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Inicio / Lista de Foros / Literatura :: Poesía / Quien lee a Dolors Alberola? - [F:8:2303]


martirio,12.02.2005
Sólo preguntar quien lee a Dolors Alberola.
Yo la vengo leyendo hace un tiempo, lamentablemente la he descubierto tarde pero por suerte lo he hecho.
 
martirio,16.02.2005
Insisto alguien en foro lee Dolors Alberola?
 
perseguidor,16.02.2005
Pareciera que no che...
 
Damona,29.03.2005
Hola, Martirio, me alegra mucho leer esta nota. Si me lees, dame un correo electrónico donde poder escribirte. Soy Dolors
 
damona,30.03.2005
Si alguien conoce a Martirio, díganle, por favor que lea estas notas. Gracias.
 
gaviotapatagonica,30.03.2005
No la he leido pero por supuesto lo hare si me dices donde...¿aca? en la pàgina?..
Damona...donde te encuentro?
 
damona,30.03.2005
La sirenita de Copenhague atiende al
sicoanálisis



Ve, pues, sin otro ornamento,

perfume, perlas, diamante,

que tu escuálida desnudez,

¡oh, mi belleza!

(Charles Baudelaire)



Si recordara todo. Si un día me sentara, así, tal como
ahora estoy, desnuda, ¿y por qué no?, con las piernas
abiertas y el sexo bien abierto. Si me sentara aquí,
delante de mi madre, enfrente de esa voz vieja de la
conciencia. No toques, niña. Ahora no hagas eso. El
diablo te mira. Los hombres tienen algo (y agachaba la
voz). Si un día me sentara frente al cadáver ficticio
de Ifigenia con su rostro de cierva. Si me inmolara al
lado de las brujas de Salem. Si luego, mansamente,
reconociera en alguien el rostro tan amado del fuerte
minotauro. No, las niñas no hacen eso. No digas
tonterías. Es la imaginación. Doctor, mi hija es una
fábula. Ya dijo el sacerdote: Amárrate las riendas. La
memoria traiciona. Nunca les hice caso. Jamás saqué
hacia el viento la cueva de Afrodita. Me pertenece
todo. Yo nunca fui esa hembra de tacones brillantes.
Aprendí junto a Newton. Hice declinaciones. Ilustré
con Ovidio nuevas formas de amar. No me dejé tragar
por la ballena. Si me sentara un día, tal vez, a
recordar, como me siento, ahora, en este infinitivo de
la mente. Pero algo me dice que el tiempo es otra
cosa, que el sexo es otro tiempo, que no existe la
piedra, que el vestido lo llevo pegado a la memoria y
hay un ciego que, con ojos de cordero, pretende no
mirar. Pero, es que alguna vez he tenido yo madre. Es
que no fui engendrada, parida por la loba, amamantada
por esta turbia soledad. Es que acaso fui yo para
mostrar de mí esas partes vacías de algún cuerpo. En
tanto esto pienso, voy pasando las hojas de mi vida.
Yo nunca tuve vida y estas tristes cubiertas son
sepulcros. Podréis leer en ellas apenas cuatro frases.
Ninguna me define porque, yo, lo dejé todo en blanco.
Si alguna vez mi imagen sólida se ahondara en el
mar...






























Juego de muñecas



¡Desgracia mía! Así
has de llamarme.
Así, martirizados por el cuchillo
del partero -los niños- a la madre
reprochan:

Y ellas mitigando el delirio
con las palmas:
Sí, hora del alma, como hora del cuchillo,
niño, -y esta hora es bondadosa.
(Marina Tsvietáieva)






-Yo tuve una muñeca, pero esa muñeca me tuvo mucho
antes. En el espacio cíclico del tiempo nos poseemos
ambas. Ella usaba sandalias, pero era yo la niña que
corría, la que indagaba frases, la que acudía a
tiendas y leía en los libros -también en esas épocas
de juguetes prohibidos-. Pude llamarme Sara, Leonor o
Ifigenia. Ella se llama Aurora. Siempre atiende a ese
nombre.
-Yo tuve una muchacha, pero se fue y, ahora, siento
frío de mí. Soy esa concha sola que se pudre. Esa
muñeca rota que se entierra en el lodo. No tengo más
memoria que la carne. En este lodazal hay otras
muchas. Los ojos cercenados no ven más que esta
historia. Ella quiso volar. Yo la miraba triste con
cara de muñeca. En caja de muñeca me situaron otros.
Rezaron, sobre mí, oraciones de pánico. Luego llegó la
noche y se fueron ajando mis rasgos, uno a uno. Soy
una masa sólida de fango con el fango. Yo tuve una
ciudad. Tuve un caballo triste. Tuve el fuego en mi
mano. Tuve, frente a mi rostro, toda el agua del
mundo. En esta sequedad en que me pudro. Ella quiso
volar.
-Yo tuve una muñeca.
-Yo mantengo la sed en que me ahogo.








¿No os ofende un armario?



Inmóvil está el mundo en derredor
de mi cerebro vivo
(Juan-Eduardo Cirlot)




A veces me despierto. Me hieren este sueño tantas
cosas. El mueble que -talado- va atrapando las
esquinas del tiempo. El armario perfecto de cuyos
ahorcados trajes pendo, pende la nada que, después,
columpiará el vacío. La ventana, por donde pasan
yertos cinco pájaros. Cinco cuchillos ebrios, cinco
nubes. Son los dedos de dios que se acercan a mí como
un falo fugaz. De coleópteros se ha llenado la tarde.
Es mi ojo una fosa y miro hacia mi mente. A veces me
despierto, situada en la nada que me aturde. No os
acerquéis a mí, cargada de palomas y de hormigas. No
os acerquéis tampoco a él que yace en mi costado. Su
corazón dormido es una valla. A veces este libro salta
sobre mi cuerpo que ya no es sino verso, sino campo de
muerte, y se humedece. He vertido esta noche, entre la
niebla toda, esta impotente maldición: -Malditos los
que sueñan- he repetido agria. Malditos los que no ven
el cuello de la vida que se asoma, impertérrito y
firme, entre lo muerto. Malditos los que leéis mis
versos que también son eternos. Malditas estas manos,
su cavernosa sangre. Maldito este final, este libro
que muere y -para él- vuelve a abrirse el mañana. Los
pájaros de dios me arrancaron los ojos y, con Borges,
me acerco al precipicio de la vida. Maldito sea dios;
este imperfecto yo que me obligó a crear -para otros-
poemas. Malditos sean los hijos que nacieron cuando,
despierta, conjugué estos verbos. Maldita la metralla
que me acaba. El armario no rie, sujeta su futuro tras
mi muerte. Maldito sea él que me despierta como una
fusta sólida, que se inca en mis ingles, a este lado
de acá de la perfecta tapia donde yace mi amor, hace
ya tantos siglos.



Dolors Alberola (El medidor de cosas, premio Ciudad de Miranda)

























 
damona,27.04.2005
Definición




Amándote en el fuego,
como hábil carroña que esperara
una boca infernal que todo lo encendiera.

Ya ves de cuánto amor te hago la víctima.


DE "Ciudad contra la lluvia", Algeciras 2005
 
Jorge-Lemoine-y-Bosshardt,07.05.2005
Bueno, sí, Dolors Alberola es el poeta máximo del foro literario más importante del mundo en nuestro idioma, Poesía Pura.

Dije poeta y no poetisa porque es lo máximo de todo, para que se interprete.

La única de Poesía Pura que es conocida en Madrid. Digo, en cualquier librería.
 
damona,09.05.2005
¿Quién eres, Jorge? Agradezco tus palabras, pero son demasiado fuertes. Lo verdaderamente real es que no me gusta en absoluto la palabra poetisa. Ojalá los libros estuvieran bien repartidos, pero no tenemos esa suerte.
Besos poéticos.
 
damona,11.05.2005
Qué sucede aquí que, cuando preguntas, nadie responde. ¿Será timidez?
 
Martirio,12.09.2005
Damona he regresado,
Pasé por tu libro de visitas.
Un abrazo.
 
ANTRIX,03.02.2006
bien por Dolors... dónde se te ubica acá??
 



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