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Los diablos
Pienso en ella como no lo debiera hacer, es una mujer de irracionalidad superflua, loca y vengativa. Ella me destroza y a la misma vez complace mi libido animal que pocas veces se acalla y el cual se apretuja instintivamente por la fuerza opresora que ocasiona últimamente la cultura en mí. Yo no pertenezco a este tiempo, me encuentro encerrado en un desierto confuso y misterioso que atropella mi escuálida figura. No quiero pertenecer a este tiempo, la vida es corta y espero colmar esa simplicidad que es mi felicidad. Soltaré mi flácido cuerpo hacia la tranquilidad y esa mujer no me lo permite.
Cuando floto por los andenes pienso si lo que ella está haciendo es razón alguna para que habite mis pensamientos, pero no, la vida me a mostrado más de mil veces que soy un títere que se mueve como un péndulo oscilando de un punto a otro en razón de sus actos y de sus pensamientos que interactúan entre sí con mis emociones. A veces la odio, a veces pienso que no debería quererle como la quiero porque ella es una mujer agraciada pero en definitiva manipuladora, esquizoide y sensual. Cierto día le dije que la amaba, ella solo se burló de mí al decirme: yo también te amo.

¿Qué es lo que me cautiva de la mujer malcriada que les plasmo hasta aquí?... sus senos son pequeños en forma de pera y de exquisito olor virginal, su piel y su clítoris están recubiertos por terminaciones nerviosas que me aceleran el corazón cuando me unto de ellos; es ¡increíble su cuerpo!, y su pequeño ombligo que la divide en dos. Y es que ella posee la gracia de ser dos mujeres en una. Por un lado es una diva culta que postra sus nalgas en las silleterias de cuanto teatro, cine, concierto y grupo de ballet llega a la ciudad, como si un par de maricas con trajes apretaditos que dejan de manera pronunciada y visible sus genitales fueran la expresión máxima de educación. También la encantan las películas insípidas que maquinan esos del más allá donde tan solo pueden explayar lo aburridos que son esos europeitos.
Su otra faceta es la que más me gusta, es irreverentemente seductora y parsimoniosa al momento de succionar mis órganos. Su locura es locuaz lo que permite que me adentre en ella y mutile el sin razón que pulula en mí.

Hoy nos encontramos vía Internet. Como siempre nuestra conversación fluía. Mal que bien transmitíamos palabras entumidas con el mayor sin sentido para no dejar acallar la situación. Todo con ella es un sin sentido lúbrico que me llena de sentido. La conversación transcurría hacía el tormentoso placer que es hablar de sexo con ella, de un momento a otro empezamos a sentirnos calientes y las palabras así lo demostraban. Ella estaba excitándose con sus dedos desde otro país y con la otra mano trataba de oprimir unas teclas para responder en letras un quejido beneplácito de sus orgasmos. Por mi parte yo me enfurecía al no poder masturbarme frente a la gente que se encontraba también en el café Internet mas barato de la ciudad y en el que paradójicamente no hay ni una greca de tinto. Pero ahora que lo pienso mejor; hubiera bastado un poco de mi indecencia frecuente y me hubiera sacado el pene frente a todos los allí presentes iniciando el sano ejercicio de la masturbación sin espabilamiento alguno y sin cargo católico que me remordiera la conciencia. Claro está que el jueves próximo cuando me vea con ella lo haré, y no escatimaré masturbarme sino que además expulsare mi semen sobre la pantalla del computador y gritaré de placer cuando me invada la penuria del orgasmo. ¿En qué iba?.... a ya. Bueno mi sobrecalentamiento era notorio a simple vista y decidí irme directo a la ducha de mi hogar para depositar en sus cañerías el gelatinoso líquido que mi otra cabeza produce, que de por sí es de las pocas cosas que produzco como bien y con las que estoy de acuerdo que se deben explotar. ...Llegué a la ducha que se encuentra en un baño muy pequeño al fondo de la casa, y tiene un vidrio semi opaco que vislumbra la figura y el movimiento que me apresuraba hacer... me desnudé completamente y me observé al espejo, el matachín que se reflejaba me produjo un ataque de risa que se calmo a medida que iba frotando mi pene. Esta sensación me excitaba demasiado pero necesitaba que mi madrastra no escuchara el fuerte golpeteo que producía mi pelvis contra la base de mi mano, entonces decidí disimular la situación abriendo el grifo de agua que constataría que en realidad yo me estaba bañando. El agua había abandonado mi hogar desde hacía dos horas y mi madrastra preguntaba incesantemente ¿mijo que está haciendo en el baño si no hay agua? Ante tanta insistencia de mi madrastra y ante las situaciones del albur decidí mandar mis más sublimes fríos y crueles perversiones a la porra. Salí del baño con demasiado enojo y le lancé a Tatiana, mi madre putativa, una mirada de esas que matan, quien de inmediato me comentó:
La Dra. Catalina Benavides Gómez llamó a reclamar unos libros de la biblioteca que usted tiene desde hace dos meses.
Uhyf ¡Vida hijueputa!, había olvidado renovar esos libros por el Internet y en vez de haber realizado esta sencilla tarea cuando estuve en el café me puse fue a follar telepáticamente con mi loca ex - novia que de casualidad posee el mismo nombre que la Dra. Bibliotecaria. Inmediatamente salí desvariado y afanosamente me voy en mi moto para el café de 1.000 pesos la hora, y cuando estaba a punto de llegar escuche el estruendo que ocasionó el neumático roto en la llanta. ¡Vida aún más hijueputa! Porque me está pasando en una hora todo lo que no me había pasado en un año, ¡oh Jesús! ¿porque nos estamos peleando si vos y yo ni siquiera nos hablamos? Patroncito de todos los dioses déjeme en paz por favor. Pero mi amigo y némesis de Jesús no se conformó con mis desgracias....ya verán...
...Ésta mañana cuando me levanté el día estaba engalanado por la brisa que acariciaba mi rostro con sus minúsculas partículas efímeras de amor y por la oscuridad que producía las orgías acometidas por las nubes hacia el sol, quienes lo cubrían llenas de placer masoquista enmantadas por los abrazos calurosos de su único señor. Pero parece que el sol se derramo, las nubes le hicieron brotar todo su semen explayando grandes cantidades de rayos de luz que me mojaron a mí también. Era para mí muy plácido y a la vez envidiable comprender que aunque sea el sol pudo sobrellevar y terminar a cabo su orgiástico momento. La carretera sobre la que empujaba mi moto se convirtió en un infierno apocalíptico encendido por 40 grados de calor inspirador del más acérrimo sudor enloquecedor y productor de hedores en mi axila devastadoramente insoportables a la tolerancia de mi nariz. Luego de 40 minutos llegué al monta llantas que era atendido por un negro con cara de diablo que me dijo…uhy mono porque no mientras yo le bajo está llanta usted va y se baña esas axilas putrefactas allá en la alberca… yo no le respondí pero le obedecí por el bien de la comunidad en general y porque en realidad ya no me soportaba a mí mismo, me estaba asfixiando.
Luego de lavarme me fui para donde don cara de diablo que con una sonrisa lacónica estira la mano y dice: mono son tres mil barras. ¡Jesús!, mi dinero lo había perdido, mi billetera no aparecía, ésta reposaba en el café Internet. ¿maldito Jesús por qué me haces todo esto?, ¿acaso no he sido siempre medio bueno?, señor mío yo te juro que yo iba a ser un sacerdote tuyo pero una siniestra mujer llamada Catalina me mostró placeres que envilecieron mi vocación, así que no es culpa mía, mejor castígala a ella. - le comentaba yo al viejo Jesús como lo hago siempre que hablo solo*-. Mientras tanto el diablo disfrazado de mecánico o el mecánico disfrazado de diablo, vaya usted a saber, me miraba con cierto temor y señalo mi imitación de Rolex de 10.000 mil pesos que se veía como marrano en ombliguera en su oscura muñeca.
Prendí mi motocicleta y me dirigí de nuevo al café Internet a recuperar mi billetera y a renovar ahora sí los libros, cuando llegué la billetera no se encontraba y todos los computadores estaban fastidiados por niños imbéciles que duran horas y horas viendo material pornográfico, me acerqué con cara de humillación a uno de ellos, mi hermanito de 8 años, y le rogué que me regalara mil devaluados pesos, los cuales me fueron arrojados al piso como cuando se le tira un pedazo de carne a un perro flaco.
Le metí un cocotazo y me apropié de su pornografía durante 5 minutos mientras recordaba a mi ex - novia y un pajazo que aún me debía. La erección que causó aquellos píxeles energéticos me hizo visualizar a la bibliotecaria y sus jodidos libros que jamás leí. Entonces me dispuse a renovarlos los libros y ¡pum!, se escuchó un estallido e inmediatamente la luz detuvo sus 300.000 kilómetros por segundo quedando el café, las calles y todo mi pueblo en tinieblas. Una lágrima de furia y un enceguecedor instinto me hizo empezar a gritar como un loco el nombre de mi ex - novia, el nombre de Jesús, el de mis padres y el de Mari sol, una amiga de mi madre. Después de mi gran momento de desesperación le propiné un puñetazo al dueño del café y salí corriendo en busca de mi motocicleta para darme a la huida. No podía creerlo, mi moto fue hurtada por un tipo con cara de diablo que aprovechando la oscuridad la encendió y se fue, según comentaban algunos testigos. A mi no me importó el hecho que el diablo me haya robado pero debo aceptar que lloré como una niña cuando percibí la desaparición de mi velocípedo. Por lo menos ese suceso me deja claro que el diablo y Jesús son grandes amigos cuando de joderme a mí se trata, - Jesús ganaste, me venciste otra vez.-
Motivado por la cercanía entre mi ex - café Internet y mi hogar me fui caminando con un hambre triste y sin un solo céntimo en el bolsillo. No recuerdo a qué horas pasó todo esto, tan solo adviene a mi memoria que cuando llegué a casa me masturbe toda la noche produciendo en mí los mejores orgasmos que he sentido en esta inefable vida de placeres y de engaños.
Al otro día cuando me levanté todo era bello, el sol y las nubes volvían a aferrarse el uno a las otras haciendo el amor hasta el atardecer, engendrando la sombra que tanto necesito para montar mi nueva bicicleta en búsqueda del Diablo.

Fin
Diablo devuélvame mi moto, la necesito...
Amor y paz Jesús.... o si no me voy con mi amigo Sidartha.
¿Y ella?

Texto agregado el 13-07-2005, y leído por 145 visitantes. (0 votos)


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