Continúo esperándote, lo hago alucinando un motivo para que finalmente aparezcas. Junto al motivo alucino tu compañía y no me siento sola. Invento que en el próximo instante estarás conmigo, y si no en el otro o en el que viene después.
Sé que estás ocupado, que algo importante te entretiene, pero que cuando puedas vendrás. Me detengo y miro hacia atrás, pasaron ya diez días, cada vez falta menos para verte. Ni pregunto porqué, eso no se pregunta, yo lo sé.
Rememoro el hormigueo cardíaco que se produjo en tu presencia y te revivo, entonces te tengo mientras espero. Un pensamiento me hace sombra, recién pensé que quizá cuando realmente estés aquí, no seas vos… pero realmente no existe.