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Despertar.

La carretera que une la ciudad Cañete con Purén es de tierra. La dirección de Vialidad hace poco ha pasado máquinas emparejando y colocando la capa de estabilizado, por lo que está transitable. El bus avanza bordeando el lago Lanalhue. El lado derecho, el que bordea la playa lacustre es abundante en grandes casas de madera, de antigua arquitectura Suiza, a la izquierda, viviendas de arquitectura mapuche, es decir, casas construidas con maderas que sobraron luego de vender lo mejor, en muchas se cuela el viento por tanta rendija a la vista. Ellos, alguna vez fueron dueños de esas tierras fértiles, las que les fueron arrebatadas, primero por los conquistadores y luego por el “Ejército de Chile” para entregarlas a colonos europeos.

La micro debe cruzar la cordillera de Nahuelbuta para caer en Purén, la noche anterior había llovido. Cuando inició su recorrido en Cañete salió llena de pasajeros y bultos, entre los viajeros abundan los de rostro con rasgos asiáticos, ponchos de gruesa lana de oveja. El calor que hay en el interior del vehículo hace que de cada manta ascienda vapor que llena el ambiente. En cada parada, alguien baja y algún nuevo pasajero sube, la mayoría son hombres y mujeres que hablan una mezcla de castellano y mapuche. Ellas con vestido negro, blusa blanca y piezas de platería típica con las que adornan sus cabezas y pecho.

Quienes descienden descargan los víveres y otras faltas que le han de durar un largo periodo de tiempo; los que suben, lo hacen con sus productos que llevan para vender en la ciudad y regresar cargados tal como lo han hecho quienes les antecedieron. El calor en el vehículo es agobiante y se incrementa porque en cada parada, sube más gente de la que baja. En el bus pareciera que no cupieran más pasajeros, pero el auxiliar tiene la habilidad de hacer espacio, para todos.

Es época de término de primavera e inicio del verano, a ambos lados de la huella amarillean los aromos, más algún peral o manzano muestra sus pétalos entre blancos y rosados.

En la parte más alta del cerro, se pincha un neumático del bus, la habilidad del conductor previene el accidente, logra frenar el vehículo y hace bajar, nadie debe quedar en el interior para proceder al cambio de rueda; chofer y auxiliar trabajan arduamente, varios pasajeros se ofrecen a ayudar en la tarea de poner el repuesto y seguir viaje no atrasando demasiado, ya que al final del recorrido, luego de una hora de descanso, regresarán.

Caminaré un poco, me trae cansado el calor, esto demorará una media hora, nunca menos, alcanzo a regresar sin problemas, como no conozco demasiado por acá, me ayudará, nunca se sabe por donde andaré mañana.

Todo el monte es verde, desde los árboles bajan agradables aromas, pino y eucalipto, boldo y avellano, de las plantas que crecen a ras de tierra suben otros aromas no menos agradables.

Mire, las lamienes llaman a sus hijos. ¡Hueñe no te vay lejos! Igualito que la Sonia cuando sale a buscar al Sergio. En este lado varios peñis meando, voy a Caminar un poco más y me devuelvo, veré si alcanzo la parte más alta, por esta huella llego a la cima. ¡Conchemimadre! Alguien hizo este hoyo y lo dejó tapado, ¿trampa para quien será? Es profundo, tiene más de dos metros de altura, ¡Chucha no me fijé en esta weá!

Claro cuando caminaba cerro arriba, no se percató, al dar un paso en falso cayendo en un hoyo profundo, el piso es suave, no se hiere, levanta su cuerpo, iza su mano y no alcanza a la superficie. La excavación pareciera haber sido hecha con prolijidad de artesano, los cuatro muros son lisos, no ve saliente alguna por donde subir. Alza su brazo lo más arriba que puede y salta, no hay caso, por mayor que sea el esfuerzo no logra alcanzar el borde superior. Grita, espera, no llega nadie a socorrerlo. Suena la bocina del micro, el conductor llama a los pasajeros para seguir viaje, escucha como es puesto en marcha el motor, grita más fuerte, espera y nadie acude en su auxilio. Las sombras de la tarde comienzan a enseñorearse del paisaje. El bus se marcha, oye claramente que sigue viaje dejándolo en la trampa que se metió, sigue aumentando la sombra, ve que se iniciará el anochecer, se desespera, grita, espera, ningún alma se apiada de la suya, medita en lo que será pasar la noche en ese hoyo en el que no cabe sentado, tendrá que permanecer de pie, dormir parado; recuerda muchos relatos de detenidos que fueron obligados a pasar de pie durante días, se siente como ellos, en los días de tortura.

¿Quién me mandó a alejarme tanto de la carretera? Esto se pone feo, demasiado feo, luego anochecerá y la noche será larga, no hace demasiado frío pero el amanecer será muy helado ¡Con tal que no se ponga a llover!…

Sumido en la desesperación se sienta sobre sus talones, se agarra la cabeza a dos manos. Grita y espera, nadie acude en su ayuda, la casa más cercana está a unos 200 metros así que difícil le escuchen sus gritos, sólo si alguien anduviese a la búsqueda de algún animal. Un viento suave mueve las ramas de los árboles, desde los eucaliptos caen coquitos y hojas, de los pinos, agujillas. Busca en su ropa, en un bolsillo encuentra una caja de fósforos.

Si caen más ramas y hojas, quizá pueda hacer una pequeña fogata para calentarme si no llega nadie y me saca de este hoyo maricón

Busca en el suelo, encuentra pequeñas ramas, de otro bolsillo saca papeles, arruga algunos y espera a que el viento le traiga más ramas secas para encender un fuego que le permita entibiarse.
Sus pensamientos viajan de un lugar a otro en el tiempo y en el espacio, vuela como la torcaza que pasó sobre su cabeza; piensa en la gente que le espera.

No se preocuparán demasiado ya que es común perder un bus.

Recuerda su lejana niñez, piensa en aquellas ocasiones que debió caminar en la noche santiaguina a la búsqueda de algo más de vida para su padre, noches de visita a cada farmacia abierta. Su juventud, el matrimonio y la dolorosa separación. El golpe de estado, la persecución a que ha sido sometido, el rostro de sus camaradas desaparecidos. Es sacado violentamente de su ensimismamiento cuando desde lo alto cae un trozo de madera, que le roza una pierna, mira hacia arriba, grita, nadie responde.

Debe haber sido el viento que quebró la rama de algún árbol y cayó acá. Me servirá para la fogata ya que está seco, ojalá caiga otra.

Cae otro madero y otro más, uno le golpea un hombro, vuelve a gritar, nadie llega, piensa que alguien le juega una macabra broma. Un par de minutos de calma y caen más, golpean su cuerpo, esconde la cabeza, la cubre con los brazos, viene una lluvia de ramas gruesas, no hay lugar del cuerpo que no reciba golpes. Mira hacia abajo, el suelo se ha cubierto de ramas, de alguna manera se siente aliviado ya que se acorta la distancia entre el fondo y la superficie.

Se para sobre las ramas que han cubierto el piso, levanta el brazo y no logra alcanzar la altura necesaria, cae una nueva avalancha de palos. El pozo se va llenando lentamente. Quiere pero no puede levantarse, es mucho el dolor, y el temor es grande, se siente inmovilizado, anclado al suelo. Llueven nuevos golpes, uno tras otro y sigue, no hay reposo, no le permiten pararse, siente dolor en todo el cuerpo. En la misma medida que se caen leños, crece su desesperación. La altura de la leña llega a sus rodillas; lucha por levantarse pero no lo logra. Pareciera que se ha detenido el atardecer, grita, nadie le escucha, ninguna persona se aparece, siguen lloviendo golpes. Tiene la sensación de que en vez de ramas son paladas de tierra las que le caen, se mira, no ve heridas en su cuerpo, es como si el bosque le quisiera sepultar, cada leño le trae un recuerdo de esos que le enmierdan el alma, esos que duelen, a ratos se va, pierde la conciencia, solo siente que un golpe sucede a otro y otro más.

Despierta, vuelve a sus meditaciones, a sus instantes más malos. La carta que le anuncia la pérdida del primer hijo, por exceso de trabajo dice, cosa que no es cierta sino que ha sido un aborto provocado. Se adelanta un par de años, ahora ve el charco de sangre y esa pequeña cosita latiendo, es el segundo hijo ido antes de nacer también por aborto. Busca en su mente buenos recuerdos, ve los ojos de sus dos hijos que juegan en una calle, ríen, se ven felices, sonríe a pesar de los golpes. Intenta encontrar otros instantes, ve la perdida de su inocencia en el cerro Santa Lucía, pero, la opaca el aborto y su pensar le lleva nuevamente a la capital, recorre las calles de Santiago en el auto de la policía, cuando lo llevan detenido, pensando en poner su vida en orden ya qué no cree que saldrá vivo de allí.

La lluvia de golpes disminuye, son ellos los que le hacen entibiar el cuerpo, el mismo que la inmovilidad enfría, pero la calma es sólo un minuto, luego, caen más y más. Se encoge llama a su madre, está casi en posición fetal, solloza, sólo ve a su madre sintiéndose niño, quien más que ella podrá sacarlo, abre sus ojos, no es el niño que soñaba, es adulto. Retornan sus fantasmas, se le aparecen como los ojos de su novia, cuando le cuenta de las torturas, de la violación. Caen más cosas sobre sí, a un golpe se sucede otro y otro más.

Mira al cielo, aún es día claro, la profundidad de la fosa ha disminuido, pero, su cuerpo está rodeado por ramas, aprisionado, nota como se va cubriendo entero, no puede subir, los maderos le aprisionan todo el cuerpo, cuestión que no le da posibilidad de moverse, se siente atado.
Percibe los aromas del cerro, eucalipto, pino y boldo, huele selva, huele la humedad y bosque. No hay lugar de sí que no esté cubierto, los maderos le llegan al cuello y sigue cayendo madera, siente oscurecer cuando la última rama lo tapa, poco a poco se oscurece, sólo escucha los golpes de la leña cayendo sobre su cabeza. No hay luz, salvo algunos rayos luminosos que entran por los espacios que dejan los pequeños troncos, que le dice que aún es día, se comienza a ahogar, su respiración es mala está sepultado por la masa de maderos.

No puede ser, algo debo hacer antes que esto me mate, me asfixie, la materia inerte no me ha de ganar.

Concentra su pensamiento en buscar la forma de salir del pozo. Respira profundo, piensa, acumula fuerza, descansa, piensa, no siente caer nada, su pensamiento puede ser armonioso. Tensa el cuerpo, endurece la musculatura, da un envión que le produce dolor físico con el esfuerzo, descansa. Otro intento, sus pies escalan, sus manos se levantan, de su boca sale un gran grito, su cabeza logra romper la prisión de madera, la saca al aire, sus pies escarban y suben, saca la mitad del cuerpo y... Finalmente sale de su cárcel de tierra y ramas.

Escapa del pozo, camina y se sienta afirmando su espalda en el tronco de un grueso eucalipto, respira y respira, quiere tragar todo el aire en una sola inspiración. Finalmente descansa, lo ha logrado.
Siente el sonido de una chicharra, mira en derredor, gira su cabeza en trescientos sesenta grados, abre los ojos. Su despertador anuncia que el día nuevo ha llegado.

Curiche, Agosto 2006

Texto agregado el 18-08-2006, y leído por 756 visitantes. (38 votos)


Lectores Opinan
19-09-2006 me parecio bastante bueno mis 5 * solitario49
18-09-2006 Llevas de la mano al lector en una travesia de campos lejanos (por lo menos para mi) en una realidad que quema, que arde. 5* regina_mojadita
10-09-2006 Bueno te confieso que lo lei con tiempo y despacio, asi que te puedo decir que lo encontre interesante, tu presonaje tubo tiempo para meditar muchas cosas en aquella trampa, y conforme leia, me angustiaba por el porque, en aquella trampa, pero me sorprendi mucho cuando al final todo resulto en una pesadilla de el...uffff! que bueno para el me dije. Curiche...que decir si ya sabes lo bueno que eres para narrar historias. mis estrellas para ti. gfdsa
07-09-2006 Sólo puedo decir que excelente como todo lo que escribes. Estar en ese hoyo, creo que lejos es lo peor que a uno le podría pasar.***** Besos Victoria. 6236013
05-09-2006 He recorrido esos caminos de la cordillera de Nahuelbuta, entre Contulmo y Cañete, Purén, Victoria. La narración sumerge tanto en la odisea misma del accidente como en las reflexiones y desesperaciones del protagonista. Se siente el bosque y sus peligros, como los pudo hacer sentir Jack London, pero también se sienten los peligros de vivir en un país llamado Chile, en sus bosques o en sus ciudades. ¿Criollismo, Benhur? Na`qué ver¡¡ Pura literatura escrita con sangre y vida¡¡¡***** kucho
04-09-2006 Te felicito por poder expresarte de esta manera, me es dificil imaginar que yo pueda escribir un texto tan largo con esa calidad, igual un dia despierto y veo que tengo un cuento publicado de 30 paginas...no eso seria, eso, un sueño+++++saludos antoniana
03-09-2006 Curiche, tu relato es emocionante y didáctico, porque nos deja una lección: si caes en el hoyo, intenta salir hasta qe lo logres. ***** Hilmar
02-09-2006 Que dificil es estar en el hoyoy querer salir y no poder solo el que haya pasado lo entenderá.. mis felicitacines por esta narrativa... mis +++++ romantica_6
01-09-2006 Veo que usted es soberbio y experto escribidor de la áreas rurales de nuestro país cuyo símil lo entronca con el viejo Mariano Latorre que dicen que fue padre del criollismo. O sea que usted refleja así no más, como si nada, su profundo amor por Chile, el conocimiento de su geografía, sus hombres, su idiosincrasia, su lenguaje, matizando con habilidad de avezado, la descripción de la naturaleza contradictoria y rica en matices étnicos, lingüísticos y sociales del país que por ventura buena o mala le toco vivir. Usted sin importar el lugar en el que hubiere nacido habría sido un patriota. Pero puesto que lo suyo no es puro criollismo, en el sentido épico de la raza y sus parafernalias nacionalistas, adiciona a su relato metáforas que más tienen que ver con lo existencial. Si no dígame usted si al fin de cuentas este país no hecho más que salir de ese hoyo molido a palos y todavía le duelen todos los apaleos pero a Dios gracias “”aún respira y respira quiere tragar todo el aire en una sola inspiración”. BenHur
01-09-2006 Lo leí hace rato y mi quedé parado. Como dolorido y exhausto. Pero también noté una tenue sonrisa en mis labios. Percibí fuerza, lucha, ansia, ilusión, esperanza. Todabía persiste el olor de los cuerpos y lo ponchos de las gentes de Chile. Y respiro el aroma del campo y floresta de tu pueblo. Me queda un sabor agridulce. Agrio, porque todabía me aplastan los troncos de leña. Dulce, proque el despertador me devuelve la respiración y me concede anhelos de vida. Amigo Juan Manuel, como siempre, un gran placer leerte. noguera
30-08-2006 Me tomó desde la primera línea y fuí sufriendo las desventuras del protagonista, sus estremecedores recuerdos del pasado, sus dolores físicos y su desesperación, hasta desembocar en un final inesperado; pero feliz. Genial. ***** alonso100
30-08-2006 Un texto genial, pensé de todo y viví la angustia del protagonista, el final es genial, es como sacarse un enorme peso de encima. Genialmente narrado. Besos y estrellas. Magda gmmagdalena
30-08-2006 amigo!!!!, realmente sentí la desesperación producida por la opresión y el encierro, al final el sudor frío del despertar, no sé si fué tu intención el representar una metáfora de un violento nacimiento -como todos lo son- en ésa matriz natural con olor a naturaleza y a tierra mojada... un abrazo --VinCHo--
29-08-2006 Bellas descripciones y terrible pesadilla... Muy conseguido. 5* Sophie
29-08-2006 gordo sopla pete ya estas para el asilo vejete. afloojale a los postres y los embutidos colombianos. que bonito lo suyo, lo voy a recomendar a mis amigos de ganimedes la proxima vez que busquen a un abuelito chapa para para aplicarle todo el rigor de la zonda. asi se dice aca un bien se paga con uno mejor- lo amo abuelito. viejo, trolo. te gusta robalo de sabato no¿ elreydelosbonetes
29-08-2006 Es un relato tan rico de locaciones, de detalles, se siente que te elevaste haciéndolo, tiene mucho de surrealismo poético, juegas muy bien lo tangible de lo invisible, es un texto totalmente sensorial,********* Mi_Playa
28-08-2006 me encanta, es super sensorial, completo en olores, sonidos, imàgenes. Casi se puede sentir la tierra mojada en la nariz, la lengua y la piel. ****** celiaalviarez
28-08-2006 Muy bueno, como siempre. Por mas hondo que este el pozo, hay que mantener la esperanza de salir de el, luchar ... y rezar. Son mas profundos los pozos emocionales que tenemos, que aquellos fisicos donde caemos, mas dificil de salir, pero no imposible, si pides ayuda, habra una mano que se estire hacia la tuya y te saque de ahi. Al menos yo tengo fe en eso y muchas otras cosas, mi actitud hace la diferencia entre lo que puedo y no hacer, y por hacer es mucho .. lo que no haria, es por que estaria muerta ••••• esme_ralda
27-08-2006 vaya texto!!!! me quedo muda en comentarios amigo mio. felicidades! Soy_Naixem
26-08-2006 excelente relato, lleno de matices y giros, llenos de detalles. olores y sensaciones, letras que mezclan recuerdos inventados o sueños olvidados...me gusto mucho especialmente el final. un abrazo. kuthelia
26-08-2006 Santo cielo!!!! estaba tan metida en el cuento que ni me fijé en la hora!!! Ya amaneció? Que buena narración, los detalles, las descripciones tan ricas. Realmente me he quedado prendada de este cuento, hasta he sentido el aroma de la madera..... de las dos casas, la rica y la pobre, imagino el fogón en la casa pobre, tratando de calentar el helado viento que se cuewla entre las rendijas. Brrrr....pero no se, me han dado ganas de estar alli, en la casa pobre. En cuanto al suceso del sueño, está tan bien descrito que en un momento me llegó a causar desesperación. ***** munda
26-08-2006 que pesadilla!!!...algo que me gusta es lo descriptivo que eres, la parte del inicio donde detallas las costumbres del lugar, me gusta eso siempre observas a la gente, no la de la ciudad sino la gente que vive en el campo, sus costumbres, su estilo de vestir, otro aspecto que me encanto es como logras penetrar en la psicología del personaje, sus temores, sus decepciones y esa lucha por seguir siempre adelante a pesar de los obstaculos, felicidades Juan...es un buen relato panthera
25-08-2006 Ufff, me encató lleno de historia y naturaleza. Triste pesadilla que creo deben tener muchos compatriotas que vivieron esos difíciles años. violinyalma
25-08-2006 Un precioso relato rodeado de naturaleza salvaje que de pronto se convierte en una trampa mortal. Realmente una pesadilla de la que no despertar podría resultar fatal. excelente!!!***** josef
25-08-2006 ¡Despertar! ¡Dios mío! Despertar de la pesadilla de muerte es siempre la esperanza, hecha grito, en la lucha por la libertad. Y siempre amanece, Curiche, siempre amanece, por muchos palos que nos lluevan, siempre...Y el cielo también se llena de estrellas, y el campo de flores. La primavera del pueblo siempre llega con los primeros brotes de hombres libres ¡Hermoso "Despertar" has escrito! maravillas
24-08-2006 excelente escrito... mescla de ilusión, desconsuelo, desesperación, agonía, desesperanza, lucha... Felicidades velo
24-08-2006 ufa! Linda su narración, creo que lo leere más... interesante la forma de narrar: le dejo una frasesilla de Hölderlin "somos dioses cuando soñamos, mendigos cuando estamos despiertos". madrobyo
24-08-2006 Muy bueno, me pase muchas películas mientras leía. Una buena narración excelente imagen y un final sorprendente e inimaginable. Se merece un millar de estrella*5 terref
24-08-2006 Qué maravilloso. Capto que sabes salir muy eficientemente de los hoyos. 5* OrgiaDeAngelesConTrompeta< /a>
24-08-2006 Muy interesante relato, al final este hombre solo estaba soñando, no esperaba ese final*****Buen trabajo Curiche gfdsa
22-08-2006 Perdon. Se nota un gran avance... Alberto45
22-08-2006 Se no un gran avance en el uso del lenguaje es una narrativa con suspenso y muy bien expresada en los tiempos y el final imprevisto como a mi me gusta Bien hecho 5* Alberto45
21-08-2006 Hey chico, ya saliste de ese hueco, que bueno . Ahora a los otros huecos que te estan esperando. Veo que tienes un poema calentito. Yo tengo dos pero alli te van 5 ^^^^^ VenusFeroMonica
21-08-2006 vamos que para repetirme prefiero solo dejarte las extrellas y un magnifico!!... un susurro* susurros
21-08-2006 Muy bien narrado, entretenido, atrapante me encanto****** lagunita
20-08-2006 Uf! Agobiante... Si es verdad que nuestros sueños expresan la realización de un deseo insatisfecho me pregunto qué hay detrás de este soñante escapando del infierno. ¡¡Te felicito, Juan Manuel!! No me alcanzan las estrellas ***** ***** ***** ***** ***** ***** ****** ***** ***** vacarey
19-08-2006 Amigo que buen relato!, la prosa es excelente, vas atrapando al lector lìnea a lìnea hasta que es uno mismo el que està siendo sepultado en ese hoyo. El final es de lo mejor. Saludos. tigrilla
19-08-2006 Amigo que buen relato!, la prosa es excelente, vas atrapando al lector lìnea a lìnea hasta que es uno mismo el que està siendo sepultado en ese hoyo. El final es de lo mejor. Saludos. tigrilla
19-08-2006 En lo literario ¿ qué más podría agregar a lo expresado por Pilef y Sorgalim ?, excelentes análisis con los que concuerdo en su totalidad, sin dejar de agregar que la excelencia narrativa me ha emocionado. La descripción del lugar, la zona, el viaje, el personaje, con riqueza de detalles, ameno, ágil, se involucra plenamente el lector, el final, una vez más inesperado. La vivencia, por horas en la angustia de una situación además de insostenible retrata la condición tan humana de la sobrevivencia, los gritos que nadie escucha y el recorrido mental por los hechos vividos, recuerdos, la imágen de la madre, a quién siempre buscamos y llamamos en los momentos límites, la dictadura y sus laceraciones, un amado proyecto de vida frustrado. El veloz recorrido de la vida de ida y vuelta, que se presenta espontánea y dolorosamente en los momentos límites, como en una agonía, muy bien logrado. Mis felicitaciones, en la narración misma un crecimiento espectacular. Mis cinco estrellas y mi admiración. Ignacia
18-08-2006 Buen final y como dice SorGalim, tiene esta narrativa, varios significados, según distintos puntos de vista, tiene la magia de una interpretación por cada lector. Has escrito en esta oportunidad Juan Manuel, bordando cada palabra y cada acción de los personajes, como amerita al gran escritor que eres. Las descripciones, permiten situarse en el centro de la historia y las imágenes, tan detalladas y claras que permiten sentir los aromas del lugar en que se desarrolla la acción. Felicitaciones y todas mis estrellas para ti. Un beso. Pilef
18-08-2006 Dentro de mi escala de evaluación, le coloco a este texto la más alta calificación. Conforma un excelente trabajo a nivel formal: bien expresado, bien llevado, buen uso del lenguaje, como en los anteriores cuentos de Curiche. Sin embargo, he de resaltar que un nuevo o renovado elemento ha venido adquiriendo relevancia paulatinamente en su narrativa y en esta hermosa entrega, podemos observar como la técnica del psicologismo revela, de crasa manera el mundo interior del protagonista, su expectativa, su temor, su desespero, su aguante y su lucha por salir de hoyo. Este relato adquiere un nivel de categorización más elevado porque entra en el plano de la narrativa existencialista, de pragmatismo simbólico, donde caer el hoyo representa las caídas del ser humano y las ramas significan los golpes que la cotidianidad propina. Pero, lo más impactante de todo tal vez radique en el hecho de que esta perspectiva existencialista hace una ruptura, con la visión pesimista que proyecta tal corriente, en el sentido de que el optimismo cobra fuerza porque el protagonista demuestra su entereza y habilidades logrando salir del hoyo. Finalmente el mensaje subliminal que se capta podría ser: la derrota jamás debe ser aceptada, hay que luchar y vencer… hay que salir del hoyo y seguir caminando porque la vida sigue continúa y hemos de seguirla viviendo… Sólo dejo mi punto de vista, además de felicitaciones y besos para Juan Manuel ***** SorGalim
18-08-2006 Excelente relato. Bellas descripciones;"amarillean los aromos" nos hacen compartir el paisaje e incluso los aromas de los cerros y el bosque. El silencio al encontrarse prisionero, también de sus amargos recuerdos y el final que llega con la aurora. Qué nos importa ahora la causa de todo esto, si hemos vivido las mismas penurias que el protagonista y ahora suspiramos aliviados, sintiendo todavía en nuestra nariz el aroma del viejo eucaliptus. Genial don Curiche. castillo
18-08-2006 Buen relato, es mejor despertar de esa pesadilla para comenzar un nuevo día, felicitaciones me gusto esa medeja de hilo que me iba emvolviendo. Aplausos, muchos aplausos***** osgoroisto
 
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