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Inicio / Lista de Foros / Literatura :: Talleres / Nuevo club del reto 1 Prosa - [F:9:4030]


EL_RETO_GANADORES,30.09.2005
El club del reto reabre sus puertas y presenta en modo experimental dos nuevas secciones;Ensayo y Haiku

Recuerdo las reglas básicas del Club del Reto.

1.- Respetar tema y número de palabras
2.- Los textos y las votaciones fuera de fecha no son válidos para la votación. 3La fecha que marca la página es la que se toma en cuenta. La página tiene la hora de Berlín.

Votación
1La votación se efectúa en los días estipulados en el nick VotaReto (LDV)bEn Privado/b
2Las votaciones en la página del reto serán consideradas nulas.

3Votan sólo los participantes y sólo en la propia categoría.
4Se vota por un solo texto
5Los votos no van acompañados de consideraciones críticas o amistosas.
6 El ganador es quien saque el mayor número de votos y el viceganador es quien lo sigue con un punto de diferencia.
7La votación será secreta y controlada por dos cuenteros voluntarios

Varios
Cualquier inquietud o problema se atenderá en el LdV de Ninive
Evitar los diálogos.
Los textos con varios errores de ortografía podrán ser corregidos y presentados por segunda vez a pedido del Reto ganadores.




 
EL_RETO_GANADORES,30.09.2005
Reto 1 Prosa
desde el 1 de octubre hasta el 13 de octubre
El 14 y el 15 votación

Tema: El guante olvidado
 
Ninive,30.09.2005
Máximo 320 palabras
 
Selkis,01.10.2005
Hacía un buen día para pasear y Alfonso decidió hacerlo por la misma avenida de todos los días buenos, para visitar las librerías de segunda mano de siempre. De alguna manera la rutina le hacía sentirse seguro. Su soltería le pesaba en soledad a sus setenta años y una manera de no volverse loco era aferrarse a algo con devoción. La religión no le convenció nunca, su antigua profesión de perfumista le había traído muchos sinsabores, así que optó por los libros hacía ya mucho tiempo.
Su preferida era la librería Tres Torres, tal vez por su desorden y todo ese polvo que parecía ratificar el paso del tiempo. Allí perdía horas que de otro modo habría terminado colmando de recuerdos tontos y absurdos, inútiles siempre. Recorrió las estanterías sin buscar nada en concreto, reduciendo a eso su margen de improvisación. Él no supo que la vida siempre cuela sus sorpresas por pequeña que sea la puerta, hasta que encontró aquel guante de mujer, aparentemente olvidado con descuido, sobre una antigua enciclopedia a la que le faltaban dos tomos.
Lo cogió como impulsado por una intuición y lo observó: pequeño y de fino encaje. Poco a poco la intuición se fue convirtiendo en un signo mucho más real, captando de repente un perfume conocido, inconfundible, inolvidable: aquel que preparó exclusivamente para Leticia, su enamorada prohibida, hacía ya tanto tiempo. Leticia, a quien esperó durante seis meses. Tan poco, porque más no pudo, viéndose obligado a abandonar la ciudad al quebrar su pequeño laboratorio de perfumes, pero suficiente para suponer que no le amaba. Acarició el guante y notó que dentro había un papel. Lo sacó y lo leyó:

iCuarenta años he tardado en encontrarte.
Tú me diste una señal, y yo te la devuelvo./i

Y seguidamente, una dirección que quedaba bastante lejos de su ruta habitual.
 
theonlyerath,02.10.2005
EL GUANTE OLVIDADO.

La desesperación de Pedro era evidente, sudaba copiosamente, el pulso cardiaco lo tenía aceleradísimo. ¿Cómo pudo cometer ese error tan grave? Lo tenía todo bien planeado, había estudiado a su víctima días enteros, sabía todos sus movimientos, las entradas y salidas a su casa, a que hora se bañaba, que ropa se pondría. Todo, absolutamente todo.

Esa noche aprovechó que había dejado una ventana abierta, se escondió en la oscuridad de su departamento a esperarla, faltaba poco para que llegara de su trabajo.

Se puso los guantes con mucho cuidado, sacó el cuchillo que había afilado toda la tarde y se acomodó dentro del closet en espera que ella acudiera a su cita con la muerte.

Llegó puntual a su cita. Pedro le asestó 27 cuchilladas, las últimas 10 por la espalda cuando quiso huir. Después de saciar su sed de sangre abandonó el lugar y se dirigió a la estación del tren. Fue cuando se dio cuenta. Había olvidado un guante.

Tenía que regresar por él, sabía que tarde o temprano darían con el si la policía encontraba el guante. Se puso a temblar de la desesperación solo de pensar que tendría que volver al sitio del crimen y encontrarse con el cadáver nuevamente.

Se deslizó por la ventana, entró a la recamara no vio el guante ni el cadáver. Volteó a su derecha y en el reflejo del espejo se encontraba ella.

-¿Olvidaste algo?- le dijo con el guante en la mano.

Al otro día lo encontraron. Ojos desorbitados. Nadie supo lo que realmente pasó esa noche. Había un asesino con un guante y un cadáver con el otro.
 
Ninive,03.10.2005
.
 
gmmagdalena,03.10.2005
El guante rojo

A un costado del columpio, sobre la arena, un pequeño guante rojo yace olvidado por su dueño. Lo tomo delicadamente y sonrío ante su tamaño, seguramente pertenece a un niño muy pequeño, tres ó cuatro años, a lo sumo.

Es el atardecer, las madres se retiran presurosas con sus hijos, camino a sus hogares, luego de una tarde de sol entre risas y juegos. Yo recién arribo, como todas las tardes, es mi hora.

Me gusta sentarme en un banco en este retiro casi solitario y disfrutar de la inmejorable vista que proporciona el parque. Desde aquí puedo ver el sol que se oculta somnoliento entre los cerros que rodean mi pueblo. Es un momento en que la dignidad de la naturaleza asemeja perfecta y los aromas salvajes que descienden de la serranía, combinados con el de las flores del parque, se intensifican a medida que la tarde rumbea hacia la noche.

Con el pequeño guante rojo entre mis manos me recuesto contra el espaldar del banco, soñadora, pero a su vez, esperando ver regresar una madre apurada, en busca del objeto perdido por su niño.

Las sombras van avanzando, el contacto de ese pequeño guante con mi mano, trae remembranzas de otras tardes y otros niños cuyas manos protegieron guantes similares a éste y, según observo, tan sucios como éste, fruto de las andanzas de sus inquietos y juguetones dueños.

No puedo evitar emocionarme, pienso en esos niños que ahora son hombres y forjan su propia vida, lejos de sus juegos infantiles y de su pueblo. Hombres de grandes manos, hombres distantes, habitantes de otros mundos; lejos de mí, de su madre, pero nunca de mis pensamientos y de mi amor que los evocan constantemente, como ahora, en que los siento tan cerca, y los acaricio nostálgica a través de un minúsculo y olvidado guante rojo.

María Magdalena
 
tu_risa,03.10.2005
MELODÍAS DEL PASADO

La música sonó lejana en sus oídos. Los ruidos de los automóviles y los chicos jugando a la pelota al otro lado de la calle, se mezclaron con la melodía nostálgica de tiempos ya pasados que ella percibía.

Gertrudis, observó un instante las vitrinas sucias, con algunos vidrios quebrados, tal vez por las mismas pelotas que salían disparadas de esa cancha improvisada.

El barrio no era el mismo de antaño. Quedaba alejado del centro de la ciudad. Pocas viviendas antiguas permanecían en pie.

Su chofer la observó con ternura, -“Buena mujer”- pensó, -“que tristeza ver su soledad. Cada año el mismo ritual, la misma fecha…ya serían…setenta años de matrimonio…un día la felicidad nos pertenece, y otro día desaparece, quedando solamente los recuerdos. Cada año me voy triste, en cambio ella, lleva una hermosa sonrisa en su rostro iluminado. Nunca he logrado entender… ”-

Sus delgados dedos, que sólo llevaban la argolla de matrimonio, trataron con un poco de esfuerzo, de limpiar un pequeñísimo espacio en el sucio cristal para observar el interior. Acercó su rostro aún hermoso y vió la semioscuridad del interior. Aún quedaban mesas rotas y algunas sillas botadas sobre el piso.

Sus ojitos brillaron de pronto. Al fondo, vacía, oscura y en silencio, se encontraba la pista de baile.
Pero ella veía el salón completamente iluminado. Un gran bullicio de risas, voces, y música, lo inundaba. Sobre la pista, junto a Romualdo, su esposo ya fallecido hacía años, bailaban abrazados, enamorados y felices, al compás de aquella antigua melodía. Permaneció en medio de ese sueño unos minutos más.

Luego se acercó al automóvil, el chofer abrió solícitamente la puerta, y ella tomó asiento en la parte de atrás.

El espejo retrovisor reflejó aquella sonrisa misteriosa que él tanto conocía.

El carro se alejó lentamente, mientras Gertrudis dando una última mirada de nostalgia, al viejo salón de baile “El Guante Olvidado” sonreía nuevamente.
 
harlot,03.10.2005
A Colombia la han conmocionado muchas veces. La tarde que se le hizo cinco goles a Argentina, el nueve de abril que mataron a un candidato y por venganza se formó la primera guerrilla, la madrugada que anunciaron que Gabo se ganó el nobel, el mediodía que mataron a Pablo Escobar, el día que un presidente loco le dío por adelantar todos los relojes para ver si madrugábamos más, los meses que nos quedamos sin luz porque se habían robado la plata para terminar la cuarta hidroeléctrica más grande de América; muchas veces, si es verdad, pero ninguna como el día que anunciaron que unos japoneses desocupados habían inventado un pan que pronunciaba palabras.
Se dispuso todo lo necesario para el gran evento: Shakira, Carlos Vives y Andrés Cepeda de teloneros. (¿Quién es Andrés Cepeda?). De animador: el infaltable Pacheco. Las modelos, espectáculares, los japoneses, por ningún lado y el pan, custodiado por supuesto. El chou empezó como es usual 4 horas tarde y como es usual la gente no se quejó, mucho. Uno a uno los artistas fueron chiflados por la exigencia general del pan que habla.
Los organizadores al ver que el alboroto se volvía peligroso y el tiempo en televisión es caro, decidieron adelantar la presentación del pan que habla.
Trajeron entonces el pan. Pacheco al ver que la gente se avalanzaba sobre la tarima, sacó un fajo de billetes y lo lanzó a la tumulta, pero nada podía aclimatar los ánimos.
Nervioso y apurado, Pacheco pidió un vaso de agua y mostró el pan que habla. ¡Es un pan normal! ¡Se ve viejo y sin queso! ¿vos le ves la boca o los cables? ¡Nos estafaron como siempre!
Pacheco tocó el pan con sus dedos y dijo «el pan está duro». Entonces, virtió un poco de agua sobre él, y volvió a palparlo: «Ahora el pan está blando».
Toda Colombia quedó estupefacta. Pero no por la broma (el pan está ha blando) sino porque hay dos cosas que un colombiano no pasa: que alguien no se bañe todos los días y que toque la comida sin usar guantes después de haber tocada billetes.
 
harlot,03.10.2005
A Colombia la han conmocionado muchas veces. La tarde que se le hizo cinco goles a Argentina, el nueve de abril que mataron a un candidato y por venganza se formó la primera guerrilla, la madrugada que anunciaron que Gabo se ganó el nobel, el mediodía que mataron a Pablo Escobar, el día que un presidente loco le dío por adelantar todos los relojes para ver si madrugábamos más, los meses que nos quedamos sin luz porque se habían robado la plata para terminar la cuarta hidroeléctrica más grande de América; muchas veces, si es verdad, pero ninguna como el día que anunciaron que unos japoneses desocupados habían inventado un pan que pronunciaba palabras.
Se dispuso todo lo necesario para el gran evento: Shakira, Carlos Vives y Andrés Cepeda de teloneros. (¿Quién es Andrés Cepeda?). De animador: el infaltable Pacheco. Las modelos, espectáculares, los japoneses, por ningún lado y el pan, custodiado por supuesto. El chou empezó como es usual 4 horas tarde y como es usual la gente no se quejó, mucho. Uno a uno los artistas fueron chiflados por la exigencia general del pan que habla.
Los organizadores al ver que el alboroto se volvía peligroso y el tiempo en televisión es caro, decidieron adelantar la presentación del pan que habla.
Trajeron entonces el pan. Pacheco al ver que la gente se avalanzaba sobre la tarima, sacó un fajo de billetes y lo lanzó a la tumulta, pero nada podía aclimatar los ánimos.
Nervioso y apurado, Pacheco pidió un vaso de agua y mostró el pan que habla. ¡Es un pan normal! ¡Se ve viejo y sin queso! ¿vos le ves la boca o los cables? ¡Nos estafaron como siempre!
Pacheco tocó el pan con sus dedos y dijo «el pan está duro». Entonces, virtió un poco de agua sobre él, y volvió a palparlo: «Ahora el pan está blando».
Toda Colombia quedó estupefacta. Pero no por la broma (el pan está ha blando) sino porque hay dos cosas que un colombiano no pasa: que alguien no se bañe todos los días y que toque la comida sin usar guantes después de haber tocada billetes.
 
kanenas,04.10.2005
bAdherencias/b

Dolores. Más que eso, torturas. El joven se sostenía con ambas manos el vientre contorsionado por espasmos insoportables."No aguanto, no aguanto más..." gritaba fuera de sí, retorciéndose en el lecho del hospital
A dos días de la simple operación de apendicitis, no se justificaban esos dolores agudos, verdaderas punzadas en el vientre.
Lo volvieron a abrir, las radiografías mostraban unas sombras sospechosas en la cavidad abdominal. Los médicos descubrieron consternados la causa de los dolores; un guante de cirugía olvidado dentro del cuerpo del paciente.
Los ojos se cruzaron, mariposas abiertas sobre las mascarillas verdes . Los de los médicos ordenaban, las enfermeras comprendieron. Sin pronunciar palabras preguntaban, respondían y con un parpadeo de asentimiento repetido por los presentes, se selló en el quirófano el pacto de complicidad. Así se haría;silencio sobre el vergonzoso incidente.
"Unas adherencias" explicó el médico a los familiares que esperaban en la sala. "Está fuera de peligro, no sucede a menudo, pero este problema puede presentarse aún en las operaciones más sencillas."
 
derian,04.10.2005
bEn la isla de al lado/b

Pequeños rayos de luz traspasaron sus ojos y contribuyeron a que los abra débilmente. Se apoyó en la arena, levantó su cuerpo pesado y consigo a su alma. Realizó pasos cortos. En todo el perímetro de su visión estaba el cielo. Nadie lo dibujó ni lo colocó. Simplemente ahí se encontraba siempre. Oyó pájaros proveniente del este, buscó entre las sombras errantes alguna que pudiera ser humana; ninguna. Busco otras sombras que penetraban en el silencio. pertenecieran a animales desfallecidos y moribundos; tampoco. Entre sus pies se filtraba el agua. Llevó sus manos al rostro y pequeñas lágrimas acariciaban el camino hacía abajo. Gritos ensordecedores desde lo más profundo de su garganta.

Se arrodilló como cargando una cruz, en ligero movimiento golpeaba su pecho fuertemente. Ahora el viento arrinconaba su cuerpo. Prefirió seguir caminando: ningún objeto contundente a la vista. Pensó, angustiado, que sería bueno tratar de cazar algo. No lo hizo. Pensó tal vez que seguro la marea lo ayudaría. No se convenció. Pero en contra de su pensamiento, la marea subió y estuvo muy alta. Trajo diversas cosas: cajas, maletines, un celular, dólares desintegrados, un microondas, dos jaulas que seguramente serían de animales, varias ruedas de autos, tantísimos abrigos cuatro bufandas y un guante. Éste último le agradaba en particular, y comenzó a jugar gesticulando. Sintió, por primera vez, que no estaba solo.

 
margarita-zamudio,05.10.2005
EL GUANTE DELATOR

Aquel lunes amaneció el colegio como si una estampida de búfalos hubiera pasado por allí. Lo peor no fue el robo , sino la destrucción y el destrozo: sillas, ordenadores, libros, máquinas de escribir,todo por el suelo. Las clases parecían haber sufrido un invasión de bárbaros.En todas las pizarras había escrito con tiza: "Maestros cabrones" y no hubo una sola mesa que no estuviera manchada de escrementos.

todas, menos la mía. Mi clase estaba intacta.

Los maestros, desolados, mirábamos aquel desaguisado sin saber qué hacer, y yo me sentí peor, porque algunos me miraban de reojo.

Un alumno mío, bastante conflictivo, pero que me había tomado cariño, quizás porque yo trataba de corregirlo con cariño también, y al que yo suponía miembro de una banda juvenil, no hacía más que repetir: "Yo sé quiénes fueron, pero no soy un chivato".

En el cajón de mis lápices, habían dejado caer un guante que parecía decir: "Aquí no se toca".
 
jaenbota,05.10.2005
Era uno de esos hombres que se encuentran en casi en todas las empresas, pero principalmente en las estatales, de esos a los que les gusta que les llamen “doctor”, que alguna vez tuvieron ideas altruistas, que soñaron con cambiar el mundo en una sola generación. Ahora ocupaba un cargo medio y aspiraba, como hace este género, ascender a un cargo con un poco más de poder, claro, no al poder “absoluto” si quiere llamarse así al poder que tienen los jefes en cada despacho, porque en todos los ministerios, secretarías y entes que se les semejan, estos cargos de absoluto poder en cada sección, son cargos de “libre nombramiento y remoción”, en otras palabras son nombrados de acuerdo a las corrientes políticas reinantes y el no pretendía ser removido “libremente” al acabar el periodo. Todo lo contrario su sueño era jubilarse, como es el sueño de cualquier empleado estatal que se respete en el mundo.

Y ahora que había sido nombrado para darle trámite a no se que problema que tenían los habitantes de no se que barrio marginal, era la oportunidad que había esperado pacientemente por años, la oportunidad de brillar, porque los pobres si bien son pobres, por lo menos sirven para hacer carrera en este tipo de estamentos gubernamentales. Pero cometió un error, desde el punto de vista burocrático, claro está, cometió la imprudencia de visitarlos, de intentar conocer de primera mano la problemática del barrio, y esto corrompió su corazón, o debería decir conmovió, porque al final de la jornada al ver y entender las necesidades de la gente, quiso hacer algo bueno y obrar rectamente, dejando de lado la mezquindad de su interés personal. Recordó las ideas que lo motivaron cuando era joven, las que dejó sin saber por su ambición, como un guante que se deja olvidado en alguna parte y que solo se extraña cuando hace frío.
 
jorval,06.10.2005
uIncesto/u

Jorge y su esposa se encontraban en la amplia cocina de su casa tomando desayuno. Él en mangas de camisa, ella en camisa de dormir y bata.

—¿Por qué tienes que andar con esa cosa puesta?, siempre me ha dado terror, nunca me he podido acostumbrar —dijo María mientras retiraba las tazas de la mesa.

—Como dicen en mi institución, un policía sin su arma es como una puta sin cama —contestó Jorge mientras se paraba y acomodaba la sobaquera con su pistola Walter PPK de nueve milímetros sobre el chaleco antibalas y se colocaba la chaqueta.

—No seas ordinario, podrías tener un poco más de respeto con tú esposa —respondió María sin mirarlo.

—Sabes, estoy preocupado, no me puedo convencer que las clases en la universidad comiencen a las diez, además tengo la sensación que últimamente me rehuye, como que no quiere encontrarse conmigo —dijo Jorge mientras caminaba hacia la puerta de entrada.

—Debe ser para que pueden estudiar hasta tarde en la noche, además que lo estás presionando con eso de si son simpáticas sus compañeras, déjalo, apenas tiene dieciocho años, ya tendrá tiempo para amigas —le replicó María.

Jorge tomó su abrigo, salió al exterior, entró en su vehículo y se sentó, pero al colocar las manos en el volante, notó que no podía mantenerlas ahí por lo helado que estaba. Buscó en los bolsillos del abrigo que había lanzado al asiento del copiloto y encontró sólo uno de los guantes y pensó: “siempre me sucede lo mismo, tendré que volver a buscar el otro a la casa”.

Abrió la puerta, buscó en la entrada y siguió hacia al dormitorio, cuando sintió un jadeo acompasado y unos gritos reprimidos que venían de su dormitorio, siguió avanzando y quedó paralogizado. En la cama estaba su hijo a horcajadas sobre María. Sacó la pistola de su costado y acercándose disparó las ocho balas en ambos cuerpos.
 
_Guerrera_,07.10.2005
EL GUANTE NEGRO

Desde que empezaron sus recurrentes pesadillas, se había prometido no comer nada en las noches, tal vez fuera eso, así que desde entonces sus cenas fueron frugales, algunas frutas, un te de tilo y ocasionalmente alguna que otra verdura.

Hacía ya casi ocho meses que Julián había sido asesinado, cuando al volver de un Congreso su auto se estrelló contra un camión cuyo conductor estaba sufriendo un paro cardíaco, las paradojas del destino, él cardiólogo, también moría.
Ese hombre a pesar de la ausencia, seguía siendo el amor de su vida, su amigo, compañero, su novio, su amante, su marido, el ser perfecto para ella. Le costó algunos meses salir adelante, pero lo consiguió y ahora excepto por aquellas pesadillas, estaba tranquila.
Cada madrugada se despertaba empapada en llanto y transpiración, con una angustia que no la abandonaba y la certeza en la piel que Julián la había acariciado.

Hoy como cada domingo, estaba pronta para salir hacia el cementerio, cuando encontró sobre la mesilla que estaba junto a la puerta de cuarto, un guante negro que seguramente alguien había olvidado.
Al llegar a su tumba, con las flores frescas y dispuesta a contarle como vivía cada día sin él, vio que algo había cambiado, no supo bien que pero a primera vista todo estaba como desencajado, pensó en que sería el viento o las lluvias típicas de esa estación.
A la media hora cuando se disponía marcharse, le pareció ver en un rincón algo que asomaba por entre la tierra, lo tomó con sus manos, tiró y con los ojos vacíos y una gran mueca de estupor observó ese guante negro, entonces recordó el que había visto en su casa mientras pensaba que Julián nunca, durante los años que estuvo con ella, usó guantes.

Roxana, 05 de Octubre de 2005.
 
_Guerrera_,07.10.2005
Fe de Erratas: donde dice "asesinado" lean por favor "accidentado". Gracias.
 
akim,09.10.2005
INTRUSO

Vivíamos en el quinto primera, en un edificio de siete plantas. Nuestro padre solía regresar del trabajo hacia las nueve de la noche. Un día de invierno le oímos llegar y, al entrar en la sala de estar, observamos que estaba demudado. Sin mirarnos siquiera, se quitó el abrigo, así como el único guante que llevaba, el izquierdo; luego se dejó caer sobre el sofá y empezó a relatarnos un hecho insólito que le había sucedido pocos minutos antes.

Había pulsado -dijo estar seguro de ello- el botón del quinto. Al llegar arriba abrió la puerta del piso. Avanzó a oscuras por el pasillo, como hacía siempre. Mientras se iba liberando de los guantes de piel de toda la vida (amarillos y ya descoloridos), a escasa distancia del comedor se percató de que la puerta estaba cerrada, lo que le causó extrañeza; pero es que además, descubrió que los colores de la vidriera emplomada eran muy distintos a los de la nuestra. Tras la puerta se escuchaban gritos: al otro lado dos personas se estaban peleando, sin lugar a dudas. Quedó paralizado, sin saber qué hacer. Decidió por fin girar sobre sus talones y, avanzando de puntillas, alcanzó la puerta de entrada, la abrió y luego la cerró tras de sí con sigilo. Mientras corría escaleras abajo, vio que en el rótulo que había sobre el marco de la puerta del ascensor ponía “sexto”.

Al día siguiente llamó a un cerrajero y le encargó que cambiase con urgencia el bombín de la puerta y que instalase una cadena de las que llamaban “de seguridad”. Por aquel entonces, nadie en el edificio ignoraba que el vecino de arriba era un energúmeno y un celoso recalcitrante; a saber de qué sería capaz cuando hallase el guante que debía de haberle caído al suelo a papá en su huida precipitada. Al cabo de unos meses nos mudamos a otro barrio de la ciudad.



 
Anonimo_en_anonimato,09.10.2005
Ernesto se encontraba en su sillón, levantó la vista hacia una pequeña mesa que se encontraba frente a él y pudo observar algo que le exaltó, era un guante blanco, un guante de seda que descansaba sobre la pequeña mesa. Aquel guante había sido olvidado por él hacia mucho tiempo, cuando en sus pensamientos suprimió varios recuerdos.
Recordó entonces los momentos que vivió con aquella mujer. La noche en que la conoció llovía, Ernesto caminaba por la calle con su paraguas y vio a una mujer bastante bella caminar hacia él, Ernesto la detuvo como motivado por un instinto, le tomó el hombro y ambos se quedaron mirando fijamente a los ojos. Ninguno de los dos pudo pronunciar palabra alguna, pero pronto Ernesto salió de su sopor cuando se dio cuenta de lo que había hecho, alargó el paraguas a la mujer y se lo ofreció, tratando de controlarse. La mujer lo miró con extrañeza y dijo:

-¿Qué desea?
-Yo… está lloviendo –dijo Ernesto.

La mujer alargó su mano derecha, la cual se encontraba envuelta en un guante blanco y tomó el paraguas, sonriendo a Ernesto.

-¿Hacia donde se dirige? –preguntó Ernesto.
-¿Le interesa? –respondió la mujer- no nos conocemos y usted parece perdido.
-No estoy perdido, mi nombre es Ernesto –dijo- ¿Cuál es su nombre?
-Angélica –y alargó su mano hacia Ernesto.
-Ya nos conocemos entonces.
-No lo creo.

Caminaron por la calle hasta que finalmente llegaron a la casa de Ernesto, donde él le ofreció a Angélica hospedaje. Aquella noche terminaron juntos, abrazados.
Cuando Ernesto despertó halló solo el guante blanco de aquella mujer y una nota sobre la cama que decía:

“Soy casada, no creo que debamos vernos de nuevo”

Ernesto sufrió inmensamente la despedida de Angélica.

Habían pasado muchos años pero ahora veía aquella mesa, levantó un poco más su vista y miró a una mujer, era Angélica quién le sonrió y le miró con dulzura.


 
Anonimo_en_anonimato,09.10.2005
El título es EL GUANTE BLANCO
 
yoria,09.10.2005
EL GUANTE OLVIDADO

Lo recordó mientras miraba la foto del periódico. El guante olvidado. O debería decir mejor los guantes olvidados. No había vuelto a pensar en ellos desde que se los regaló. Excepto algún breve pensamiento en Navidad. Eran guantes de lana, de eso estaba segura. De colores, tal vez un poco chillones. Demasiado pequeños para sus manos. Las manos, que curioso, recordaba las suyas, largas y de dedos finos. Sin embargo, no recordaba su cara. Pero eso no es un delito ¿verdad? No recordar la cara de alguien que apenas se conoce no es como olvidar la cara de tu madre. Volvió a mirar el periódico y leyó la noticia entera. Otra vez. La imagen de los guantes se superponía a su rostro. No hacía frío cuando se los dió. Se los quitó de las manos y se los entregó. Igual que hizo aquel buen samaritano que regaló su capa. Claro que el buen samaritano seguro que no tuvo que pasarse tres cuartos de hora escuchando su historia. Y viendo como se frotaba las manos, largas y dedos finos, una y otra vez. Pero ese día no hacía frío. Lo recordaba bien. Tal vez es que el frío se te mete dentro cuando vives en la calle y no lo puedes sacar. Ni siquiera con guantes de lana. Volvió a leer la noticia. No, en la foto no se le veía el rostro, cubierto de hielo como estaba. Tendria que seguir recordándole por los guantes. Si es que alguna vez le recordaba. Tal vez, en Navidad.
 
Ignacia,09.10.2005

El guante olvidado.

Luego de un viaje muy largo un joven inmigrante europeo, llegó al país del confín de mundo, en busca de una mejor oportunidad de vida, abandonando el continente devastado por la guerra. Un clima inhóspito esperaba a Cosme, un idioma que no conocía y el grandioso espectáculo de los cielos y la bravura del Estrecho de Magallanes.

En su deambular por la ciudad, vendiendo mercaderías, un día divisó una hermosa joven que cantaba, mientras limpiaba los ventanales de una vivienda. Se enamoró perdidamente y todos los días, en su recorrido de vendedor ambulante, pasaba por el frente de la casa.

La joven Odulia, había llegado desde España, con sus padres y sus hermanos, cuidaba casas, bordaba ajuares de novia, solo podía salir en compañía de sus padres y hermanos, a la misa de las ocho de la mañana.

Cosme, Domingo a Domingo asistía a la Iglesia, ubicándose en un lugar en donde pudiese contemplarla. Pese a los vientos, la nieve y los temporales, trabajó arduamente para lograr afianzar su patrimonio y así poder aspirar a la mano de Odulia.

En 1924, llegó a la ciudad una compañía de zarzuela, todos sus habitantes asistieron a la gala del Teatro Municipal, en la galería, Cosme muy cerca de Odulia y su familia.

Finalizado el espectáculo, el público se retira. Cosme espera, para acercarse a la butaca en donde había estado Odulia. Fue entonces cuando vió el guante olvidado por Odulia, lo guardó delicadamente con la esperanza de poder hablarle personalmente.

Al día siguiente se presentó en la casa, pidiendo hablar con ella, el padre lo atendió, Cosme en su español que nunca aprendió, le dio sus razones, el padre fue en busca de Odulia: - hija, éste joven ha traído el guante que habías perdido -, los jóvenes se miraron, Cosme pidió autorización para visitarla, el padre accedió y el guante olvidado, dió inicio a una numerosa familia chilena.


 
JulioJurenito,10.10.2005
-Hoy en día es imposible olvidar un guante.

-Bueno, yo que sé. No lo encuentro por ninguna parte.

-¿Has probado a buscarlo con el chip?

-No, qué va. Sólo llevo dos horas dando vueltas como una tonta pero no se me había ocurrido

-Pues dale al chip

-Estaba siendo irónica, imbécil. Claro que le he dado al chip. Dos veces.

-Bueno, ¿y?

-Y nada.

-Me parece increíble que puedas perder un guante,
la verdad.

-¿Y tú crees que me ayudas con esos comentarios?
O buscas conmigo o te vas a fumar sintek al salón y me dejas tranquila ¿vale?

-Bueno, de acuerdo, si me necesitas estoy allí, y no te pongas nerviosa, seguro que lo encontrarás.

-¡Pero qué dices! ¡Quédate aquí y busca de ese lado!

-¿Pero es que tú nunca te pones de acuerdo contigo misma o qué? Además, acabas de buscar ahí hace cinco minutos.

-Pues ahora buscas tú, y te callas.

-(suspiro)

-…

-…

-…

-…

-(Ruido de objetos cayéndose)

-¡Mierda!

-Tranquila, ya lo recojo yo.

-¡Vete a la mierda tú también!

-Déjame que te ayudo, mi niña.

-¡Qué me dejes!

-¿Y ahora lloras? Ven aquí.

-He dicho que me dejes

-(Y en el aire resuena el sonido exacto que produce una mujer de tamaño mediano tratando de apartar a un tipo delgado y torpe)

-Bueno, yo qué sé, son solo un guante y unas cajas. Deberías tranquilizarte. Yo me voy a fumar, si quieres, vente al salón, yo estoy ahí, ¿vale? Y lo siento por no poder ayudarte.

-(Tras el cierre de una puerta automática, se oye el sonido que produce la misma chica al arrodillarse
en una habitación llena de cosas, tratando de contener unos sollozos que se derraman como agua. A su espalda, un guante rojo trepa con esfuerzo hacia el alféizar de la ventana abierta, listo para escapar a una nueva vida).
 
curiche,10.10.2005
Un trabajo limpiecito.

-“¿Que por qué estoy aquí?

“Por huevón”, Socito, por dejar un guante botado.
¡Quiere que le cuente! Bueno, sobra tiempo aquí en la cárcel
La celda da para conversar.

Fue un viernes...
- Entré al banco y me puse a la cola, había una linda cajera.
Los minutos corrían lentos, llevaba un maletín y a pesar de los veinte grados que había, tenía puestos guantes.
Me puse la mejor pinta, parecía gerente.

¿Sabe carreta? Hicimos en trabajito tres amigos, salió limpiecito, ni un tiro, ni un herido.
La cajera super rápida contando billetes.

Cuando faltaban tres personas para llegar a la caja, los amigos se viraron, dos se ubicaron estratégicamente y uno salió a la calle.

Buenos días, le dije sonriente
Muy buenos, me dijo ella, sonriendo de manera coqueta
Del maletín saqué un papelito similar a los de deposito, se lo entregué amablemente, diciéndole.
¿Mucho trabajo?
Sí. Como es fin de semana largo hay mas gente que lo común.
Miró el papelito y palideció, se colocó más blanca que servilleta nueva.

No se alarme, haga lo que dice el papel.
Trató de hacer un movimiento con la mano... ¡señorita, no haga leseras, estamos armados!. Usted tiene una hija, no sea tonta, el día anterior la vimos con la niña.

Se puso más blanca y empezó a entregar los billetes, y yo metiéndolos en el maletín, cuando terminó le dije:

Dos minutos antes de avisar, no sería bueno le ocurra algo. Mecánicamente me saqué un guante, quedó botado.

En la calle, esperaba el auto, abro la puerta con la mano sin guante. Cuando íbamos en la esquina sentimos la alarma.

¿Ve compita?, Abrí la puerta del auto con la mano sin guante, cambiamos de auto, el que usamos lo robamos un día antes, cuando la policía lo encontró descubrieron la huella de un dedo, solo un dedo y acá estoy, preso con usted y todo por perder el guante”.




 
lagunita,11.10.2005
TU GUANTE GRIS

Me cruzaste la cara con tu guante gris, me pareció ligero tu gesto me pareció, salido del infierno, sentí tu alma caliente, cautiva de placer, al llevar tu mano sobre mi pelo sentí tu voluntad, tu agresión, después bajaste la pendiente y dejaste
que mi mente divagara sobre las ausencias que dejabas,
mire como te perdías a lo lejos
como tu corazón de piedra, marchaba sin quebrarse, sin caer
desde tu sangre, y me sentí herida, maltratada, aturdida
sin saber que rumbo tomar, ni que decir
quiero encontrar palabras,
quiero comprender tu gesto, te juro tuve la intención
a pleno corazón dispuesta, para el momento del enfrentamiento
visual, pero desde lejos tu osadía fue brutal,
desde allí me pedías, tu guante olvidado.
 
lagunita,11.10.2005
TU GUANTE GRIS

Me cruzaste la cara con tu guante gris, me pareció ligero tu gesto, me pareció salido del infierno, sentí tu alma caliente cautiva de placer, al llevar tu mano sobre mi pelo sentí tu voluntad desafiante, tu agresión, después bajaste la pendiente y dejaste
que mi mente divagara sobre las ausencias que dejabas,
mire como te perdías a lo lejos
como tu corazón de piedra, marchaba sin quebrarse, sin caer, sin agitarte, libre de amenazas
desde tu sangre, y me sentí herida, maltratada, aturdida
sin saber que rumbo tomar, ni que decir
quiero encontrar palabras,
quiero comprender tu gesto, te juro tuve la intención
a pleno corazón dispuesta, para el momento del enfrentamiento
visual,carnal, pero desde lejos tu osadía fue brutal,
desde allí me pedías, tu guante olvidado.


María del Rosario Alessandrini
 
lagunita,11.10.2005
mil disculpas, pero va el segundo.
 
EL_RETO_GANADORES,12.10.2005
bMañana 13 de octubre expira el plazo para presentar textos. Las modalidades del VOTO (14-15de octubre) las encuentran también en el usuario VotaReto .
Es una nueva modalidad que beneficiará a todos./b

1 Se vota en VotaReto en PRIVADO
2 se vota sólo en la categoría en la cual se participó
3 La seriedad del voto está garantizada por la asistencia de un cuentero voluntario
4 Precisar para qué categoría se vota
5 Ej VOTO PORXXXX PROSA
VOTO ppor XXXXX haiku

 
VotaReto,14.10.2005
Hoy y mañana 14 y 15 de octubre se vota (en VotaReto) para los retos. Las modalidades del VOTO las encuentran también en el usuario VotaReto .
Es una nueva modalidad que beneficiará a todos.

1 Se vota en VotaReto en PRIVADO
2 se vota sólo en la categoría en la cual se participó
3 La seriedad del voto está garantizada por la asistencia de un cuentero voluntario
4 Precisar para qué categoría se vota
5 Ej VOTO PORXXXX PROSA
VOTO ppor XXXXX haiku
VOTO POR.......
 
VotaReto,15.10.2005
Este es el resultado de las 4 categorías de RETO 1

Poesía: Ganadora: amayrany 4 votos
Vicegandores:guerrera y espartako

Prosa: Ganador kanenas 4 votos

Ensayo: el rango ganador de considera desierto

Haiku: Ganadora Selkis 4 votos
Viceganadoras:margarita Zamudio y gmmagdalena
 
VotaReto,15.10.2005
El texto delnuevo reto 2 se hará conocer a la brevedad.

Felicito a los ganadores y a todos en general por la seriedad de la voración y la calidad de los textos presentados
 
jorval,15.10.2005
Felicitaciones a los ganadores y viceganadores. No me gustó este sistema de votación secreta, ojalá que volvamos al antiguo y tradicional método.
 
theonlyerath,16.10.2005
Me gusta mas esta manera de votar. Por fin ganan escritores diferentes. Felicitaciones a los que ganaron y a los que no tambien.
 
Ignacia,16.10.2005

Felicitaciones a los ganadores y también a los organizadores, el cambio en la modalidad del voto, me pareció excelente.
 
espartako,16.10.2005
Un abrazo a todos
 
tu_risa,16.10.2005
Felicidades a los ganadores, me gustó también este nuevo sistema de votación.
 
lagunita,16.10.2005
Felicidades a todos los ganadores, el cambio en la modalidad del voto, me parecio escelente.
 
lagunita,16.10.2005
El cambio en la modalidad me parecio excelente,perdon error de dedo jj
 
margarita-zamudio,16.10.2005
Repito mi enhorabuena a los ganadores.
 
Selkis,16.10.2005
Gracias y enhorabuena a los ganadores. A mí también me gusta el nuevo sistema, se nota que ahora los votos son más variados.
 
jaenbota,16.10.2005
Felicitaciones a los ganadores.

Me parece mejor este sistema de votación, es más imparcial, aunque se podría publicar al final el resultado completo, por si alguno tiene curiosidad.
 
curiche,16.10.2005
felicitaciones a los ganadores, interesante forma de votar
 
amayrany,16.10.2005
felicidades ganadores y demás participantes, un abrazo.
 
NeweN,17.10.2005
Felicidades Amayrany y a l@s ganadores.
Felicitaciones también a Ninive por reeditar con tanto éxito el Reto. Había sed por escribir.
 



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