El circulo solar se alzaba en lo mas alto, deslumbrante y abrasador, una suave brisa de poniente refrescaba la orilla. Era mediado de semana y bien entrado septiembre, la playa de la Victoria ya no estaba tan bulliciosa como en agosto, era más fácil encontrar hueco en la arena húmeda y no sortear continuamente a los turistas de interior q enrojecían su piel tumbados en sus toallas casi sin moverse durante largas horas de calor. Frisaban las tres de la tarde cuando Javier y su hermano Coke pisaban la ardiente arena corriendo dirección a la orilla.

¡ Dios picha, y eso q estamos en septiembre! cuando dejará el Lorenzo de apretar tanto!- dijo Javier con una mueca d dolor y sacudiéndose los pies ya en arena fresca- Eso sí, las niñas q no dejen de ponerse esos bikinis tan escasos de prenda, ¡vaya culito q tiene esa morenaza!- añadió frotándose las manos, refiriéndose a una joven de unos treinta años q paseaba con los pies dentro del agua.
Joder picha! Pero si tiene toda la cara de la Uchi, desde luego quillo q tienes buen estómago.- Le increpó su hermano exagerando con cierto tono alterado.
Bueno pero eso se arregla con una luz tenue o una buena almohada- respondió Javier riéndose de su propia contestación, Coke le devolvió sonriente la carcajada.

La suaves olas q provenían del vasto ponto invitaban a los playistas a tomar refrescantes baños, la bajamar aún no se había completado cuando ambos decidieron aceptar la invitación. Se acercaron, paseando placidamente, a la orilla mostrando sus broncíneos cuerpos. Vestían juveniles bañadores, Coke no superaba los treinta años de edad, su delgadez no mostraba signos de flaqueza, parecía saludable, de poblado cabello castaño y ojos oscuros, su estatura cumplía el perfil español, un metro setenta y cinco. Javier de complexión mas fuerte y vientre endurecido por largas sesiones de gimnasio, era escasamente menos alto q su hermano pequeño, frisaba los treinta y seis, de rubicundos rizos y ojos azules q angelizaban su rostro.

¡Mira esa Coke, no me digas q no es un bomboncito!- exclamó excitado hundiendo su mirada en una adolescente tumbada bocabajo sobre una esponjosa toalla - dios picha está para desayunársela con ese tanguita.- volvió a frotarse las manos-
Javi joder!! Si es una cría, tío! podrían denunciarte por sólo mirarla- volvió a quejarse su hermano.- Además picha, si tiene novio.
Venga cojones no exageres, no debe ser tan cría cuando se pone esa ropita de baño, no m digas q tú no t la comerías- le interrumpió molesto sin dejar de mirar a la chica.-
Q si tío, q sí. -Respondió Coke casi sin escucharle. - Venga, el último en darse el baño es un maricón.- y ambos iniciaron velozmente una carrera hacia el agua, sus piernas se clavaban en la superficie con tal fuerza q provocaban un chaparrón salado q les pinchaba los ojos. Coke fue el primero en zambullirse y con ágil nado se adentró hasta q sus pies no tocaban el fondo, detrás le seguía Javier algo agotado.
Maricón, q eres un maricón, jajá jajá- dijo Coke entre alegres carcajadas- si sigues saliendo todas las noches de copas jamás lograrás igualarme.
Dios picha, q fría está el agua-comentaba Javier mientras le alcanzaba- Quillo no se nos cortará la digestión, no?
Venga no t quejes tanto!! q si t pasa algo, aquí estoy yo pa salvarte y hacerte el boca a boca, jaja.- le respondió con burla-
Q dices picha?, si m pasa algo m llevas a la orilla para q m practique la respiración asistida la piba del tanguita, q está mas buena q tú -añadió Javier con suspicaz ironía a la vez q nadaba lentamente con la cabeza alzada sin perder de vista la orilla.

Después de nadar largo rato salieron y se sentaron sobre la húmeda arena para secarse con la brisa y deleitar sus ojos con las chicas q discurrían por la orilla. El sol continuaba su ciclo aun abrasador, la bajamar finalizó dejando al descubierto cientos de erosionadas conchas, piedras y caparazones de pequeños crustáceos.

Oye, nos vamos a poner como salmonetes, será mejor q m acerque a por la protección- dijo Coke mientras se levantaba para ir donde habían ubicado sus aparejos de playa, unos metros mas arriba.

Mientras, Javier clavó su atención en una chica q se levantó de su toalla para ir a tomar un baño, le parecía increíble el conjunto de perfectas facciones q constituían su cuerpo, alta, piel limpia y bronceada, largas piernas brillantes, pies q parecían acariciar la arena, cintura como la aguda curva de una copa de cóctel, brazos en consonancia con su melindroso cuerpo terminados en delgados dedos, vientre liso con un céntrico hoyito q seducía con solo mirarlo, senos firmes, hombros de lujuria y delicado cuello q sujetaba su lindo rostro mas parecido al de una deidad q al de una mortal. Sus dorados crines danzaban con la brisa de poniente agraciándola aún más mientras se dirigía con dulce andar a la orilla, donde el mar la esperaba impaciente por tocar con sus salados dedos tan delicada ambrosía. Él seguía sentado, absorto con aquel cuerpo q parecía cubierto de un áurea encantado, sus miradas se cruzaron por un instante, de pronto sintió q sus miembros se paralizaban, el corazón le estallaba, su respiración se entrecortaba ¿q le pasaba a su alma?¿d q le avisaba?¿quizás había un efímero mensaje en aquella mirada?¿d q gracia se intoxicó tan maravillado?...... esos ojos color miel le embrujaron. Permaneció desierto en un enjambre de sensaciones desconocidas, se sentía sólo.

Toma Javi, ponte un poco de protección picha! q pareces un giri.- Interrumpió su hermano como un huracán sobre una mota de polvo. Javier no respondía, no podía fugarse de su prisión, enredado en una tela de araña de dulce muerte .- Quillo baja de Venus!!!..........q pedaso de tía! Mira Javi!!!.- le dijo a su hermano.
Si, es impresionante -respondió por fin Javier con voz queda a la vez q se levantaba para observarla.

Se acercó al linde del agua y pensó decirle algo, en su mente buscaba la frase adecuada para llamar su atención sin q se asustara, pero no encontraba lo q necesitaba. Esperó entonces a q terminara de refrescarse, Coke se sentó de nuevo en la orilla, intuía lo q su hermano pretendía y esperaba impaciente una escena cómica como de costumbre y no intentó exhortarle de lo contrario. Javier seguía observándola con doblez, ensimismado, le parecía q esa chica destacaba en el agua como lo hace una amapola en un campo de azucenas, envidiaba a las olas q la acariciaban recorriendo todos los confines de su cuerpo, envidiaba al sol porq ella le agasajaba para q la abrazara con sus calidos brazos y éste la despachaba sin tapujos, envidiaba a la refrescante brisa q besaba su gualdo cabello. La chica salía del agua sin prisas satisfecha del baño q había tomado, la salobre agua se deslizaba lentamente por su cuerpo con rezongo como si no desease desprenderse de ella, pasó cerca de Javier dirigiéndose a la toalla, él por fin rompiendo el nudo de su garganta y controlando su jadeante respiración se decidió a preguntarle.

Oye!, tú eres de aquí?.- pensaba en lo poco original de su pregunta mientras esperaba fogoso frotándose las manos.
Perdón?.- dijo sonriente dejando asomar entre los labios una fila de níveos dientes perfectamente encajados y deslumbrantes.- Si, si, soy de La Isla.- añadió titubeante y algo nerviosa.
Pues por tu físico pareces alemana, será q tienes familiares con esa descendencia!.- dijo Javier arqueando las cejas y con tono inseguro, sin saber exactamente como encauzar la conversación y no parecer demasiado zalamero.
No, de veras, toda mi familia es de San Fernando, todos cañaíllas.- Añadió sin dejar de sonreír.
Dios!!, me parece increíble q una chica tan guapa como tú sea gaditana, ¿en tu pueblo hay muchas como tú?.- preguntó con chanza y gesto sonriente sin dejar de frotarse las manos.