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Inicio / Lista de Foros / Literatura :: Crítica / Reto 6 Prosa - [F:5:4958]


EL_RETO_GANADORES,01.01.2006
EL_RETO_GANADORES,17.12.2005[Borrar]
Recuerdo las reglas básicas del Club del Reto.

1.- Respetar tema y número de palabras
2.- Los textos y las votaciones fuera de fecha no son válidos para la votación. 3La fecha que marca la página es la que se toma en cuenta. La página tiene la hora de Berlín.

Votación
1La votación se efectúa en los días estipulados en el nick VotaReto (LDV)En Privado

2Las votaciones en la página del reto serán consideradas nulas.

3Votan sólo los participantes y sólo en la propia categoría.

4Se vota por un solo texto

5Los votos no van acompañados de consideraciones críticas o amistosas.

6 El ganador es quien saque el mayor número de votos .No hay viceganadores
.
7La votación será secreta y controlada por dos cuenteros voluntarios.

8 Se publicarán los resultados de todos los participantes


 
EL_RETO_GANADORES,01.01.2006
El reto 6 comienza el 2 de enero y termina el 17 de enero
el 18 y 19 votación en VotaReto (privado)
máximo número de palabras 320

El tema del reto 6 Prosa es ..."en ese momento estaban tocando un concierto de Mozart" (aludir a la frase aunque no se cite literalmente)

 
CELIAALVIAREZ,03.01.2006
Soy músico. Creo que me di cuenta de ello hace mucho tiempo, incluso antes de poder hablar con claridad. Sobre esta cualidad mía pueden dar fe muchas personas, pero sobre por todo, mi mamá ha sido víctima cruel de mis oídos y mi lengua:

A los 3 años la mandé a callar cuando cantaba un largo soneto de arrullo intentando hacerme dormir...
.-Ya mamá. Ya, cállate.-
Creo que aún no me lo ha perdonado. Pero esto fué sólo el comienzo. A los 5 años tuve la dicha de asistir junto a ella a un concierto de la sinfónica de la ciudad, donde estaban tocando varios amigos de la familia. Entramos al oscuro teatro, ambas tomadas de la mano, y con mi curiosidad infantil a toda máquina. (Antes de continuar, debo decir que desde muy chica he formado parte de corales infantiles: a los 4 años fuí su mascota, a los 8 ya había llegado a ser solista... hoy en día soy directora, y la verdad, no se si he escalado puestos o me he caído rodando por una empinada cresta). Hasta el momento, sólo había tenido oportunidad de escuchar canciones interpretadas por solistas y corales de diversa índole, por lo que no entendía mucho la finalidad de esa parafernalia de cacharros montados sobre el escenario. Comenzó el concierto después de un largo proceso de afinación indescriptible, en ese momento estaban tocando un concierto de Mozart, el cual aún me trae bonitos recuerdos que trato de plasmar acá... Al concluír la obertura, justo en ese sepulcral silencio que todo aquel mas o menos conocedor debe respetar de manera sagrada, se escuchó mi vocecita de niña:
.- Ay!, que bonito, pero... ¿cuando empiezan a cantar, Mami?.-
La cara colorada de mi mamá no se vió gracias a los bombillos apagados, pero lo que sí recuerdo es el enternecido "Aaaaaaaaayyyyyyyy, que linda!" coreado por todo el público asistente.

Todas las tragedias vividas por mi madre durante mi desarrollo musical, han sido pagadas con creces en mi labor como maestra... ¡gracias a Dios podemos espiar nuestras culpas antes de llegar al Cielo!
 
margarita-zamudio,04.01.2006

EL CONCIERTO


Buscábamos el mismo disco: un concierto de Mozart. Cuando lo encontramos en la estantería, nos miramos y sonreímos. Los dos, al mismo tiempo, nos acercamos al mostrador, pagamos el importe y ya nos disponíamos a marchar cada uno por su lado, cuando la dependienta nos llamó:

“!Perdones, señores, se me olvidaba: tienen derecho cada uno a una invitación para el concierto de esta noche.”

Aquella noche, en un palco del gran teatro, sentados sobre sillas tapizadas de rojo terciopelo, la música nos unió. Entre maravillosas piezas musicales escuchamos el concierto de Mozart cuyo disco habíamos comprado.

Todo ocurrió de una forma natural y sencilla. La música nos sedujo con su magia, se nos clavó en el corazón y fluyó en nuestra sangre. En algún momento de la noche se unieron nuestras manos, nos miramos y la seguridad de habernos conocido en otra vida nos envolvió como un cálido manto.

Seguimos viéndonos desde aquel día durante dos años de felicidad, comunión de gustos, costumbres y aficiones. Las nubes de tormentas apenas rozaban nuestras cabezas…hasta que la muerte rompió aquel perfecto idilio. Un infarto se lo llevó de este mundo sin darme siquiera el consuelo de tenerlo en mis brazos.

Lo supe una noche en la que escuchaba el mismo concierto que nos unió. Me encontraba en ese duermevela, en ese estado entre el sueño y la vigilia, en ese punto en el que comienzan las visiones del sueño, pero sabes que sueñas. Y lo vi, lo vi envuelto en una luz rosada, sonriéndome y diciéndome que se despedía de mí.

En ese momento, lo llamé a su casa, y allí alguien me dio la noticia de su muerte: “Se despidió de ti”, fueron las fatídicas palabras.

Desde entonces, el disco duerme en un cajón. Soy incapaz de escucharlo.


 
ecce-homo,04.01.2006
ubRéquiem inconcluso/u

Tiempo que no la veía. No pretendía volver donde ella y menos para terminar su tarea pendiente. Habían pasado más de diez años. La organización no perdonaba.

Walkman puesto, escuchando el Introito de “réquiem en Re menor” bajó del Avión en Punta Arenas. Tomó un taxi llevándole a la residencial ubicada frente a la casa de Constanza. Pensó en ella, en cada gesto de su grácil cuerpo. Treinta y cinco años… Qué sería de ella? Sólo sabía que estaba viviendo con el dueño de la disquería de la zona. No tenía hijos. –Jamás los quise- pensó arrepentido.

Miró por la ventana del hotelucho hacia el local. La reconoció de inmediato. Nada en ella había cambiado. Se veía joven, igual que a sus veinticinco. Se vistió rápido y salió a su encuentro.

Estaba sola. Le pidió que cerrara la cortina del local. Ella, le recibió entre sorprendida y alegre. Cerró de inmediato. –Qué haces acá?- -Dónde te alojas?- -Acaso aún me buscan?- El calló ante la metralla de cuestiones y solo atinó a mirarla. Buscar esos ojos…

De fondo, en ese momento estaban tocando un concierto de Mozart. Aquel Réquiem inconcluso que no acabó a sus treinta y cinco años. Sacó su arma, colocó el silenciador mientras ella lo miraba aterrado sin reaccionar. Un certero disparo acabó con aquella música.

iEn el periódico local apareció en primera plana el suicidio de Constanza, de un certero disparo se había desfigurado el rostro y quitado la vida…/i

Ya el bus se acercaba a Cipolleti, pequeño poblado en la Argentina. Sebastián dejó a Constanza en la parada del bus. Le entregó un sobre con dinero y se despidió con un beso en la frente. El, volvería a Santiago con la misión cumplida.

No quiso contarle de donde había sacado a la mujer. Sólo, aquella misma tarde había viajado a un poblado cercano buscando una prostituta de rasgos similares a Constanza. Estaba acostumbrado a arreglar la escena del crimen.

Walkman puesto se sumergió en el Introito de un inconcluso réquiem…/b
 
kanenas,06.01.2006
En ese momento tocaban un concierto de Mozart

-El doctor lo recibirá pasado mañana en su consultorio. Venga acompañado.
Fui con mi perro. Era mi mejor compañía.
En la sala de espera tomé asiento en un sillón de alto respaldo. Podría relajarme, se escuchaba una música agradable. Otras personas que había en la sala susurraban y hacían ruido con las hojas de un periódico.
La secretaria pronunció un nombre en voz alta. Cesó el ruido. Mi perro acarició varias veces mi pierna con su hocico. Le respondí con unos golpecitos en la cabeza, él me entendía , era nuestra manera de comunicarnos. Me lamió la mano. Podría jurar que él estaba tan nervioso como yo. Le prometí que pasara lo que pasara nunca lo abandonaría.
Pasaron otros veinte largos minutos. Abrir y cerrar de puertas, voces y mi nombre. La secretaria me condujo ante el médico.
-¿Vino solo?
-No, estoy acompañado. Lo que suceda nos incumbe a los dos.
El médico no habló más. Llamó a la enfermera, sentí el perfume de su delantal almidonado.
Comenzaron a sacarme la venda de los ojos y sentí cómo iba cediendo la presión y aumentando mi ansiedad. Me sentí libre de la tela pero la angustia me sofocaba. Apreté los párpados. En ese momento tocaban un concierto de Mozart
-Abra los ojos, despacio....
Llamé a mi perro con un gesto de la mano.
Los dos sabríamos al mismo tiempo el resultado de la operación.
 
jaenbota,06.01.2006
Prejuicio

Lo comentarios maliciosos no se hicieron esperar y como es normal en una ciudad pequeña se volvieron la comidilla de todos aquellos envidiosos que sienten en el acto de escarnecer una especie de descanso, de reivindicación social de sus limitaciones personales. El acto del escarnio halla en cierto tipo de mentes mediocres y malvadas su máxima expresión.

- Siga haciendo la tarea de su hijo – dijo un hombre en la calle dirigiéndose a Leopoldo. Lo dijo alto para que los otros escucharan.

Los comentarios maliciosos comienzan como simples rumores y lentamente de tanto circular de boca en boca y de círculo en círculo terminan convirtiéndose en una verdad tácita que nadie quiere comprobar o negar. Llegando a su máxima expresión en el escarnio público, la combinación de los chismes y la morbosidad. Leopoldo se detuvo bruscamente y lo miró ojos desorbitados, intentó defenderse pero la turba no permite argumento alguno, por lo cual es imposible razonar. El hombre que había hablado primero y otros más de la multitud se turnaban para burlarse sucesivamente del pobre hombre indefenso. Al comprender la trampa aunque un poco tarde, Leopoldo continuó enojado su camino.

El maestro de conciertos recibió a Leopoldo después de hacerlo esperar.

- Lo siento pero no vamos a tocarla – le dijo fríamente como si apenas hubiera escuchado la larga y fervorosa exposición de Leopoldo
- Pero no entiendo señor maestro, no ha escuchado acaso lo que acabo de decirle
- Creo que el que no ha escuchado es usted. No vamos a tocarla. Es una burla, una afrenta contra el señor príncipe y contra toda la ciudad.

Leopoldo abandonó el despacho desconsolado, aún tendría que emprender el camino a su casa, tomó uno más largo evitando a los chismosos. Se diría que en ese momento estaban tocando un concierto de Mozart, aunque sólo fuera un instrumento. Leopoldo Mozart no sabía como explicar a Wolfgang que su música era demasiado avanzada para esa época.
 
NeweN,07.01.2006
Sentidos

Cuando me sacaron la venda, llevaba nueve días con los ojos cerrados y ya me había habituado a ver a través de mis otros sentidos. Reconocía voces, pasos, y estaba atento a los aromas y olores que desprendían quienes me rodeaban, lo que habitualmente jugaba en mi contra. A veces es conveniente no sentir, mágicamente hacerte insensible a las agresiones externas. Por eso, mantuve los ojos cerrados muchos segundos después de que la presión de la venda había desaparecido. Esperaba la agresión de una potente luz: pero no, estaba en una sombría oficina que al parecer, era el despacho del médico.
Me habían dejado sólo por lo que aproveché de ejercitar la vista, fijándome en cada detalle de los muebles y adornos. Un antiguo kardek con expedientes, el que presentaba una marca, inequívoca de la placa de inventario, que había sido arrancada. Un escritorio enorme, sin papeles, ni fotografías. Una lámpara móvil que estiraba sus resortes hasta llegar a un pequeño tocadiscos, a cuyo lado se encontraban una colección de discos de vinilo.
Al fondo en la penumbra, un marco dorado albergaba un diploma del que no distinguía nombres ni palabras, sólo unos sellos y timbres que le daban autenticidad a lo que dijera.
Me era grata esa penumbra, por lo que di un brinco al encenderse la luz y entrar el médico. Me auscultó con atenta y profesional mirada, pero sin cruzar palabra conmigo. Al final, me dio un golpecito en la espalda diciéndome. —Está bien amigo. –mientras me acompañaba a la puerta.
Cuando me conducían nuevamente a la sala de tortura, a mis espaldas se empezó a oír un concierto de Mozart. Sin duda, un placer para los sentidos.
 
Ninive,11.01.2006
o.k.
 
gmmagdalena,12.01.2006
Réquiem

Como música de fondo se escuchaba a lo lejos el controvertido Réquiem de Mozart. En el baño de damas, del enorme teatro, desierto aparentemente en ese momento en el que el público se encontraba embelesado por la gran Orquesta; se escuchaban los jadeos de dos personas entregadas a otro tipo de placer, el que producía el violento sexo que practicaban.

Eso ocurría en uno de los reservados, en el otro, una Isabella desprevenida, escuchaba asombrada, tratando de no hacer ruido, para no ser descubierta por sus apasionados vecinos.

Notó que se excitaba enormemente al escuchar ese despliegue de jadeos, roces y hasta creyó oler el aroma que segregaban esos cuerpos calenturientos. Sin razonarlo, comenzó a tocar el suyo propio, hasta que la excitación la hizo jadear, quería parar y no podía, se sentía completamente extraviada. Sorpresivamente la puerta del reservado se abrió y dos personas ingresaron a él; una gorda y repulsiva mujer en quien reconoció a la encargada de los baños y un enorme y grotesco hombre. Eran sus vecinos que la habían escuchado y querían compartir su fiesta.

De inmediato se sintió invadida en todos sus rincones, el hombre y la mujer maniobraban hábilmente con su cuerpo y la hicieron explotar de placer repetidamente. Fue como un sueño, nunca en su vida había gozado tanto. Cuando aún se encontraba gimiendo y sacudiéndose de deleite, se sintió sola nuevamente. Pasados unos instantes, acomodó sus ropas y salió enfrentándose al enorme espejo del antebaño, las piernas temblando bajo el largo vestido. Con un papel tisú secó su cuello y su frente, luego pintó sus labios, retocó su peinado y con ese gesto altivo que la caracterizaba depositó una moneda sobre un platillo en la mesa de la guardiana, quien sentada en una silla, tejía sin levantar la vista. Se dirigió hacia la sala, un hombre enorme le abrió respetuosamente la puerta.
 
Ignacia,13.01.2006

La evaluación.

Una pequeña pianista, por deseo de su padre debió presentarse ante una comisión de profesores del Conservatorio Nacional de Música para ser evaluada y designada al grado desde donde recomenzaría sus estudios de piano. Con las monjas de su colegio, allá en la ciudad del fin del mundo, había comenzado sus estudios de piano desde muy niña logrando interpretar complicadas composiciones. Al despedirse para siempre de su colegio, en el escenario del salón de actos y en imponente piano de cola, sus dedos con habilidad dejaron fluir del teclado la música del Momento musical de Schubert. Dos meses habían transcurrido desde su viaje en barco por el Estrecho de Magallanes en donde sus padres le permitieron participar en las tertulias nocturnas del salón, un joven pasajero violinista tocaba su violín y la pequeña lo acompañaba con el piano.

Ya en el Conservatorio en espera de su turno para la evaluación, escuchó a alguien que en ese momento tocaba un concierto de Mozart, decidió entonces interpretar la Marcha Turca, en el examen de evaluación. Ingresó sola a la oscura sala, cinco ceñudos profesores la miraron inquisitivamente, temerosa se sentó frente al piano, estaba muy segura que no era su hermoso vestido de organza celeste bordado por su madre, ni los lazos de raso de sus trenzas, el inconveniente que a los centenarios profesores no hacía gracia, no esperaban evaluar una niña.

Esperó el silencio de la comisión y comenzó con la Marcha turca, finalizado el último acorde, los profesores intercambiaron opiniones y uno de ellos le preguntó: - ¿ podrías tocarnos algo más ? - , - si señor , las Czardas de Monti –

- No tiene técnica -, dijo uno, - ni estudios de teoría, otra profesora -, - deberá comenzar desde el primer grado -, estoicamente la niña escuchó el fallo, no, no lo haría, al fin y al cabo, ella quería ser bailarina, no concertista en piano.
 
_Guerrera_,14.01.2006
A DESTIEMPO

Desde pequeño había demostrado una habilidad especial. Cuando iba de visitar a su abuela se dirigía hasta el viejo living en donde, silencioso e imponente, se hallaba el enorme instrumento. Levantaba la tapa que cubría las teclas y apoyaba sus dedos que por un momento permanecían inmóviles, cerraba los ojos y luego, nadie sabía como, comenzaba a escucharse una suave y desconocida melodía que inundaba el lugar. Fue entonces cuando sus padres decidieron enviarlo a tomar clases de piano.

Ese martes caminaba despacio, ausente de todo lo que tenga que ver con lo terrenal, en ese momento sonaba en su auricular un concierto de Mozart, levanto la vista y la vio.
Sus facciones eran finas y delicadas, su mirada transparente, no podía dejar de mirarla, recorría absorto cada una de las líneas que la dibujaban, perfecta, era perfecta.

Él solo esperaba el momento de verla, cada martes, a la salida de sus clases, ella estaba en la misma esquina. Se movía con gracia y lo miraba con la seguridad que da el saberse admirada.
Abel quería tocarla, acariciar su cabeza, sentir el calor de su cuerpo, caminar a su lado aunque sea unas pocas cuadras. Después de varios meses de furtivos y silenciosos encuentros se dio cuenta que la amaba.
Eran tan diferentes, sus formas tan desparejas, sus necesidades tan distantes, el único idioma por medio del cual podían comunicarse era la música. Así y todo se amaban.

La tarde que no pudo evitar tomarla entre sus manos, acercó sus labios a su pequeña cabeza y le pidió que volara, alto, muy alto, sin detenerse y que lo esperara, en alguna latitud el sería gaviota o tal vez ella mujer.
Abel levantó los brazos y lentamente abrió sus manos. Por un segundo ella se quedó inmóvil, luego aleteó con fuerza y se perdió, sin darse vuelta, entre la niebla cerrada que como el llanto del alma, cubría el difuso horizonte.

Roxana, 02 de enero de 2006.
 
marabu,14.01.2006
HECATOMBE MUSICAL
Juan Guarín es un tipo negado para la música. Es tal su falta de talento que desafina al tocar una puerta, y tal su desconocimiento del sentido del oído que cuando se recupera de un desmayo no vuelve en “si” sino en “la”. Sin embargo Juan ( Juancito para los amigos) no se desalienta con los tropiezos artísticos que tantos sinsabores le trae. Al contrario, cada sofocante abucheo del público o cualquier negativa ácida hacia sus dotes artísticas lo alienta de una manera paradójica, atendiendo, dice él, a la psicología inversa.
Pero ¿ Qué fue lo que empujó a Juancito a dedicarse a la música?.
La respuesta se remonta muchos años atrás. Claro; considerando la carrera fallida de la madre que proyectó sus delirios de grandeza en el hijo; y del padre, que llevaba el árbol genealógico empedrado de músicos, no podía esperarse sino uno mejor que continúe con la consagrada estirpe.
Cumplidos los quince años el padre llevó a Juancito a un estudio de música para forjarse en estos menesteres. Los arpegios serpenteaban en el ambiente como reguero de notas celestiales: ya con música sacra; un concierto de Mozart por allí; unas gotas de Bach por acá; pinceladas de Beethoven mas allá… El padre casi tuvo que arrodillarse a besarle los pies al encargado para que aceptaran al hijo como aprendiz. Ponderando, claro, virtudes imaginarias; exaltando sus avances con el saxo ( en realidad no podía ni dominar un pandero) , elogiando su paladar fino para tejer en el pentagrama, ya con las claves de sol, ya con las difusas, ya con las semidifusas, composiciones musicales capaces de conmover a los dioses.
Cuando el magnánimo maestro daba su brazo a torcer, convencido por los cuentos del padre, apareció en la estancia Juancito atándose el cinturón del pantalón. Se dirigió al maestro:
- Lo felicito Señor por el cómodo water dorado que tiene ahí dentro.
- ¿ Water dorado ?- preguntó el maestro, confundido.
Entonces fue cuando se armó el bochinche y botaron al padre y al hijo a la calle como perros sarnosos. El maestro comprendió en un instante el desconocimiento total del musiquillo ( respecto a la música ) cuando encontró que se había cagado en el trombón.
En otra ocasión a Juancito lo invitaron a participar en el coro de la iglesia. Pero tal fue la catástrofe musical al interpretar el Ave María , que los presentes, el cura incluido, huyeron despavoridos a refugiarse en la menos bulliciosa calle. Los horripilados creyentes dijeron que los alaridos llegaron a exasperar la paz de Jesús, que muchos juraron verlo contonearse en la cruz.
Sin embargo , el día de hoy y ante la perplejidad de todos los que no daban ni un centavo por él , Juancito triunfa en la música. Evidentemente se cambió de nombre ( ahora es mr. Yee ) y canta ( digámoslo así : aunque nunca aprendió nada) en el grupo “los calcetines remendados”… reggaeton…


FIN
 
clais,14.01.2006
jajajaja excelente cuento, marabu!!!

(disculpen que me meta, que ni estoy concursando, es que me dio mucha risa jajajajaja)
 
EL_RETO_GANADORES,14.01.2006
En las bases hubo un error , el máximo de palabras para los textos prosa es de 350.
 
Finch,16.01.2006
Abandono

El viejo caminaba lentamente y con cada paso exhalaba un suspiro por el que parecía írsele la vida. Las enfermeras lo llevaban hasta la sala principal y él se sentaba en un sofá frente al televisor. Ahí permanecía quieto, con la mirada fija en las imágenes o quizá viendo su reflejo en la pantalla. Todas sus posesiones habían llegado embutidas en una fina maleta de cuero que, como prueba de muchos viajes al extranjero, tenía pegadas etiquetas con el nombre de diferentes ciudades. El único recuerdo perdurable de aquel primer día en el asilo era el adiós que le había hecho la hija antes de entrar en un coche y partir rápidamente, como quien huye de su conciencia. Nunca más lo visitó, pero el anciano se acercaba diariamente a la misma hora a la ventana de su habitación, levantaba el brazo y con su mano esbelta y huesuda, hacía el mismo gesto de adiós, para sólo recibir el vacío del abandono y la indiferencia. Nadie logró acercarse a su mente y nunca se le escuchó decir una palabra. Sentado esperaba algo que eventualmente llegaría. Un día cualquiera, se sintió el alboroto de las enfermeras. Por la puerta principal y cargado por dos hombres con músculos tan duros como el esfuerzo que estaban haciendo, hizo la entrada triunfal nada menos que un piano de cola. Las risas y comentarios se escucharon por toda la casona y duraron hasta que se dieron cuenta que nadie sabía tocar el instrumento. Al día siguiente y muy temprano, el silencio ensordecedor del local se quebrantó con las notas musicales que todos empezaron a seguir hasta llegar al piano. Con gran asombro vieron que un hombre lleno de pasión y con una agilidad asombrosa en las manos hacía hablar al teclado. Secándose las lágrimas con el borde de una manga, una de las enfermeras exclamó: “Nunca escuché algo tan hermoso….¿qué es?” Alguien respondió: “¡Está tocando algo de Mozart!”. Sin abrir los ojos, el viejo habló por primera vez: “Su Concierto No. 20 y yo no lo estoy tocando, sino Mozart…” y la música continuó.
 
tu_risa,17.01.2006
BAILANDO CON EL TIEMPO

En la ventana del salón, el liviano cortinaje movido por la fresca brisa matutina, se mecía suavemente al ritmo del concierto de Mozart. Era Ana, que aún siendo tan joven, gustaba de oír música selecta antes de la clase de baile.

Entré como cada mañana a la academia. Al fallecer mis padres hace años, mis hermanos quisieron que me hiciera cargo del negocio. Atrasado como iba a mi clase de vals, sonreí recordando cómo en mi niñez jugaba a dominar el tiempo y lo hacía avanzar a la velocidad de mis pasos.

Entonces cada día de escuela al salir tarde de casa, caminaría lentamente, así los punteros apenas se moverían, permitiéndome llegar antes de escuchar el sonido de la campana. Era algo imposible, sin embargo curiosamente jamás llegué atrasado.

Al llegar al salón, busqué con la mirada la figura de Ana. Desde su sala me vió llegar y se acercó sonriente. Algo en ella me parecía diferente desde hace tiempo.

__ ¡Hola Norman!, ¿me prestas tu reloj?, olvidé el mío en casa __ dijo entrando lentamente.

__ Buenos días Ana, por supuesto __ contesté poniendo mi reloj sobre su mano, sin soltarla. Últimamente nos estábamos mirando con ojos diferentes.

Enseñaba rock and roll. Sus alumnos adoraban bailar con ella ese rápido baile. Muy hermosa y alegre, Ana parecía ya toda una mujer. Era extraño, no habían transcurrido tantos años.

Esa mañana terminé mi clase antes que ella. La observé cuidadosamente desde la puerta, estaba usando mi reloj, entonces me di cuenta.

__ ¡Claro, fue el reloj, el tiempo ha transcurrido diferente para ella! __ pensé. __ ¡Ana era casi una niña cuando llegó...y ahora...creció frente a mis ojos! __

________________________________________________________

Hace dos meses nos casamos. Al regreso de la luna de miel instalé un reloj mural en su salón, le dije que había perdido el mío.

Da lo mismo si los pasos de mi baile son más lentos o si los de Ana son más rápidos. El tiempo tiene su propio ritmo y la vida uno nuevo ahora que estamos juntos, hoy caminamos al mismo paso, pero esta vez al ritmo del amor.
 
EL_RETO_GANADORES,17.01.2006
HOY ES EL ÚLTIMO DÍA PARA PRESENTAR LOS TEXTOS DEL RETO 6. mAÑANA Y PASADO 18 Y 19 DE ENERO VOTACIÓN EN VOTARETO EN PRIVADO.
 
VotaReto,20.01.2006
Estos son los resultados del reto 6:

POESIA

2 votos * GANADORA: gaviotapatagónica

1 voto * margarita-zamudio / amay / _guerrera_

HAIKU
2 votos * GANADORES :blasleon y margarita-zamudio

1 voto * elhaijin / dasumar / tu_risa / india / gmmagdalena

PROSA
2 votos *GANADORES finch y kanenas
1 voto * margarita-zamudio / NeweN / _guerrera_

 
margarita-zamudio,20.01.2006
Enhorabuena a los ganadores y gracias a los que me votaron.
 
gmmagdalena,20.01.2006
Felicitaciones a los ganadores! todos son excelentes!. Sigamos participando. Besos. Magda
 
Ignacia,20.01.2006

Felicitaciones a los ganadores y también al " Club de Reto ", muy hermoso el tema.
 
VotaReto,20.01.2006
Corrección En voto prosa GANADOR finch VICEGANADOR kanenas.

Se ruega en el futuro dejar las votaciones exclusivamente en VotaReto .
 
Finch,20.01.2006
Una venia a todos de mi parte y un muy sincero "gracias"! La calidad abunda...
 
DESAFIO_DE_LA_IMAGEN,23.01.2006
Felicitaciones a los ganadores en cada categoría.
y agradecimientos al Reto por el espacio y la inspiración.
 
NeweN,23.01.2006
Perdón. Lo anterior debería haberlo escrito con este nick. No fue intencional, espero se me disculpe y no se tome a mal.
 



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