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Jorge-Lemoine-y-Bosshardt,01.08.2006
CAPÍTULO UNO: Viaje al fondo del mar

Querida Chani: estoy embolado. Me ha subido la mostaza y debajo se respira mal. Hace unas dos horas abrí la puerta y en dos segundos ya había pasado la sorpresa al plano de la noción. Ahora, ya vejeces todas las novedades que nos hemos hecho repetir catorce veces más o menos (excepto intimidades), volvemos al tedio cotidiano de vivir debajo (no sé de qué, como una posibilidad de sacar la cabeza de vez en cuando.
He estado ocupado con la editorial. Algunas cuestiones de normativa (así lo llaman ellos). Pero lo que más me distrajo de escribirte fue un plan que no me satisfizo de ir a París. El mismo de hace meses, que ahora resurgía. La editora que me lo proponía (la misma de antes), para mí ya no estaba detrás de la máscara. Es decir, era algo más que un nombre. Es decir (también), era algo menos que mi imaginación. No me gustan las transfugadas. No voy.
El viernes alguien festeja haberse casado años ha. Yo escribo. Algún día habré escrito. La verdad no es manifestación. Por eso me sofoca quedarme en las palabras, las actitudes, los símbolos, lo concreto, lo visible, lo. Te quiero mucho.
Tengo miedo (creo) de ser intrascendente, por eso me muestro espiritualizado. Es una actitud. Una manifestación. (Mierda.) Falso de mierda. Por eso me delato miedoso, como si decir miedo fuera en verdad ser, ser responsable.
Ésta no es una pastilla anti-contentiva. Es una carta de yo. Bastante irregular (yo), porque mi mutabilidad y demás yerbas.
Algún día los besos, algún otro las flores en un velorio más acá o más allá muertos todos desde siempre (mejor inanimados) [porque nunca hemos estado vivos y por eso no podemos morir]. Como decir en un jardín: no cante, no fume, no ría, no cague, ¡llore!, éste es el velorio de una piedra.
Pienso en la gente que se casa; me enerva el alpedismo de la costumbre, de los mil (…y bueno) que nos señalan un itinerario cotidiano y vulgar, humano al fin.
Y algún pelotudo tira bombas por allí diciendo sandeces como: ideal, nacionalismo, etarra. Menos decir pobre tipo, ciego drogado de raza, ya con el ruido a no sé qué, tal vez a un silencio inhabitable metido en la sangre, como la sangre en el agua donde se lava de los ojos, las esquinas y los tangos y las viejas cursis y las lámparas viscosas de los taxis cobrando; algún asesinado a la orilla de un río, una madrugada cualquiera. Cuando todo calla, aun el muerto. De haber sido asesinado (abierto) por los hombres que se amontonan contra el tiempo como a la puerta de un hormiguero azuzado donde las hormigas que aprendieron a pensar aprenden a matar para salvarse. (Salvarse de no salvarse.)
Esto podría terminar en un suicidio. No. Es el acceso al buen humor. Después me cago de risa de todo, como entendiendo.
Y se ha de aceptar. Somos obedientes algas como el mar subalterno y la luna súbdita y la tierra regular como un anillo y…
¿Y la última luna? ¿La que domina todas las mareas? Es una pregunta falsa. Allí falla el mecanismo humano. Ningún robot debe saber suicidarse. Ninguno debe comprender que existen talleres. Y peor ingenieros. Ninguno debe arribar al miedo de ser la imaginación. Entonces Dios. Tal vez un loco cualquiera que alucina; hasta un primo que un día escribe cartas y dice que hasta pronto y que besos y que hoy tiene miedo de ser la ilusión de un ciego.

CAPÍTULO DOS: Surf and ski acuáticos en cualquier playa
Algún día, creo, dejaré de pensar que soy inteligente y me dedicaré al vulgarismo de ser al fin un río de millones de apenas gotas. Algún día seré una gota. Espero no caer sobre un asado o un charco de miada (léase con I).
Se ríen, el perro se rasca, Edita ase (hace) ruido a gallina ronca con las ollas. Bocinas, carrasperas, escapes libres bien impostados, el Fiat de al lado engolado como una gárgara, olores. Alguna hora del día. Rolfi.
Rolfi, es claro, soy el testimonio; el punto de vista, soy las cosas. Me son. ¡Qué integrado! SONÁMBULO.
Ayer u hoy acabé los timbos. Hace siglos hoy transcurrí demasiado. Como haber ido y vuelto en un instante, a todo, a la historia, al nunca, y seguir como si nada.
Mañana leo en una biblioteca del centro, pasado me comeré las uñas.
Me van a grabar (estéreo) [un amigo], mi ego concurre.
Tengo ganas de verlos en la fiesta. De decirte que.

CAPÍTULO TRES: Con mucha vergüenza de haberme caído del patín o la tabla y ser rescatado del fondo del mar con mucho ruido a sal y a vértice. (No musical.)

Último como un vértice. Hací (así empezaría algo que se tratara del mundo interior.
Pocas veces me descalzo la garganta y camino y me raspo y me pincho sin sandalias, sin palabras, sin recodos ni anteojos que me salven de la franqueza. (………………………………)
Me saqué los zapatos pero me los pongo aquí otra vez antes de emprender la arena caliente.

(los)

TE extraño

Rolfi

(Esta carta fue confidencial.)


JORGE LEMOINE Y BOSSHARDT
 



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