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Inicio / Lista de Foros / Literatura :: Cuentos *SUPER* cortos / Póngale cuento al poema II - [F:2:107]


alqutun,22.12.2002
Cariño, cariño mío
no hagas caso de la gente
que es más chiquitito el río,
que es más chiquitito el río,
que el rumor de la corriente
 
AnaCecilia,23.12.2002
No desboques tus palabras, en el remolino de otros sueños; para que la soledad no abrace el designio de tu ser. Observa como juega el agua, bajo tus manitas de niña; y como la humanidad teje historias, bajo el ovillo de su mente. Sé tú; dile al campo que te guíe, bajo el manto de sus verdes; que el torrente no te lleve, cual espiga con el viento. Ríe; corre; devora los colores de la tarde; que la vida precipita, con el río de tus aguas; por encima y por debajo del sabor de la corriente.

Ana Cecilia.


 
AnaCecilia,23.12.2002
En el segundo "bajo", va un "en", no se como correjir, Ana.
 
CorinTorrado,23.12.2002
En la vespertina hora del nacimiento de Jose, le indicaron a su madre que tendría limitaciones. Ella no entendió lo que quería decir aquello debido a las suyas propias, pero lo que se incomprendió de nacimiento se sobreentendió de por vida. Y sucedió que José había nacido con retraso mental heredado.

Se hizo más adiestrable según crecía, pero no a la par con los otros congéneres, claro está. Ya para sus veinticinco contaba con la mentalidad de un quinceañista y mostraba más entereza, autocontrol y madurez. No empece a esto dejó a todos boquiabiertos su matrimonio con Herminia, la cuarentona de la calle de atrás.

— Voy a cuidar de su hijo, como si fuera yo su madre.
Y aunque la frase había sonado a complejo de Edipo, la madre del muchacho, con su propio retraso a cuestas, no lo entendió, y mucho menos lo prohibió. Más bien estuvo de acuerdo en todo, como si se tratara de una fiesta comunal o algún otro acontecimiento sin consecuencias. Los casó un juez de paz una mañana en el centro judicial más cercano, luego de las disposiciones de ley, los permisos requeridos en estos casos y la licenciatura de esterilización que se exigía debido a la condición congénita del muchacho, que había sido obviada en la generación anterior por el olvido negligente de los abuelos.
Herminia supo que era la comidilla del barrio, que todos hablaban mal de ella, pensando en toda clase de razones para haberse mofado así de aquella estirpe descompuesta. Pero Herminia dormía tranquila, con la conciencia muy limpia, y cristalina. Y por primera vez sin miedo a la oscuridad. Aquella oscuridad de golpes, de maridos anteriores, de borracheras, de atropellos, infidelidades, tundas, insultos y todo tipo de violencia que se pudiera uno imaginar. Por primera vez en muchísimo tiempo dormía tranquila, comprometida a su profundidad y al hecho de querer y saber cuidar de un personaje como su Jose, que aunque limitado, ausente y desconociendo miles de cosas presentes, seguía siendo solo el niño que ella deseaba cuidar, y cuyo sorpresivo libido de hombre joven, de joven mozo, de mozo en la pubertad, era extremadamente acorde y totalmente cónsono a lo que una mujer maltratada como ella podía requerir.
No conseguía pedir nada más de la vida. Y al arrullarlo en la noche, le decía:
“Cariño, cariño mío
no hagas caso de la gente
que es más chiquitito el río,
que es más chiquitito el río,
que el rumor de la corriente…”

Y pues… de todas maneras Jose no entendía, aunque acababan de nacer tantas esperanzas.
 
CorinTorrado,23.12.2002
Es una historia verídica que solo tuve que referenciar con los versos. Espero guste.
 
Vlado,23.12.2002
LA ESQUINA
Dos vecinas suben juntas por Urzaiz camino del supermercado. Si nos acercamos, podemos escuchar como una cuenta que ha tenido que regañar a un tal Josito por decir que a cierto Paco el del quinto lo acababa de pisotear una elefanta. Las señoras ríen estrepitosas la ocurrencia. A metros de alcanzar una esquina, un temblor rítmico y creciente en la acera les sube por las piernas. Luego... cesa. Ellas se miran dudosas pero al momento sonríen, y niegan con la cabeza burlándose de sí mismas. Con nuevos cotilleos, reanudan el avance hacia el final de la manzana. Una lleva la mano algo crispada en el pecho sujetando su chaqueta abierta. La otra, procura no adelantarse.
 
evendredi,24.12.2002
Las estrellas iluminaban la noche desde desde el infinito. La paz era absoluta, hasta los grillos y los sapos guardaban silencio agobiados por el calor.
En la cabeza de Ernesto sólo resonaba una melodía:

"... ojalá pase algo que te borre de pronto,
una luz cegadora, un disparo de nieve,
ojalá por lo menos que ..."

Sonaba permanentemente. Con más o menos fuerza, según los esporádicos embates de alguna historia aguardando a ser narrada. Pero, poco a poco, la melodía en su mente, sin saber cómo, cambio. Él ni siquiera lo notó, le resultaba tan natural como la primera.

"Cariño, cariño mío
no hagas caso de la gente
que es más chiquitito el río,
que es más chiquitito el río,
que el rumor de la corriente"

Y sintió un irrefrenable deseo de seguir el mandato de esa voz en su mente. Casi como un autómata, se largó a cruzar el rio. Tan automáticamente que después de haberle llegado el agua al cuello, notó que en una roca que asomaba cerca de la orilla opuesta, La Parca decía:

"Cariño, cariño mío
no hagas caso de la gente
que es más chiquitito el río,
que es más chiquitito el río,
que el rumor de la corriente"
 
CatiCobas,24.12.2002
Minúscula Caticrónica
El otro día, mientras me acercaba al pesebre para rezar por paz en mi tierra, dado que por todas partes se hablaba de saqueos y violencia, me pareció que María cantaba, mientras José la acompañaba batiendo palmas...

"Cariño, cariño mío
no hagas caso de la gente
que es más chiquitito el río,
que es más chiquitito el río,
que el rumor de la corriente"


 
CatiCobas,24.12.2002
¡Feliz Navidad a todos los cuentistas!
 
alqutun,14.12.2003
Espero nuevas aportaciones a este foro. Feliz navidad
 
NINIVE,01.02.2004
test
 
MiriusMagicusPotagicus,12.07.2006
Cariño, cariño mío
no hagas caso de la gente
que es más chiquitito el río,
que es más chiquitito el río,
que el rumor de la corriente

El arrullo de su voz acariciaba suavemente sus sentidos, infundiendole valor, Truncando poco a poco la desesperanza, Desmigajando poco a poco las palabras de los que intentan herirle. Y le dicen que no puede y él hace de escudo. Es como un hipopótamo de esos de los juego de infancia que se traga todo lo que es negativo.
 
alqutun,26.10.2006
test
 
alqutun,31.12.2006
test
 
alqutun,29.05.2007
test
 
econtumente,30.05.2007
y tapándose los oídos con las manos (que el barullo era insoportable) se tiró de cabeza en el río para escapar de la gente que decía cuidado con el perro cuidado con el perro, y entonces pataleaba (que sus manos estaban ocupadísimas tapándose los oídos) y justo cuando parecía que se iba a ahogar hizo pie (que el río ese era chiquito chiquito como un charco).
 
TejeCuentos,03.06.2007
Cariño, cariño mío
no hagas caso de la gente
que es más chiquitito el río,
que es más chiquitito el río,
que el rumor de la corriente

¡Pues yo lo oigo bien alto madre!

Y la riada arrasó el pueblo.
 



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