TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / simon_paterson / Aporte de sugerencias para los Cuenteros

[C:145999]

Para quienes no lo conocen, es el autor del libro de la película de Jackie Brown y otras. Es guionista de cine y, posiblemente, el mejor escritor anglosajón vivo -en mi humilde entender-. Tiene una peculiaridad: escribe muy pocas descripciones, y es el maestro del diálogo. Los diálogos definen a los personajes.
Por eso, consideré de utilidad para todos aquellos que integren esta comunidad, hacerles conocer las reglas a las que se ciñe.
Les sugiero tenerlas en cuenta a la hora de sentarse frente al ordenador.


HOOPTEDOODLE
en la concepción de Elmore Leonard

Investigando para este artículo conocí una palabra en inglés: hooptedoodle. ¿Qué significa hooptedoodle? Algo así como todo ese montón de palabrerío que se interpone en el camino de una historia, que es innecesario, que ocupa lugar y que, por lo general, debería ser eliminado en el "editing". Ustedes se preguntarán de dónde saqué esta nueva palabrita, ¿verdad? De las imperdibles.

REGLAS DE ESCRITURA DE ELMORE

(por ELMORE LEONARD)

A lo largo del camino me hice con algunas reglas que me ayudan a permanecer invisible cuando estoy escribiendo un libro, que me ayudan a mostrar más que a contar lo que está pasando en la historia. Si tienes imaginación y facilidad para la palabra, y el sonido de tu voz te satisface, la invisibilidad no es lo que estás buscando, y podrías saltearte estas reglas.

Pero aún así, deberías mantenerlas vigiladas.

1) Nunca abras un libro hablando del clima. Si es sólo para crear la atmósfera, y no para mostrar la reacción de algún personaje ante el clima, mejor que no sigas.

2) Evita los prólogos. Pueden ser irritantes, especialmente los prólogos seguidos por introduc-ciones seguidas por preámbulos. Por lo general se los encuentra en los ensayos. Pero en las novelas, un prólogo es historia, y se lo puede dejar caer adentro en donde quieras.

Hay un prólogo en el "Dulce Jueves" de Steinbeck, pero está bien porque un personaje en el libro hace comprender a qué se refiere mi regla. Él dice: "Me gusta que se hable mucho en los libros y no me gusta que nadie me diga cómo luce el tipo que está hablando. Quiero imaginarme cómo luce a partir de la forma en que habla... imaginar lo que el tipo piensa a partir de lo que dice. Me gusta que haya un poco de descripciones, pero no mucho... A veces me gusta que un libro se relaje con un racimo de hooptedodle... Tal vez que haga bailar algunas bonitas palabras, o que cante una cancioncita con el lenguaje. Eso es lindo. Pero me gustaría que estuviera aparte, así no tengo que leerlo. No quiero nada de hooptedoodle que se mezcle con la historia."

3) Nunca uses otro verbo que no sea "dijo" para llevar un diálogo. La línea de diálogo pertenece al personaje; el verbo es el autor metiendo la nariz. Pero al menos "dijo" es mucho menos invasivo que "jadeó", "advirtió" o "mintió". Una vez noté que Mary McCarthy terminaba una línea de diálogo con "ella aseveró", y tuve que parar de leer y conseguir un diccionario.

4) Nunca uses un adverbio para modificar el verbo "dijo"... él amonestó seriamente. Usar un adverbio de esta forma (o casi de cualquier forma) es un pecado mortal. El autor se está exponiendo de verdad, usando una palabra que distrae y puede interrumpir el ritmo de la charla. Tengo un personaje en una de mis novelas que cuenta cómo solía escribir romances históricos "llenos de violaciones y adverbios".

5) Mantén tus signos de exclamación bajo control. Deberías permitirte no más de dos o tres cada 100.000 palabras. Ahora, si aprendes a jugar con los signos de exclamación como lo hace Tom Wolfe, entonces sí, puedes arrojarlos de a puñados.

6) Nunca uses las expresiones "de pronto" o "se armó un lío padre". Esta regla no necesita una explicación. He notado que los escritores que usan "de pronto" tienden a ejercer un menor control en el uso de los signos de exclamación.

7) Usa los dialectos o las jergas en pequeñas cantidades. Una vez que empieces a escribir las palabras en los diálogos por fonética y a llenar las páginas con apóstrofes, ya no podrás parar.

8) Evita las descripciones detalladas de los personajes. Algo de lo que Steinbeck se cuidó mucho. En "Colinas como elefantes blancos" de Hemingway, ¿qué apariencia tienen "el americano y la chica con él"? "Ella se había quitado el sombrero y lo había puesto sobre la mesa" es la única descripción física de la historia, y aún así vemos a la pareja y los conocemos por los tonos de voz, sin un solo adverbio a la vista.

9) No caigas en grandes descripciones de lugares y cosas. A menos que seas Margaret Atwood y puedas pintar escenas con el lenguaje, o escribir paisajes con el estilo de Jim Harrison. Pero aún si eres bueno en esto, no querrías que las descripciones provoquen una pausa en la acción, en el fluir de la historia.

Y por último:

10) Trata de abandonar las partes que los lectores tienden a saltear. Piensa en lo que te salteas de una novela: gruesos párrafos de prosa, que contienen demasiadas palabras. Ahí el escritor está escribiendo, haciendo hooptedoodle, tal vez tomando otra foto del clima, o quizás se haya ido al interior de la cabeza del personaje. Y el lector o bien ya sabe lo que el tipo está pensando, o bien no le interesa. Apuesto a que, en cambio, no te salteas los diálogos.

Mi regla más importante es una que resume las diez: “Si suena como escritura, lo reescribo”.

O, dicho de otra forma, si el uso "correcto" se mete en el camino, tiene que irse. No puedo permitir que lo que aprendimos en la clase de composición quiebre el sonido y el ritmo de la narración. Es mi intento de permanecer invisible, de no distraer al lector de la historia con "escritura evidente" (Joseph Conrad dijo algo acerca de las palabras que se meten en el camino de lo que quieres decir). Si escribo en escenas y siempre desde el punto de vista de un personaje en particular -aquel cuya vista hace más vívida la escena-, puedo concentrarme en las voces de los personajes contándo-te quiénes son y cómo se sienten con lo que está pasando, y así yo me quedo bien oculto.

Lo que Steinbeck hace en "Dulce Jueves" es titular sus capítulos con una indicación, aunque algo oscura, acerca de lo que contienen. "Los Dioses vuelven locos a quienes aman" es uno, "Asqueroso miércoles" es otro. El tercer capítulo se llama "Hooptedoodle 1" y el capítulo 38, "Hoopte-doodle 2", como advertencia al lector, como si le dijera: "Aquí es donde me verás volar mi imaginación en la escritura, y nada de esto tendrá que ver con la historia. Saltéatelo si quieres".

Si tienen estas simples sugerencias en cuenta, verán qué cofre de maravillas se abrirá para ustedes, Cuenteros.

Texto agregado el 05-10-2005, y leído por 366 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
23-10-2005 en serio graciassssssssssss mariajulia8898
22-10-2005 Me has recordado la correspondencia de Chéjov "consejos a un escritor". Nunca está de más, leer las recomendaciones de quien sabe escribir y, además, están avaladas con sus obras. maravillas
07-10-2005 Gracias por compartir este aporte tan valioso.Pau . Paugi
07-10-2005 yO HARE LO MISMO GRACIAS ***** lagunita
06-10-2005 gracias ya lo pongo en mi libro,besos lagunita
Ver todos los comentarios...
 
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]