Se creía el hombre más superdotado del planeta; su coeficiente intelectual era único, nadie siquiera se le aproximaba en inteligencia, capacidad crítica y creativa. El día que falleció le hicieron la necropsia. Hubo mucha ansiedad por parte de los medios de comunicación, ya que querían saber el peso exacto del cerebro, se creía que pesaba mucho más de lo que pesa un cerebro comunicorriente. Por ser un cerebro extraordinario, lo acondicionarían y enviarían cuando esté listo a un museo. Al examinar su cerebro y pesarlo, con mucha sorpresa encontraron que pesaba menos que cualquier cerebro humano, tampoco había evidencia de materia gris, sino amarilla y fétida. El pito perdido en un matorral de vello púbico.