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Ninive,10.06.2019
invito a todos a participar en un taller dedicado a trabajar sobre:
1personaje
2ambiente
3paisaje
5Narrador omnisciente (sabe lo que sucede y piensan todos los personajes)
 
Ninive,10.06.2019
El taller comenzará cuando se anoten al menos cinco participantes. Luego daré más detalles.
 
glori,11.06.2019
Me anoto en este taller.
 
Ninive,12.06.2019

invito a todos a participar en un taller dedicado a trabajar sobre:
1personaje
2ambiente
3paisaje
5Narrador omnisciente (sabe lo que sucede y piensan todos los personajes)
 
Marcelo_Arrizabalaga,12.06.2019
Me sumo.
 
paulasol,13.06.2019
Me sumo.
 
Ninive,13.06.2019
El taller consta de 7 participantes. No se aceptan más adhesiones
Los participantes son
Paulasol
Martilu
glori
MarcelloArrizabalaga
yosoyasi
Marthalicia
rubalba

e l taller pide de cada uno de los participantes tomar un personaje que ya han escrito alguna vez dedicarle más atención y reproponerlo lo más "redond0" posible
Máximo 1000 palabras .
La entrega del texto es en 5 dias entonces , empieza realmente el trabajo de taller .uno por uno los talleristas se convierten en críticos.pasaremos a analizar elogiar, podar, criticar .No hay ganadores pero espero que todos saquen fruto de este modesto taller
La pauta a seguir es cumplir con estas sugerencias:

El narrador es omnisciente, sabe todo del personaje. conoce su pasado conoce sus vicios, sus preferencias sus debilidades.Cando presentamos un personaje tenemos que representar a esos seres a través de las palabras hasta que parezcan reales, tenemos que darles vida y tenemos que hacerlo bien. Pero, ¿cómo?
Si queremos crear personajes en tres dimensiones, hay seis formas mucho más creíbles y eficaces de presentárselos al lector:


1. ¿Qué piensa?
2 su rostro su figura su porte
1. ¿Qué dice?
3. ¿Qué hace?
. Poco importa que el narrador insista en que un personaje es valiente si no lo demuestra con su comportamiento.

4. ¿Cuáles son sus atributos?
, un personaje que se sonroja fácilmente, o tartamudea otro que viste siempre colores chillones y alegres, una persona que siempre lleva un reloj y lo mira constantemente…
5. ¿Cómo se llama?
El nombre o la forma de llamar a alguien nos cuenta también cosas sobre su personalidad.

6. ¿Qué piensan y dicen los demás? el narrador omnisciente nos pone al tanto de lo que dicen los demás.



 
Ninive,13.06.2019
respondo aqui a preguntas aclaratotrias
 
paulasol,13.06.2019
No me quedo claro esto:

1.-Las 1,000 palabras implican dar atributos a un personaje que hayamos creados con anterioridad, es decir el texto girara exclusivamente en detallar el perfil psicológico, físico, emocional, antecedentes, etc? del personaje?

2.-El taller pide reponer un texto con 1,000 palabras? mejorado, redondeado?

3.- Los textos serán publicados en esta sección?
 
Ninive,14.06.2019
Respondo a Paulasol
Pregunta 1


1para facilitar pedí que tomaran un personaje que ya crearon y conocen y lo trabajen más según las preguntas del cuestionario. De todas maneras, si lo prefieren puede ser un personaje nuevo.

2 soy flexible con el numero de palabras

3 Sí, los textos serán publicados en este foro, no es un concurso estará a la vista de todos
 
Ninive,17.06.2019
ultimos tres dias para entregar los trabajos al taller
 
martilu,17.06.2019
Querida Ninive ¿Cuando he aceptado yo participar en este taller? Ninive
 
yosoyasi,18.06.2019
Ninive, cuéntame cuando se presentan los cuentos
 
yosoyasi,19.06.2019
EN UN PUBLITO DE MISIONES
Diecinueve años y mi flamante título de maestra, estrenando en un pueblito de Misiones, con la misma inocencia de los niños con los que me encontré
La escuelita estaba ubicada en un claro del monte; dos aulas. La casita de los maestros de madera con dos dormitorios y una cocina con una mesada que llamó mi atención, era redonda y empotrada una cocina a leña y en el medio un tubo por donde despedía el humo.
El sonido de una cascada, el trinar de los pájaros, la brisa entre las hojas
Y la tierra colorada le daba un marco perfecto al cuadro.
La figura áspera del portero con sus ancha espalda, su rostro quemado por el sol y sus arrugas, no apagaban el azul de sus ojos. Caminaba erguido, con sus viejas botas a la que continuamente le sacaba brillo, hacían crujir las maderas del piso. Con sus brazos hacia atrás. Las manos entrelazadas y siempre en silencio, al que los niños llamaban don Arturo, por no poder pronunciar su nombre porque decían les era muy difícil.
Muy pocas veces entablaba una conversación. Era hosco y muy poco amigable. Se quedaba pensativo, mirando sin ver.
Contábamos con un transporte los fines de semana que no acercaba a la ciudad, salvo los días de lluvia en que caminábamos hasta la ruta a esperar alguien que con buena voluntad, nos llevara.
Fue en uno de esos días que pasé el peor de mis miedos.
Entretenida con mis labores para iniciar la semana y se me pasó la hora.
La tormenta estaba en pleno apogeo. Desesperada corrí hasta la casa de don Arturo, esbozando una leve sonrisa, me invitó a pasar. Era precario el amueblamiento de su casa; sobre la mesa, descansaba una botella que dejaba traslucir su líquido inmaculado, un vaso a medio servir del que me invitó y con apenas un trago me quemó hasta las entrañas.
Dejó a un lado su eterna pipa y sirvió un fiambre muy parecido al salame de Milán pero con otro gusto. Asombrada miraba como se servía su bebida que de un solo trago se tragaba.
Cada vez que caía un relámpago seguido a un trueno se acurrucaba en un rincón, aferrándose con las manos la cabeza.
Con ojos brillosos, se dirigió hacia su dormitorio y apareció con una gran colección de fotos. Una en especial, la colgó en la pared; ya casi perdía el equilibrio. En el recuadro estaba una figura muy conocida, a la que varias veces, levantando su brazo derecho y con gesto casi insolente le hacía un saludo. Entre sollozos hablaba y hablaba con palabra inteligibles. Daba miedo su comportamiento.
Con gran alivio pasó la tormenta. Apenas aclaraba y salí corriendo sin importarme el barro.
Pasaron los años y jamás logré olvidar esa experiencia.
Ya madre, un día , en las calles de la ciudad me encontré con un agente de policía que me saludaba efusivamente.
_¡Maestra, Maestra,_ ¿Se acuerda de mí?_
_ ¡ Claro que sí! _ Eres el Carozo, el que se sentaba en el primer banco_
Hablamos de banalidades y sin más preámbulo, pregunté por don Arturo, figura enigmática, difícil de disipar.
Me contó que a finales del año, se aparecieron unos extraños hombres en su busca; hablando un lenguaje inteligible. Don Arturo se presentó, hizo su saludo ya conocido y pareciera que pidió permiso para empacar sus cosas.
Al comprobar su tardanza decidieron entrar.
Lo encontraron acostado en su camastro, con sus ojos azules apagados y un extraño uniforme negro, y en sus botas se reflejaba el brillo del sol.
Su brazo derecho caía como la cascada a un costado de su cuerpo y en el piso una botellita.
Cuenta que de la boca le salía una espuma, blanca como su bebida.
Fue entonces que comprendí quien era.
Después agregó, Carozo lo llevaron y nunca más supimos de é.-









EN UN PUBLITO DE MISIONES

Diecinueve años y mi flamante título de maestra, estrenando en un pueblito de Misiones, con la misma inocencia de los niños con los que me encontré
La escuelita estaba ubicada en un claro del monte; dos aulas. La casita de los maestros de madera con dos dormitorios y una cocina con una mesada que llamó mi atención, era redonda y empotrada una cocina a leña y en el medio un tubo por donde despedía el humo.

El sonido de una cascada, el trinar de los pájaros, la brisa entre las hojas
Y la tierra colorada le daba un marco perfecto al cuadro.

La figura áspera del portero con sus ancha espalda, su rostro quemado por el sol y sus arrugas, no apagaban el azul de sus ojos. Caminaba erguido, con sus viejas botas a la que continuamente le sacaba brillo, hacían crujir las maderas del piso. Con sus brazos hacia atrás. Las manos entrelazadas y siempre en silencio, al que los niños llamaban don Arturo, por no poder pronunciar su nombre porque decían les era muy difícil.
Muy pocas veces entablaba una conversación. Era hosco y muy poco amigable. Se quedaba pensativo, mirando sin ver.
Contábamos con un transporte los fines de semana que no acercaba a la ciudad, salvo los días de lluvia en que caminábamos hasta la ruta a esperar alguien que con buena voluntad, nos llevara.

Fue en uno de esos días que pasé el peor de mis miedos.

Entretenida con mis labores para iniciar la semana y se me pasó la hora.

La tormenta estaba en pleno apogeo. Desesperada corrí hasta la casa de don Arturo, esbozando una leve sonrisa me invitó a pasar. Era precario el amueblamiento de su casa; sobre la mesa, descansaba una botella que dejaba traslucir su líquido inmaculado, un vaso a medio servir del que me invitó y con apenas un trago me quemó hasta las entrañas.

Dejó a un lado su eterna pipa y sirvió un fiambre muy parecido al salame de Milán pero con otro gusto. Asombrada miraba como se servía su bebida que de un solo trago se tragaba.
siempre lograba asombrarme



Cada vez que caía un relámpago seguido a un trueno se acurrucaba en un rincón, aferrándose con las manos la cabeza.

Con ojos brillosos, se dirigió hacia su dormitorio y apareció con una gran colección de fotos. Una en especial, la colgó en la pared. Ya casi perdía el equilibrio. En el recuadro estaba una figura muy conocida, a la que varias veces, levantando su brazo derecho y con gesto solemne le hacía un saludo. Entre sollozos hablaba y hablaba con palabra inteligibles. Daba miedo su comportamiento.

Con gran alivio pasó la tormenta. Apenas aclaraba y salí corriendo sin importarme el barro.
Pasaron los años y jamás logré olvidar esa experiencia.

Ya madre, un día , en las calles de la ciudad me encontré con un agente de policía que me saludaba efusivamente.

_¡Maestra, Maestra,_ ¿Se acuerda de mí?_
_ ¡ Claro que sí! _ Eres el Carozo, el que se sentaba en el primer banco_

Hablamos de banalidades y sin más preámbulo, pregunté por don Arturo, figura enigmática, difícil de disipar.

Me contó que a finales del año, se aparecieron unos extraños hombres en su busca; hablando un lenguaje inteligible. Don Arturo se presentó, hizo su saludo ya conocido y pareciera que pidió permiso para empacar sus cosas.

Al comprobar su tardanza decidieron entrar.

Lo encontraron acostado en su camastro, con sus ojos azules apagados y un extraño uniforme negro, y en sus botas se reflejaba el brillo del sol.

Su brazo derecho caía como la cascada a un costado de su cuerpo y en el piso una extraña botellita.
Cuenta que de la boca le salía una espuma, blanca como su bebida.

Fue entonces que comprendí quien era.
Después agregó Carozo, lo llevaron y nunca más supimos de él.-

Fue entonces que compredí su identidad._









 
Martilu,19.06.2019
El Rulo

El Rulo se murió de algo que se llama: parámetros normales dejaron de funcionar. Así de repente, y hubo algo más: Un síndrome paro cardiorespiratorio no traumático.
No le dispararon. No murió de un ACV al cerebro. No lo atropelló ni un auto ni un colectivo. No se le cayó arriba una pared o un árbol. No tomo de más, ni de menos tampoco.
El Rulo era el albañil de confianza de Mariano, el médico del pueblo de “La Lonja”. El Rulo era todo lo confianzudo que podía ser alguien dotado de un gran carisma para ser puntero político. Albañil de oficio y corazón. Construía hoy lo que se destruiría por la noche, para volverlo a construir mañana. Y además sacar a los muertos de ese cementerio, porque”… no es vida la que llevan esos pobres muertos…”
La Lonja, pueblito de provincia, con dos calles asfaltadas y lo demás de barro. Unas almas a las que no hace falta contarlas para que no integren el censo, que se dedican ni más ni menos que a su vida cotidiana. Así tampoco pasarían a ser ciudadanos para pagar impuestos, ni rédito a la tierra no trabajada. Todas esas almas necesitadas pertenecían al deambular de este laborioso albañil.
Y ¿qué es la necesidad? Carencia y potencia, como diría una trabajadora social: eso es la necesidad. Y nada se dice de las necesidades básicas insatisfechas.
Las necesidades son alimentación abrigo, cariño y cobijo. La alimentación es utilísima para cuando hay que crecer saludable y con las neuronas atiborradas de ideas. Y el cariño, hace falta, porque los niños que nacen en los orfanatos se mueren por hospitalismo y eso que tienen leche, lo que no tienen es alguien que los acune en sus brazos. O sea que si les falta cariño se mueren de eso. Ya lo habían detectado hace muchísimos años y le dieron ese vocablo que se llama marasmo.
Al Rulo le había faltado cariño. De la madre pareciera que no , porque la vieja era muy sensiblera. Entonces iba de aquí para allá ofreciendo sus servicios de arbitrador de medios necesarios tendientes a la realización de cualquier demanda, ya sea, construir, poner una bomba de agua, hacer refugios, trasladar a la gente cuando llueve a lugares guarnecidos, alimentar a los hambrientos. Pero ese afán autodestructivo que tienen todos, y que si no son queridos por todo el mundo, entonces se mendiga cariño, y se soporta cualquier desmán e incontinencia verbal.
Además aparece en el diario del pueblo como vulgar ladrón de lo ajeno, para repartir tipo "Robín Hood", y eso no está bien visto, en una sociedad donde todos trabajan honradamente y algunos han heredado más que otros.
El Rulo se murió de eso mencionado más arriba, y todo el pueblo de “La Lonja” fue a su funeral. Todos se conocían, así que no fue necesario, que enviaran a alguien para llevar el féretro, porque había gente de sobra, y a todos El Rulo había beneficiado con algo. O sea todos habían sido tocados por su mano misericordiosa y generosa.
Especialmente había alguien que lloraba de forma desconsolada. Y caminaba con pasitos cortos y un pañuelito en su rostro, era la esposa del médico de “La Lonja”, a la cual el difunto q.e.p.d. había beneficiado, más de la cuenta.



 
paulasol,19.06.2019
bEl rosal/b

Hacía más de una semana que algo extraño sucedía en aquel cuarto, entre sueños que asemejaban pesadillas.

Esa noche con las luces apagadas de mí cuarto preferí dormir; estaba metida en mi cama, hacia frió y sentí un viento helado en la espalda; en medio de la somnolencia se escuchaban voces de la antigua radio en el cuarto de mi madre, que fueron enmudeciendo al cabo de unos interminables minutos. No era la primera vez que ocurría esto, otras veces sentí una corriente de aire helado, casi siempre estando sola en casa; pero esa noche fue haciéndose silenciosa en extremo; mis pies y manos empezaron a enfriarse hasta helarse, respiraba con dificultad.
De pronto oí una pelea a muerte de gatos en el techo, maullidos desgarradores alternados con llantos de un bebé. Al mismo tiempo vi un pesado bulto negro maullando al pie de mi cama, se subió encima de mí vientre, sentí su pelo dentro de mi nariz y enrosco su cola por mi cuello. Mientras mis gritos se ahogaban, mis brazos y parpados estaban pesados, sin movimiento, en medio de esa aterradora situación me desperté agitada con sudor en la frente.

Me levante de inmediato, camine unos pasos, estaba sola en mi cuarto; escuché la voz grave de mi madre llamándome varias veces: “Alicia, ven”, se oía leve, lejana. Corriendo atravesé el corredor hasta llegar a su cuarto; por debajo de su puerta salían humos blancos, empecé a llamarla pero no contestaba; gire la manija de la puerta y la radio empezó a sonar. Cuando entre, vi en su cama a unos gatos negros en medio de las sábanas blancas que se erizaron al verme. Les espante gritando: “¡Fuera! ¡Largo!” repetidas veces; luego uno por uno ronroneo, se lamieron sus pelajes entre ellos y saltaron por la ventana en dirección al techo. Al apagar la radio note que su portarretrato estaba roto, cerré la ventana, al querer remover las sabanas vi a un lado de la cama: hermosas rosas rojas delicadamente cortadas, las tome y me corte la mano con uno de sus tallos; allí no estaba ella, insistí en llamarla pero no contesto.

Al día siguiente busque en el jardín de mamá un lugar para las rosas, suele cultivar rosas de todos los colores con mucha paciencia y dedicación, varias veces me ha dicho: “Me gusta mi jardín, porque me sonríen mis rosas”, de hecho es su lugar favorito de la casa.
Removí la tierra cerca a la ventana de su cuarto, no recuerdo bien como las puse; pero al terminar apareció sobre el techo un gato maullando. Luego limpie la casa, acomode sus libros, frascos y piedras lo más pulcro posible, todo quedo limpio, ordenado para cuando vuelva luego encendí las velas aromáticas y el incienso que mamá había traído de uno de sus viajes al Cuzco; empezó a sonar el celular de ella; pero cuando conteste la llamada se perdió.

No sentí extrañeza por su ausencia ya que suele viajar a lugares interesantes para ella, sin dar muchos avisos por un par de días, luego regresa con objetos que van desde dijes hasta colgantes la mayoría son exóticos y místicos, que obsequia sus amigas, a quienes cree necesitan energía para aligerar sus penas. Es observadora, tiene voz dulce, pocas veces la he visto enfadada. Su cabello es castaño oscuro, prefiere llevarlo largo y suelto.
Mi madre es enfermera además de exploradora incansable, conoce las Huaringas, Huacho, Saña, Satipo, Nauta, Cuzco, etc; participa de rituales para limpieza del aura, pertenece a una comunidad que promueve “terapias” alternativas para sanar y recuperarse de encantamientos, magia negra entre otros.

Transcurrió una semana sin noticias de mamá y durante todo ese tiempo decenas de gatos llegaban al techo por la noche. En medio de ellos, podía diferenciarse uno con pelaje pardo con un dije sobre el cuello, al cual los demás seguían y era quien saltaba con suma delicadeza cerca de las rosas llevando entre sus patas un poco de tierra para esparcirla sobre sus cabezas. Asemejaba una cofradía felina en torno a las rosas rojas del jardín, que florecían con un extraordinario brillo sobre sus pétalos.

Tenía pensado empezar a buscarla porque nunca se había ausentado más de tres días hasta que una tarde, un mensajero entrego una caja de madera a su nombre, la recibí luego la puse sobre su cama y me pregunte: ¿Quién le enviaría una caja? ¿Para qué la necesitaría? ¿Cuál sería el contenido? ¿Por qué no pesaba mucho?; no tenía respuestas. Al cabo de unas horas la abrí: tenía piedras negras drusas muy brillantes, siete velas gruesas color violeta y purpura, inciensos con un olor penetrante a rosas, un poco de yeso y sal sobre una nota escrita por mi madre que decía: “Gracias”; quede perpleja, deje la caja abierta y salí presurosa de su cuarto.

En la noche cuando intentaba dormir, escuche voces y llantos de bebés durante varios minutos; me levante estremecida. Las voces venían del jardín, fui hacia allá entre tanto se sentía un fuerte olor a rosas, habían humos blancos en lugar de las rosas rojas, en mi desesperación tome un cuchillo y vi al gato pardo cerca de las rosas con las piedras negras, velas purpura y violeta encendidas, sobre una estrella de seis puntas dentro de un circulo hecha de yeso y sal.

Los demás felinos estaban en el techo como en trance maullando todo el tiempo con los ojos muy brillantes; en ese momento el gato pardo empezó a maullar como el llanto de un bebé, aquello era escalofriante y pavoroso; estaba turbada por lo que pasaba. Sobre las rosas empezó a salir una humareda rojiza que lentamente fue envolviendo al gato, por instantes los maullidos se confundían con la voz de una mujer. Aquello fue un momento interminable hasta que una llovizna fue desvaneciendo paulatinamente los humus y olores por completo, solo quedo una rosa floreciente, los gatos desaparecieron y vi a mi madre tendida en el suelo con un dije sobre el cuello.
 
Marcelo_Arrizabalaga,19.06.2019
Ahmed

Hace tiempo que se lo ve por allí. Aunque dice que viaja mucho por el mundo. Tiene consigo una foto de sus años mozos, y algunas otras de sus viajes.
Es nacido en Siria. Pero suele decir que su casa es el mundo.

Actualmente, con más de 70 años, sonríe con ganas aunque le falten varios dientes.
Luce ropa gastada, aunque sana y limpia. Y ama su oficio, que a decir verdad es algo mágico.

- Buenas tardes – saluda cortésmente a una señora elegante de unos 50 años.

Ella responde amable, pero algo inquieta por la imprevista interrupción. Se encuentra sentada con su pareja y otra pareja de amigos en las mesas externas de un restaurante que linda con un hermoso parque municipal.

- ¿Me permite que modele su bello rostro en arcilla? Tal vez, al terminar, mi trabajo sea de su agrado.

- Permítele que lo haga. Te vas a sorprender – le sugiere el esposo de su amiga, que ya lo ha visto trabajar al pasar de casualidad por el lugar días atrás.

La mujer asiente intrigada. Ahmed le aclara que se acercará a ella algunas veces para mirar su rostro y se alejará otras más mientras trabaja.

- Por favor, continúe con su reunión. La molestaré lo menos posible – le dice con su simpática sonrisa.

La tertulia continúa, mientras el artesano toma un poco de arcilla y comienza a trabajarla.
Quien lo vea comenzar por vez primera, tal vez tema que todo sea un fiasco al ver hundir sus pulgares en la masa húmeda mientras se acerca a la persona a retratar.

- ¿Qué de bueno podría salir de allí? – suelen preguntarse mentalmente algunos asistentes.

Pero el hombre ha pasado por esto miles de veces. Su confianza es natural. Serena. Hasta siente que su obra tendrá algo de ofrenda generosa, aunque le den algún dinero.

La dama disuelve su incomodidad, al ver que la pareja de su amiga le hace un gesto con la mano para que espere confiada. Se relaja entonces.
Los dos matrimonios, que se conocen hace más de veinte años, disfrutan de una deliciosa comida acompañada de un buen vino.

Cuando el mozo se retira con el pedido de los postres que habrán de degustar, Ahmed se acerca muy respetuoso y le dice en voz muy baja:

- Mi estimada señora, falta muy poco ya.

Ella dirige su mirada a la masa que el hombre sostiene entre sus manos, y se sobresalta al punto de interrumpir su respiración. Su bello rostro está plasmado en la cerámica fresca, con un nivel de detalle y precisión asombroso.

- Aún falta un poquito más – agrega él en modo de disculpa.

- Te lo dije – le dice sonriendo su amigo – Es un verdadero maestro.

- Aaaay, mi Dios. No me esperaba algo así.

Pocos minutos después Ahmed entrega su obra que reposa en un pequeño plato de madera. Da a la señora instrucciones para hornearla y así hacerla duradera.
Recibe a cambio, una suma de dinero importante. Guarda el dinero en un bolsillo de su saco, y se sienta a descansar mirando los árboles.

Es un hombre feliz. Su vida es simple y alegre. Como la de los pájaros que se acercan a sus pies buscando comer las migas de pan que él deja caer suavemente.
 
glori,20.06.2019
Sin filtros

A Carlos le gusta decir lo que piensa sin filtros, y por lo general no mide las consecuencias de su sinceridad. Sus amigos lo aceptan, aunque cada tanto alguno se enoja con él y deja de hablarle por un tiempo. Después todo vuelve a la normalidad. Así ha transcurrido su vida y hasta ayer no sabía que muy pronto algo lo iba a hacer reflexionar sobre su comportamiento.

Anoche, cuando llegó a casa del gordo para compartir las pizzas de los viernes, sus amigos lo recibieron con unas cervezas. Apareció tarde, y estaba un poco entonado; había bebido bastante en el bar de un amigo. Se quitó la chaqueta y desparramó sus huesos sobre el sofá. Tenía revuelto el cabello castaño porque lo había estado meciendo nerviosamente. Estaba serio, y él es un tipo que suele llevar siempre una sonrisa estampada en la cara.

-¿Qué te pasa, flaco? -preguntó Ignacio.
Carlos no respondió. Sus ojos azules carecían del brillo de costumbre. El gordo pensó que seguramente se había peleado con la madre. Está muy apegado a ella. A sus treinta años, todavía vive con su mamá y no da señales de querer irse.
Pasaron varios minutos hasta que por fin decidió hablar. Su voz sonaba resignada cuando dijo sin mirar a nadie:
-Ustedes tienen razón.
-¿En qué? -preguntó Luisito mientras le alcanzaba otro vaso de cerveza.
-En el asunto de la diplomacia; me falta diplomacia, tacto, empatía, todo eso que mencionan ustedes.
Todos enmudecieron. Era extraño que Carlos cuestionara su forma de ser.
A lo mejor había decidido ir a un psicólogo, pensó Ignacio. Ojalá. Así podría resolver el tema de su edipo.

-¿Se acuerdan de Carolina? –dijo Carlos.
Claro que se acordaban.
-Cómo olvidar sus grandes atributos -bromeó Luis.
-Bueno. La encontré en el bar de Fede. Raro que nunca coincidimos antes en ese lugar. Fede me dijo que son amigos y por eso ella concurre a menudo. Estaba sola, así que se me ocurrió invitarla a tomar algo y nos pusimos a hablar de todo un poco. Enseguida recordamos la época del secundario. Lo que son las casualidades. Ella estaba de novia con Lalo. ¿Se acuerdan? Y Lalo ahora está en pareja con mi hermana. Cuando se lo conté me miró sorprendida. Después le pregunté por qué se teñía el pelo; y también le dije que su color original le quedaba mejor.
-¿ Y ella? ¿Qué te respondió? –preguntó Ignacio.
-Me dejó plantado ahí. Se fue sin decir palabra. Creo que lloraba.
-¿Y vos qué hiciste? –quiso saber Ignacio.
-Yo no entendía nada. Al rato, Fede se acercó a mi mesa y preguntó si había pasado algo.
-¿Entonces? –dijo Luis.
-Me parece que metí la pata.

Los amigos se quedaron esperando que Carlos diera más detalles. Sentían asombro ante su inesperado cambio de actitud. Hablaba poco y estaba pensativo.
Ninguno imaginaba lo que le había contado Fede unas horas antes: -Caro y Lalo se casaron hace cinco años, al poco tiempo se separaron. Pero ella nunca perdió la esperanza de volver con él; no lograba aceptar que Lalo ya no la quería. Al final entró en depresión, luego enfermó gravemente y ahora ha iniciado un tratamiento bastante agresivo.
Estas palabras seguían resonando en su mente, hurgaban en su conciencia sin parar.
El gordo interrumpió sus pensamientos. –¿Y? ¿te vas a quedar callado? Queremos saber qué estás pensando.
-El pelo -dijo Carlos –era de otro color porque Carolina estaba usando una peluca.

 
Yvette27,20.06.2019
sobre el trabajo de Yosoyasí "En un pueblito de Misiones"

El personaje que nos presenta yosoyasí es el de un nazi refugiado en La Argentina.
la forma narrativa nos describe
Moralmente : un hombre enigmático,
poco amigable,silencioso,
fuerte de físico, débil de ánimo, miedoso, aparentemente fuerte,poco amigable,hosco,abstraído

Físicamente:espaldas anchas,rostro arrugado tostado por el sol,ojos azules,porte erguido

Costumbres: fuma pipa

Nos habla de sus botas de su modo de caminar erguido

Comentario: exhauriente descripció de un personaje que en la breve narración va denunciando su terrible identidad con alusiones inequívocas . Muy bien trabajado el personaje. El lector lo ve . El escritor da justamente más relieve a su aspecto moral. La parte física es más suscinta pero nos da una imagen clara del personaje.

Dado que el narrador es una tercera persona no podemos saber lo que piensa el personaje.Está ben así. Buen trabajo.
Errores de redacción fácilmente obviables. Llamo la atención al uso frecuente y no necesario de CON
 
Yvette27,20.06.2019
Opino sobre AHMED personaje de Marcelo Arrizabalaga

El autor nos presenta con una pequeña instantanea de trama mínima un personaje vivo, interesante .
En lo moral nos dice que ama su oficio, que es respetuoso,seguro de sí,sereno y respetuoso. Todo esto además de la satisfacción que le da la creación de sus retratos lo convierten en un hombre feliz.
Físicamente tenemos un clishé mental para imaginarlo ya que nos dice el autor que nació en Siria. No lo dice pero a mí me pareció ver un hombre de baja estatura, ágil y movedizo.

Físico: tiene 70 años, le faltan algunos dientes, sonríe constantemente,forma de hablar gentil

Características: viaja mucho(no sé si esto es relevante) lleva ropa limpia pero muy gastada.
Este personaje es muy dinámico, lo vemos ir y venir mover sus manos etc. Bien logrado.
El autor nos pone ante un personaje para recordar.
Si bien el tema del taller fue cumplido en pleno, deja con ganas de algo más ,la parte moral iría reforzada, se le podrían agregar otras peculiaridades físicas o de movimiento. La redacción peca de errores que Ninive seguro te señalará si recurres a su "Rincón de correcciones"
 
Ninive,20.06.2019
Empezamos a tallerear . Recordemos ,no se trata de un reto. El tema para trabajar es EL PERSONAJE. Cada uno de los participantes toma cuantos trabajos quiera de otro para opinar corregir o elogiar .Obligatorio opinar al menos en un trabajo. Los errores de redacción y o gramaticales los corregiré a quienes me lo pidan en EL Rincón de correcciones de Nínive. Foro Taller.
 
Martilu,20.06.2019
Opino sobre "Sin filtros" de Glori.
El personaje esta bien definido, según lo que dicen de él sus amigos. El se muestra cambiado, y a medida que avanza el relato, se devela el por qué. La falta de diplomacia a la que Carlos alude, se resuelve en
_Metí la pata.
Y el final, también se va revelando en una enfermedad que padece Carolina.
No se si esto es lo que quiere Ninive.
Para mí, esta logrado el personaje a través de sus hablantes y las acciones que Carlos desarrolla.
¡Gracias por el momento de lectura!
 
Marcelo_Arrizabalaga,20.06.2019
Me gusta del cuento “El Rulo” de Martilú, la pintura que se hace de una idiosincrasia individual y colectiva. La mirada social mezclada con la del personaje. Esas vidas simples, y al mismo tiempo llenas de vericuetos. Observarlas siempre deja pensando.

Me gusta de “En un pueblito de Misiones”, cuento de Yosoyasí, esa magia que transporta al lugar. Se siente el paisaje, el lugar de trabajo con su sencillez y generosidad. Y ese personaje que perdido en la selva misionera y perdido en la locura de la separación de sus semejantes, carga con un pasado que oprime su presente.

Me gusta de “El rosal” de Paulasol, el clima de angustia y misterio que se crea desde el comienzo y no cesa hasta el final. Un texto enigmático y misterioso.

Me gusta de “Sin filtros” de Glori, la voz omnisciente que permite al lector una posición de privilegio para disfrutar el relato. La historia es breve pero rica pues nos muestra fuertes vínculos, y un suceso que termina sugiriendo un posible cambio en la forma de relacionarse.
 
Ninive,20.06.2019
El tema central del taller es el personaje y como lo presenta el autor. qué está bien,qué habría qué acentuar. qué falta.
 
Ninive,20.06.2019
en el relato de Paula sol lo que acontece deja de lado al personaje. Se dice qué hace y qué dice pero no lo VEO.

Lo que propuse para trabajar en este espacio es aprender a dar todos los atributos posibles a un personaje. La narración es marginal, podría no existir .Espero que en el próximo tema enfoquemos más la mira.

El próximo tema es el paisaje. No necesita trama o puede ser muy marginal. El paisaje en menos de 1000palabras
Narrador en primera persona. Quien se quiera unir al taller tiene que ir pensando en el tema. Volveré con más detalles.
 
Ninive,20.06.2019
Martilu, gracias por participar, en tu cuento El Rulo centras el relato sobre un personaje pero le das una característica la de querer siempre ayudar por que desea cariño. lo define y . Nos quedamos con eso solo.En tu cuento está bien, en este taller queremos aprender a crear un personaje con sus característica físicas morales ,juego corporal , sus tics y sus carencias, su voz . Una presencia concreta.
 
glori,20.06.2019

El cuento de Paula sol atrapa por el enigmático comienzo. Describe al personaje y avanza llevando al lector por una trama sencilla pero llena de misterio. El final sugiere que el personaje, en su interés por la magia, ha ingresado en un mundo extraño y tenebroso.
La historia está bien contada, pero la autora la escribe en primera persona cuando se había pedido que el narrador fuera omnisciente.

Lo mismo ocurre con el cuento de Élida que también está redactado en primera persona. Narra un suceso que le ocurre a ella y no al personaje, pero consigue de manera eficaz sumergir al lector en el ambiente y la historia. Me gusta la descripción del personaje, puedo imaginarlo y conocer bastante de él a través de lo dichos de la escritora. Se perciben miedos y lo que se va sugiriendo se revelan muy bien en el final.

El cuento de Marcelo me lleva a imaginar la escena con facilidad. Puedo ver al personaje, tanto su aspecto físico como su forma de ser y también la tarea que realiza. Aparecen otros personajes que el narrador utiliza para reforzar la imagen el protagonista de la historia. El narrador omnisciente conoce todos lo detalles y los relata con fluidez.

En el texto de Martilú también se respeta la consigna. El narrador es onmisciente. Se aprecia perfectamente el personaje principal por las descripciones de la autora sobre su conducta y su forma de relacionarse con los otros personajes del relato. Es un cuento que hace reflexionar al autor. El final muestra una sorpresa que nadie esperaba y muestra una faceta más del personaje.
 
Ninive,20.06.2019
En el filtro de glori,

el personaje está bien presentado ,lo hace con pocas pinceladas, sobretodo se basa en su caracter de persona de poco tacto. Le da cabellos castaños revueltos, ojos azules opacos. Al leer se presenta un segundo personaje y tambien éste interesante pero a este no le agrega mayores detalles. Solo al final el hecho de usar peluca revela al lector un final inesperado.
 
glori,20.06.2019
Perdón: hace reflexionar al lector, no al autor, quise escribir en mi comentario del texto de Marilú.
 
yosoyasi,20.06.2019
Glori define a su personaje, como al pasar.Está muy bien logrado, a mi entendimiento.Aclaro que nunca fuí buena para hacer comentario.
El final es es inesperado, posiblemente use peluca porque se está haciendo quimio
 
yosoyasi,20.06.2019
Me encantó participar, Ninive
 
sendero,20.06.2019
En un pueblito de misiones
La figura áspera del portero con sus ancha espalda, su rostro quemado por el sol y sus arrugas, no apagaban el azul de sus ojos. Caminaba erguido, con sus viejas botas a la que continuamente le sacaba brillo, hacían crujir las maderas del piso. Con sus brazos hacia atrás. Las manos entrelazadas y...
Entiendo que tu personaje era un militar nazi. Y si es así, la descripción física debe de corresponder. En las primeras líneas me hizo pensar en un campesino, dnde cambié fue en el hábito de limpiar sus botas y la manera de hincar la bota tampoco corresponde a un campesino, mucho menos los brazos hacia atras y entrelazados. Construir un personaje es el resultado de tenerlo claro en nuestra mente, pero más claro debe de estar en el momento en que el lector lo asimila. Una característica o dos basta para fijarlo. (una verruga, una cicatriz,) en lugar de abundantes descripciones que pueden resultar monótonas. Tu tienes tres, el color de los ojos, las botas brillantes, la manera de caminar y la figura aspera, podrías encontrar otro atributo que lo definiese mejor. Abrazo
 
Yvette27,21.06.2019
Raramente discrepo con sendero pero no comparto su opinión de que al principio el personajede " En un pueblito de Misiones"le dió la imagen de un campesino más que la de un militar.

Es normal que el lector no perciba desde el primer momento la verdadera carga del personaje. El autor la plasma poco a poco, un detalle aquí otro allá.Eso va creando curiosidad hasta la certeza.

 
Ninive,21.06.2019
SENDERO gracias por participar.
 
Ninive,21.06.2019
Nuestra labor como escritores no es sólo construir el personaje: también consiste en facilitar que el lector lo conozca.

Caacterización Directa:
Este tipo de descripción se puede utilizar tanto en la voz del narrador como en la de un personaje (incluso el personaje puede describirse a sí mismo).


La caracterización Indirecta consiste en que el autor insinúa al lector los rasgos del personaje, generalmente a través de sus diálogos, sus gestos, sus actos, su estilo de vida… El efecto que el autor busca es que el lector conozca (o más bien deduzca) cómo es el protagonista sin presentárselo de manera explícita.
 
Ninive,22.06.2019
Mientras más precisa sea la concreción del personaje es más fácil para el lector creer que se halla ante una persona real. El primer elemento práctico para hacerlo es la elaboración de una ficha, donde apuntaremos todos los datos de nuestro personaje, cuantos más, mejor. Luego le daremos al lector sólo la información que creamos conveniente.

 
Ninive,08.07.2019
...
 



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