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Marcelo_Arrizabalaga,03.10.2019

Espacio abierto para la escritura de cuentos breves en tres partes. Comienzo, medio y final.

Comienza un escritor con el primer párrafo. Al hacerlo queda su nombre y fecha.

Distraído aparece otro, media hora o tres años después y continúa con la sección media de la historia.

Cinco segundos o tres milenios más tarde un tercer participante le da el final a la historia.

Sin proponérselos se transforman en los autores del cuento tripartito más comentado o el más ignorado de la historia de la humanidad.

No hay más reglas que las que anteceden.

Los estilos, las formas, la extensión, etc. Todo es a gusto del siguiente participante.

La idea, es escribir desde la incomodidad de no poder acordar criterios. El desafío de tomar un párrafo de un estilo diferente al propio y seguir.

Es en estos casos en los que un escritor encuentra que puede desarrollar una trama con una temática o formas poco usuales en él.

Pues, ¡adelante!
 
Marcelo_Arrizabalaga,03.10.2019

La fiesta

Reconocí el lugar por el bullicio que se escuchaba a través de las ventanas. La música invitaba a entrar.
Dudé si tocar el timbre o aprovechar que la puerta estaba entreabierta.
Sabía que no me esperaban, pero no quería perderme esta oportunidad.
Me introduje sin más.
 
IGnus,03.10.2019
Para pasar desapercibido saludé a algunos desconocidos que, algo perplejos me devolvían el saludo, tratando de recordar de dónde me conocían.
Un rostro como el mío no era fácil de olvidar. Más allá de las cicatrices, que me identificaban en forma unívoca, la mitad de los periódicos de la zona habían publicado mi rostro en sus páginas.
Sólo para tranquilizarme, metí la mano en el bolsillo y palpé el metal de mi arma.
Entonces la vi. Charlaba con unas amigas, dándome la espalda.
 
marimar,05.10.2019
Sentimientos encontrados nublaron mi mente.
Por ella todo lo perdí, familia, fortuna, honor, dignidad.
Por ella dejé en prisión diez años de mi vida.
Me acerqué dispuesto a todo, con fuerza aferré mi arma, toqué su hombro ella se dio vuelta me miró sonriente y volví a caer en sus redes.

 
mialmaserena,05.10.2019
Qué bueno les quedó!!!!
 
IGnus,05.10.2019
Muy buen remate Marimar! Me gustó.
 
Marcelo_Arrizabalaga,05.10.2019
Me encantó este primer cuento público.
 
marimar,06.10.2019
Me gustó participar de el primer cuento público
 
Yvette27,06.10.2019
Propongo dar número a las participaciones para evitar confusion
 
mitsy,06.10.2019
Excelente idea y un resultado más que genial. Felicitaciones!
 
mitsy,06.10.2019
Excelente idea y un resultado más que genial. Felicitaciones!
 
mitsy,06.10.2019
SIN PALABRAS

Después de muchos años sin volver, la entrada del pórtico en madera y las sonoras escaleras consevaban aún los recuerdos de largas noches de tertulia con mis amigos. El columpio caído y la hierba descuidada anunciaban el paso de un tiempo que no logró borrar el olor a hogar que conservaba mi viejo sitio favorito, ni el sabor amargo de la despedida, que allí mismo en la fuente empedrada había tenido que sepultar.
 
Marcelo_Arrizabalaga,07.10.2019


Ali, con sus escasos seis añitos, caminaba callada a mi lado. Aún asombrada por todo lo que veía, pudo notar la expresión en mi rostro.

- ¿Qué te pasa, Mami?
- Es solo que aquí hay muchos recuerdos. Cuando yo vivía en esta casa era pequeña como tú, ¿sabes?
- Ya me dijiste una vez que fuiste pequeña. Pero creí que era una broma, porque yo siempre te veo grande.

Su inocencia me enterneció.

- Dime, tesoro. ¿Te gustaría que viniéramos a vivir aquí?
- Pero está un poquito estropeada, mami.
- La pondremos bonita. Arreglaremos la hamaca y podremos tener un perro como querías.
- Y ¿le puedo poner un nombre que me guste? - dijo con una sonrisa.
- Claro que sí.

De pronto el teléfono celular sonó en mi cartera.
 
IGnus,07.10.2019
-¿Hola?
- Señora Morrison. Será mejor que no intente escapar, nuevamente.
La voz en el teléfono sonaba cansada, como si los años de continua caza no solamente nos hubieran causado centenares de penurias a mi hijita y a mí, sino que el hastío también hubiera alcanzado a mis perseguidores.
- De acuerdo. Me quedaré aquí sentada. ¿Puedo preguntar algo? ¿Cómo me encontraron?
. Déjenos guardar el secreto profesional, señora.

Sabía muy bien que el inspector se jactaba en vano. Tarde o temprano, todos los homicidas regresan (regresamos), al lugar del crímen.
Tenía la esperanza de que no me encontrarían esta vez. De poder empezar de nuevo en esta vieja casita. De que las cabezas decapitadas de mis padres, enterradas bajo las piedras de la fuente no fueran a delatar con sus mudas voces que la hija pródiga volvió a casa... No obstante, sí sonaban en mi cabeza. Todo el tiempo.

- Mami... ¿Quiénes son estos señores?
- Tranquila hijita. Son esas personas de las que te hablé, ¿recuerdas? ¿Los que te llevarían a una casa más bonita?
- ¡Pero no quiero ir con ellos!

¿Qué será de mi pequeña Ali? -Me atreví a preguntar.

-Baje la cabeza señora. -Fue toda la respuesta del oficial que me había esposado.
 
Marcelo_Arrizabalaga,07.10.2019
Me da mucho gusto participar de esta experiencia. Felicitaciones a Mitsy e Ignus.
 
mitsy,07.10.2019
Qué buen trabajo, me encantó, un placer participar de este tipo de ejercicios literarios. Felicito nuevamente la idea de Marcelo, así como su nudo en la historia y a Ignus por el final que desenlaza a la perfección mi idea inicial del cuento.
 
IGnus,07.10.2019
Muchas gracias chicos! Un placer participar, es muy divertido. Me alegra haber leído la intención de tu pluma, Mitzy. Saludos!
 
mialmaserena,07.10.2019
La ceremonia

En el escenario, el portavoz del jurado miraba en vano hacia uno y otro lado.Volvió a repetir el nombre, y en esta ocasión Francisco se puso de pie. Un poco sorprendido subió las escaleras mientras el público comenzaba a aplaudir. Se preguntó si aquel premio significaba algo para él. No hubo respuesta. Acercó su boca al micrófono y en ese instante vio que Laura ingresaba al salón.
 
Marcelo_Arrizabalaga,07.10.2019
“Pelea entre gavilanes" había sido premiada con el primer puesto en el concurso de Novelas en una convocatoria abierta para escritores latinoamericanos.
Seiscientas jugosas páginas que desgranan una historia esbozada por ella. En vano intentó convencerla de que la desarrollara totalmente y asumiera su autoría. Francisco la continuó hasta darle la forma final.
Llegó el momento de agradecer frente al auditorio.
 
Ninive,08.10.2019
3 final
Laura se sentó en primera fila. Sabía que Francisco la había visto y temería que lo interrumpiera declarando la autoría de la novela. No lo haría , debía cerrar la deuda que tenía con él. Hacía diez años ella había abandonado a su hijo y Francisco lo había cuidado como propio. Su silencio era la voz de su agradecimiento.
 
Marcelo_Arrizabalaga,08.10.2019
Felicitaciones a mialmaserena y Ninive. Un gusto participar con ustedes.
 
marimar,08.10.2019
Felicitaciones. Les quedó muy lindo. Me encantó el final

 
marimar,08.10.2019
Locura

Con decisión apuró su paso al pantano de la muerte, una ráfaga helada de viento la empujó con una velocidad inusitada.
Nadie podría detenerla, se dejaría hundir en el lodo con todas sus miserias, sus pánicos, sus soledades.
 
Marcelo_Arrizabalaga,08.10.2019
En plena carrera, su saco de lana se enredó en la rama de un árbol desnudo. Dio la vuelta en forma abrupta y quedo colgando a pocos centímetros del terreno.
Ella, que había hecho un quiebre total con la sociedad y se sentía brutalmente separada de todo y de todos, ahora exclamaba:

- ¡Ayuda!

Un buen rato pasó sin que pudiera erguirse. Sus pies resbalaban. Sus manos no lograban tocar suelo y de nada podía aferrarse.
Unos minutos más tarde, sintió el gruñido de un animal. No podía verlo pero creyó que era un lobo.

- Bestia del demonio. Si vas a engullirme comienza ya – expresó con dificultad.
 
Clorinda,09.10.2019
La bestia seguía gruñendo y ella supo que su final se acercaba. En pocos segundos reprodujo en su mente su vida entera, su lucha por ocupar un lugar en este mundo injusto y cruel y su decisión de terminar con su vida y con su sufrimiento.
De repente el árbol crujió, la rama se desgarró y ella cayó pesadamente en aquel lodazal. La bestia ahora aullaba de dolor mientras se lamía tratando de desprenderse de una espina del árbol que acababa de caer, que se había incrustado con violencia en la yema de una de sus patas. Sintió piedad.
Con cuidado extrajo la espina del sufriente animal y en ese momento sintió un alivio indescriptible. Era como si se hubiese desprendido de una espina que le atravesaba el alma.
El animal se lamió unos instantes. Después, los lamidos de agradecimiento del animal fueron como un bálsamo para su maltratada existencia.
Salió del pantano y miró hacia el cielo: nunca se había dado cuenta de que era tan azul.

 
Marcelo_Arrizabalaga,09.10.2019
Muy buen final Clorinda. Muy buena propuesta Marimar. Un placer.
 
Clorinda,09.10.2019
Gracias Marcelo y marimar. Un placer trabajar con ustedes, y con el resto del grupo.

Tengo que corregir la penúltima frase ya que el término "animal" se repite injustificadamente. El párrafo quedaría así:

"El animal se lamió unos instantes. Después, sus lamidas de agradecimiento fueron como un bálsamo para su maltratada existencia."
 
mitsy,09.10.2019
No dejo de sorprenderme de tan creativas creaciones. Los felicito!
 
Clorinda,10.10.2019

Corrección del texto "Locura"

La bestia seguía gruñendo y ella supo que el final se acercaba. En pocos segundos reprodujo mentalmente su vida entera, la lucha por ocupar un lugar en este mundo injusto y cruel y la decisión de terminar con su vida y con su sufrimiento.
De repente el árbol crujió, la rama se desgarró y ella cayó pesadamente en aquel lodazal. La bestia ahora aullaba de dolor mientras se lamía tratando de desprenderse de una espina del árbol que acababa de caer, incrustándose con violencia en la yema de una de sus patas. Sintió piedad.
Con cuidado extrajo la espina del cuerpo del sufriente animal y en ese momento experimentó un alivio indescriptible. Era como si se hubiese desprendido de una espina que le atravesaba el alma.
El animal se lamió la herida unos instantes y las lamidas de agradecimiento que se sucedieron después fueron como un bálsamo para su maltratada existencia.
Salió del pantano y miró hacia el cielo: nunca se había dado cuenta de que era tan azul.

 
IGnus,10.10.2019
Está muy bueno esto. Me recuerda mucho a otras épocas, con los "Cuentos compartidos". Obras geniales se creaban en aquel entonces, compartidas por cuatro plumas cada una, así, en secuencia como hacen ahora.
Seguramente Yvette tiene mucho para contar al respecto. Era una maestra organizando estas actividades!
 
Marcelo_Arrizabalaga,10.10.2019


La casa fantasma

Apenas entramos nos arrepentimos de nuestra curiosidad. La casa estaba llena de bichos. Una cucaracha se acercó a saludar y una araña estaba tejiendo su tela. Había comida sobre la mesa. Y varias moscas zumbaban alrededor del plato.
El dueño de casa dormía. Desde la cocina se escuchaban sus ronquidos. Caminamos sigilosamente rumbo a la sala. Un gran retrato sobre la pared principal nos impresionó.
Luisito, al que los mayores siempre le dicen que es desubicado, se le ocurrió preparar un licuado de banana, solo porque en la cocina de esta casa en ruinas, había leche y bananas.
Con un mamporro en la cabeza le devolví la concentración.
Me miró como indignado, sin entender que le había salvado la vida.
Unos segundos más tarde, ya ni se acordaba de eso, pues a cada paso todo se veía intrigante y misterioso.
 
Yvette27,11.10.2019
2 desarrollo de la Casa Fantasma.

Luisito no era tan desubicado como decían muchos,era el único que conocía la historia del dueño de casa, que, por otra parte, no tendría que estar todavía alli. Luisito también nos podía hablar del misterio de esta casa en ruinas habitada por una persona que aún habiendo muerto, se nutriva exclusivamente de leche y bananas.
El abuelo del muchacho era quien le llevaba cada mes la comida.
Apenas el anciano se retiraba, el fantasma comía tres o cuatro bananas con leche, se refugiaba en la torre de la casa,roncaba en estereofónico y volvía a estar en actividad en la fiestas privadas de la noche.Lo único que Luisito no sabía era por qué su abuelo seguía alimentando al fantasma.

Eramos cuatro, dos nos acompañaban por pura curiosidad; querian ver si éramos capaces como habíamos asegurado, de robar el cuadro que presidía la sala. Aparte la suciedad y el desorden caótico, la casa atraía en parte por su fama de ser misteriosa y maldita. Según los vecinos, de vez en cuando se encendían todas las luces de la casa y se escuchaban músicas infernales.
El cuadro que habíamos ido a robar era imponente, luces y sombras rodeaban como un halo el cuerpo de una mujer desnuda en acto de arrojarse por una ventana.
Con el robo queríamos obligar al fantasma a hacer lo que ya debía haber hecho desde hacía años; volver a la tumba. Nadie sabe la historia completa,pero según el parecer de muchos, se había tratado de una gran historia de amor.
 
Clorinda,12.10.2019
3. Final de la Casa Fantasma

Después de medir cada paso que debíamos dar decidimos adueñarnos del cuadro. Seguramente tendría una historia no revelada y podríamos cotizarlo a muy alto valor.

Era sobrecogedor ver el halo de luz y misterio que la dama retratada exhalaba, y de pronto, en el momento de retirar el cuadro de la pared, la mujer, en medio de luces sicodélicas, cobró vida y se arrojó por la ventana.
Su cuerpo quedó tendido en el patio exterior. Quedamos aterrorizados.

En ese mismo momento llegaba el abuelo de Luis con la leche y las bananas para preparar el licuado que necesitaba el fantasma que habitaba en la torre, y así obtener la energía necesaria para sus experiencias nocturnas.
El anciano, al ver a ver el cuerpo de la mujer que representaba el cuadro tendido en el suelo, a punto de expirar, tuvo el tiempo suficiente para arroparla en sus brazos y balbucearle tiernas palabras de amor. Luego, la mujer murió.

Después de un tiempo en que el anciano dio rienda suelta a su congoja, él mismo se ocupó de enterrar el cuerpo de su amada y el del fantasma de la torre que, al faltarle los nutrientes que necesitaba, se había reducido a huesos y polvo.
La imagen del retrato ya no existía y robar aquel cuadro vacío ya no tenía sentido. Todos nos retiramos en silencio.
Supimos más tarde que el abuelo de Luis murió pocos días después sin articular palabra, y sin explicar el misterio del retraro de la Casa Fantasma, pero cuenta la gente del lugar que el anciano y la dama del retrato habían sido amantes, y el fantasma, un famoso pintor, la había retratado antes de matarla por los celos, y luego suicidarse.
Lo que no nos quedó claro es el pacto entre el fantasma y el anciano, quien debía proveerle del sustento para volver a la vida, sin otro motivo que contemplar a su amada plasmada en el retrato.
 
Ninive,12.10.2019
Formidable (Mauricio Clorinda), ma parece que cada uno aportó lo necesario para formar un todo de por si incoherente en una historia con pies y cabeza.
 
Marcelo_Arrizabalaga,12.10.2019
Una historia de no creer. Me da miedito.
 
Clorinda,12.10.2019
De no creer! Con esos datos que nos largó Marcelo, Nínive aportó los elementos necesarios para compaginar una historia inverosímil.
Releyendo encuentro varios errores en mi redacción (siempre me pasa). Tal vez lo haré en otro momento.
Un gusto participar!
 
mialmaserena,12.10.2019
Te felicito, Clorinda. No era sencillo dar un final a esa maraña de elementos. jajaja
 
mitsy,15.10.2019
EL RASTRO


Y corría apresudaramente...

Su respiración agitada y su ceño fruncido dejaban ver la premura de encontrar un sitio seguro, volteaba su mirada hacía atrás, como intentando perderse; Giró en la esquina y divisó una escalera en el oscuro callejón, subió de dos en dos los pasos obligados para el ascenso, la estrecha puerta que lo recibió lo llevó a otra serie de puertas que dejó atrás rápidamente y tomándose un fuerte respiro encontró un pasillo en descenso, el cual le permitió ver la salida del edificio visitado unos instantes atrás.

Se detuvo y miró al frente, una calle transitada por vehículos en ambas direcciones, solo movió su brazo haciendo pare a un taxi y lo abordó con mas cansancio que ganas. - ¡Al Aeropuerto! por favor -
 
Marcelo_Arrizabalaga,15.10.2019

El conductor puso en marcha el vehículo. Conducía con aplomo. De tanto en tanto miraba a su pasajero por el espejo retrovisor.
Al llegar a la autopista , incrementó levemente la velocidad.
Alan decidió no mostrarse impaciente para evitar sospechas.
En los minutos siguientes se relajó completamente. Pensó que era bueno disfrutar de al menos un momento con gente inofensiva.
Ya en el estacionamiento el taxi se dirigió a la puerta cuatro. Junto a ese lugar un camión se encontraba estacionado con su puerta trasera abierta y una rampa desplegada.
- Llegamos – pensó – En un par de horas estaré bien lejos de aquí y podré olvidar a esos malditos hijos de perra.
El vehículo pareció buscar aproximarse a la vereda pero dio un brusco giro, subió la rampa y se estacionó dentro del camión .
- Este viaje no se lo cobraremos- dijo el conductor.
A continuación, mientras la rampa se plegaba para cerrarse, la puerta lateral del automóvil fue abierta y el pasajero fue sacado por la fuerza por dos amistosos sujetos.
-El jefe quiere verte – le comunicaron escuetamente.
El camión se ponía en movimiento.
 
Clorinda,19.10.2019
Final de "El rastro"

El viaje se hizo interminable. En su mente desfilaron las difíciles situaciones en las que se vio comprometido, cuando un traidor hizo enturbiar el giro de los acontecimientos, inculpándolo de hechos que jamás se hubiera atrevido a cometer. La visión de la sangre de su hermano encharcando el piso de la iglesia se le hacía más presente que nunca. Deseaba estar en otro lugar, o no estar en ninguna parte, huir de la realidad, escabullirse: morir.
—Llegamos. —La voz del conductor del camión le hizo volver a la realidad. Bajó sin oponer resistencia.
—Te espera el jefe. ¡Andando!

Después de atravesar pasillos interminables, llegaron a un sucucho casi desapercibido, pero fuertemente custodiado.
Lo primero que vio lo hizo estremecer. Sintió un frío glaciar que le recorrió el cuerpo, nublándole la vista.
Una segunda mirada de incredulidad, y cayó al suelo de rodillas, llorando.
—Fredo… ¡El hijo de mi madre...!

Su mismísimo hermano estaba allí, como una visión macabra o salvadora, pero fuera de toda lógica.
—Sí. Soy yo, tu hermano, de carne y hueso. Casi todo el mundo se creyó la pantomima de la iglesia, con cuchillos de cotillón que se repliegan y globos con colorante rojo que imitaron la sangre que enturbió la escena. ¡Hasta el cura estaba complicado en este asunto!

Alan tardó en reaccionar.
—Pero... ¿Por qué lo hicieron? No entiendo...
—Alguien los traicionó, confesando las intenciones de tu bando. ¿Es que no lo sabías? Por eso decidimos urdir esa falsa escena que dio por tierra con el crimen que estuvieron a punto de cometer. Después vino la falsa mascarada del velorio y el entierro.
—Creí que todo era real y sufrí lo indecible... Seguramente fue una cohartada del Pipo, para cobrar la falsa soplada, y después desaparecer. ¡Nunca más lo volvimos a ver...! Pero lo cierto es que he llorado amargamente por vos, hermano, aún con las ideologías que siempre nos separaron.
—Sentí tus lágrimas calientes sobre mi supuesto cadáver. ¡En ese momento no supe qué pensar!

Los dos hermanos se abrazaron.
—Eran reales, hermano. Mi congoja no tenía límites. Pero ahora debemos conversar, Fredo.
—Dime, Alan.
—Estaba a punto de viajar al exterior para comenzar una nueva vida, pero el hecho de que hayan dado con mi rastro no cambia nada. Ya ves que nuestras diferencias no han sido tan graves. Quiero desvincularme de esta forma de vida que nos ató desde niños, y te voy a pedir que me acompañes.
Leyó el alivio en el rostro de Fredo cuando terminó de escucharlo.
—Esta noche haremos una reunión con mi familia, hermano. Hace mucho tiempo que queremos redirigir nuestra vida. Te invito a participar.

Por la ventana entraba un tenue rayo de sol, de ese sol que estaba a punto de ocultarse, pero que renacería al día siguiente. Lo sabía.



 
Clorinda,20.10.2019
Comentario de" El rastro"

Felicito a mitsy por la introducción de este cuento, donde se destaca la necesidad del protagonista de escapar, de despistar, y por la incógnita que
representan para el lector tantas idas y venidas.

Muy bueno el brusco giro que tomó la historia, con la participación de Marcelo_Arrizabalaga, cuando la aparición de un camión trampa dejó abierta la puerta para la continuación de la historia, y abriendo un abanico de posibilidades, según la interpretación del que deseara continuarla.
 
Mitsy,20.10.2019
Qué gran historia, gracias por ser parte de ella.
 
Marcelo_Arrizabalaga,20.10.2019
Me gustó mucho. Felicitaciones, Mitsy y Clorinda.
 
Marcelo_Arrizabalaga,28.01.2020
EL CUENTO PÚBLICO:




Espacio abierto para la escritura de cuentos breves en tres partes. Comienzo, medio y final.

Comienza un escritor con el primer párrafo. Al hacerlo queda su nombre y fecha.

Distraído aparece otro, media hora o tres años después y continúa con la sección media de la historia.

Cinco segundos o tres milenios más tarde un tercer participante le da el final a la historia.

Sin proponérselos se transforman en los autores del cuento tripartito más comentado o el más ignorado de la historia de la humanidad.

No hay más reglas que las que anteceden.

Los estilos, las formas, la extensión, etc. Todo es a gusto del siguiente participante.

La idea, es escribir desde la incomodidad de no poder acordar criterios. El desafío de tomar un párrafo de un estilo diferente al propio y seguir.

Es en estos casos en los que un escritor encuentra que puede desarrollar una trama con una temática o formas poco usuales en él.

Pues, ¡adelante!
 
Marcelo_Arrizabalaga,28.01.2020
En el desván


Parte primera:


No sé cuanto hacía que miraba a través de esa ventana. Parada frente al vidrio, veía llover sobre el jardín, y más allá sobre el bosque de pinos.
Quería llorar pero no podía.
Mi cabeza, que usualmente me torturaba sin piedad, de alguna manera había serenado su marcha.
Pero ese sentimiento de vacío, esa opresión y la tristeza, seguían conmigo. Fieles compañeros desde que era niña.
Fue cuando regresé al escritorio con deseos de escribir algunos versos, que me vi en el porta retrato:
Una niña de apenas ocho años de edad, que sonreía dulce, muy cándida.
Comencé a llorar desconsoladamente. Mi cuerpo temblaba.
Luego de unos minutos me quedé en silencio. Mi rostro descansaba sobre mis manos, y mis codos sobre el escritorio.
 
glori,29.01.2020

El espejo ovalado, un objeto que rechazaba sin saber por qué, mostró el reflejo de un relámpago. Miré con atención: la niña que hacía tanto tiempo fui, observaba curiosa el rostro marchito de una mujer que se había dado por vencida.
No tuve valor para decirle nada pero ella comprendió y llegué a leer en sus labios un: "no te rindas" que en realidad solo fue el sonido del viento. La imagen desapareció, ahora era mamá la que se reflejaba. Tenía puesto el collar que mi padre le había regalado en navidad, justo antes de abandonarlo todo. Se veía hermosa. Quise introducirme en el espejo para que me acunara como esa vez cuando lloré entre sus brazos. Pero se evaporó enseguida, y creo que todo lo que amo se evapora sin remedio.

La lluvia se convirtió en un vendaval que se derramaba incontenible como mis recuerdos. Me acerqué al espejo y lo golpeé con furia. Me vi tan rota como me sentía.
 
Clorinda,29.01.2020
El espejo resistió y entonces supe que dentro de ese espejo quedaría el misterio. Nunca podría atravesarlo para reencontrarme con momentos imposibles de recuperar.
La lluvia seguía arreciando y los recuerdos gravitaban ahora dentro de la habitación. Era el momento de plasmarlos en una poesía.
Los versos comenzaron a surgir, producto de esa rememoración, y me ayudaron a comprender la realidad.
Cuando terminé la lluvia había cesado, y releyendo aquellos versos supe que la memoria existía y podía acudir a ella cuantas veces quisiera. También que la vida seguía su curso y debería afrontarla.
 
Marcelo_Arrizabalaga,29.01.2020
Me gusta mucho este cuento.
Gracias, Glori y Clorinda.
 
Clorinda,29.01.2020
Gracias a ustedes, Marcelo y Glori, por este cuento espontáneo y sentido. Me encanta este foro.
 
Daparock,11.02.2020
Nada era gratis, el tiempo lo sabía y había llegado inclemente a cobrar su factura.
Los pliegues en su rostro cansado, dejaban entrever su sufrimiento, pero aún así volvió para retomar el camino cuyas huellas habían quedado suspendidas en aquel pueblo polvoriento y silente.
 
Daparock,11.02.2020
Lo vuelvo a iniciar con el nombre del cuento que olvidé en la primera publicación.
 
Daparock,11.02.2020
Volver al pasado.

Nada era gratis, el tiempo lo sabía y había llegado inclemente a cobrar su factura.
Los pliegues en su rostro cansado, dejaban entrever su sufrimiento, pero aún así volvió para retomar el camino cuyas huellas habían quedado suspendidas en aquel pueblo polvoriento y silente.
 
godiva,11.02.2020

Le quedaban pocos meses de vida, y visitar a su único hijo no reconocido, era un último impulso de vida antes del final. Un mínimo gesto de amor.
Quería conocerlo, abrazar a ese ser que llevaba su sangre en las venas.
Pero llegó tarde.


 
Marcelo_Arrizabalaga,11.02.2020
Volver al pasado

Nada era gratis, el tiempo lo sabía y había llegado inclemente a cobrar su factura.
Los pliegues en su rostro cansado, dejaban entrever su sufrimiento, pero aún así volvió para retomar el camino cuyas huellas habían quedado suspendidas en aquel pueblo polvoriento y silente.

Le quedaban pocos meses, y visitar a su único hijo no reconocido, era un último impulso de vida antes del final. Un mínimo gesto de amor.
Quería conocerlo, abrazar a ese ser que llevaba su sangre en las venas.
Pero llegó tarde.

Esta experiencia le dejaba poco, tan solo un aliento que se consumía ahora en cada paso, repasando recuerdos.
Pensó mientras avanzaba, que sin importar lo que pudiera decirse, había dado lo mejor de sí.
Con sus últimas huellas fueron desvaneciéndose, temores, culpas, angustias, sinsabores.

Quienes lo vieron caer, aseguran que en su rostro estaba plasmado un gesto sereno, casi sonriente.
Otros hasta se aventuran a decir, que el pobre hombre, murió en paz.
 
Clorinda,11.02.2020
Me gustó este cuento compartido. Excelentes secuencias!
 
Daparock,11.02.2020
Gracias Godiva; gracias Marcelo. No lo podían haber escrito mejor, fué un placer crear junto a su maravillosa imaginación.
 
Marcelo_Arrizabalaga,12.02.2020
Gracias a ti, Daparock. Tu párrafo inicial fue motivador.
Gracias, Gofiva.
Me gustó mucho la experiencia.
 
elclubdelapaginaazul,12.02.2020
Bravo a los tres participante!!!!

1 El mensaje

Ya habían pasado tres horas . Por fin el mensaje llegó. Era claro . Se levantó. Le faltaba solo saber cómo actuar. Ya lo sabía. Se puso la peluca rosada, luego la cambió por una negra , llamaría menos la atención. Dejó la casa pero no cerró la puerta, sabía que ellos no tenían llave.
 
Daparock,12.02.2020
2.
El mensaje... el mensaje...
retumbaba en su mente. No era para menos allí estaba dictado su futuro.
Con premura alejó sus pasos de aquel hogar que ya no era un refugio, ahora era peligroso aún cuando aquellos no tenían las llaves.
En su andar presuroso y casi sin darse cuenta su imagen se distorsionaba cuando la peluca ante el afán de salir se ladeaba, con una mano intentaba sostenerla y arreglarla mientras los tacones casi taladabran el sendero ante su andar agitado y fuerte, tenía que escapar de allí.
Era angustioso cualquier sombra era su enemigo, cualquier paso se acercaba, cualquier calle era oscura... La paranoia se apoderaba de su ser.
 
Martilu,12.02.2020
3.

Ella sabia todas las claves de las cuentas en el exterior, de los paraísos fiscales y tenia un miedo atroz. El mensaje era contundente, ominoso y oscuro , igual que su pasado que quería dejar atrás.
Quería desaparecer, hacerse humo, no haber participado nunca de aquellos sobornos y artilugios ilegales, pero ya era tarde.
En su cartera tenia todavía la peluca rosa, se la volvió a cambiar por la negra. Las manos le temblaban.
Se cambio los zapatos por unos de tacón mas bajo. Corrió por el sendero, hasta llegar a la avenida iluminada. Decidida a huir para siempre, tomo el primer taxi para llegar al aeropuerto y así tomar cualquier vuelo.
Al llegar al aeropuerto, abrió su cartera y allí estaba la pequeña memoria con las claves, que la sacarían definitivamente de la pobreza.
 
Marcelo_Arrizabalaga,12.02.2020
Me encanta ver esta participación creativa. Mis felicitaciones a los tres.
 
Clorinda,12.02.2020
El festival

1.
Se había hecho bastante tarde y a esa altura de la noche las ventas habían sido casi nulas. José pensaba en su hijito, que le había pedido una mochila nueva para el inicio escolar. Él sabía que sería imposible adquirirla ya que había quedado fuertemente endeudado con el stock de medias y baratijas, y seguramente no podría enfrentar esa deuda.
Un poco más allá una india vieja dormitaba junto a sus ponchos y telares mapuches.
El año no había sido bueno para la comarca y la gente entraba y miraba los productos, pero pasaba de largo sin adquirir casi nada.
Desde el improvisado escenario los artistas locales y algunos de pueblos vecinos invitados, trataban de alegrar el festival con su música.
De repente, unos motoqueros entraron en escena. Habían violado las vallas municipales y circulaban por la plaza haciendo un ruido ensordecedor con sus máquinas, de las que bajaron con gran agilidad, haciendo ostentación de una vestimenta que estaba lejos de ser la que normalmente se usaba en la comarca.
 
IGnus,12.02.2020
2.
Uno de ellos subió de un salto a la tarima del escenario, y con un manotón le quitó el micrófono de las manos al cantante que apabullado se hizo a un lado inmediatamente. Sus ropas de cuero, la espesa barba y sus bien dearrollados biceps hacían pensar a José que no le gustaría verlo enojado.

-Señoras y señores: Estimado público. Quiero presentarme ante ustedes. Mi nombre es Hank, y soy el jefe de los "Águilas de fuego". Venimos a buscar algo, y si se portan bien y colaboran, no les haremos nada, caso contrario, no nos quedará más remedio que romper todo, quemar sus puestos y violar a sus mujeres...

Un silencio espectral se hizo a continuación, mientras Hank observaba las caras atónitas de todos. Entonces un repentino ataque de risa lo hizo doblar en dos:

-¡Ja ja ja ja! ¿En serio se lo creyeron? ¿Violar a sus mujeres? ¡Ja ja ja!

 
mialmaserena,12.02.2020
Estacionaron sus motos cerca del puesto de José sin pronunciar palabra.
La vieja se despertó y al ver sus extrañas ropas llenas de inscripciones y tachas pensó que eran gente muy rara. Llevaban los brazos cubiertos de tatuajes, algunos usaban el pelo largo y otros la cabeza rapada. Los artistas dejaron de tocar; aquellos visitantes los desconcertaban. Los turistas que había en el lugar prestaron atención a los recién llegados. Algunos sentían temor ante el aspecto rudo de sus rostros curtidos por el sol, otros los miraban como si fueran parte de un show organizado para atraer gente. El hijo de José se acercó a ellos y con la inocencia que caracteriza a los niños se dedicó a observar aquellas motos. Estaba fascinado. Su padre lo llamó.

-Hijo, ven aquí, no molestes a los señores.
 
mialmaserena,12.02.2020
Perdón, no vi la parte 2 de Ignus. Ignoren lo que escribí.
 
IGnus,12.02.2020
Se podrían escribir dos partes 3. Una para cada desarrollo. Digo, opino...
 
IGnus,12.02.2020
Parte 3, de la rama de MiAlmaSerena:

El niño no prestó atención a su padre. Más bien, hizo un gesto despreciativo con la mano, mientras continuaba caminando hacia la motocicleta más cercana. Estaba fascinado.
- La trajimos. ¿Te gusta? ¿La recuerdas, Gabriel?
De la boca del niño sólo salió un gruñido; un sonido gutural apenas similar a un "Si".

- Sube... Espetó el motoquero, mientras los demás observaban ansiosos.

El niño montó sobre la motocicleta como si en toda su vida no hubiera hecho otra cosa. Su cuerpo parecía adaptarse al asiento, al manubrio, a los pedales... De hecho, sus brazos, sus hombros, su espalda, todo su cuerpo estaba creciendo a un ritmo vertiginoso mientras en su piel se dibujaban decenas de tatuajes que parecían retorcerse y crecer junto con él.
En pocos segundos, Gabriel se había convertido en un motoquero más.

Los demás motociclistas se quedaron observándolo; como esperando una orden.

- ¿Vamos? Dijo Gabriel, ya con voz de hombre.

Y todos montaron en sus vehículos y partieron detrás de él. "Los Ángeles del Apocalipsis", ahora con su jefe, estaban completos de nuevo.
 
mialmaserena,13.02.2020
Me encantó ese final, Ignus. Bien fantástico e inesperado.
 
IGnus,13.02.2020
Gracias! Ahora podrías escribir el final de mi parte 2... Jaja!
 
Marcelo_Arrizabalaga,13.02.2020
Muy creativos. Los leo con agrado.
Vamos Mialmaserena, dale el gusto a Igus.
 
mialmaserena,13.02.2020

La gente no se atrevía a moverse. Miraban a Hank sin saber qué pensar. El motoquero seguía riendo mientras sus compañeros se bajaban de sus motos y miraban los puestos y las artesanías exhibidas.
-Sigan tocando -ordenó uno de ellos.
Los demás reían al ver los rostros asustados de los músicos.
Los "Águilas de fuego" llegaron al puesto de José.
-Hank -dijo uno de los más robustos -¿Qué te pareen estas medias?
-Me gustan. Quiero unos cuantos pares -exclamó dirigiéndose a José.
-¿Y estos gorros? -preguntó otro.
-Son perfectos.

El grupo siguió comprando en los distintos puestos. Todo les gustaba.
Los turistas comenzaron a ver con mayor entusiasmo las artesanías mapuches.

Cuando el festival terminó, los motociclistas volvieron a acelerar sus motores. Esta vez nadie se asustó.
José sonreía. El dinero le alcanzaba para la mochila de su hijito. Y podría pagar las deudas. Saludó a "Los Águilas de Fuego" que ya se perdían a lo lejos.
 
IGnus,13.02.2020
Buenos chicos resultaron ser mis Águilas de Fuego. Yo que pensé que se iban a comer a todos con papas... Jaja. M encantó este final.
 
Clorinda,13.02.2020
Jajaja! Qué buenos finales! Lejos están de los lamentables pronósticos del comienzo de la historia. Buena imaginación!!!
 
Daparock,13.02.2020
Mamá gallina

La gallina correteaba, aleteaba, lanzaba picotazos al aire.
Las demás gallinas miraban entre sorprendidas y burlescas.
- Definitivamente está loca esa gallina - atinaban a opinar las más chismosas del gallinero.
Lo que no sabían era que la gallinita loca se preparaba para un encuentro que muy pronto se daría.
Había escuchado de la gallina vieja, la misma que el fin de semana anterior habían matado junto con el gallo, para festejar un festín del dueño de la finca, que el zorro rojo estaba por llegar. Y por lo que había leído en cuentos infantiles estos no llegaban en son de paz.
Así que si el zorro venía a hacer la guerra encontraría en ella una soldado entrenada para la batalla. Más cuando tenía que proteger a su primogénito un pollito tierno de mirada triste y andar lento pues le faltaban los deditos de una de sus patitas lo que lo hacía cojito, provocando lastima entre los demás pollitos y ternura en las mamas gallinas.
 
Martilu,13.02.2020
Al fin llego el zorro rojo, que por supuesto, no llegaba en son de paz. Lo primero que hizo fue corretear a las gallinas, y a la gallinita loca la rodeó en cuanta vuelta y escondrijo la encontrara.
La gallinita loca no hacia mas que proteger a a su primogénito con ese candor de madre, que le hacia tener mas cuidado con los desvalidos, en este caso su pollito al que le faltaban los deditos de una de sus patitas.
Así que decidió ponerle fin a esas correrías desmedidas del zorro. Era toda una guerrera.
Lo esperó en la esquina del gallinero toda la noche.
Y al fin a la madrugada.
 
Clorinda,13.02.2020
Al fin a la madrugada, afinando su voz de tenor, cantó el gallo, ya que era músico profesional y cantautor, y tenía contrato permanente en el gallinero, desde el fallecimiento de su antecesor.
Ni bien se desperezó y se sacudió las plumas, vio que todas las gallinas estaban levantadas, y vagoneteando por ahí.
—¿Pero qué es esto, por favor!? ¿Es que ustedes no saben que la noche se ha hecho para dormir? ¿Qué hacen levantadas a estas horas? ¿Acaso no saben que una gallina de su gallinero debe estar durmiendo en cuanto se pone el sol? ¡Son unas locas de atar! —y agregó con preocupación como para sí mismo: —Por suerte el pollito cojito durmió conmigo en lo más alto del gallinero. Yo mismo lo ayudé a subir sobre mi ala.

La gallinas callaron y la gallina loca se dio cuenta que el gallo tenía razón: si se hubieran ido a dormir bien temprano, en lo más alto del gallinero como una gallina de su gallinero, hubieran evitado las corridas e idas y venidas, acosadas por el zorro rojo.

La gallina loca había aprendido la lección, y ya tenía un mensaje bien claro para dejarle a sus sucesoras, cuando envejeciera.
 
mialmaserena,14.02.2020
Qué lindo cuento!!!!
 
Martilu,14.02.2020
1-


El marido de Alejandra, el policía, sospechaba que su esposa lo engañaba. Por lo que colocó una cámara escondida sobre el modular. La la vigilaba con el celular, desde cualquier lugar donde se encontrara.
Las cosas se habían puesto difíciles, después que volvieron de aquel viaje a Australia, al casamiento de la hermana de Ezequiel, con el petrolero en Perth.
Poco antes de viajar, Ezequiel se había subido al auto de su esposa, y vio que el asiento del conductor estaba retirado, como si alguien se hubiese sentado allí.
La hija pequeña de ambos correteaba, sin saber el peligro que se avecinaba.
 
Marcelo_Arrizabalaga,14.02.2020
2-

- ¿Qué es esto? – le preguntó suspicaz una mañana, mientras sostenía una factura por un trabajo de reparación del automóvil.

- Aha, el martes torcí la llave del auto dentro del tambor. Y se quedó un pedacito dentro. Estaba apurada porque ya cerraba la peluquería. Y tuve que llamar un cerrajero para que lo arreglara. No pudo sacar el pedacito y me cambió la cerradura completa. Era un grandote el tipo. Casi que no entraba en mi auto.

- Aha…, entonces estas llaves no son de otro auto.

- Claro, Aníbal, esa copia es para vos.

 
Clorinda,14.02.2020
3.

Las cosas, en lugar de mejorar, empeoraron para su esposa. ¿Lo había llamado Aníbal?

Ezequiel tomó una determinación. Acompañó a su hijita a la casa contigua, donde vivía la abuela de la niña y volvió inmediatamente.
—Tengo que mostrarte algo— le dijo a Alejandra señalándole las imágenes captadas con la cámara que había instalado.

La tomas no eran del todo nítidas por la falta de luz, pero se apreciaba una pareja manteniendo relaciones sexuales en una evidente situación de irregularidad. El hombre era claramente robusto, y la mujer lucía en su cabeza una vincha con estrellitas plateadas, que daban a las tomas una enérgica ilusión psicodélica.
La mujer, sin dudas, era su esposa. —¿Quién otra podía ser en su propia casa? ¿De dónde habrá sacado esa ridícula vinchita?— pensó Ezequiel, al borde de la histeria, mientras sacaba de su estuche su arma reglamentaria.

En eso tocaron el timbre de la casa. Era Aníbal, el cerrajero.
—Vine a cobrar la factura del arreglo de la cerradura del auto —comenzó diciendo.
Sorprendido, vio a Ezequiel, que completamente desencajado, los apuntaba a ambos con un arma, en actitud amenazante.
—¡Dejá que le pago yo! Tienen cinco segundos para explicarme qué significa esto... —dijo el dueño de casa, señalando las imágenes captadas por la camarita, mientras mantenía su revólver en alto.

Su esposa no salía de su asombro.
—Ezequiel, estás confundido... ¡Ésa no soy yo...! Te lo puedo explicar. El martes quedó el cerrajero en casa arreglando la cerradura del auto con su novia y yo me fui en taxi a la peluquería. No podía perder el turno. Ellos esperaron hasta que volviera y deben haber entrado al salón...
—¡Caradura, enferma, mentirosa! Te conozco de memoria. Te creés que no me dí cuenta cómo lo mirabas a mi cuñado, el petrolero, en Australia? Parece que te gustan los hombres fornidos!!! Yo te voy a hacer probar este acero...!

Iba disparar cuando se bajó del auto del cerrajero una hermosa y despampanante mujer, que lucía en su cabeza una vincha con estrellitas, diciendo:
—¡Dale aníbal, que otra vez vamos a llegar tarde al "Bailando"!
 
Marcelo_Arrizabalaga,14.02.2020
Excelente Clorinda uniendo todos los cabos sueltos.
 
Clorinda,15.02.2020
Gracia, Aníbal!!!
Digo: Marcelo. Jajaja!
 
Clorinda,15.02.2020
Digo: gracias
 
glori,15.02.2020
Clorinda: te felicito, salvaste el cuento. jaja. Genial!!!!!
 
Martilu,15.02.2020
Excelente Clorinda
¡Te amo! En el día de San Valentín
¡Excelso ese final!
 
Clorinda,15.02.2020
Jaja! No hay que dejar nada descolgado. Pasó lo mismo con el cuento "El festival". De ahí surgieron dos cuentos geniales y no quedó detalle de la presentación sin tocar. Así se hace!
 
MARTILU,15.02.2020

1-

Alrededor de las 20hs. en el hotel situado en la Av. Colombres al 1400 encontraron dos cuerpos maniatados. Los dos estaban en posición fetal. Tenían marcas en sus cuerpos de haber sido torturados. Una mujer de veinticinco años y un hombre de alrededor de treinta años. Estaban vestidos, pero a raíz de los maltratos recibidos, sus ropas estaban maltrechas, sucias y rotas.
En la habitación no se observaba ningún rastro. Habían limpiado todo en forma meticulosa. Solo yacían sobre una alfombra roja.
Los investigadores no salían de su asombro.
 
IGnus,15.02.2020
Aplaudo la imaginación de Clorinda, y la forma en que meticulosamente ató todos los cabos sueltos. Estaba muy difícil ese final. Mis felicitaciones.
 
mialmaserena,15.02.2020

El aviso a la policía había sido efectuado por el recepcionista del hotel, luego de verificar que la pareja que se alojaba en el cuarto 22 no respondía a los llamados.
Al abrir la puerta y ver la escena hizo un gran esfuerzo para mantener la compostura y así poder explicar lo ocurrido a la persona que atendió la llamada.
Cuando lo interrogaron mencionó un detalle importante. La encargada de limpieza había visto un sobre y un nombre escrito en él: Sr. Marvel.
El sobre no estaba. Tampoco los documentos de la pareja, ni papeles de ningún tipo.
Se habían registrado como Sr. y Sra. Davero, los dos eran turistas que estaban en la ciudad de Buenos Aires para asistir a un congreso sobre fenómenos paranormales.
 
Clorinda,15.02.2020
Uy! Gracias!! Estoy tan ancha que se me corre la vincha! Gracias a ustedes por sus geniales presentaciones! Esto es un equipo! Sigamos con Martilu, que no le puso título. O el título se le pone al final? Podríamos adoptar la siguiente modalidad: El que escribe la entrega 3 copia también las dos anteriores, y le pone un título. (el título no debe sugerir demasiado, para que el que lee por primera vez no prevea el final, pero sí tiene que ver con todo. Ok?)
 
Marcelo_Arrizabalaga,15.02.2020
3-

Apoyé el periódico sobre la mesa.
Me pregunté por qué leía noticias policiales de ese tenor, si sabía cuánto desagrado y malestar físico me provocaban. Mi mesa en el bar, estaba junto a la ventana.
Hacía ya tres días que veía patrulleros en la puerta del hotel situado justo frente a mi ubicación, cruzando la avenida.
El mozo se acercó con la cuenta. Le entregué mi tarjeta.
Luego de cobrarme, me agradeció muy gentil.
- Muchas gracias, Sr. Marvel.

 
Clorinda,15.02.2020
Qué bueno, Marcelo! Era una historia de difícil resolución, pero el señor Marvel hizo el milagro. Felicitaciones!!!
Habría que pensar en un título para el cuento. Digo, no sé.
 
Marcelo_Arrizabalaga,15.02.2020
Gracias. El título que lo ponga Martilú.
 
Martilu,16.02.2020
Marcelo agrupa las tres presentaciones y le pone el título, ya que la idea del cuento público, es de el.
A Martilu no se le ocurre el título.(jajaja)
¡Gracias!
Marcelo_Arrizabalaga
 
Clorinda,16.02.2020
¿Qué les parece "El extraño caso de la Avenida Colombres?
ó "Un caso sin resolver?
 
Clorinda,16.02.2020
Para el anterior: "Un marido celoso"
 
godiva,16.02.2020
Me gustan esos títulos.
 
Clorinda,16.02.2020
Una rosa en mi escritorio

—Quién será el que me deja todos los días una rosa roja en el escritorio? —se preguntaba Marisa, maestra del 5° B de una escuelita rural, mirando uno por uno el rostro de sus párvulos.
—¿Será Federico, el último de la fila de bancos que da contra la ventana? Es tan alto que parece mayor de lo que es, pero es muy tímido... No, no. Seguramente no es él.
Estuvo tentada a preguntarle a Bruno, que era repitente (ya lo había tenido de alumno el año pasado), pero se reservó la intriga para más adelante. Bruno era un chico inteligente y sin problemas de aprendizaje, pero en el momento de las evaluaciones fracasaba obteniendo muy bajos puntajes. Era sabido que a veces ayudaba a su papá en los trabajos de la chacra.
Ramiro, el portero, un señor bastante maduro y formal, le había prometido observar, a la entrada, por si veía algo, pero sus ocupaciones no le permitían perder mucho tiempo atisbando cosa tan intrascendente.

En ese momento llegó Edgar, el director, y Marisa se ruborizó un poco por su presencia. Siempre se intimidaba al verlo, ya que imponía respeto.
—Caramba, señorita Marisa... ¿Otra vez una rosa roja?
Marisa se ruborizó aún más. El director era bello. Todas estaban un poco enamoradas de él, aunque imponía un respeto que jamás ninguna de ellas se atrevería siquiera a mirarlo con otros ojos que no fuera como a un director correcto y responsable.
 
MARTILU,16.02.2020

2

Edgar era bello, pero algo insulso, con su cabello con gomina imponía respeto, pero quizás también repulsión y miedo. Sus dientes estaban manchados de nicotina, aunque a fuerza de lavárselos con fuerza todos los días, con bicarbonato de sodio, se estaban tornando un poco mas blancos.
Edgar miraba a Marisa con delectación ya que espiaba sus clases a veces, y le recordaban a su maestra de la primaria, pero nunca se hubiera atrevido a colocar una rosa en su escritorio, por temor a ser descubierto, lo que provocaría una sanción de sus superiores.
Mientras Marisa evaluaba quien podría haber colocado la rosa, el jardín de Don Cosme, que quedaba por las inmediaciones de la escuela, padecía de unos cortes muy raros y extravagantes justo en las rosas rojas. Estaban plantadas cerca de la verja de entrada, y a su vez a una cuadra del edificio escolar, por lo cual Don Cosme se asomaba a cualquier hora por su ventana, para ver quien hurtaba sus flores predilectas.
 
mialmaserena,17.02.2020

Marisa no se encontraba muy bien últimamente. El trabajo aliviaba sus penas pero cuando el horario de clases terminaba, se sentía triste y sola en la casa vacía. Había enviudado hacía un año y no podía reponerse de su pérdida.
Sus compañeras notaron que no era la misma de antes. A veces necesitaba llamar la atención.
Don Cosme también se había dado cuenta. Por eso no dijo nada cuando finalmente la vio cortar una rosa roja de su jardín.
 
Marcelo_Arrizabalaga,17.02.2020
Me gustó. Mis felicitaciones a las tres.
 
Clorinda,17.02.2020
Imprevisto final! Qué bueno, mialmaserena!
 
Clorinda,18.02.2020
Lo mismo digo para Martilu, que aportó el condimento justo para encauzar esta historia. Buen aporte.
 
Martilu,18.02.2020
1.


Alberto entró al resonador, para realizarse la ansiada tomografía computada. De los resultados dependía esa delicada intervención quirúrgica a la que seria sometido. El diagnóstico era conciso y breve: aneurisma de la aorta abdominal.
Las imágenes reflejarían si debía someterse o no a ese procedimiento.
Su futuro laboral y familiar dependía de eso.
Ya no podría trabajar más realizando trabajos pesados, donde toda su estructura física estuviese en juego.
Por eso hacia unos meses ya se había decidido a estudiar una carrera terciaria que lo apasionaba; Técnico superior en energía, pero ocurrió lo peor.
 
Marcelo_Arrizabalaga,19.02.2020

1 -

Alberto entró al resonador, para realizarse la ansiada tomografía computada. De los resultados dependía esa delicada intervención quirúrgica a la que sería sometido. El diagnóstico era conciso y breve: aneurisma de la aorta abdominal.
Las imágenes reflejarían si debía someterse o no a ese procedimiento.
Su futuro laboral y familiar dependía de eso.
Ya no podría trabajar más realizando trabajos pesados, donde toda su estructura física estuviese en juego.
Por eso hacia unos meses ya se había decidido a estudiar una carrera terciaria que lo apasionaba; Técnico superior en energía, pero ocurrió lo peor.


2 –
O lo mejor. ¿Quién podría decirlo?
Recostado en la camilla, se vio rodeado de seres extraños. Seres humanoides de cabeza grande y ojos saltones le rodeaban. Ninguno decía palabra.
Pronto comenzó a entenderles. Telepatía era el medio utilizado.
Le tranquilizaron acerca de su estado físico. Nada de eso era realmente importante.
Recordó su misión. Su familia en otro mundo. Y por sobre todas las cosas que era eterno.
Media hora más tarde, se encontraba fuera de la sala.
Su hermano Raúl y su esposa Eva le esperaban.
 
mialmaserena,21.02.2020

Tardó unos segundos en reconocer a sus familiares; todavía estaba mareado y seguía pensando en los seres que le habían hablado durante el estudio.
Cuando se recuperó y contó lo ocurrido, los médicos dijeron que aquello era producto del stres de su enfermedad.

Al analizar los resultados de las pruebas descubrieron que Alberto gozaba de una salud excelente. Todo había sido un error.
Siguió con su trabajo habitual aunque también encontró tiempo para estudiar. Su vida continuó normalmente. Eva decidió estudiar con él y juntos diseñaron proyectos de gran utilidad en materia de energía renovable. Deseaban colaborar en todo lo que fuera producir energía no contaminante.

Ya ancianos, pudieron disfrutar de los últimos años en compañía de sus hijos y nietos.

Una noche, cuando todos dormían, Alberto divisó luces en el cielo. Con lágrimas en los ojos escribió una nota de despedida. Era hora de partir.
 
Ataleia,21.02.2020
Que buen taller on line.
Saludos a todos.
 
Ataleia,21.02.2020
1.-

Había algo extraño en sus ojos, algo que deslindaba entre lo salvaje y lo ingenuo. Al mirarle una quedaba cautiva de sus pupilas, intuyendo que sería imposible apartarse del destino que los ojos de este "salvaje" imprimiría con una sola mirada.

Su cuidador advertía que lo miraran de reojo, que había que pasar rápidamente por delante de la celda en donde lo mantenían encerrado. De no ser así, podía uno caer en pocos minutos en un trance del que era imposible salir, trance que se vivía en el silencio de una locura casi inmediata.

Despúes de haber cancelado la entrada para integrarme a la larga fila de espectadores que esperaba poder retar la mirada maldita, me sentía emocionada: por fin un acontecimiento extraño irrumpiendo el letargo de un pueblo que tenía aires de ciudad.

Mi madre me decía que a mí me había recogido desde el hueco de un abeto, durante la primera luna azul del siglo. Yo juraba que me decía aquello para dotarme de magia y misterio, hasta que un día me mostró la piel de lobo en la que estaba envuelta cuando me rescató del bosque y la marca de colmillos que yo poseía en la pantorrilla y que coincidía con el rastro que la piel portaba ya casi diluida: "Hija carnal de una bruja, eras. Y serás una de ellas cuando el animal que te abandonó te regrese a buscar"- susurró en aquel momento.




 
Clorinda,24.02.2020
Cuando lo vi, quedé impactada con su mirada. Era como si viejas culturas acudieran a mí y me llevaran lejos, en un torbellino de emociones difíciles de describir. Traté de serenarme y, al pasar frente a él, bajé la mirada. No quería toparme con la suya por temor a enloquecer y, aunque después me arrepentí, me juré a mí misma volver a ese lugar para verlo desde lejos, sin posar mi mirada en él.
En sucesivas visitas me sucedió algo extraño. Él no tenía ojos más que para mí y mi cuerpo y mi mente se fueron transformando, aún esquivando el potente dominio de sus ojos de fuego.

Una tarde, recorriendo el bosque juntando setas me encontré con el hueco de un abeto. Sentí la necesidad de acurrucarme allí y creí estar en un remoto tiempo que me aturdía. Miré alrededor del bosque y luego hacia el cielo. Una luna enteramente azul me iluminó, y tuve solamente un minuto de conciencia para detectar algo que hizo cambiar mi fisonomía.
 
mialmaserena,03.03.2020
Fue la mirada de esos ojos rojos sobre los míos. Comprendí que se había escapado. Antes de huir con él, intuí que era mi padre y que mi verdadera madre me esperaba para legarme sus poderes. Luego la locura se apoderó de mis pensamientos. Recuerdo que corrí hasta que llegué a la zona más oscura del bosque y cuando desperté y miré las aguas del lago, vi una criatura de pelaje oscuro.Tenía una mirada inocente pero también había algo salvaje que pugnaba por mostrar su lado oscuro. Tardé unos segundos en comprender que ese ser era yo. Mis padres estaban allí; querían llevarme con ellos, pero no pudo ser: los cazadores consiguieron atrapar a la bestia.
Desde entonces mi cuidador se encarga de mantenerme lejos de la gente. Todo el mundo quiere verme, pero nadie
me mira a los ojos. El letargo ha vuelto a mi vida, solo hay algo que me da esperanzas. Saber que mis padres volverán por mí.
 
Clorinda,03.03.2020
Muy buen final para el cuento, mialmaserena!
 
mialmaserena,03.03.2020
Gracias, Clorinda.
 
Martilu,03.03.2020



Mialmaserena¡Wow, hay que tener talento para continuar una historia así!
 
Ataleia,05.03.2020
Clorinda y mialmaserena, gracias por continuar el cuento que comencé.
 
Clorinda,05.03.2020
Las gracias son mutuas, Ataleia. Gracias también por tu valioso aporte y creatividad.
 
mialmaserena,05.03.2020
Gracias, Ataleia.
 
glori,06.03.2020
Coincidencias

El inspector paseó la mirada por el consultorio. Conocía al médico y no era la primera vez que concurría a ese lugar, pero en esta ocasión, no había concurrido por un tema de salud.
Observó la pila de fármacos ordenados en una vitrina. Luego vio la fotografía familiar que reposaba sobre el escritorio. En ella, el doctor sonreía abrazado a su esposa y a su hijo.
En el escritorio aún descansaba el bolígrafo y la nota que había escrito.
Los guardó con cuidado en una bolsa de plástico y garabateó algunas notas en su libreta.
 
glori,06.03.2020
Coincidencias (corregido)

El inspector paseó la mirada por el consultorio. Conocía al médico y no era la primera vez que iba a ese lugar, pero en esta ocasión, no había concurrido por un tema de salud.
Observó la pila de fármacos ordenados en una vitrina. Luego vio la fotografía familiar sobre el escritorio. En ella, el doctor sonreía abrazado a su esposa y a su hijo. También se fijó en el bolígrafo y la nota que había escrito.
Los guardó con cuidado en una bolsa de plástico y garabateó algunas notas en su libreta.
 
Martilu,06.03.2020
Cuando llegó a la estación de policía, sacó su libreta de apuntes y al haber memorizado la fecha de otorgamiento de su título de médico, que colgaba de la pared, calculo la edad que tendría.
No había dejado de reparar, la diferencia de edad en la foto familiar. Su esposa tenía un rostro muy aniñado que contrastaba en forma notable, con las arrugas y demás signos de envejecimiento de su rostro.
 
Marcelo_Arrizabalaga,06.07.2020


Espacio abierto para la escritura de cuentos breves en tres partes. Comienzo, medio y final.

Comienza un escritor con el primer párrafo. Al hacerlo queda su nombre y fecha.

Distraído aparece otro, media hora o tres años después y continúa con la sección media de la historia.

Cinco segundos o tres milenios más tarde un tercer participante le da el final a la historia.

Sin proponérselos se transforman en los autores del cuento tripartito más comentado o el más ignorado de la historia de la humanidad.

No hay más reglas que las que anteceden.

Los estilos, las formas, la extensión, etc. Todo es a gusto del siguiente participante.

La idea, es escribir desde la incomodidad de no poder acordar criterios. El desafío de tomar un párrafo de un estilo diferente al propio y seguir.

Es en estos casos en los que un escritor encuentra que puede desarrollar una trama con una temática o formas poco usuales en él.

Pues, ¡adelante!

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EL SOCIO


Primera parte:


- Gírala, ahora. Eso, así. Eso, despacio, sin hacer ruido.

- ¿Cuántas vueltas más? ¿No la he girado demasiado?

- Yo te diré cuando parar. Lo importante es que nadie nos oiga. Eso, un poco más. No, espera, no, no, no-no-no, ya para, vuelve. Vuélvela, enróscala pa’ tras. No, no no…

- Te dije que me parecía demasiado. Se va a desarmar todo. Yo me voy.

- ¿Cómo que te vas? Se está derramando el combustible.

- Por eso. Me voy. Ya vámonos.

- Vinimos a llevarnos un tanque de gasolina, cabrón.

- ¿Es que no ves el desastre? Vámonos de aquí.

- ¡Mierda! Vámonos pues.


Saltamos nuevamente la tapia, apoyándonos en unos cajones grandes de madera. De la pared saltamos al árbol de mangos, y de allí descendimos a la caja de la vieja Ford.
Ni bien pusimos los pies en la cama de la caja, una luz nos encegueció, pues todo era oscuridad allí.

- Vaya, vaya, vaya… Pero ¿Qué tenemos aquí? – dijo el cabo Aguirre de la policía local.

No estaba solo. Dos de sus ayudantes nos apuntaban cada uno con un fusil.



 
sensei_koala,08.07.2020
La ciudad, desde la punta del monte se apreciaba inmensa, pantagruélica. Sentados en la orilla de la marquesina, ese laberinto imposible de resolver con su eterno ruido de motores y bocinas a lo lejos daba una extraña sensación de tranquilidad. El sol de la tarde ya apuntaba sus rayos oblicuos por detrás de ellos, y unas sombras largas como gigantes daban la impresión de que no pararían de crecer hasta cubrirlo todo. Un hilo ondulante de humo de tabaco ascendía lenta y perezosamente, tan lento, que daba la sensación de que se quedaría congelado en algún momento. Debajo de la marquesina, un perro flaco y sucio se detuvo unos segundos. Dio un par de vueltas sobre sí mismo, y se echó justo debajo de ellos. El pie de Aguirre se balanceaba lenta y acompasadamente al ritmo de una canción antigua que sonaba a lo lejos. De pronto, sus ojos se iluminaron, como si aquella canción le recordase algo. Dejó caer el cigarrillo de su mano, que fue a terminar en el lomo del pobre perro, que rompió la tranquilidad con un aullido de dolor y echó a correr para luego volver a dejarse caer bajo la sombra de un árbol, un poco más adelante.

- ¿Te acuerdas de cómo comenzó todo lo del tanque de gasolina?
 
mialmaserena,09.07.2020
No dijo nada. Su mirada torva se posó sobre el perro y luego silbó para llamarlo. La canción seguía sonando, en aquellos suaves acordes tal vez encontraba algo de paz.

Las nubes avanzaban sobre nuestras cabezas como los pensamientos que a pesar de mucho esfuerzo no lográbamos detener.
El aullido del perro me había recordado el grito de Simón. El combustible se derramaba y él saltó de la camioneta para tratar de escapar.
Mis pies, en cambio, se aferraron a la fatalidad y no pude moverme, ni siquiera cuando escuché el disparo.
Lo demás a veces es una nebulosa y otras tiene semejante claridad que no puedo soportarla.

Aguirre nos conocía bien a Simón y a mi. En un pueblo se conocen todos. Él jamás hubiera dado la orden de disparar. Estoy seguro. Pero su ayudante dijo que le habían ordenado hacerlo.
Simón cayó herido de muerte. Aguirre no volvió a ser el mismo.
Mi condena fue breve, la de Aguirre no se acaba.

Nos encontramos seguido por acá, y cada tanto le hago esa tonta pregunta aunque sé que él nunca me va a responder.
 
Marcelo_Arrizabalaga,09.07.2020
Bien, bien , bien. Me gustó mucho.
 
Clorinda,11.07.2020
Me gustó mucho. Emotivo final.
 
Clorinda,11.07.2020
Este cuento — "El socio"— iniciado por Marcelo_Arrizabalaga, daba lugar, como todo lo que proponemos, a un abanico de posibilidades para continuarlo. Yo había pensado en otra dirección que sensei_koala, que lo hizo magistralmente, e incluso de cómo lo siguió mialmaserena, ya que le dio un giro magistral, no esperado —creo— de acuerdo a los datos que se habían escrito.
Realmente felicito al que comenzó este foro porque, además de entretener, incentiva la creación.
 
mialmaserena,12.07.2020
Clorinda, me gustaría mucho leer tu versión.
 
Clorinda,12.07.2020
Lo tengo en la cabeza ya que lo había desechado, pero en cuanto pueda lo haré. Estoy en otras cosas que me llevan tiempo, y para mí escribir es un compromiso y me gusta revisarlo antes de publicar (así y todo siempre se me deslizan errores).
 
Marcelo_Arrizabalaga,12.07.2020
Vecinos

Primera parte:

Hacía una hora que había amanecido.
De joven nunca me hubiese imaginado levantarme tan temprano como lo hacía ahora a mis sesenta años.
Me encantaba ver crecer las plantas, sobre todo las de nuestra incipiente huerta.
Aunque todavía quedaban dos meses de invierno, los plantines de lechuga, rabanito, perejil y diente de león crecían a ritmo lento. Los protegía de las heladas, que habían sido leves ese año. Pero ya aumentaban las horas de luz y se notaba un leve aumento en la velocidad del crecimiento.
De pronto apareció Cachilo, el perro de los vecinos. Nuestro Tom salió a saludarlo. Se conocían de cachorros. Tom lo lamió y se refregó contra él como si quisiese animarlo. Sí, a decir verdad parecía caído. No enfermo, pero sí falto de alegría.
Me pregunté si el humor de las mascotas podría ser un reflejo del nuestro al sentirse tan unidos a nosotros.
Inmediatamente pensé en sus dueños, Dora y Vicente. Hacía varios días que no nos veíamos.
Quinientos metros separan su casa de la nuestra, pues nuestros pequeños campos son linderos.
Fui al dormitorio, donde Esther aún descansaba. Me acerqué despacio para susurrarle al oído que iría a caminar un poco con Tom y que volvería pronto.

- Abrígate, amor – me dijo semidormida.
Los perros se animaron al verme. Cachilo miró hacia su campo y volteó a mirarme nuevamente.

- Vamos para allá – le dije. Y nos pusimos en marcha ladeando el galpón.
Cachilo parecía liderarnos, seguido de Tom y yo era el último en el grupo. No era tan ágil como ellos.
 
Yvette27,13.07.2020
Segunda parte

Cuando el campanario de la iglesia dio las doce Esther notó extrañada que Mauricio no estuviera de regreso de su paseo con el perro. A ella le edad le había traído una cierta modorra, se habían invertido los papeles .Hacía menos de tres años era ella la que se levantaba al alba, paseaba por el huerto y controlaba los cambios de las plantaciones. Poco a poco comenzó a sentir la necesidad de dormir más de mañana y Marcelo que siempre había remoloneado en la cama empezó a madrugar y fue un cambio de papeles tácito ; ella dormía hasta tarde y él saltaba al alba de la cama como si alguna tarea urgente lo empujara. La diferencia de edad entre ellos se empezaba a hacer evidente, seis años mayor que el marido, Esther ya no luchaba contra las arrugas y los kilos de más que se iban instalando en sus caderas. El campanario volvió a dar un toque, ya eran las doce y media. Esther llamó por teléfono al marido y no obtuvo respuesta. El perro volvió en ese momento tratando de atraer toda la atención de Esther. Jadeaba y tembaba dando vueltas alrededor de la mujer.Estaba muy agitado,algo debía haber sucedido si volvía a casa solo y en ese estado, pensó Esther.
El teléfono de Marcelo sonaba sin dar respuesta.


 
mialmaserena,14.07.2020
Finalmente Tom consiguió lo que quería y ella lo siguió hasta la casa de los vecinos. Golpeó la puerta pero solo apareció Cachilo que saltó por la ventana.
Enseguida apareció Marcelo y Esther se sintió asustada al no ver a los dueños de casa.



Durante el trayecto, mientras seguía a los perros escuché la primera llamada de mi esposa, pero iba a toda carrera y no quise perder ni un segundo en responder. Confieso que aquellos animales habían conseguido ponerme nervioso.
Al llegar a casa de nuestros amigos estaba sin aliento. Mi temor aumentó cuando llamé y nadie respondió.
Cachilo ladraba y Tom comenzó a imitarlo.
La segunda llamada de mi mujer llegó justo en el momento que Vicente se asomó por la ventana. Cachilo me miró como invitándome a entrar. Por fin Dora abrió la puerta pero los perros eligieron entrar por la ventana. Vicente los acarició para calmarlos.
Al rato llegó Esther; se la veía pálida y me di cuenta de que la situación le resultaba extraña.

-¿Dónde están Dora y Vicente? - dijo mirándome con pánico.
- No te preocupes, no pasa nada - la tranquilicé.

Pasamos al interior y pudimos comprender el motivo de alarma de Cachilo. Sobre la alfombra estaba Sofía, la perra de Carlos, un vecino que se había mudado hacía casi un año, justo frente a la propiedad de Dora y Vicente.
Mientras Carlos se presentaba en medio de aquel desorden, Esther y yo comenzamos a limpiar los cachorritos que acababan de nacer.










 
mialmaserena,14.07.2020
Corrección: enseguida salió Marcelo, en lugar de: enseguida apareció Marcelo.
( para no repetir)
 
Marcelo_Arrizabalaga,14.07.2020
Jajjajaja, me encantó el desenlace. Gracias Yvette y Mialmaserena por participar. Me gusta esta experiencia.
 
Ataleia,12.08.2020
Ultimo minuto

Parte 1.

Acurrucada junto al fuego que he logrado encender todo parece fluir en total normallidad. Rectifico: "en total nueva normalidad".

Desde que la peste arrasó con casi todo humano el cielo es ahora turquesa, las aguas son cristalinas y los animales recuperaron todo dominio que desde la Creación siempre les perteneció.

He sobrevivido exactamente seis meses, seis días, 59 segundos. Me queda un minuto para completar el 666 profético de la muerte que el virus traía como sello fatal.

Un minuto...

 
Marcelo_Arrizabalaga,12.08.2020
Parte dos


El sonido de el teléfono me despabila, justo cuando me encuentro esperando quien sabe qué. Me he quedado mirando el reloj de la mesa ratona, por lo que la llamada de Ernesto se produce justo a la hora señalada por la profecía.

- Hola.

- A que no lo sabes... - dice mi marido desafiante.

- Mejor cuéntame, que hoy no estoy para adivinanzas.


El relato sobre la explosiones nucleares en África y Australia me suenan a delirio. Prendo la tele mientras el sigue contándome, y los canales de noticias muestran imágenes estremecedoras.
 
Mialmaserena,13.08.2020

Este último minuto no se ha diferenciado en nada en cuanto a desastres sobre el planeta. Los que sobrevivimos a la peste, tuvimos momentos de esperanza, confiamos en vacunas y hasta creímos que la humanidad iba a cambiar luego de tanta devastación.

Pero todo sigue empeorando debido a intereses mezquinos como siempre.
Ernesto y yo vivimos en Uruguay, donde aún resistimos a pesar de la locura desatada en el mundo entero.
Un minuto más: 667
Sigo aquí. No sé por cuánto tiempo más.
 
Ataleia,13.08.2020
Gracias chicos por integrarse a mi propuesta de cuento. Saludos.
 
Marcelo_Arrizabalaga,13.08.2020
Me gustó mucho. Gracias a vos.
 



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