo de la sala de mando, para charlar con la tripulación, nota como una mano lo sujeta suavemente por el brazo, y susurrando

- Disculpe Comandante, ¿ tiene un minuto? quiero enseñarle una cosa en privado, susurró la voz aterciopelada de Triana, escrutadora de rango 1
- Por supuesto Triana ¿ de qué se trata?

- Volviéndose de espaldas a sus compañeros, alzo levemente el antebrazo derecho, pulsado con el índice el lector táctil de su uniforme – un pequeño holograma de 25 x 25 pulgadas se proyectó en el aire a unos escasos centímetros de ellos, desde el amplutador, de su traje de faena – Mire señor, es el planeta Seassu Kogeel 8976 catalogado 0123455589765V897, aquí en el cuadrante 765, creo que lo he encontrado.

El Comandante Columbus, cerró levemente los ojos, para fijarse mejor y de una potente voz, - con tono distendido -

- Señores, hoy es un día de celebración, diviértanse, vayan a la sala de recreo, o a sus cubículos de descanso a comunicar con sus familias, seguro que esperan las comunicaciones de Año Nuevo, me ha confirmado ESA, que hasta las 04:00 no habrá restricciones holográficas, ni grabación de comunicaciones, señores y señoras, sus compañeros estarán encantados de comunicar holográficamente con ustedes, les doy mi palabra de honor que las comunicaciones con sus compañeros y familia, hasta esa hora, no serán re-visualizadas, ya he dado las ordenes oportunas.


Un grito de aprobación, resuena en la sala, que se queda vacía en unos minutos.

Señor Pinzón, active el protocolo de Reserva – Confidencialidad de Sala -,

- A la orden, Señor, - mirándolo con un cierta extrañeza -

Los seis encargados de navegación y los dos encargados de comunicaciones, se colocaron con premura las gafas iónicas, que solo permiten ver y escuchar, exclusivamente los cuadros de mando, relacionados con su trabajo.

El oficial Pinzón, por su graduación, se le permite participar sin reserva - a este nivel de confidencialidad- de lo que acontezca, en la sala

- Adelante Triana, proyecte en pantalla principal.

- Señor, aquí está, los parámetros atmosféricos, biológicos, temperatura, son correctos, tal y como se nos encomendó, antes del colapso.

- ¿Sabe que acaba de encontrar una aguja en un pajar?. De ser cierto la Humanidad la recordará, como la descubridora de Nuevo Mundo, y lo tenemos ahí a tiro de piedra, a 1.3 años-luz

Al oficial Pinzón, se le cayeron dos lágrimas como dos puños- pensando en sus dos hijos y su esposa -, y con un nudo en la garganta – ¿Señor, hemos encontrado Paraíso 1?

- En efecto oficial, la Escrutadora Triana, parece que lo ha encontrado y tiene un tamaño cuatro veces mayor, que antiguo mundo Tierra, con lo que no habrá problemas de espacio.

- Señor, es mérito de toda la tripulación, y en especial de usted, cuando decidió adentrarse en el cinturón de Hades.

- Bueno, pensé que la mejor manera de encontrar el Paraíso, es liberarse primero de los infiernos, ahora no sabe cuanto me alegra haber estudiado los textos clásicos. Confirmemos los datos, y pasadas las 04.00 horas, informaré al puesto de control Geoestación Tierra 1 y a la tripulación.

Triana, cierra el cubículo, y se despoja de su traje de faena, a sus veinticuatro años, la joven tiene un escultural cuerpo, se ducha rápidamente y se prepara para comunicar holográficamente, un vaporoso vestido de flores cubre su joven cuerpo, se peina con premura y se dispone a la comunicación, un piloto de luz azul parpadeante le índica la inminencia del contacto. El cubículo se ilumina suavemente - su amado esposo Marc y su querido hijo Géneve, se aparecen junto a ella. ¡ Mama ¡ grita Géneve abrazándose a Triana, Marc, los abraza a los dos, con lágrimas en los ojos, se besan, llorando de emoción.

-¿Mama, lloras?
- Si, hijo de alegría
- ¿ Cuándo vendrás, mami?
- Pronto, muy pronto ardillita, antes de lo que esperas, mi rey
- Todos los años me dices lo mismo,
- Si hijo, pero este año, no es un año más, este año es especial.

Después de dos horas de juegos, risas y canciones, Géneve empieza a bostezar con sueño.

- Géneve, cariño, ahora tienes que dormir, ve con cuidadores, que papa y mama, tienen que hablar


Unos minutos más tarde Triana desnuda sobre la litera, besa apasionadamente al holograma de su marido.



A las 5.05 horas del 01.01.2154, toda la flota interestelar comienza el éxodo, hacía las inmediaciones de Paraíso 1, se espera avistar las primeras naves, en cinco meses. Los rayos de una estrella nueva, despuntan por el borde esperanzador de Nuevo Mundo.


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10 Genaro, don Genaro

El primero de enero, en coincidencia con la llegada del nuevo año, se abría a la vida, exacta y puntualmente Genaro Wiederholte und Komprimiert, robusto varón de padre alemán y madre austriaca, que por razones de fuerza mayor llamaremos coloquialmente Genaro.
Su desarrollo se precipitó como avalancha en pendiente y para los primeros días del mes de febrero recorría con sus gordos piecitos las amplias habitaciones de la casa. Los brazos se aferraban a los costados de sus pantalones, como si sintiera que se le caían. Así avanzaba, como borrachito de menos de un metro, cachetes colorados, naricita respingada y un pelo lacio que no terminaba de definir su tono, cobrizo a veces, rubio en otras. Sus padres no se sorprendían de verlo encastrar los moldes de sus juguetes en los respectivos orificios, ni de tomar cuanto lápiz anduviese suelto y garabatear las paredes.
Para finales del verano ya se sentaba a la mesa y comía a la par del resto de la familia. De muy buen comer prefería las salchichas en todas sus variedades y las carnes. Entre las verduras, a las que desdeñaba más que amar, prefería las coles que su madre fermentaba en los toneles y que tan bien acompañaban los churrascos. Su alimentación prominente en proteínas y carbohidratos lo elevó a la altura de su padre ni bien el otoño se alzaba por el este. Pero no podía compararse con el porte de aquel curtido ser que de tres hachazos bien dados podía hacer trizas los árboles más soberbios.
Con la misma voracidad que desmantelaba platos, leía todo cuanto se cruzara por sus manos. Para finales de abril ya hablaba con fluidez tanto el castellano como el alemán. Y por afinidad con don Toto, el carnicero del barrio que le profesaba un dilecto y extraño cariño, había decidido aprender el italiano, que terminó por dominar una semana más tarde.
Sus amares eran casi tan efímeros como transparentes. No se permitía intimar con ninguna joven del lugar por temor de heredar a otra criatura su peculiar condición. Oportunidades ni ofrecimientos faltaron nunca, pero había aprendido de su padre a no claudicar ante los apetitos y ser un hombre hecho y derecho. Para mediados de año podía jactarse de ser sabio y honesto, claro que un hombre sabio y honesto difícilmente ande por ahí jactándose de lo que es.
Los primeros achaques coincidieron con la llegada de la primavera. La humedad le perforaba las rótulas y las coyunturas, por lo que se presagiaba una lluvia de artritis. Además, el polen desparramado por el aire le volvía áspero y jadeante su respirar. Pero uno se doma con las dolencias y para fines de septiembre las sobrellevaba con acostumbramiento y dignidad.
Donde antes hubo lacios cabellos dorados y ocres se raleaban unas mechas cetrinas que junto al calvo y reluciente casco enmarcaban el rostro agrietado de Genaro. Los cachetes rojizos de principios de año habían mutado a pecas y machas de piel gastada, pero el profundo azul de sus ojos seguía fulgurando como las aguas de las costas del mediterráneo.
Por las tardes de octubre se iba hasta la carnicería de la esquina para jugar a la taba con don Toto, y entre parla y parla, se llenaban de relatos felices, salamines, quesos y unos buenos jarros de cerveza alemana artesanal. Don Toto, que lo había visto desde que era un pequeño regordete celebraba secretamente la rara enfermedad de Genaro y esperaba la llegada de cada primavera como un niño espera la llegada de los Reyes Magos, con una ingenua mezcla de misterio, complicidad e indulgencia.
Para noviembre apenas si podía salir de la casa. Don Toto lo había despedido con la justa fuerza de un apretón de manos. No muy fuerte como para parecer desconsolado (porque entre hombres esos permisos son inconcebibles) ni muy débil como para inferir incomprensión o desden. Genaro, por su parte, se refugiaba en la piecita del fondo que era extrañamente la más iluminada y fresca de toda la casa. Hasta allí su madre le acercaba las sopas y los guisos a los que se ajustaba su dieta, que procuraba no condimentar en demasía. No era mucho el diálogo que compartían en esos momentos porque era extraño para su ella ver como parecía su padre más que su hijo. Pero al menos ella lo visitaba.
Quizás era la etapa más solitaria del año, porque si bien su madre lo veía poco y con un respeto que se asemejaba bastante al miedo, su padre no se aparecía, con un miedo muy similar al respeto.
Un año más diciembre era un mes que sorbía de a poco, como paladeando una espesa cerveza negra, la última. Negro eran los días por venir, y definitivamente espesos.
Genaro Wiederholte und Komprimiert murió exacta y puntualmente el 30 de diciembre. Su padre lo encontró sentado en la mecedora, como cada 30 de diciembre. Lo recostó sobre la cama y le cubrió su cuerpo hecho pasa hasta el cuello con una sábana que su madre había almidonado con ternura y pasión, pero también con muchas lágrimas. Cerró sus ojos y salió hacia el establo, para poder llorar sin ser visto, cosa que todos sabían y respetaban. Su madre, llorando también, comenzó a desempolvar candelabros y cirios, jarros, tazas, utensilios en general. Los familiares no tardarían en llegar. Hay un funeral y un nacimiento que preparar, pensaba mientras lavaba y lavaba.

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11 Doña Enuresis

Un año más. Doña Enuresis tiene un nieto que es doctor. Paga la mensualidad: puntual, sin chistar, manda un cheque siempre sin omitir ninguno.
- Bueno Doña Enu, ya se hamacó bastante, deje a otra ahora. Dijo la Nora. La Nora otra vez, no .. Tampoco le gusta que le digan Doña Enu. Ella la odia, le odia el cuello sucio. El pañuelito dándole la vuelta al cuellito, con mucho perfume para no bañarse. Doña Enuresis tambien esta sucia porque hay que ver que sola no se puede bañar, se cae. La vieja pelada de la pieza de enfrente se hamaca en el sillón de hamaca. El día se esta yendo. A la noche le dan sopa. Es una lastima que la radio no funciona. Doña Enu se pone en la cola para ir al baño antes de acostarse, tiene las bombachas sucias y se le ha escapado un chorrito de orina amarilla. No sabe como va a hacer para que La Nora no se de cuenta...
A veces los viejos gimen y lloriquean. Hay uno que está en cuatro patas y avanza disimuladamente tratando de echarse. Doña Enuresis tiene las piernas mojadas. Se da cuenta que con la orina es mas fácil que con la risa y de dentro la piernas le corre en cataratas toda la orina que orino en su vida, amarilla oro, incolora, turbia sube marrón acida, límpida toda límpida. Abre más las piernas, un poco más y junto con la risa inunda el cuarto y el que quería escaparse primero esta ahogado como todos los demás.
Sin dolor sin, sin carcajadas, sin orina, nueva joven dulce fresca tersa camina sobre la arena de la playa. La vida bulle en el vientre, allí donde algún vez hubo dolor. Hay un sofá sobre la playa, y Enu se acuesta y levanta las piernas y puja todos los hombres bellos y fuertes y justos y sabios que van naciendo. Salen por entre las piernas levantadas al cielo, de su sexo oscuro y dulce, salen sin dolor, sonríen saludan y se van, mientras florecen en el desierto las caléndulas.

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12. Nunca dejes de creer

5 De Julio de 2012

Se repite cada mañana el sonido alegre del despertador, tomo fuerzas y elevo mi cuerpo adormecido, sin pensar en el frío helado que inunda nuestro cuarto, camino descalza hacia la cocina y me detengo en el calendario que, manchado, me recuerda que ha pasado un año mas…

5 de Julio de 2010 -

No confíes en el, solo es un diccionario de palabras bellas, repetía Celeste cada día mientras yo intentaba transmitirle la ilusión que brotaba de mi ser, deje mis ojos fijos en sus labios, moviéndose sin decir nada y deje que mi mente vuele a su encuentro, me pare frente a el, elegante, como siempre, observó mi figura lentamente dibujando una tímida sonrisa en mi rostro, dio un paso hacia mi y tomó mi mano, se acercó a mi oído y con un te quiero me robó un suspiro, abrazó mi cuerpo con fuerza y me pidió que nunca me alejara de él.
“Préstame atención, otra vez volando” _ Volví a escuchar a Celeste, gritando muy enojada.
“Vos no me entendes” _ Fue mi respuesta, como tantas otras veces.
El reloj dio las cinco, hora de abandonar la oficina, tomé mi bolso y revisé el celular, con la esperanza de encontrar un mensaje suyo, la casilla vacía me desanimó un poco, pero algo me decía que una sorpresa me estaba esperando.
Entré a mi casa muy despacio, sin hacer ruido, me saque las botas y en puntas de pie me acerqué al cuarto con la esperanza de encontrarlo recostado entre mis sábanas, asome la cabeza con detenimiento, la oscuridad nubló mi visión, encendí la luz, solo para encontrar la cama aun deshecha.
♪ María nazco en tu mirada tu sonrisa me da vida, pero muero en tus palabras, eres brisa, eres mía…♪ Suena en mi celular la canción que me escribió y canto aquel día que cumplimos un mes, atiendo y escucho su dulce voz.

_ Hola amor, disculpa que no te escribí en todo el día, necesito hablar con vos, es algo importante.

_ Hola vida, decime, me preocupas.

_ Discúlpame, pero no es algo para hablarlo por teléfono, prefiero hacerlo en persona.
Paso esta noche por tu casa y lo hablamos tranquilos, te parece?

_ Dale, te espero, besos, te quiero.

_ Si, yo también.

Me deje caer en la cama, queriendo adivinar que estaba sucediendo, intentando encontrarle respuestas a sus posibles reclamos, a sus probables excusas,
Se hizo presente en mi mente una de las tantas advertencias de Celeste que me negué a oír.

Limpie la casa una y otra vez, cambie las sabanas, lave los platos y me recosté a mirar una película sin verla.
La ansiedad de tenerlo frente a mi me estaba matando, pensé en cada noche que lo vi, reviví cada uno de los encuentros, revise todas las conversaciones pero no halle en mi ningún defecto que motive su alejamiento.
Decidí dejar de pensar, me cambie, tome mis zapatillas y salí a correr un poco por el parque, las copas de los árboles en un movimiento incesante me hacían saber que un fuerte viento volaba en la ciudad aunque mi cuerpo no lo sentía, sin notarlo subí el ritmo y mis palpitaciones se aceleraron, llene los pulmones de aire y me frene soltando un suspiro.
Regrese a mi casa lentamente y al llegar me relaje con un baño bien caliente, mientras me cambiaba se hicieron las once, no había comido nada y aun no tenia hambre. Escucho la puerta y me apresuro a recibirlo, su rostro me anticipaba que las noticias no eran buenas, me siento a su lado y saco temas de conversación intentando que olvide al menos un momento el aparente problema, agarra mi mano fuertemente en el mismo instante que una lagrima recorre su rostro.

_ Amor, no se como decirte esto_ Soltó bajando la mirada.

_ Que pasa Manuel, decime, por favor_ Respondí ya sufriendo.

_ Hay veces que la vida te abre caminos que es inevitable seguir, mi vida aquí se volvió vacía, sin futuro, necesito un cambio y se me abrió una puerta en otro país y tengo decidido irme.

_ No tenes futuro? Y nuestros planes? Y yo? No te importo?

_ Perdóname, lo mejor va a ser que me vaya, te quiero mucho aunque no lo creas.

_ Andate!!!.

Me eché a llorar, derrotada, no entendía su egoísmo, no tomó en cuenta la posibilidad de llevarme con el, ya no confiare en nadie mas, Celeste tenia razón, amar no vale la pena.
Prendí mi computadora buscando a alguien con ganas de soportar mis penas.
Un mensaje en mi muro llamó mi atención.

“Cuando el destino nos una, olvidaremos todo el pasado, solo nos importara poder estar juntos y nuestras miradas enfrentadas decidirán nuestro futuro...” Ezequiel Duarte

Me detuve en el chat y lo vi conectado, me anime a hablarle y contarle mi pesar, cada una de sus palabras me llenaron de paz, me invitaron a creer que no todo esta perdido.


5 De Julio de 2012

… se me escapa una sonrisa al notarlo, hoy se cumplen dos años de nuestra primera charla, vuelvo corriendo a abrazarte y agradecerte por amarme tanto.
Aun cuando sentimos que todo esta perdido, hay algo maravilloso esperándonos, nunca dejes de creer!!!

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13. No quiero jugar ...nunca más

Un año más, lloran mis ojos.
Recuerdo, en un espacio vacío de mi mente, un dolor difícil de borrar, es un juego decías… un juego nada más…imágenes lejanas golpean mi mente, aturden el corazón y despedazan mi cuerpo. Recuerdo un río, el sonar de piedras al pasar, cuando abrí los ojos…estabas ahí…encima de mi, queriéndome besar, sintiéndome ahogada, no podia gritar, es un juego nada más escuchaba de tu voz, mientras tus manos tocaban mi cuerpo…¿Qué haces? Decía con lamento, ¡no vez la lluvia que sale de mis ojos!.
Aquel juego marco mi ser, yo no quiero jugar, es muy triste y cruel…
Con los años el dolor quedo atrás, hasta que otra vez contigo quieren jugar, no quiero jugar más, un año más…revive el dolor y cada vez más.
A las escondidas decían… y siempre estaba ahí…invitándome a esconderme donde no me encontrarían, pero la entrada era sin salida, a menos que pagara penitencia… sus manos… sus labios…recorrían mi cuerpo y yo solo quería salir…¿Por qué los juegos son así?, por que reír trae de arrastre el dolor, yo quiero salir…yo quiero salir…
Nadie pensó que me podía pasar… nadie sintió el dolor que sentí…en silencio…solo puedo llorar.
Cada vez que mi corazón latía por alguien, solo llegaba a besar, por que no quería seguir el juego y que me volvieran a tocar,¡Qué dolor! Por que no puedo amar…fue tan grande el dolor, que de mi mente no quiere escapar.
Un año más… de soledad…
Pegada en mi mente la frase: “ya vas a salir a putiar”, supieras tu, mi realidad, amar sin sentir deseo carnal. Saber que fue un abuso del que no pude escapar, quien apaga el fuego del lamento, quien borra el llanto de mis ojos, quien sufre en silencio, como lo e sufrido yo.
Un año más de soledad, unas ansias de gritar y decir el dolor que llevo dentro, y a quien a de importar, si cuando niña no vieron mis ojos, cuando adulta no verán mi corazón.
Amor en sueños digo yo, frases de amor esparzo en el aire, pero no toquen mi cuerpo que lloverá sangre.
¿Podré amar sin comenzar un juego?, ¿Cuando la mente y el corazón entenderán que el juego termino?, ¿Debo pensar en el amor, o debo seguir en el juego? Aun no lo se…si el juego acabo. ¿Por que nadie se dio cuenta de mi dolor?, por que nadie sintió mi dolor…
Familia! Aquí estoy yo…aquella niña, que jugaba sin querer, que lloraba por perder y salir de ese maldito juego…no notaron mi dolor y hasta el día de hoy, lloro, ya no creo en el amor…

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14 El último sueño de Ricardo Real

Despertó cerca del mediodía. No tenía demasiado tiempo. Al incorporarse sintió un vacío en la cabeza y la acostumbrada sensación de náusea. Tomó la mochila y comenzó a introducir sus pocas cosas. El dolor en la espalda le dificultaba los movimientos. Rogó no tener un nuevo acceso de tos como el que le había impedido dormir hasta ya entrada la madrugada.
Sabía que el conserje no tardaría en golpear a la puerta.
Tres meses antes había llegado allí buscando una pieza barata. Solo tenía para pagar el primer mes y así lograría salir otra vez del paso.
- ¿Nombre?- había preguntado el conserje.
- Ricardo Real.
- ¿Edad y ocupación?
- Soy escritor y tengo treinta y ocho años.
El hombrecito lo miró por encima de los lentes. Aparentaba el doble de edad. Las manos huesudas, la barba raída que ocultaba apenas el rostro afilado.
- ¿Ingresos?
- Vivo de mi profesión - contestó sin levantar la cabeza.
- Bueno, parece que tuvo suerte, se acaba de desocupar una pieza en el fondo. Es la última del pasillo. Pero tiene que pagar un mes adelantado.
Sacó unos billetes arrugados del bolsillo de la mochila y se los entregó.
Con la promesa de que tenía un dinero para cobrar por unas publicaciones logró dilatar el desalojo, pero el plazo vencía ese día. Ya estaba acostumbrado: los poetas somos así, pobres.
Calculó que tenía tiempo hasta el anochecer para encontrar otro lugar donde dormir. Pero un sudor frío que ya conocía, lo hizo tambalear. Al intentar recostarse se desplomó arrastrando en su caída la mesa con la veladora que provocó un gran estruendo.
El conserje, que se acercaba por el pasillo, sintió el golpe. Llamó a la puerta y al ver que no le respondían, la abrió con una llave del manojo que llevaba consigo.
El hombre estaba inconsciente tendido sobre el suelo.

iAl volver en sí, comprendió donde se hallaba. Ya le habían advertido que no podía suspender la medicación y debía estar bien alimentado.
Lo trasladaron a Radiología. Ahí lo conocían bien.
- ¿Cuándo se hizo la última placa?
- No recuerdo, hace bastante.
De vuelta en la pieza lo auscultaron y ordenaron las dolorosas inyecciones de siempre.
- Cada cuatro horas - ordenó el médico. Y dirigiéndose a él: ahora a descansar.
Permaneció varios días inconsciente. Una noche despertó sintiéndose mejor. Pudo incorporarse y pidió el libro que llevaba siempre consigo en la mochila. La enfermera dudó pero se lo entregó.
-Le dejo la luz encendida. Avíseme cuando quiera que se la apague.
El hombre tomó el libro que abrió con gran precisión/i

bEl sol resplandecía. Tanto había soñado con aquel momento, había pasado un año más, ella estaba allí, esperándolo. Lucía pulcro y su aspecto era agradable. Lo besó en la mejilla. Mientras caminaban juntos le rozó apenas la mano, que notó temblorosa.
Al llegar a la esquina la esperaba un hombre que al acercarse la increpó bruscamente tomándola de un brazo. Comenzó a arrastrarla en medio de insultos. Ella respondía sollozando.
Real no lo pensó. Pelear por el honor de su amada era la mayor prueba de valor que pudiera realizar. Se arrojó sobre el hombre y forcejeando con un poder que él mismo desconocía, le arrancó a la muchacha de los brazos. Ella, al sentirse a salvo, corrió a refugiarse en los suyos.
-¿Y vos quien sos?-inquirió el hombre
- Mi nombre es Ricardo Real – respondió
- Ah, así que vos sos el poeta - Y que buscás por acá. ¿No me vas a decir que andás armado? - dijo, mientras se llevaba una mano a la cintura.
Real supo que debía matarlo, pero el otro arteramente se le adelantó acuchillándolo en el costado derecho. Ante los sollozos de la muchacha, se desplomó herido de muerte.
Pese al fuerte dolor, alcanzó a sonreírle. Ella lo abrazaba llorando.

Cuando la enfermera de la mañana entró, le extrañó hallar la luz encendida. Al acercarse al paciente comprobó la frialdad en el rostro y la mirada, cerró sus párpados y recogió el grueso libro sostenido aún por aquellas manos ya rígidas.
Luego cerró las tapas duras y amarillentas del viejo ejemplar de El Quijote y lo depositó sobre la mesita de luz./b

 
COpacampeon,13.08.2012
15 Dulce Esmeralda
Eran las diez de la noche, las luces en la calle acompañaban el brillo de la luna sobre los techos húmedos del rocío que iba cayendo tocando su propia melodía.
Allí estaba ella, Esmeralda mirando por la ventana sin ver nada en especial. Sola con sus pensamientos y deseos en disfrutar un año más de esperanzas, ilusiones y proyectos.
Con su corta edad dibujaba imaginando su camino por el arco iris, representando cada color un sueño.
Sus padres personas dulces y contenedoras no hacían otra cosa que estar pendiente de ella, por su fragilidad, por su enfermedad que padecía sin saberlo, algo le decía que cada día debía disfrutar de las pequeñas cosas.
Soñaba con ser medica de bebés decía, por su ternura uno veía que iba a ser una gran médica sin dejar de tener fé ni la esperanza dejar de lado. Solo un milagro, pensaba su mamá y pedía cada día que la vida le regale más tiempo, para verla crecer, lograr sus anhelos y verla feliz.
Pasaban los días los cuales con una mezcla de energía, alegría y su forma de alborotar a su alrededor contagiaba y daba un inmenso amor.
Un día, observando por la ventana, su lugar cómplice, porque desde allí ella imaginaba sus propias historias a veces de amor otras de temor, vió pasar a un chico, algo en él la atrajo, no sabía si su forma de caminar, sus ropas o su graciosa gorra. Se preguntaba si alguna vez podría saber su nombre ya que lo veía pasar varias veces por ahí. Dejaba volar sus pensamientos y armaba su cuento una y otra vez, hasta llego a pensar que podría ser su príncipe azul de un cuento de hadas.
Una mañana al salir de su casa cruza unas miradas con aquel chico y algo en sus ojos la impactaron, vio una tremenda tristeza por el costado de su gorra dejaba escapar. Ahí comenzó a pensar una y otra vez que le pasaría, cuál era su pena y fue cuando dejo de pensar solo en ella para saber la causa de tanto dolor.
Miraba una y otra vez por aquella ventana cuando de pronto vio su silueta con el reflejo del sol, fue un impulso salió corriendo con las ganas de poder preguntarle aunque sea su nombre. No sabía cómo llamar su atención para hablarle cuando su torpeza fue más grande que su entusiasmo que cayó encima de él al tropezar con la vereda ,quedo atónita y apenas pudo decir un suave hola y mil maneras de disculparse por lo sucedido; cuando su gorra se había caído hacia atrás noto con sorpresa que era pelado . Desde aquel momento no dejo de tejer una serie de historias, en las cuales estaba en una de ellas una terrible enfermedad, su corazón y su alma presentían lo peor y aun más con la certeza que no se estaba equivocando.
Desde aquel momento que ni siquiera pudo saber su nombre pensó una y otra vez como saber más de él, sus pensamientos volaban se desordenaban y trataba de calmar todo ese alboroto de palabras que venían a su mente.
Otro día de esos que ella estaba frente a su ventana se sorprendió ver pasar a ese chico sin nombre acompañando a una señora mayor , deducía por sus ropas, su manera encorvada y lenta de caminar ,ayudada de un bastón por lo que parecía era hecho por manos inexpertas pensaba tomada del brazo joven y fuerte. Su corazón se agitaba cuando lo veía pasar, se imaginaba hasta ensayaba como hablarle para poder conocerlo un poco más a ese misterioso chico .Fue cuando se le ocurrió desde ese día finalmente escribirle una carta que por cierto fue muy dulce, prolija y sin errores de ortografía. Había comprado un papel bonito y una cinta para rodear sus palabras y unas gotas de su perfume preferido de flores dulces dándole un toque de femeneidad. Se imaginaba la escena corriendo tras de él para alcanzarlo y entregarle su carta donde le contaría un poco de ella y le propondría conocerse aunque sea por escrito eso por ahora la conformaría.
El contenido de la carta era simple, le contaba de sus sueños, que tenía pocos amigos, que se sentía feliz pero sola que sentía que lo conocía desde hacía mucho tiempo pensaba ,como si viniera de sus propias fantasías, estrellas y luces de colores.
El día era un escenario de tristeza por la falta de luz y color, amaneció un día gris, inesperadamente vio a esa señora de andar despacio que el chico solía acompañar de vez en vez. Se estremeció, su corazón estaba tan agitado que tenía que contenerlo con sus manos para que no saliera de su lugar, pensó lo peor y decidió bajar y preguntarle a la señora por el chico, entregarle la carta que tan cuidadosamente le había escrito y preparado como un bonito regalo. Al estar frente a ella le entrego la carta esperando que hiciera un gesto una mueca una palabra, no hizo falta una lágrima rodo por su mejilla y esos mismos ojos de tristeza que había visto en él lo volvieron a ver nuevamente en la señora. Tomo su carta y su mano poso en su mejilla y le dijo que el chico estaba internado esperando su último día. Esme sin casi conocerlo sintió algo en ella que le hacía pensar lo contrario. Salió a su encuentro del imaginario y misterioso príncipe azul.
Allí parada junto a él Esme se dio cuenta de que solo era una historia de las tantas que por su mente pasaron y solo era un espejo que reflejaba su propia muerte de su cuento que era realidad.

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16 Contando los dias

UN AÑO MAS, ya no sé si creer que es un regalo del destino o como la reflexión de Mafalda en verdad es un año menos, tomando en cuenta los destinos marcados y que los seres humanos no somos más que una mercancía en el borde de un estante que es este mundo, con nuestra descripción en la etiqueta de la lata que es nuestra apariencia externa, con un código de barras que nos señala nuestros ingredientes, aditivos y fecha de vencimiento. Pasamos toda nuestra existencia acorde a los cánones establecidos por una pequeña casta de triunfadores, que reprodujeron su filosofía por el mundo, señalando los ingredientes perfectos para una vida también perfecta. Estudio, competencia, aspiraciones, ambición, sacrificios, falta de escrúpulos, trasnochos, ahorro, apariencia de triunfo, método, objetivos y por sobre todo, trabajo. Cualquier tropiezo que te aparte del camino que recorre esas estaciones, puede significar la pérdida de la ruta que conduce a la última y más placentera estación, llamada: Triunfo. En ese frustrante y agotador camino transcurrí la mayor parte de mi vida, estudio consciente, vida monástica, veda de excesos, erradicación de vicios, lucha contra el tiempo. Fue una vida tan gris, que perdí la virginidad cuando ya no me importaba portar el colgajo o cambiarlo por una sonda. Mi primer trago de licor lo probé después de que me salió el último vello de mi barba y lleve la decepción de mi vida pensando que de verdad era “un manjar de los dioses”. Cuando los adolescentes de mi época montaban en bicicleta o rodaban en patines, mis hobbies impuestos eran leer novelas clásicas que mi padre examinaba como una tesis de doctorado o jugar ajedrez con mi abuelo enfermo que cada vez que sospechaba una partida perdida desarmaba el tablero de un manotazo culpando a su Parkinson o se orinaba encima para desquitarse de mí, castigándome a limpiarlo y recoger sus fluidos pestilentes. Nunca entendí la libre determinación o eso que llaman independencia o emancipación, una selección consciente y trabajada de películas, me enseñaban que en países más desarrollados los jóvenes como yo, obedecían con actitud de esclavos a sus padres, veneraban a su madre y eran solícitos y dóciles como perros amaestrados de circo. La televisión era un premio mayor y sólo era accesible cuando el gran patriarca ordenaba sentarse frente a la pantalla, sintonizaba un programa educativo o del reino animal y sometía a toda la familia a una hora, al menos de suplicio, tiempo en el cual no podía hacerse un comentario que no fuese autorizado por él, ni una risa burlona por cualquier nimiedad. Las circunstancias a veces conspiraban en su contra, como la vez que repentinamente comenzaron a copular unos monos y mi padre no se decidía por taparnos los ojos o apagar el televisor que en esa época estaban desprovistos de su principal accesorio: El control remoto. Mi hermana menor no cabía del asombro y mi abuelo arropado de pies a cabeza con una manta se orino como de costumbre pero en un ataque de risa que de no haber muerto, todavía estaría escuchándose en su mecedora.
Luego de una vida de cuidados, restricciones y apegos a las normas, de haber procreado y criado a dos hijos que se rebelaron de la disciplina impuesta por herencia, de haber rechazado como alérgicos las normas señaladas en el manual familiar y haber hecho lo que a bien les venía en gana, Jonathan de tatuador callejero, con un bolso de cuero del cual no se separaba con sus máquinas, tintas y agujas, decorándole la piel a los drogadictos y cobrando tarifas de miseria o porciones con que alegraba su atribulada vida. Susana persiguiendo a un guitarrista que fue su novio desde primaria y el cual pensaba que sus seis cuerdas era su pasaporte y su tarjeta de crédito, con la misma habían recorrido gran parte de Europa y América, durmiendo y retozando con la misma pasión sobre un colchón de plumas en un hotel de categoría o sobre unos cartones en un parque de huéspedes furtivos.
Yo tengo cinco años postrado, viendo como la vida se pasa frente a la ventana de mi cuarto, único lujo que puedo darme, la pensión del Ministerio cubre a duras penas mis medicinas que se complementan con las aportadas por una fundación para pacientes terminales, mi esposa cansada de escuchar mi toz metálica por toda la casa y perdida toda esperanza de tiempos mejores, decidió visitar una prima en una ciudad lejana de la cual quedo soldada para nunca más regresar, mis básicos cuidados los realiza una inquilina a la cual tuve que permutar habitación por comida y cuidados, a pesar de mi calamitoso estado y mi indefensión, jamás me ha dejado sin comer y cambia mi ropa de cama de manera semanal cosa que le agradeceré de por vida, es decir, por poco tiempo.
No sé cuántas veces he deseado sellar mi calendario, tomarme un puñado de pastillas, dejar una carta maldiciendo hasta al cura del pueblo, escupiendo la cara de mi mujer, pisoteando la piel de mis hijos, llenado de mocos a todo aquel de manera insensible osó abandonarme y estrujar con mis manos el recibo de la pensión de miseria en la cara del Director de Ministerio, que el destino quiera tenga mi misma suerte. Cada día medito con fuerzas para juntar el valor para tomar esa fatal determinación, llega la noche, invade la penumbra y bajo las sabanas y en medio de un manojo de sondas y mangueras, vuelvo a ser quien en verdad soy, un animal asustadizo y cobarde, que ruega, implora, se arrastra ante cualquier Dios que exista, por un día más, una semana más, un mes más, UN AÑO MAS, recitando los conjuros inventados para espantar la muerte, olvidando que sólo quiero vida para mirar la de otros perderse en el abismo, mientras el electrocardiógrafo con su pito de vida, me cuenta o descuenta lo que me falta o me queda de esta desgraciada vida.
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17 Los gallos


Ese año definitivamente no fue un año mas......
diferentes personas se entrometieron en mi vida y de la mano de esas personas un sin numero de sucesos llenaron de colores y información mis cinco sentidos, Carlos fue sin duda una de esas personas que sera imposible olvidar independientemente de que yo lo quiera o no.

Fue Carlos quien me llevo a la primer pelea de gallos que vi en mi vida, Carlos es un Cubano vinculado a todo lo que la sociedad te
grita que no debes estar vinculado, en dos rincones de su enorme y lujosa casa guarda a los dos santos a quien - el - le profesa respeto,
y que lo libran de todo mal., Son dos metralletas Uzi de fabricación Israelí que descansan en un perfecto escondite para darle la malvenida a cualquiera que no sea bienvenido a sus dominios, - el - tiene un master en delitos y conoce las leyes lo suficientemente bien como para poder violarlas sin caídas ni tropezones, entre tantas cosas que lo apasionan se dedica con fervor a criar gallos de pelea, y en este discutido pasatiempo
invierte verdaderas fortunas siempre a favor de sus plumosos pupilos.

No soy un ferviente admirador de estos circos de animales, pero la curiosidad pudo más y lo acompañe.

Manejamos casi dos horas para llegar al gran estadio clandestino, aquí en Miami están prohibidas estas sangrientas peleas y mas de
una vez cayo una redada policial por la colaboración de algún soplón indiscreto, es decir que aquí solo concurre gente de confianza, o por lo menos de confianza hasta que se demuestre lo contrario, los personajes que pude ver eran como de una película de bajo presupuesto, ruidos,
colores, olores, caras, y billetes que iban y venían, sumado a la emoción de lo clandestino creaban un ambiente único y adictivo, había
personalidades para todos los gustos, estaban los tranquilos, que parecían que estaban en otro mundo y ese mundo en el que si estaban
pareciera que no les importaba en absoluto, también habían de tipo, - curioso - como yo, gente que estaba embobada con los colores y
los ruidos de tanta gente alborotada, los expertos y entrenadores no faltaron a la cita y allí con exagerados comentarios y vehementes
movimientos de mano explicaban las virtudes o advertían los defectos de aquellos peligrosos gallos de riña, pero cuando comenzaron las
primeras peleas descubrí a los fanáticos, que gritaban como poseídos para alentar a esos gallos malhechores y pendencieros, las peleas
son muy crudas y son a muerte, solo un gallo se lleva las palmas y la gloria y no hay lugar para segundos puestos o promesas para el futuro.

Al llegar la cuarta pelea Carlos me indico que si yo quería apostar ese era mi momento, pelearía el mas sanguinario y salvaje matón del mundo
de los gallos y allí mi dinero estaría asegurado, a mi apostar no me cuesta nada y lo hubiera hecho aun si este popular gallo no tuviera tantos
pergaminos, copas y distinciones en su vitrina, la cuestión es que apenas comenzó la pelea este gallo matón salio con tantos bríos con tanta furia
y con tantas ganas de lastimar que en un movimiento absurdo de su cuerpo se degolló el mismo con sus propias y afiladas espuelas y cayó ensangrentado y inerte, sangre y plumas volaron por los aires y todos quedaron sorprendidos por un final tan extraño.

Carlos perdió un dineral - en esa - que fue la pelea más corta de la noche, - y yo - aunque perdí unos dólares sentí que había ganado una de las noches más coloridas y emocionantes de mi vida.

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18 Un deseo concedido

“Un año más y sigo en friega”, piensa Asdrúbal, el pescador, al despertar el día primero de enero, hoy se siente mal, con una resaca espantosa, producto de las sabrosas libaciones de anoche (festejaron la noche vieja) con sus compañeros de trabajo.
Sin embargo los peces no saben de festejos como el año nuevo. Por razones desconocidas los cardúmenes de Atún hacen su aparición al empezar el año. Asdrúbal a las dos de la madrugada en punto, se prepara para ir al muelle a su barca.
—Me voy a dar un toque con la mariguana de lujo que me consiguió mi compadre Eufrasio —se dice a sí mismo en voz baja— así se me quitará este dolor de cabeza.
Piensa en los buenos chismes que se contaron. Pobre Teodosio, se sacó la lotería, pero como sentenció su compadre Eufrasio: “La riqueza de repente es mala”.
Y realmente fue mala para Teodosio, pues con tanto dinero, que se ponen él y su mujer a gastarlo alegremente. Ella se dio el gusto de ir a un Spa de moda y caro, donde le dieron «una manita de gato», quedó tan guapa que se fue de segundo frente con el «delegado ejidal», sin pena dejó a Teodosio, al cabo el dinero ganado en la lotería ya se había acabado.
Después de varias fumadas, comienza a ver el mundo color de rosa, voltea a ver a la «Chata», su buena mujer y a sus tres hijos que duermen plácidamente. Él gracias a la «yerba santa» se siente feliz y en paz.

El pescador sale de su humilde vivienda, empieza a caminar por la playa y encuentra una botella; cuando la abre, aparece un genio, éste dice:
—Por tu amabilidad te gratificare con un deseo, pero solo uno, quiero además que tengas presente que «la riqueza de repente es mala».
Asdrúbal al escucharlo piensa asustado: “las mismas palabras que dijo mi compadre Eufrasio”, por lo que pálido y tembloroso de miedo le pide su deseo al genio casi en un grito:
—Mi deseo genio, es que te vayas a «re-chingar a tu madre».
El genio contrariado, pero «la ley de los genios es la ley», se va de mala gana a cumplir el encargo de su salvador. Asdrúbal se santigua, voltea al cielo y dice:
— ¡Ay Diosito! ¡«Me cae»! Te juro y te perjuro que ya no vuelvo a fumar de esa «porquería» tan temprano.

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19 Juego de palabras

No es verdad que trabaje por nada, Lichio debe estar durmiendo, Roberta seguramente queriendo ir al baño, es un año màs, aquí, van cuatro años sin vacaciones, què digo cuatro, es un años más.
Desde el ictus de Lichio, su recuperación y mi encierro, son el resultado de cinco años. He dicho cinco años, lo escribirè; en mis salidas voy a la Iglesia Santa Cruz, pido a la virgen María, ganar la lotería y partir a mi chacra en Perú, reencontrar a mamá y bañar a la chanchita “Chancha”, raspándole su espalda.
En cambio durante el baño de Lichio, para divertirme, imagino bañar a un cerdo rosado, pesante y anciano, por fortuna, diariamente peleamos, le mando a la más feroz mierda con el vapor humano de mi ser y èl se infla el pecho para repetirme que tengo los huevos grandes, pero todo en italiano.
Odio el silencio, aunque no soy como Velina, ha comprado diez tarjetas para llamar a casa, son dos mil minutos. Ella trabaja en la montaña, dice haber visto un león conversando con un elefante, !idioteces!, digo, fundamenta conocer el lugar secreto en donde su Jefa guarda las alhajas de la familia, !sandeces ! Grito.
El encierro enloquece, dice con baja voz, es un año màs, recuerda a su ex pareja, fue el primero en desnudarla, en verla por primera vez, en varias partes, porque la cama no es un centro exclusivo de placer, nos hemos queridos en varios lugares. Terminamos por decisión mutua, mi hermana, lo vio con su actual chica en una plaza cerca a casa, iba oliendo a humo, vistiendo un jeans azul y un polo rojo, ella en cambio era fea aunque fuese bien bonita. Mejor llamarè a mi hermana y gastarè mis minutos alborotando mi lengua.

Reparto periódicos, sábados y domingo; de lunes a jueves cambio pañales a un distinguido señor; mañanas, tardes y noches. Una amiga muy querida me dice que agarrar mierda atrae el dinero, tiene razón. No creo en el amor, es un sentimiento poco predescible, es verdad, tuve parejas, aspirábamos un poco de soledad, pero nunca lográmos mezclarlas.
Sí, estuve enamorado una vez, salimos un primero de marzo, estuvimos ebrios, igual inventè una manera seductora de tomarle la mano (eso me lo contaste cincuenta veces, pero continua), fuimos a bailar, sin embargo tuvo que reponer las fuerzas y durmió, bailamos, porque ella lo quiso, no porque quisiera, era su música, su canción. Me declarè, dudaba y al final acepto. Nos invitábamos, comíamos y nos desvestíamos, casi nunca dormíamos, nos amábamos.

A mí me toca siempre lavar, no sé, hasta donde llegarán estás manos, porque lavamos ellas y las movilizo yo; platos, ollas, coladores, hornos, tenedores, cucharas, cucharitas, cuchillos, cuchillazos, cucharones, sártenes, tenedores. Mientras limpio robo cualquier cosita para comer, es un año màs, quiero casarme, de repente sea pronto, el problema es con quièn. Mi pareja me dejo, porque no aceptè casarme, ahora tiene cinco hijos y parece feliz. Pienso estudiar el oficio de “eleva callos”, lo hago bien, tengo paciencia. Te gusto?, tu silencio otorga, creo que no, me gusta un chico de Lima, se llama Juan, una vez me regalo chocolates rellenos de coco, bien ricos, le propondrè casarse conmigo.

La justicia es un principio, recuèrdalo, dice el profesor de italiano, la justicia es un sustento, es nuestra garantía mayor. Recuèrdalo. En cada circunstancia o situación con relevancia, la justicia aparece. Es imposibile escapar, la sociedad podrá decirte barbaridades, pero el juez argumenta y practica una profesión tan importante como la de servir a alguièn , la decisión díficil y complicada de dar una respuesta. Recuerda, todos tenemos dignidad, hasta la puta màs olvidada, hasta el menesteroso màs apartado. Tiene hambre!, desea invitarme a comer, acepto, pero no crea que compró mi alma, sabe què significa la amistad , dar queriendo sin necesidad de querer por haber dado, juego de palabras, no lo crea usted. Oiga !, sabe que significa, el acto de amistad, saber escuchar, dice que debo tomar la pastilla del recuerdo, ni que estuviera enfermo, podría olvidar la memoria, què dice usted, soy profesor y recuerdo, por eso pienso “que no es verdad que trabaje por nada, Lichio debe estar durmiendo....”

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20 Una historia de niños

Es diciembre tiempo de regocijo de esperanza, de paz, de alegría, para la mayor parte de nuestros amigos. Pero también de un poco de bonanza de la cual carecemos muchos que trabajamos con ahínco esperando un día una recompensa y este diciembre se espera, como todo diciembre con el llamado aguinaldo.

Es necesario decir que soy asesor de educación abierta, que la escuela ha llegado a la fábrica y que Pedro es estudiante del sistema.

Pedro tiene seis hijos, todos pequeños y hermosos como lo son para mí todos los niños de su edad. Llenos de esa inocencia, de esa vitalidad, de esa energía que no conoce cansancios, ni tristezas. Lo dice su mirar, la alegría ante lo que acontece dentro de su mundo.

Profe, le invito a mi casa. Un año más que se nos va y Usted no quiere acompañarme -Me insistió Pedro-, siempre le he invitado y Usted sabe que me daría un gusto inmenso recibirlo en la casa y conozca mi familia, nos comamos un taco, al fin y al cabo empiezan las vacaciones a partir de hoy.

Esta bien, iremos a tu casa al termino de nuestra clase¬.¬¬ - Le contesté-, un poco comprometido.

Abordamos mi carro y nos enfilamos a casa del gran Pedro y ya cerca de su hogar me hizo detenerme en el mercado; que para llevar hoy que se puede, algo para sus hijos.
Bajamos y compró un kilo de cacahuates y dos cañas y llegamos a la casa.
Apenas abrió se rodeo de seis chiquillos de entre diez y dos años.

-“Papi, Papi”-, decían emocionados y hasta el perro movía el rabo al ver a Pedro. Su joven mujer después de saludarnos se dirigió de inmediato a la cocina, dejándonos inundados de gritos de alegría. Más aún que veían inquietos la bolsa de fruta seca y las deliciosas cañas. No había sillas, sólo bancos de madera, pequeños como los que usan los lustradores de calzado en la ciudad y una tabla que hacía las veces de mesa sobre dos latas de plástico de esas que son de capacidad de dieciocho litros.

Comimos cacahuates y él, orgulloso me decía los nombres de sus hijos, mientras se hacía un lapso de silencio por el consumo del manjar. Lapso que no tardo ni tres minutos pues uno de los niños ya jaloneaba a Pedro exigiendo algo más.

_¡Papá, papá, queremos ver la tele! La exigencia se hizo en coro. –“Ándale, no seas malo, papi”-, y Pedro me miró muy apenado. La insistencia de los niños no aminoraba y Pedro dijo: - No, no es el momento-. Entonces, intervine, con intención de evitar los gritos exigentes de latosos y complacer aún niño. Al fin y al cabo mis hijos son iguales de exigentes y no sé decir casi nunca un no.

Imagine correr a los niños ante la televisión, en la recamara, pero Pedro fue el único que se levantó, entró a su cuarto y trajo una tv, los niños ya corrían la simulada mesa.


La televisión había sido televisión en otro momento, sólo era el recuadro, no tenía cinescopio.
Pero eso si, tenía cable y éste de inmediato quedó conectado a la pata del mueble de los trastos pues una mano pequeña se acomidió de inmediato y empezó la función.

De una caja de cartón salieron los protagonistas de la historia con la voz de Pedro. El programa no era el chavo del ocho, ni la escuelita de Jorge Ortiz, ni la Pantera Rosa, pero las risas superiores. Y como no, si le ganó en la chones al mas tragón de los protagonistas simulando la humedad con una jeringa plástica, escondida entre las ropas del muñeco hechas junto con los muñecos por aquel padre ingenioso, que entre gracias y risas, historia creada y verdad, señalaba la diarrea producto de la gula de un niño que no sabe de moderación ante la hambruna necia de la gente. Había monos chimuelos y dientes prietos, producto de dulces y gaseosas llamados niños rancito-marinela, niño lata de angulas, niño modelo, y cosas parecidas...

Los aplausos y las risas, me trajeron recuerdos de mi infancia, y me convirtieron en uno de esos niños. De pronto me ví rodeado de mis hermanos, la vivencia de ahora me regresó a la de ayer. Veo a una de mis hermanas encendiendo la radio de bulbos de una vez para cuando tuviéramos electricidad. A otro de mis hermanos, creando una pantalla con un vidrio de aumento y un cubo, algunas estampas y una lámpara de pilas iluminándola haciendo las veces de televisón añorada. Pero esa, era una tv muda, mientras ésta, creada por un padre singular es toda voz e imagen, acción y tensión, luz y color, gracia y destreza mental, superior a lo que hace la caja idiota de todos los días.

El tiempo no pasa, se queda en los recuerdos atorado. Ahora, cuando recordamos cosas chuscas entre hermanos, nos acordamos de la radio y la televisión de nuestra niñez.

Una voz arrancó los recuerdos e inocencia saboreada de mi propia infancia.

Pedro, recoge tu reguero y acomoden la mesa, la sopa ya esta lista. -Dijo la esposa y volvieron los aplausos.

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21 La pension del perro

Un año más tarde, vuelvo a pensar en las declaraciones acerca de los perros y su devoción a los seres humanos que un día he recibido a través de Internet.

En una red social, uno había empezado a hablar sobre el tema. Otro compartió las frases: "Si recoges un perro hambriento y lo da algo de comer, él no te morderá, esa es la diferencia principal entre un perro y un hombre", dijo una declaración atribuida a Mark Twain; "Los perros no son eternos en nuestras vidas, pero hacen que nuestras vidas sean eternas", fueron las palabras de Roger Caras; y había otras expresiones como esas, siempre a decir que la amistad de los perros por los hombres es mayor que la de los hombres por ellos, una afirmación que aunque no sea un axioma, tiene el prestigio de un postulado que muy poca gente pone en duda.

El asunto fue olvidado, pero los recuerdos llegaron a mí después que oí la historia de un amigo que vivía con su familia en una casa alejada del centro de la ciudad, y tenía un perro guardián, un hermoso rottweiler. Para esas personas el perro era mucho más que un animal. En verdad, desde muy temprana edad fue tratado como un miembro de la familia.

Hoy mi amigo me dijo que se había separado de su esposa y ahora vive en un pequeño apartamento. Por no tener espacio para acomodar el perro en su nueva residencia, tuvo que dejarlo en compañía de su ex esposa, que había quedado en posesión de la casa. Por otra parte, el rottweiler sería más útil allí, ya que podría seguir ayudando con la seguridad.

- El problema - se quejó mi amigo - es que mi ex dijo que el perro era mío y por lo tanto, sólo aceptaría manterlo en su casa, si yo pagase todos sus gastos, tales como la dieta, vacunas, control veterinario y otras cosas como esas. Yo acepté. Ahora creo que soy la única persona en el mundo que paga pensión para un perro.

- ¡Dios mío! - Me quedé sorprendido. - Pero a pesar de la separación, por lo menos aún se llevan bien, ¿no?

- ¿Mí perro y yo? ¡Claro!

 
ninive,13.08.2012
22 Simplemente un sueño.

Cuando escuchó el grito de su padre, llamándola, Sofía flexionó sus brazos apoyados a la baranda del balcón y retornó a la realidad.
Comprobó agradecida que no hubo ni diluvios, ni tormentas, ni tragedias, ni tampoco casamientos. Solo confirmó con su mirada que la llegada del circo a Los Girasoles esa tarde, si era real.
Y también comprobó que desde lo alto del camión repleto, un hombre esbelto y buen mozo, le saludaba con su mano en alto. Se llamaba Alejandro Alcoba.
Sofía sintió volver la paz a su alma. Corrió escaleras abajo, y acudió al llamado de su padre.
El italiano se sorprendió por la inmediata respuesta de su hija a su llamado, pero como nunca lograba comprenderla definitivamente, se guardó sus comentarios.
Le pidió que lo ayudara para llevar el agua hasta la quinta porque el molino se había atascado y debía regar las lechugas. Y allá fue Sofía, dócil y tierna como una lechuga, a prestarle ayuda. Estaban compenetrados en el riego cuando apareció Alejandro Alcoba solicitando agua. Sofía que se mostraba poco amigable y huraña con los extraños, se mostró atenta y servicial con el recién llegado.
No había agua corriente en el pueblo, por tanto, los vecinos llevaban agua del pozo del gringo y la presencia de Alejandro Alcoba hizo aparecer por allí a todas las muchachas del pueblo en busca de agua. Y hasta la propia Sofía se unió al grupo. Entre baldes de agua que subían, chirriando la rondana por el impulso de la braceada de Alejandro Alcoba, bromas y anécdotas que salían a luz, pasaron horas junto al pozo hasta que la noche apareció. Y Sofía se fue a su cuarto pensando en Alejandro Alcoba. Este a su vez se fue al campamento pensando en Sofía. Romano Bambolini se quedó tan perplejo con las actitudes de su hija que esa noche le comentó a su mujer que Sofía algo grande estaba tramando para comportarse de esa forma.
Al día siguiente Doña Marina habló con Sofía, preocupada por las palabras de su marido. Pero Sofía la tranquilizó, comentándole todo lo que había pensado mientras el circo llegaba, y que había comprendido cuanto los quería a ambos por lo cual era injusto su mal comportamiento que tenía en ocasiones. También le comentó que Alejandro Alcoba era un hombre muy apuesto y que todas las muchachas se habían vuelto locas por él.
Cuidado hija- le dijo su madre- ese bichito pica fuerte.
Cuando se trataba de diagnosticar un romance o algo por el estilo doña Marina nunca se equivocaba, por tanto se preparó para recibir una confirmación de los hechos en cualquier momento.
Y no se equivocó. El romance comenzó y en menos de tres meses ya había novedades en cuanto a la fecha de casamiento.
Fue el casamiento más recordado en toda la historia del pueblo. Nadie faltó entre los invitados y la comida se sirvió durante todo el día sin pausas ni para discursos.
Doña Marina, ya cocinera por naturaleza hacía tres días que no iba más que de la cama a la cocina y de la cocina a la cama, había madrugado más de la cuenta y no paraba de alcanzar bandejas y más bandejas de comida a las mesas.
Se dice que los comensales juntaron el hambre con las ganas de comer uniendo desayuno con almuerzo, merienda y cena. Y recién se levantaron de sus mesas a las ocho de la noche, cuando sorpresivamente paró la lluvia que hacía treinta días que caía sobre Los Girasoles, después de seis meses de sequía, y porque a esa hora bajó la novia de blanco, tomó la mano de Alejandro Alcoba, se besaron frente a la concurrencia y marcharon a pié hasta la capilla, donde dieron el sí para toda la vida.

Después de los abrazos precedidos por la lluvia de arroz, Sofía y Alejandro Alcoba se despidieron muy felices y se marcharon saludando por las ventanillas de la ford A color verde botella, de su hermano Victorio.

De los sueños volátiles de Sofía solo se hizo realidad el diluvio que acabó con seis meses de sequía en Los Girasoles y un casamiento que, aún hoy, algunos habitantes del pueblo lo recuerdan como un acontecimiento que nunca jamás se haya visto.
Para Sofía y Alejandro Alcoba fue una fecha tan feliz que en cada aniversario Brindaban por : “un año más…”

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23 Las uñas de Pedro
Pedro frota sus dedos, pues siente unos cosquilleos extraños por debajo de sus uñas que suben por sus manos y le llegan hasta los sentidos del dolor, allá en su mente.
Nota como si las uñas hubieran empezado a crecer con más apuro que de costumbre y pronto descubre que están larguísimas y que no paran de crecer. Esta mañana ya las ve avanzar en alocada carrera, como compitiendo unas con otras, empujándose entre ellas, dobladas hacia abajo por el peso y dejando a Pedro tan asombrado por este hecho, que solo atina a levantar sus brazos bien altos y sus uñas que ya miden cerca de un metro, se pliegan sobre la cama quedando como lluvias caídas de sus manos. Y Pedro reza en voz alta deseando que este crecimiento cese.
Hoy, con los días caminando el tiempo, Pedro vive lejos de sus uñas, ellas andan por el comedor y él desde su cama las siente como siguen peleándose entre ellas por salir primeras a la calle y ganar el mundo, el mundo fuera de los dedos. Enredadas, entremezcladas se retuercen en lucha encarnizada por sobresalir entre las más largas y una de ellas ya posee garras para apretar a sus hermanas y controlar así un poco el crecimiento.
Hacia la tarde, esta uña ha logrado salir al jardín y recorre gozosa la verja trepando hacia lo alto y mira el mundo con ojos lujuriosos, enamorándose en el acto del cordón de la vereda, por parecerle de vida eterna, en su largo recorrido que la guiará por la vida sin dedos, donde podrá sentirse única reina.
Esta uña viajera, se desliza ahora por el verde cordón de cemento, y avanza rauda con sus pocos calcios al viento y desparrama energía arañando la esquina, ha doblado hacia el ferrocarril y se ha enfrentado a sus vías soñadoras, haciéndoles uña (pidiendo un aventón) y deseando que la lleven por otras tierras, que no sean las suyas.
Mientras tanto, Pedro ya no es el mismo, pero tampoco sufre como al principio, pues mira la vida de sus uñas como su propio destino y si bien siempre piensa en cortarlas y aunque crecieran de nuevo, termina por darles un poco más de tiempo, esperando que los fuegos del deseo se extingan, después de haber experimentado sus uñas otras vidas fuera de su cuerpo.
La noche trae sus sombras y a las puertas golpea el frío. Uña duerme en un vagón mugroso y piensa en Pedro y en su dedo que le daba antes calor de tea y extraña los bolsillos secos donde reposaba tibia arrebujada en su fondo. La tierra es más grande de lo que imaginaba y también más peligrosa, piensa sintiéndose sola y ya no está tan segura de seguir derrapando aventuras por los valles del deseo, de viajar conociendo del mundo, lo bueno, lo malo y lo feo.
Y así es que regresa, triste y contenta, miedosa y serena, gigante y pequeña, a su lugar de nacimiento después de comprobar que la tierra, con su envoltura de cielo pintado sobre un horizonte sin tiempo, es de mil caminos a todas partes, pero solo en las manos es donde se esconde el fuego que cuece el cariño y el más hermoso verbo, un día más, un año más, hasta que la muerte nos junte con nuestros amores eternos.

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24Despertares

Un año más ha transcurrido desde aquel despertar de consecuencias contrastantes, fue el alba de una nueva existencia. Mi vida se detuvo y colmó de nuevas sensaciones.

Temor a la noche, específicamente a dormir, a enfrentarse al desconocido mundo de los sueños parece un miedo infantil. Sin embargo, para algunos el terror alcanza niveles inimaginables y para otros, muy pocos en realidad, ha significado la muerte.

¿Te es conocida la sensación de despertar y por breves instantes no poder moverte? Pues esa anormalidad constituía el origen de mis noches intranquilas. En los primeros años de mi juventud justificaba esos síntomas como pesadillas, escalofriantes es cierto, sin embargo, según yo nada extraordinario porque por aquellos días no imaginaba la amplitud y alcance de ese trastorno.

El insomnio influyó en la formación de mi carácter meditabundo, frío y analítico y sin voluntad para encarar retos físicos. Mis padres extrañados de mi comportamiento me obligaron a confesar el motivo de mis desvelos. Craso error. Debido a su tendencia a adscribir lo desconocido e incomprensible al ámbito sobrenatural no tuvieron reparo en explicar mi padecimiento con una creencia común de mi pueblo natal, “el muerto se me subía”. Ese razonamiento inhibió mi ánimo por dormir y fue el detonante de mi imaginación volátil.

Los siguientes treinta años mis perturbadoras experiencias nocturnas fueron esporádicas e intrascendentes. Esa tranquilidad no duró para siempre, hace más de un año, durante ocho días consecutivos, la reiteración de una pesadilla y perder mi capacidad motora en estado conciente me retornaron mis miedos. Mis males regresaron, más afectados, con mayor frecuencia y de sintomatología más amplia. Los lapsos de inmovilidad al despertar se prolongaron. Obtener la motricidad demandaba un derroche de energía y una concentración al límite de mis capacidades.

Las vívidas alucinaciones y pesadillas en vigilia me estaban enloqueciendo, no soporté más y desesperado acudí a una clínica especializada, ahí fui sometido a rigurosos exámenes y el diagnóstico fue categórico, sufría una alteración del sueño llamada narcolepsia. El origen es la interrupción del sueño REM caracterizado por rápidos movimientos de ojos y respiración profunda y acelerada, en esa etapa el tono muscular está deprimido al máximo y controlado por el cerebro. Después de mi valoración sentí un enorme alivio, no era una alteración mental y la afectación tenía tratamiento.

Durante un año dormí apaciblemente pero la mañana del quince de julio volví a despertar inmóvil, dediqué angustiado horas a forzar mi cuerpo a moverse con resultados vanos, con el transcurrir del tiempo, agotado y menos optimista, hacía concentrados esfuerzos en pequeñas metas, intentaba mover la boca, los ojos o algún dedo, frustrado reconocí mi derrota.

Mi familia se conmocionó por mi estado, el doctor explicó el tratamiento y los cuidados para mi rehabilitación, sugirió extremar precauciones al hablar frente a mí, “él escucha y entiende todo”, dijo. A pesar de todo había una posibilidad, un movimiento de suerte y en algún momento mi cerebro liberaría mi cuerpo.

Los primeros días con profunda aflicción analicé mi situación con mortal desazón. Al pasar los días, adaptado a mi estado catapléjico encontré ventajas y en esa autocondescendencia mejoró mi entusiasmo, la inactividad física me permitió meditar mis errores y resolver rencillas diferidas del pasado. Libre de cargos de conciencia y con tiempo de sobra mi imaginación se agudizó y estructuré fantásticas historias.

Tal vez se pregunten por qué mis disquisiciones no aterrizaban en algo tangible, en necesidades básicas, la explicación radica en el hecho de estar retirado por más de cinco años y resuelta mi situación económica, esa condición ventajosa me permitió dedicarme por completo a leer y escribir con relativo éxito en un género de escasa exigencia y de amplio mercado en los Estados Unidos, el thriller.

Mis dos hijos y mi esposa amablemente se alternaron para estar conmigo durante profusas horas. Mi hija después de saludarme iniciaba su monólogo mencionando la fecha, detalle importante para no perder la noción del tiempo. Cuando el tema se agotaba me leía emocionada los avances alcanzados en su guión y sentí culpabilidad de mi arrogancia. Antes evadía escucharla. Me concentré en su lectura y descubrí su talento.

Cuando creía aburrirme cambiaba de lectura, conocedora de mi afición y admiración por algunos escritores de la página azul me leía los cuentos del día y uno de ellos me despertó añoranzas y recordé la cercanía del concurso cuentero para celebrar un año más. “Me hubiera gustado participar”, pensé.

En el turno de mi esposa, contrario a su añeja actitud, me sorprendía con fluida charla, la imaginaba expresiva moviendo sus manos y gesticulando con gracia. Mi obligado silencio animaba su locuacidad y contó proyectos antes reservados a su círculo de amistades.

Con mi hijo ocurrió algo similar, no hubo evasivas ni desgano, voluntarioso me platicó de su primera novia y la emoción le ganó al hablar de ella. Tuve ganas de aconsejarle prudencia y me alegré de no poder hablar y reprimir su emoción.

Esa nueva conciencia me develó mis fallas, cuántos sentimientos ocultos entre los pliegues de la solemnidad, cuántas caretas usadas para similar mis debilidades. Anhelaba regresar a la normalidad para expresar todas mis emociones. No era tiempo, aún faltaba una lección, debía aprender a llorar.

Un día mi hija me visitó temprano y sin cambiar su habitual estructura me dijo.

-Papá, hoy es 4 de septiembre… Tengo buenas nuevas, en tu computadora encontré unos cuentos y envié uno al concurso de la página azul, esperé hasta saber los resultados… tu cuento ganó.

No podía creerlo, soy escritor de cómoda medianía y errático en el género del cuento. Sin poder demostrar mi sorpresa esperé más detalles y tras instantes de ansiedad ella mencionó el nombre del cuento y al momento dos lágrimas huérfanas empujaron mis párpados abriéndose paso exitosas. Mi hija feliz me abrazó para compartir alegrías.

Al escuchar el título entendí porque había ganado, no podía ser diferente, era un esplendido cuento almacenado en mis archivos digitales, enviado a mi correo electrónico y escrito por Zepol.

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25 “Los Caminos del destino”

“A menudo, encontramos nuestro destino
Por los caminos que tomamos para evitarlo”

Jean De La Fontaine


Se miran, se recuerdan…y sus corazones vuelven a latir como aquella vez en Mar del Plata, aquel lejano e inolvidable verano del 83.
En ese entonces él tenía 22 años y ella 20, se conocieron en un improvisado partido de vóley en la playa.

Ahora él va camino a Córdoba, de vacaciones con su mujer y sus hijos, salieron de la ruta a un pueblito para cargar combustible y comprar algunas provisiones en el supermercado, pudieron haber parado en el pueblo anterior o en el siguiente, pero no, el destino dijo que tenia que ser en este, también pudieron haber ido a cualquiera de los otros dos supermercados que hay en el pueblo, pero no, el destino volvió a intervenir, y hasta pudieron haber elegido cualquiera de las otras 14 cajas para pagar.

Cinco carritos los separaban, mientras tanto, los chicos corrían por los pasillos y su mujer sacaba cuenta de los gastos.
Volvieron a mirarse, sus mentes y sus corazones viajaron por el recuerdo hacia 1983, donde el verano les había regalado los mejores días en la playa, y encendidas noches de pasión junto a un improvisado fuego al amparo de los medanos de arena, sus adolescentes y bellos cuerpos llenos de deseo, se confundieron con la arena, bajo un cielo lleno de cómplices estrellas.

Fue un amor de verano y nada más, aunque él siguió frecuentando un par de años la misma playa con la esperanza de encontrarla, nunca más la vio.
Siempre se decía, un año más, solo un año más, hasta que se dio por vencido y comenzó a olvidarla.
Con el tiempo conoció una buena chica, se casaron, tuvieron tres hermosos hijos y cada verano iban de vacaciones a la playa, el pasado año fue el ultimo.
Dijeron que era hora de cambiar la vista del paisaje y esta vez eligieron Córdoba.

Y aquí está, sin quererlo frente a ella, después de tantos años, en un pueblito perdido entre las sierras Cordobesas.
Está a un solo carro de tenerla frente a frente, cara a cara ¿Qué decirle? Ella lo mira, le sonríe, él transpira, se pone un poco nervioso, ella le hace señas con la mano que es su turno, se acerca, mira su nombre en el uniforme, es ella no hay dudas.
- ¡Buenos días! ¿Efectivo o tarjeta? Ella le pregunta mirándolo a los ojos
-¡Buenos días, con tarjeta! Le contesta, y comienza a descargar el carro.

Ella va despachando la mercadería, no deja de mirarlo, el tampoco, la encuentra atractiva a pesar de los años, una figura cuidada y un cutis perfecto, la falda que lleva puesta deja lucir unas piernas perfectas, bien torneadas, sensuales, provocadoras.
Él piensa que no pasaron los años para ella.

La más chica de sus hijos se acerca y le dice a la madre
-¡Mirá mami, la señora se llama Verónica como yo!
-¡Que lindo! ¿Y quien te puso el nombre? Le pregunta la cajera.
-¡Mi papi, mamá quería llamarme Rosa, como mi abuela, a mi no me gusta!
-¡Que bueno que a tu papi le gustaba mucho Verónica! Le guiñó un ojo a la nena.

-¡Son trecientos cincuentidos pesos con veinte centavos! Dijo volviendo la mirada hacia él.
-¡Aquí tiene mi tarjeta! Le contesta estirando la mano, ella toma la tarjeta dándole un sutil y disimulado toque con los dedos en la palma de la mano, a él le recorre un río de electricidad por todo el cuerpo, que desemboca en lo más profundo de los deseos, se le eriza la piel, ella
Observa su nombre en la tarjeta de crédito, le sonríe y le hace un leve pestañeo de ojos, le da el ticket para firmar, el lo firma se lo devuelve, y ella le entrega el comprobante al que disimuladamente anota su numero de teléfono…él lo guarda en el bolsillo de la camisa.

Se dirige con la familia al estacionamiento, guardan las cosas en el auto y reanudan la marcha hacia la ruta.
-¡Como te miraba esa mujer! Le reprochó su mujer en el camino.
-¿Quién la cajera? Preguntó desentendido ¡No me di cuenta! Contestó.
-¡Si seguro! Dijo ella en forma burlona.
Él le sonrío, miró por el espejo retrovisor a sus hijos, que jugaban felices haciendo bromas entre ellos, se dio cuenta lo afortunado que es por tener tan hermosa familia.
Luego sacó el ticket con el número de Verónica del bolsillo de la camisa y lo arrojó por la ventanilla.
-¿Tiraste la cuenta? Le pregunta su mujer exaltada.
-¡No mi amor, está en una de las bolsas, solo tiré el ticket de la tarjeta…solo el ticket de la tarjeta!

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26 La profe de Inglés.
Introducción:
Con apenas 17 años, Natalia había sido becada para continuar sus estudios de la Academia de Inglés en un reconocido Instituto de la ciudad de Buenos Aires.
Definitivamente no quería hacer del idioma su profesión, pero era demasiado aplicada y la Beca fue una tentadora excusa para alejarse de la presión de su familia, que ansiaba verla algún día convertida en una excelente docente de la lengua inglesa. No en vano habrían invertido tanto dinero en sus estudios lingüísticos a partir de sus 8 años.

Un año después de la partida:
Había sido una jornada agotadora para la madre de Natalia: demasiados niños atestados de pediculosis a quienes cortarles el cabello y un par de axilas olorosas que depilar. De repente oyó el timbre del teléfono y la voz inconfundible de su hija le devolvió el brillo a su semblante nacarado. Al concluir la comunicación, tomó su laptop y le escribió el siguiente mensaje de correo electrónico:
“Mi pequeña, 365 ocasos hemos presenciado con la mirada perdida y con el corazón nostálgico, indecisos por celebrar tu madurez y valentía o por añorar la presencia de tu cutis rosado. Tus lunares, tus pecas, cada uno de tus gestos hemos repasado en silencio, en las melancólicas tardes de mates y bizcochos de grasa… ¿Qué no hubiéramos dado porque estuvieras en casa, mi amor? Y un año más ha pasado desde que te vimos partir con tu valija agrietada, una sonrisa en tus labios y en los ojos dos inocentes lágrimas… Y ni aún así, tu empático corazón podría imaginar el cosquilleo en mi estómago y la inestabilidad en mis piernas, cuando escuché por el audífono del inalámbrico que pronto regresabas… ¡Hija, cuánto te hemos extrañado! Sin embargo hoy es uno de nuestros mayores placeres, saber que este tiempo interminable ha significado para ti, progreso y estudio durante 365 amaneceres”.

En Buenos Aires:
¿Qué actitud tomarían sus padres si supieran la verdad? …Que Natalia había perdido su beca, que trabajaba haciendo números callejeros para ganar sustento, que había conocido toda clase de excesos y gozado en los brazos de varios muchachos ingenuos… Que al fin había experimentado esa sensación más sedante que la valeriana y más adictiva que el opio; “que se había enamorado”, ardiente e irremediablemente, de un hombre que no la deseaba como mujer, aunque la amaba como a una hermana… Que había mentido y encubierto una realidad extremadamente diferente a la contada al teléfono durante tanto tiempo.
¡Qué sombrío se tornó el rostro de Natalia! ¡Cuánto dolor, cuánto remordimiento, cuánta frustración, cuántas mentiras, cuánto deseo le despertaba ese hombre indiferente!
Caminó con el paso cansino durante horas y volvió al hostel en donde se hospedaba. Armó su valija y ni ella supo cómo, pero logró regresar a su ciudad natal.

De vuelta en su ciudad.
Golpeó dos veces la puerta; su madre abrió y la vió, con su cabello osadamente recortado y una expresión de culpa en su mirada.
Al cabo de unos cuantos días confesó su osadía y su padre, luego de unas candentes bofetadas, salió al bar a embriagarse. Regresó a las 8 de la mañana, con un sombrero de mariachi y con el perro pequinés del vecino a upa.
La madre lloró desconsoladamente durante semanas.
Natalia nunca aprendió de sus errores y comenzó a comportarse de manera cada vez más indecorosa.
Su padre abandonó la casa, que ya no tenía nada de hogar, maldiciendo a la madre por la irresponsabilidad, la rebeldía y la promiscuidad de su hija.
La madre respiró, fumó un cigarro y decidió que a partir de ese momento no volvería a exigir más de su hija de lo que la misma pudiera darle, excepto el beso de las buenas noches, que la dejaba dormir tranquila, y las depilaciones de entrepiernas a sus clientas, que Natalia se había ganado…
Confinada detrás de la intimidad del biombo de la Peluquería, Natalia debió hacer aproximadamente 7 cavados diarios hasta cumplir sus 21 años.

Desenlace.
Tiempo después, la muchacha retomó sus estudios y se apuntó en la Universidad, cumpliendo el sueño de sus padres al graduarse de Licenciada 5 años después.
Su madre le regaló unas extensiones suaves como el dulce de leche en el paladar y unos tacones tan ostentosos como altos, para que luciera como una verdadera “diva” en su fiesta de graduación.
Su padre no asistió al evento académico porque estaba degustando unos tequilas en el bar, con sus amigos mexicanos. Pero al recuperar la sobriedad, fue a lo de su esposa, tomó a su hija entre sus fláccidos brazos, le besó la mejilla y le dijo: “eres rebelde como un corcel encabritado, eres impredecible como la magnitud del desastre después de una furiosa tormenta, pero eres mi hija y te amaré siempre. Estoy tan orgulloso de ti, mi vida”.
Y vivieron felices, cada uno a su manera…


*****
27. Abuela
Viste como es la vida abuela? Yo estoy activo, en la mitad del camino, viviendo en una
sociedad con la que no concuerdo en nada, perteneciendo a esta masa de argentinos
cuya única meta es la de joder al otro, es ver dónde està el curro y cuándo lo
encuentran, abrazarlo como a un hijo, pero con más sentimiento. Y vos abuela, hoy,
con un año más. Van 101, y ya no te tengo ni para el té con limón, ni para el pan alemán
con manteca, ni para el dulce de ciruela, ni para verte como era hacer todo sin mostrar
cansancio, y estar siempre predispuesta a mis caprichos y a perdonar mis diabluras.

Escucha, este es mi regalo, ojalá te guste:

Ahí venimos nosotros, como si fuera hoy, en enero, en Gesell, caminando cuatro cuadras
de tierra hasta la playa abuela, yo te doy mi mano chiquita que vos agarrás con dulzura.
Inquieto, tengo una pelota de colores bajo el brazo, y un toalloncito en el cuello. Por
momentos intento correr y vos sin forzar me persuadís a no hacerlo, entonces me contás
sin mucho preámbulo un historia de tu tierra lejana y yo dejo de ver el camino de tierra
y empiezo a ver el que recordás. Con la distancia entre tu casa y la escuela, con el frío,
con la nieve hasta la rodilla, con el viento y los zapatos que no abrigaban, y las ganas de
llegar al reparo, para estar calentita y con los papás. Y yo te pregunto y te pregunto y no
dejo que termines nunca de contar, en lo mejor de tu relato, subimos un médano leve y
se nos presenta el mar, a pleno en nuestra cara, los dos lo contemplamos, nos produce
una sonrisa instantánea, natural, involuntaria, luego con esa sonrisa en la cara nos
miramos. No se que pensabas abuela, yo pensaba que el mar era inmenso y bello, pero
tambièn pensaba que mi abuela era más inmensa y más bella que el mar, y que nadie
era tan feliz como yo en el mundo, eso lo puedo asegurar.
Entre las olas chapoteaba y chapoteaba incansable, cuando ellas me lo permitìan yo te
saludaba levantando el brazo, o me hacía el ahogado unos segundos flotando boca abajo
y enseguida me sacudìa y te avisaba que todo estaba bien. Volvíamos por el mismo
camino, de la mano, como yo estaba cansado, vos cargabas con todo, hasta con mi pelota
y mi toallòn. En la casita caìa rendido a la cama, mamá pedìa que guarde mis cosas, yo
me negaba y venía el merecido chirlo, aunque vos se interponías a tiempo y decías:
-Pobrecito, está cansado, dejá que duerma un rato.
Mi sueño en esa cama mullida venìa enseguida, y enseguida estaba yo flotando en la
espuma del mar con tu mirada cuidándome y las olas meciéndome en el vaivén de una
hermosa vida. Por la noche de cena salamín alemán, cracovia, tomates frescos, pepinos,
todo en pancitos, después los dados y las cartas y mis tías y mis primos y toda la familia
en una cocinita de tres por cuatro.
Vamos a elegir ese ámbito para nuestro reencuentro abuela? O vamos a elegir tu Vinnitsa?
Vos pequeña? O ya más adulta, presentándome a tu papa y a tu esposo, a tu mamá, a tu
abuela y a tu hermana? Si, me gusta así, yo tengo cinco y corro a la par tuya por los
campos y vos me señalás las cosas que querés que conozca y me mostrás los animales
y los frutos silvestres. A la vuelta le contarías a todos lo que fuimos nosotros el uno del
otro, y del amor tan especial nos unió toda la vida, y que yo soy parte tuya, de tu sangre,
como dijiste siempre y que los grandes amores nunca terminan, por eso estábamos ahí y
por eso nos habíamos reencontrado. Me gusta así, y que no haya pasado nada de todo lo
malo que pasó, con nosotros estarían todos, todos los que le habían perdido un poco el
gustito a la vida. Y no habría lugar para polìticos locos, ni guerras locas, ni matanzas, solo
habrìa lugar para juntar todas nuestras fantasías y armar nuestro gran reencuentro.

Pero aquí estamos todavía abuela, aspirando hollín y viendo tele. Y discutiendo del Dios en
el que vos crees y yo no. Y dándonos tres besos a la llegada y tres a la partida, cuando en
el tercero yo dejo mi mejilla pegada a la tuya unos segundos es porque no me quiero ir, y
quiero quedarme acostado al lado tuyo en la cama, como cuando niño, y que me mimes
abuela, porque ya no tengo quién lo haga, al menos como vos, y que el mundo siga loco
allá afuera, total nosotros dentro, sin penas abuela.
Cuando le explico a alguièn que tenés más de 100 y que te voy a ver los domingos, que
comemos juntos y te leo un cuento, esa persona nos quiere abuela, aunque no nos
conozca, porque la gente básicamente todavía, cree en el amor.
Feliz cumple nona mía!!
Y que esta hoja quede suelta por ahí, en tu casa, y que la tome al descuido y que la lea
quién no conoce de estos sentimientos, y que aprenda abuela, que aprenda, que más
explicaciones no le podemos dar.

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28 Dulce Inoportuna
La vida no para, no espera, no avisa. Al igual que el amor, que sin entender desde donde ha llegado, nos toma por sorpresa. Quien no lo sepa, ya lo aprenderá deprisa.

Y es que un año más, como todos los anteriores, el mundo se transforma. Desde el telégrafo hasta hoy, que el mundo vive comunicado gracias a Internet. La ciencia, la poesía, el arte e incluso la artesanía. Todo, absolutamente todo, se transforma. Pero, ¿y que hemos logrado con todo esto? La tecnología crea armas más devastadoras, la comunicación viene de la mano de su amiga “publicidad”, que a la vez misma crea el consumo. La codicia a envenenado las almas, ha levantado barreras de odio; El que lo tiene todo tiene aún más facilidades y el que no tiene nada se pudre antes en su miseria. Cada vez los ricos son más ricos y los pobres son aún más pobres. No somos más que una chispa en la edad del cielo.

Hemos progresado muy deprisa, pero estamos cavando nuestra propia tumba. Pensamos demasiado, y sentimos muy poco. Más que máquinas, necesitamos humanidad. Y es que precisamente, lo que más necesitamos es justamente de lo que más se carece, aquel que no entiende de fronteras ni color, aquel que, llena nuestro corazones en cualquier situación desesperada, si señores, estáis en lo cierto, estoy hablando del amor. El amor del cual carece la sociedad hacia lo desconocido, que en ved de acogerlo lo oprime con un odio generado por ellos mismos. Ese amor que te hace olvidarlo todo, que te hace sentir como uno más, ya que, verdaderamente, la tierra es nuestra casa y nosotros somos una hermandad que habita en ella. Nosotros, tenemos el poder; el poder de crear máquinas, el poder de crear felicidad, el poder de hacer esta vida maravillosa y hermosa. Luchemos por el mundo de la razón, luchemos por un “Nuevo mundo”.

Nuevo Mundo

Calma, todo está en calma, deja que el beso dure, deja que el tiempo cure, deja que el alma, tenga la misma edad que la edad del cielo.
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29 Estela

Un año más me encontré encerrada entre las paredes amarillas que me rodeaban tanto en la habitación como en la facultad. Creí que terminaría esta rutina y, por el contrario, las jornadas se hicieron más intensas. Uno a uno, fueron pasando los días sin nada que me hiciera olvidar que después de todo esto no había nada. No había nada nuevo después de colocar los libros recubiertos en polvo de la biblioteca, sonreír a los clientes, descubrir los intereses ajenos, inquietudes y sentimientos de los desconocidos. Y tras ello, las clases.
Todo iba sucediendo así como esperaba hasta que un día, vagando por los pasillos del centro, descubrí un pequeño brillante escondido en uno de sus pasillos: ¿una llave que alguien habría perdido o un pendiente de alguna chica, que hubiera estado amando a algún muchacho en ese preciso lugar? Cualquier cosa menos lo que era. Se trataba de una bolita similar a aquellas pelotas saltarinas que todos teníamos a los siete u ocho años pero, a diferencia de aquellas, ésta desprendía un brillo especial, un brillo inusitado que parecía proceder de su interior. Opté por guardarla en el maletín negro que cargaba a diario con la idea de que nadie me observara; pues no soportaba que la gente me mirase por el pasillo. Así pues, el brillante, no más grande que una ciruela, resbaló por la cubierta de Astrophel and Stella entre los tejidos de la cartera. Durante todo ese mismo día cada vez que quería sacar algo del maletín, contemplaba mi nueva adquisición. Era increíble, nunca perdía el brillo que desde un primer momento me atrajo a ella.
Una vez acabadas las clases me apresuré a casa, pues debía llegar a antes de que mi madre se fuera; había olvidado las llaves. Sin embargo, por suerte (buena o mala), tropecé con mi antiguo profesor de literatura: un hombre de unos sesenta años, pelo algo canoso, barba larga y ojos verdosos o más bien azulados, no sabría decir. Estuvimos charlando durante largo rato hasta que me convenció para que lo acompañase a su despacho y enseñarme algo que aseguraba que sería de mi interés. Así que, olvidando por completo el tema de las llaves, fuimos hasta su “refugio”.
Una vez allí, se sentó en su vieja silla y abrió cuidadosamente, con sus manos arrugadas por la edad, el cajón que se encontraba a su izquierda. No creía lo que estaba viendo. En el cajón guardaba numerosas bolitas resplandecientes como la mía. Esta visión era aún más impresionante que la de horas antes. Aquellas piezas resplandecían más allá del cajón; resplandecían en la mirada templada del hombre. Al darse cuenta de que mis ojos habían abandonado el tesoro y se encontraban sumidos en los suyos sonrió y me dijo: “pero debe tener cuidado, pues si las contempla durante largo tiempo con impaciencia y sin decoro, acabará por perder su brillo y grandeza”. No entendí muy bien que quería decir con aquellas palabras, no porque no supiera el significado que comprendía a la perfección, sino porque no le veía mucho sentido. ¿Cómo me iba a obsesionar con una simple bola con luz? Aquel hombre siguió explicándome cómo las fue encontrando una a una, cómo hacía para que brillasen entre ellas e insistía en lo más importante: que no se apagaran. No pude apartar la mirada de sus ojos, iluminaban su despacho a más no poder. Cada alabanza de las piedras le hacía perder años, arrugas e incluso canas. Era impresionante. Casi admiraba más el poder que éstas ejercían sobre él que a ellas mismas.
Al llegar a casa no tuve que esperar en la calle, pues aunque no lo creyese había pasado horas dejándome maravillar por las esferas. No podía quitármelas de la cabeza. Así que, aun habiendo escuchado todas las recomendaciones y avisos del anciano, abrí mi cartera y decidí contemplar durante unos instantes mi adquisición. ¿Habría vida dentro de la bolita? Tomé como entretenimiento el crear historias e imaginar que dentro de ella habría una pequeña hada a la que en algún tiempo pasado habían encerrado por desobediencia. Horas fueron las que pasé inventando cuentos en relación con la esfera: hadas encerradas, una estrella caída del cielo, que algún niño habría perdido, una historia de amor materializada en brillo… Infinitos relatos, hasta que finalmente caí rendida en un sueño que se rompió con el trinar del tedioso despertador. Al incorporarme, descubrí que el escenario había cambiado, ya no estaba en el sofá del salón sino en mi cama con el pijama puesto y sin rastro del brillo de la bolita. Busqué, como sin en ello perdiera la vida por todo el salón, la cocina, la entrada, la habitación; ni rastro de ella por ninguna parte, ¿se abría apagado? Debí hacerle caso al profesor y no abusar del resplandor ni dejarme llevar por él. Recorrí toda la casa hasta que, finalmente, fui a parar al cuarto de baño. Allí se encontraba sobre la repisa de las colonias brillando más que nunca. Con ello, ya estaba más que dispuesta para ir a la universidad y soportar un día más de trabajo.
Una vez allí me crucé con el anciano, al que paré para explicarle lo que sucedió el día anterior. Al narrar que dediqué horas y más horas en contemplarla e inventar historias, me reprochó no haber hecho caso de sus advertencias. Pero en un abrir y cerrar de ojos, en el momento en el que saqué el resplandeciente objeto de la cartera quedó ensimismado. No comprendía por qué a él se le apagaron años atrás. Así mismo, segundos más tarde comprendió que no se trataba de guardar el tesoro y observarlo más que materialmente, como objeto digno de venerar. Sino que tenían un uso y valor que debía ser apreciado, pero que no todo el mundo les sabía otorgar. Sólo las verdaderas mentes podían incrementar su brillo y sacar fruto de su luz, incuestionable belleza y perfección, para que llegado el momento, bastara con describirlas para reflejarlas en miradas humanas.


 
ninive,13.08.2012
Corrección: EL TEXTO 29 FUE PUBLICADO DOS VECES
EL TEXTO 30 ES EL SIGUIENTE

30 Lo que provoca tu amor


Un año más de muchas noches de preguntarme al pensarte, cuanto más tendré que esperar para que estemos juntos? ya que el amor no entiende de tiempo y si tu corazón logra transmitir en tu ser, aquello que solo sentimos y no podemos ver, tal ves solo llegarás a mi y las palabras no serán necesarias, solo tu mirada bastara para saberlo.

Abro mis ojos y apareces tú, mis pensamientos están contigo, mis sentidos están llenos de ti, cierro mis ojos buscándote, te huelo, te siento y cada parte de mi ser se transporta a esos…nuestros momentos.

Como no sentir tu respiración, tu calor, el corazón salta en mi pecho, cuando te pienso
y vuelvo a revivir tus besos, nuestros besos.
Quiero más, volver a ser solo uno, no existe nada más, me pregunto ¿es esto cierto? sentimiento que estaba dormido, anestesiado, quizás olvidado.

Y cada día que pasa, agradezco a Dios por haber cruzado nuestros caminos, ¿quién dijo que sería fácil? hoy puedo darme cuentas de mis errores, que forman parte de mi historia, los cuales estoy dispuesta a enfrentar, porque tu me das la motivación para luchar y no bajar los brazos, es que siento la fuerza de tu amor, latiendo dentro de mi.

Déjame entrar en tu vida, no tengas miedo de abrir tu corazón, háblame, búscame, muéstrame tu interior, quiero seguir descubriéndote, abrir mis brazos donde todo lo completes tú, cada beso, cada respiro, mírame, siénteme, bésame, no me sueltes, no me dejes caer… porque ya no puedo estar sin ti.




 
copacampeon,13.08.2012
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31. Normalidad
Un año más… decía en voz baja mi amigo, con un tono confidencial que le daba cierto matiz misterioso a sus palabras. Todos creían que ella estaba loca ¿sabe? siguió diciendo, yo solo quise ayudarla a preservar la poca cordura que aún conservaba… Me llevó mucho tiempo reconocer los mecanismos que utilizaba para lidiar con su enfermedad. Era algo similar a lo que sucede cuando el cuerpo se defiende de algún virus. ¿Comprende? Todos necesitamos escapar del sufrimiento; algo bastante lógico ¿no le parece? Estamos tan acostumbrados a hablar de “lo normal”…sin embargo, yo pienso que la normalidad no existe. Simplemente poseemos diversos grados de locura. Pero claro, si alguien tiene fiebre, enseguida nos asusta contagiarnos ¿No es verdad? Bueno, eso era precisamente lo que ocurría cuando alguien observaba sus síntomas: se apartaban atemorizados, y tal vez, sin desearlo, fueron agravando la situación.
Aquella tarde, yo no me atrevía a interrumpir a mi amigo. Escuchaba mudo su relato, mientras los relámpagos proyectaban sombras fantasmales sobre las paredes desnudas. Durante un breve instante, recordé nuestros días de juventud, y experimenté la certeza de que nunca podría comprender a ese extraño sentado frente a mí.
Ella tenía un nudo en el corazón, me dijo, como si eso lo explicara todo. Yo sabía que hablaba de su esposa.
Cuando los sentimientos nos ahogan, perdemos la paz, siguió revelándome. Todos esos medicuchos eran unos inútiles. Ana no lograba engendrar hijos, y esa imposibilidad se había convertido en un castigo maldito.
La mente de cada ser un humano es un enigma, amigo, me explicó. Yo la amaba demasiado, pero comprendí bastante tarde lo que le ocurría. Su lucha era encontrar ese equilibrio que muchos llaman normalidad. Todo empezó cuando llegó a sus manos un libro que hablaba del poder de la energía positiva. Al principio, se la veía bastante bien, pero cuando decidió unirse a un grupo que practicaba ciertas técnicas de control mental, su estado empeoró. Poco tiempo después comenzó a exhibir algunas conductas que me resultaron insólitas, y hasta grotescas. Se colocaba un almohadón en su vientre y salía a la calle. Todo el mundo la observaba con curiosidad al verla actuar de esa manera. Ella trataba de mentalizarse ¿entiende? algo así como verse a sí misma en el estado que más deseaba. Creía que de esa manera iba a quedar embarazada. Poco a poco, su obsesión terminó apartándola de la realidad. A mí no me resultaba nada fácil tolerar todo eso; pero lo intentaba todo el tiempo.
Cuando el supuesto bebé “nació”, las cosas se complicaron aún más. Imagínese: compraba mamaderas, pañales, ropa de recién nacido. Al poco tiempo me di cuenta de que tal vez la gente tenía razón: la locura era contagiosa. Bañábamos juntos a una criatura imaginaria, y por las noches nos turnábamos para darle el biberón. Mi mente se hallaba demasiado confusa; ya no sabía qué era real. Supe entonces que yo también debía defenderme: la demencia se estaba apoderando de mí.
En ese momento mi amigo guardó silencio. Había dejado de llover; algunos débiles rayos de sol comenzaban a colarse por entre las rejas de la pequeña ventana. Yo lo miraba tratando de entender sus extrañas divagaciones. Las palabras que pronunció a continuación todavía resuenan en mis oídos.
Las horas trascurren muy lentamente aquí, compañero. Pero no se preocupe; todos dicen que estoy mejor. Como le dije, ha pasado un año más, por lo tanto también falta uno menos para que salga de este lugar. ¿Y sabe que voy a hacer cuando llegue ese momento? Le voy a llevar una flor. A ella, claro. Y también al niño. Usted me comprende, ¿verdad? Es que no me quedó otra alternativa. Aquel día, amigo mío, tuve que matarlos a los dos.

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32. Africa mia

El caluroso agosto mediterraneo y encontrarme en el aeropuerto, sentado en la misma mesa del mismo bar, me hizo recordar que ha pasado un año más desde que conocí a Mauro Di Biasi. Este joven Napolitano, sería mi intérprete durante los cinco meses que pasaríamos en un obrador ferroviario en el interior de La Republica Democrática del Congo.

Durante el largo viaje a Boma, me enteré que había aceptado la propuesta cuando supo que se trataba de colaborar con un argentino. Me pidió hablar solo en castellano. Aprendió el idioma en la Universidad de San Carlos de Guatemala, donde estudió y trabajo durante un año en su tesis doctoral en la facultad de ciencias sociales. Luego volvió a Italia para graduarse en la Universidad de Bologna.

“Sincretismo: Cristianismo - Mitología Maya” era el título de dicha tesis. Grande fue mi sorpresa cuando supe que, no solo hablaba Inglés y Francés fluido y académico, sino que conocía swahili y kikongo, dos de las lenguas más difusas en África central. Mauro poseía un doctorado en historia y me confesó que trabajaba de intérprete para conocer el mundo y algún día contar sus experiencias en libros y seminarios.

En una visita de trabajo, durante una semana estuvimos en la ciudad de Nyangwe. Tal vez por casualidad, nos encontramos con una fiesta popular. Mauro observaba atentamente las comparsas que cantaban y bailaban acompañadas de sus típicos trajes e instrumentos de percusión y me mirándome fijo me dijo sorprendido: “También en esta África mía las palabras construyen historias”.

Se dio cuenta que yo no había entendido y trato de aclararme su pensamiento:

“Amo África como si fuese mía. Las palabras construyen el mundo. El mythos era palabra en la Grecia antigua, era el lenguaje de la naturaleza divina. Como si hablasen el río, la montaña, la noche, el amanecer… repitiendo sus nombres.
Los griegos pensaban que solo un tipo de hombres podían escuchar y trasmitir esas voces.
Ese hombre era el aedo, el vate, el poeta, el rapsoda… el hombre del don divino, mensajero de la palabra mítica, la que proviene del tiempo de los dioses creadores del universo.
Esa palabra pronunciaba la verdad y él… o ellos, el juglar… el payador, los encargados de trasmitir la memoria. Estos hombres Bantú, están contado una historia de la ciudad, un acontecimiento mítico y loan al héroe que la defendió” concluyo Mauro.

……

Advierto no ser historiador y, confieso que mis relatos tienen un apasionado sentido de pasatiempo. La curiosidad me domina cuando no logro razonar lo misterioso trascendido en lo simbólico, y es esto precisamente lo que intento relatar.

Conservaré en lo posible la rigurosidad de los hechos históricos. Será difícil para el lector, como lo es para mí, distinguir la línea sutil que separa la realidad de la ficción.
Invenciones viejas y recientes se intercalan, mezclan, comparan y confunden con hechos reales. Acontecimientos olvidados en el tiempo o despojados de veracidad se transformaron en verdades reveladas y cantadas.

Dejo aquí asentado las asombrosas vivencias que escuche en ese canto sobre la vida del héroe ¡Lejos estaba yo de pensar que este acontecimiento me resultaría inolvidable!

……

La Iglesia Católica apoyó el régimen del Estado Libre del Congo. Su misión específica era evangelizar y de esta manera justificó su presencia en África Central ante las potencias europeas y los Estados Unidos.

Fueron diseminadas colonias en el inmenso territorio del Estado destinadas a los huérfanos y regidas por sacerdotes. En realidad el verdadero objetivo era formar súbditos fieles al rey de Bélgica. Muchos de los niños allí educados serían destinados a engrosar las filas de la Force Publique, el poderoso y despiadado ejército mercenario que mantenía el orden en la propiedad privada de Leopoldo II.

Kalala M’wepu, bautizado Jacques, creció en una de esas colonias.
Siendo todavía un niño fue adoptado por el entonces capitán Joseph Vandereycken. Recibió educación y preparación militar superior; privilegio para un Bantú. A los veinte años hablaba neerlandés, francés y swahili y ya era sargento, con enorme prestigio entre sus camaradas de armas.

Kalala junto a algunos fieles subordinados desertó para incorporarse a las filas de Tippu Tip, poderoso comerciante de esclavos originario de Zanzíbar, gobernador de la provincia Oriental nombrado por Leopoldo II. Cuando estalló la guerra entre éste y el Estado Libre por la explotación de los recursos del río Congo, la primera y exitosa misión de Kalala fue la posesión de la ciudad de Nyangwe.

Conociendo a la perfección las tácticas de guerra del enemigo, venció sin dificultad a las fuerzas del Rey, pero no pudo evitar el baño de sangre. A los prisioneros los masacraron con el chicote, practica muy usada por la Force publique como castigo a los esclavos. Gracias a su autoridad pudo salvar la vida del valiente comandante de la guarnición; el coronel Vandereycken, su padre adoptivo.

La guerra duró tres años. El ejército del Estado Libre del Congo, consiguió vencer gracias a la superioridad de su armamento. Kalala murió en Ujiji, último bastión insurrecto, luchando como un león al frente de su diezmado regimiento. Su valor y osadía en el campo de batalla lo rindieron un héroe del primer intento legítimo de independencia en África central.

Joseph Vandereycken jamás regreso a Bruselas. Rodeado de su guardia personal, jóvenes soldados por él seleccionados, vivió rico y hasta muy anciano en su mansión de Boma.

El Coronel siempre recordaba con orgullo las proezas militares de su ahijado.
Convencido de que su amado Jacques había heredado su valor, después de perdonarle la vida, castrarlo, y haberse comido sus testículos.

......

Ecos de un tiempo pre-histórico...la energía varonil de un héroe resonando en la fuerza rítmica de los tambores.


*****
33. Las protectoras del bosque

"Solo un año mas... y seremos libres...los destruiremos a todos...", susurraba una voz profunda de gran autoridad que acallaba a las incontables voces masculinas que se perdían en el desorden de sus gritos. Hermosas criaturas rodeaban la prisión mientras su hermosa líder Rhyannon respondía con tono imponente “Son parte de la creación, ¡Esta prohibido dañarles! ”, a pesar de su tono fuerte detrás se escondía el miedo, un miedo que solo sus hermanas detectaban…


Recordaron aquellos tiempos en que eran seres celestiales bajo la luz del creador, esencias de luz llamadas ángeles que fueron designados a proteger las hermosas creaciones, motivo de existencia, lamentable aquel tiempo que decidieron escuchar al gran mentiroso, el enemigo de la luz quien los llevo a la gran guerra del cielo, no creían en el, tan solo fue un pretexto para defender las creaciones a las que siguen estando íntimamente ligadas, irónico despreciaron al creador por la creación.

Así el mentiroso les convenció, les advirtió que un día estarían en peligro y les prometía que si el lideraba nunca serian desechados, nunca serian tocados, con el tiempo, el lider de los protectores de la creación Fayliel decidió apoyarles en la gran guerra.

Grandes explosiones se vieron en el firmamento, estallidos de estrellas chocando por doquier, una batalla solo superada por el futuro armagedon, Fayliel peleo pero no prevaleció en su locura destruyo a cientos de ángeles siendo desde entonces temido por sus mismos hermanos, decidieron rechazarle y seguir a su nuevo líder Rhyannon mientras los mas agresivos decidieron por unanimidad apoyar a su viejo líder Fayliel. Durante milenios la guerra fue cruenta pero Rhyannon y sus acólitos colocaron la balanza en contra del enemigo dejándolo con tan solo la tercera parte de sus ejércitos y en una batalla intensa lograron derrotarlos definitivamente.

El creador recompenso a Rhyannon dándole a resguardar una creación especial, única, mucho mas valiosa que los elementos, le asigno la protección de los bosques, una creación maravillosa donde fluía en sincronía perfecta todos los elementos, el creador acepto el pedido de no destruir a su viejo líder y excompañeros, por lo que aquellos bosques servirían de prisión a los Demonios, como muchos llamarían a su progenie y aun siendo enemigos ayudaron al crecimiento de su propia prisión. Por eso los bosques están estrechamente ligados al agua, tierra, aire y fuego. Con el pasar del tiempo los bosques cubrieron toda tierra y se extendieron al mar y agua dulce en forma de algas e innumerables formas, una vez terminada su labor, maravillados con tan belleza decidieron que nunca la destruirían por lo que reunieron sus habilidades de creación y destrucción convirtiéndolas en un hermoso árbol con frutos de manzanas y brillosos de alegría revolotearon ante su creador agradeciendo por su misión mientras su antiguo lider y hermanos se burlaban de tan desatinada acción, ahora tan solo podrían ser guía de en el flujo de la vida de los bosques sin capacidad de hacer mas nada que vivir de el, ya no tendrían la habilidad de crear nuevos tipos de árboles que no fuera a través de la guía y dedicación en los ya existente para adaptarse y evolucionar.

Después de un tiempo el creador les maravillo con nuevos seres, quienes empezaros a deambular por cada rincón de los bosques, amaron a todas las criaturas y velaron por su existencia dándoles alimentos y cobijos, pero de todas las creaciones quedaron maravillados antes unos pequeños seres que de aspecto rugoso y largo se transformaban en hermosas criaturas aladas multicolor, tanto fue su admiración que tomaron sus formas convirtiéndose en luminosas mariposas que circundaban danzando sin concierto en los bosques, su hermanos aquellos prisioneros despreciaron esa forma débil por lo que lo ignoraron pero sin embargo se fascinaron con los únicos seres que merodeaban cerca de su oscuridad y se dijeron a si mismo “nosotros no tomaremos una forma débil como las mariposas preferimos algo fuerte y tenebroso por lo que tomaremos las forma de los murciélagos” y así se convirtieron en seres alados y oscuros que aun en su prisión asustaban a los quienes se acercasen.

Otra creación llego, de gran importancia, aquella que tenia la esencia del creador, contenidos en Adán y Eva. Inteligentes contemplaron y probaron todos los frutos excepto de manzana que su creador les había prohibido, Eva era delicada y hermosa, aquella mariposas luminosas quedaron fascinadas con su presencia y admiradas convirtieron parte de sus cuerpos en una copia exacta de aquella mujer, siendo mujeres con alas de mariposas, Eva al ver la transformación se asusto hasta ver sus ojos calidos y llenos de un amor infinito que solo era superado por el creado y Rhyannon le dijo en una suave voz melodiosa “Somos una nueva creación, y no hemos sido nombrado por Adan por lo que te pedimos a ti que nos des nuestros nombres …” Eva se quedo maravillada y luego de pensarlo le dijo “Hadas”. Y al escucharla bailaron repitiéndo“Somos hadas, protectoras del bosque” . Mientras Adán exploraba en lo mas profundo del bosque llego a donde ella nunca se atrevería las oscuridades donde los murciélagos se escondían, allí vio las sobras prisioneras y estos al verlo se dijeron “Adan es fuerte y valiente, solo de alguien como el nosotros tomaremos forma y aun cuando Eva nos ha nombrado como Hadas nosotros somos mas fuerte porque somos Hombres” y así tomaron formas masculinas con alas de murciélagos, y Adán al verlos tan solo se asusto y salio corriendo ante las carcajadas de esos seres….


Esos recuerdos retumbaban en Rhyanno y sus hermanas, quienes recordaron no solo el rostro de la bella Eva que les cautivo sino su castigo por comer del fruto prohibido que le daba el conocimiento de lo malo y bueno aquel que solo los seres de luz podían controlar y posteriormente vieron expandirse sus descendencia, de los hijos de Adan, dañinos vástagos que hacia atrocidades a la naturaleza enfureciendo a los demonios de la prisión, quienes deseaban salir para destruirles con tempestades...
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34
Las de la temporada

Un año mas…cuàntas generaciones de chicas de la temporada se han paseado por estas calles, por estas playas tan llenas de “victimas” y por este maleconcito. Ahora nos toca a nosotras, somos las suertudas representantes de la temporada primavera-verano 2012 casi al borde del fin del mundo muajajaaaa, que miedo!! Somos las jinetes del apocalipsis, sin caballo(a veces) y en transparencias negras…somos las dueñas de lugar durante estas vacacioncillas, bueno …no tanto jajaja a lo sumo estaremos por ahì dando lata un mes si nos ponemos vivas y hay suerte con el turismo.De algo tiene una que vivir.
Mira nada màs que vista tan hermosa!! Y yo con esta cara y con este cuerpo,con este andar escandoloso…ay no, jaja ¿ para que quiero un castillo? (aunque me lo merezca, de eso no hay duda), para que quiero ser artista?, si soy la diva indisputable de mi propia película y vaya peliculón vè nomàs!!!...bueno, pues ya dejèmosnos de payasadas, ya que estamos aquí, circulemos.
Hay tanto que hacer, tanto que ver …cada minuto, cada dia es vital para nosotras, ya estamos acostumbradas desde chiquillas a andar de aquí para allà. Asì como me ves de jovenzuela ya he “corrido bastante mundo,”como le oì decir a una señora muy decente y muy sufrida; una de esas señoras a las que no me parecerè nunca al menos en esta vida.
yo serè lo que soy hasta que me muera como me han dicho ( y con toooda la boca llena de razón) uno que otro noviecillo pendejo con los que me he contrapunteado y que con todo y eso han pasado por mis armas.
He buscado la vida de una forma que para mì ha sido honorable pero no para mucha gente.Hay personas mas relajadas que no se andan fijando si una viene o va con sus tanteadas, otros son mas neuróticos andan haciéndose los ofendidos y ya en privado son los que mas nos buscan( con las peores intenciones debo decir) a mì me gusta picarles la cresta, traerlos como locos detrás de mì.
Como a ese que viene ahì, fìjate bien en su cara de buena gente …casado con una mujer muy regañona y avejentada , tienes 2 niñas muy lindas y muy consentidas del padre. Este hombre nunca niega el sonriente saludo a nadie y es un vecino y compañero muy servicial en fin, un tipo de lo mas agradable podríamos decir…pues bien, cuando ese santo hombre y yo nos quedamos a solas se me va encima con una fiereza y una torpeza que mas que asustarme me cago de la risa, se le pone una mirada de loco que no lo reconocerìa ni su vieja ni su madre. Pero yo sè manejar bien a esos monigotes, es parte de mi trabajo lidiar con ellos y es mi talento el que me hace salir avante de cualquier loca situación y sacar el mayor provecho siempre hasta el dia de hoy. Mira, a estas alturas del partido una le haya la gracia pero no lo recomiendo a quien tenga una personalidad hipersensible o que padezca alguna cardiopatía porque si que te llegan a dar buenos sustos de vez en cuando. Una se arriesga mucho, es peligroso…pero a mi me gusta la adrenalina, soy una chica de acción.
Pasa de todo por aquí, aunque no creas, también me sè estar en paz por un rato, soy muy observadora…me quedo a veces largo rato contemplándolo todo…filtrando la realidad en miles de partículas que llegan desacomodadas hasta la parte de mi cerebrillo donde van a parar todas las experiencias, una vez ahì se comprimen y aplastan las visiones y las ideas hasta formar un caleìdoscopio …asì lo veo yo todo…asì ha sido mi rodar por este mundo, un collage sin fin.
Hay ocasiones en que no tengo que moverme siquiera, no tengo que hacer nada, sòlo acomodarme en un rincón y cruzar las flacas piernas mientras ellos se tocan con las manos, con la boca, con el cuerpo entero, los veo mutar en un solo ser de 2 cabezas con miembros múltiples y descontrolados, cuerpos unidos por un centro animal hambriento haciendo un baile extraño que pasa del frenesì al espasmo, es como la función de un teatro caníbal, una representación carnívora de” el amor humano”.
Ya cerrado el telòn los actores se dan la espalda fría y humeda.Es entonces cuando no me puedo resisitir y quisiera tocarlos, me gusta su olor a soledad, a amor quemado.
Sè que debo ser cautelosa, discreta, pero no es mi naturaleza, mi audacia no será bienvenida, pero soy una creyente fervientísima de que todos los seres tenemos un propósito en este mundo y quizá el mio en esos momentos es hacerlos volver de ese estado de vacio desagradable que sienten en el estòmago justo en el ombligo…esa pegajosa e incòmoda sensación de estar solos y perdidos.
En asuntos amorosos yo soy mas pràctica, quizá cìnica si lo quieres ver asì…si encuentro a alguien que me parezca atractivo nos damos vuelo uno encima del otro hasta que las ganas de querernos se nos esfumen, no hay que dejar pasar la oportunidad de pasarla bien…vivìmos tan poco, a veces hay tanto dolor…còmo se puede ser tan cruel con uno mismo al negarse un poco de satisfacción llegando a èsta claro sin crueldad,ni haciendo daño, hacerlo por el placer de estar vivos y todo desde luego de modo responsable y concensual, nada de cosas feas…no hay mal en eso creo yo, nadie le ha pedido a uno sacrificarse, si te lo han pedido, cariño…es que no te aman y si lo has hecho por voluntad, vele el lado bueno…finalmente a todo le llega a encontrar uno la gracia, te lo digo yo.
Mi mayor miedo sea quizá, acabar con esta maravilla que soy como muchas de mi calaña han terminado…ahogada en algún charco hediondo de la calle, muerta de frio en alguna acera, o lo que es peor y mas común: aplastada con el matamoscas.

*******
35
El sueño del caballero

Un año más, de conquistas territoriales. En esas épocas, vivía Nicolás. Un humilde campesino.
Su casa rodeada de tierras cultivadas por sus manos, trigales amarillos que parecían un rayo de sol puesto sobre la tierra, pastizales verdes como esmeraldas.
Se sentaba a mirar la puesta de sol, dejando volar su imaginación.
Soñaba con ser uno de esos caballeros.
Entrada la noche, se fue a dormir
A la mañana siguiente encontró a un costado de su cama una armadura, igual a la de sus sueños.
Afuera lo esperaba su corcel. Un esplendoroso caballo negro como la noche, de crines largas como las constelaciones. No podía creer lo que le estaba pasando.
Se puso la armadura, la cual era pesada para él, pero su entusiasmo fue tan grande que no le importó. Fue hasta el estanque y vio su reflejo en el agua. Se vio como el caballero de sus sueños.
Montó su caballo y fue hacia el castillo del Rey.
Al llegar al castillo, el puente levadizo fue bajado para que él entrara.
Se inclinó ante su majestad, el Rey.-
-Dime que buscas. Dijo
-Solo vengo a ofrecerme para poder luchar en tus tropas.
-Cuál es tu nombre.
- Nicolás, no tengo un título de Lord, ni de Señor. Soy un simple campesino, que desea servir a su majestad.
-¡Eh! Un simple campesino, exclamó el Rey.
-Sí su majestad, pero deseo servirlo.
-Pues así lo harás, desde ahora te nombro caballero Nicolás.
Nicolás no salía de su asombro al ver que era uno más entre las filas del Rey. Se sentía orgulloso.
-Pero dime caballero Nicolás, cómo siendo un simple campesino tienes una armadura, dijo el Rey.
Así Nicolás le contó al Rey todo lo acontecido esa noche. Terminando su relato, montó su caballo y partió hacia las filas del Rey.
A partir de ahí comenzaron sus aventuras.
La noche lo alcanzó en el camino, prendió una fogata para no pasar frío, pero se acordó que no tenía una espada para pelear, el jamás había pensado en ello, solo en su armadura y caballo. Pero la emoción fue tanta que quedó dormido.
Por la mañana despertó y vio una hermosa espada con empuñadura de oro. Él seguía asombrado.
Después de mucho cabalgar llegó a destino. Vio el ejército del Rey, muchos soldados formaban la tropa. Se presentó ante el comandante
-Soy Nicolás para servirlo Señor-dijo.
El comandante le explicó todo lo que acontecía.
Nicolás en un momento le preguntó.
-Mi señor yo no se pelear, solo se cultivar la tierra.
-Has venido hasta acá sin saber pelear, defenderte.
-No lo pensé, solo quería luchar por mi Rey.
Nicolás fue entrenado en pocos días. No era un gran espadachín, pero lo poco que pudo aprender le salvaría la vida.
Y llegó el día, cabalgaría hacia la batalla.
Peleo durante semanas, llegaba agotado. En su tienda se puso a reflexionar todo lo que había experimentado.
Matar, ver sangre en sus manos. Ya no era ese campesino Era nada más que un guerrero.
En vez de tener tierra en sus manos, tenia sangre.
En vez de ver campos llenos de trigo, veía en ellos cuerpos sin vida.
Toda la noche pensó en lo que había vivido mientras era un soldado a las órdenes del Rey.
A la mañana siguiente se levantó, tomó su caballo y se dirigió hacia donde estaba su comandante.
-Mi señor, ya no deseo pelear.
- ¡Cómo has dicho! No puedes irte así, tú tienes una misión que cumplir.
-No deseo hacerlo más. Quiero regresar a mis campos, a mi humilde vivienda. Desde que estoy aquí ya no sé como es una puesta de sol, ni recuerdo de que color son mis campos.
Veré al Rey para que entienda de mí desistir. Esta aceptó su decisión y lo dejó ir.
Con su caballo cansado y tristeza en su rostro, llegó a su vivienda, pero vio algo que no podía comprender.
Sus campos seguían cultivados, los trigales estaban más amarrillos que nunca.
No entendía cómo había ocurrido eso en su ausencia.
Bajó de su caballo, se saco su armadura y la espada.
Se sentó a ver la puesta de sol, la cual había extrañado muchísimo. Y pensaba quien le había dado esas cosas.
En ese momento una gran silueta se fue acercando.
Nicolas asustado se levantó para salir huyendo. Pero una voz le dijo.
-No huyas de mí, no te haré daño.
Y el caballero se detuvo, giró y vio lo que jamás pensó ver. Un Dragón.
Estaba petrificado, no podía moverse ante tal bestia.
El Dragón se acercó hasta él y dijo.
-No te asustes. Vine a darte las respuestas a tus preguntas.
-He estado velando tus sueños por varios años. Supe de tus fantasías de ser caballero. Y fui yo quien te dio la armadura, caballo y espada.
He cuidado tus campos en tu ausencia. Y también te observé en el campo de batalla.
-Porque hiciste todo esto, si no me conoces- le dijo
-Si lo hubiese hecho antes me temerías. Por eso fue que no me he presentado antes.
Pensé que al darte las cosas que soñaste serías feliz, pero me equivoqué. Volviste con tristeza, nostalgia.
No eres hombre de batalla, sino un noble campesino .
Extrañaste tus tierras y volviste a ellas. El haber participado de las batallas, te diste cuenta de lo importante de la vida.
-Tienes razón Dragón, pensé que siendo un guerrero me tendrían respeto. Al ser un campesino nadie se fijó en mi, ni valoran mi trabajo.
-Tú debes ser como eres. Lo que haces es muy importante aunque no lo veas, mira a tu alrededor. Como toma vida la tierra a través de tus manos, como tocas cada espiga y sientes que la naturaleza te habla.
-No había reparado en eso.
-Vive caballero la vida como se te presenta.
El Dragón tomó la armadura y la espada entre sus garras y levanto vuelo. Para poder llevar consigo las armas de la pena, la tristeza. Para perderse en el olvido.


 
ninive,13.08.2012
b SE RUEGA NO COMENTAR ,ni revelar la identidad de los autores/b
 
ninive,14.08.2012
Textos para el concurso 14 aniversario de La pagina delos cuentos


La comisión de coordinación del Concurso Aniversario de los 14 años de la página, formada por Ninive,Vihima y Rhcastro, presenta los textos que cumplen con las condiciones requeridas y los somete a atenta lectura antes de la votación.
Lectura 13 al 20 de agosto.

Votación desde el 19 hasta el 25 de agosto.

Los votos se dejan en COPACAMPEON en PRIVADO siguiendo la modalidad de:
3 votos al preferido,2 al siguiente y 1, al que le sigue en preferencia.

1 Se vota por el TITULO (no por el número)
2 NO se vota por el propio texto.
3 Pueden participar en la votación TODOS los cuenteros de la página.
4No pueden participar los cuenteros registrados en julio y agosto.
5 La comisión se reserva el derecho de eliminar los textos que figuren en el home del autor antes del final del concurso.

La comisión formada por Vihima, Ignacia, RHcastro y Ninive controlarán los votos y su conteo.

Repetimos: MODALIDAD de votacion>
3 al mejor 2 al que sigue en preferencia -1 idem, serán emitidos en COPACAMPEON en PRIVADO

Se prevee poder dar los resultados del concurso en la primera quincena de Septiembre.

Suerte a todos.



 
ninive,14.08.2012
SE RUEGA NO COMENTAR ,ni revelar la identidad de los autores.
 
loleta,16.08.2012
deduzco que al no tener título, mi cuento fue descalificado... igual agradezco la oportunidad de impulsarme a escribir. Saludos
 
danifala,16.08.2012
Envié el cuento como "Abuela" y en la lista figura como "La abuela". Es por alguna razón?
 
rhcastro,16.08.2012
SE RUEGA NO COMENTAR ,ni revelar la identidad de los autores.
 
ninive,16.08.2012
A danifala . Tu texto ha sido descalificado y no puede competir en el certamen del14 del aniversario.

Se ha dicho y repetido "SE RUEGA NO COMENTAR ,ni revelar la identidad de los autores"

 
copacampeon,17.08.2012
Lista actualizada de los textos participantes al concurso.

1.
“La serpiente voladora”
2. “Un año más”
3. “Tocando la perfección con la punta de los dedos”
4. “Quien es el olvidado”
5. “Así se crea un desierto”
6. “El texto del siglo”
7. “¿Bendición o Maldición?”
8. “El Lejano”
9. “Nuevo Mundo”
10. “Genaro, Don Genaro”
11. “Doña Enuresis”
12. “Nunca dejes de creer”
13. No quiero jugar… nunca más”
14. “El último sueño de Ricardo Real”
15. “Dulce Esmeralda”
16. “Contando los días”
17. “Los Gallos”
18. “Un deseo concedido"
19. “Juego de palabras”
20. “Una historia de niños”
21. “La pensión del perro”
22. “Simplemente un sueño”
23. “Las uñas de Pedro”
24. “Despertares”
25. “Los caminos del destino”
26. " La profe de inglés"
27 b xxxxxx el texto fue descalificado/b
28. " Dulce importuna "
29 . "Lo que provoca tu amor "
30," Estela"
31. "Normalidad"
32. Africa mia
33."Las protectoras del bosque"
34. "Las de la temporada"
35. "El sueño del caballero"

 
Copacampeon,18.08.2012
Votación de los autores de textos EN "COPACAMPEON" en PRIVADO. Los votos se aceptan desde hoy hasta el 24 de agosto inclusive

Votación de los no participantes (externos)se realiza en EL "VOTARETO" en PRIVADO.
Los textos se aceptan desde hoy hasta el 24 de agosto inclusive.

Indicaciones para la Votación:

1) Se vota por tres cuentos, dando 3 votos al que se considera mejor, 2 y1 a los que le siguen en preferencia.

2) No se puede votar por el propio cuento.

3) Los votos incompletos no serán tomados en consideración.

4) El cuento 'La abuela' ha sido descalificado por razones técnicas.

5) Se vota una sola vez.

6)No se tomarán en cuenta los votos de los votantes registrados en agosto 2012
 
Changuitario,23.07.2019
Hola yo escribí el cuento de las de la temporada el número 34...quisiera saber si escribí algo mas para ustedes, changuitario es mi nickname creo. Ha pasado mucho tiempo
 



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