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(c) 2004 Daniel Miracolo
(c) 2004 NovemberZulu AVMS


Se levantó temprano pero sin la menor gana de levantarse del todo. Despues de todo no estaba apurada en absoluto en hacer nada mas relevante que desayunar café con tostadas y pensar seriamente en meterse de nuevo en la cama hasta pasadas largamente las 10 de la mañana. Beneficios del retiro forzoso, pensó María agradeciendole al hijo de una gran puta de Muscia que con una sonrisa le informó que el directorio del banco habia decidido incluirla en la lista de felices personas a las que el banco, magnanimo, decidió pagarles su sueldo a condicion de no volver a ocupar su escritorio por siempre jamas. Claro, sueldo congelado y exento de cualquier otro beneficio accesorio. María lo sufrió enormemente el primer año. Sentía como su orgullo de eficiencia se iba escurriendo como grasa y detergente por el gran sumidero de la vida. Relegación era tan solo una palabra que dificilmente referenciaba la compleja coleccion de broncas y frustraciones que sintió durante todo un año. Hasta que el mundo, el karma o el darma o tan solo la vida, en una de esas deslucidas presentaciones magistrales, se manifestó en toda su grandeza.
Fue la mañana en que se compró una gran copa de cristal para sumergir pimpollos de jazmin en agua y subirlos hasta su dormitorio. Ese verano empezó con un atraso formidable a la hora de parir el calor, asi es que para fin de año el termometro que debia estar inflamado en los 34º, dificilmente pasaba los 18º. Y cuando reventó el calor, su planta de jazmin en el jardin del frente de su casa reventó hinchado de flores blanco lechosas y enormes. Subía al dormitorio con la copa llena de agua donde cuatro jazmines flotaban sobre sus petalos con una cadencía de irupe. Y pensó en Muscia. Pensó en Muscia ese miercoles a las 14:49 que debía tener la bateria del celular a medio consumir, hablando por un telefono mientras repetía insensiblemente "si, señor, no señor, claro señor, desde luego señor". Pensó en el 99.98% de sus compañeros de trabajo en el banco, que la vieron salir del banco tocandose un huevo o una teta y rogando que el banco (EL BANCO) no los dejase fuera del sistema, mientras fingieron pena durante los 19 segundos que le tomó salir del banco con una estampilla en el culo rumbo al nunca mas bancario. Y miró los jazmines flotar suavemente mientras le llenaban el regazo del aroma precioso y unico que hace que los jazmines sean jazmines. Y se detuvo el universo a su alrededor. No se detuvo mucho tiempo. Tan solo una respiracion breve en medida de tiempo. Pero se detuvo.
Y le agradecio a Muscia que sin darse cuenta la habia rescatado de esa no vida del pertenecer a la nada anonima. En esa casa, era Maria, y los jazmines olian solo para ella. Muscia y los conchudos ex dolientes de su ausencia no tenian la menor oportunidad de encontrarse siquiera un choripan anonimo que oliese para ellos. Y ese dia, hizo clic. Y no jodio mas con el orgullo.
(pero me costó el culo, eh?. me costó el culo)
Se dirigió adormilada al baño. Miró brevemente hacia el ventiluz del baño y sus ojos reaccionaron fotofóbicos al resplandor dorado que venía desde el Oeste. Pero sus pensamientos se perdieron en el ruido de cascada del primer pis de la mañana. Fue largo, porque la noche anterior había salido a cenar con Rodrigo. Y Rodrigo no tenía la costumbre de abandonar la mesa sin haber trasegado un buen par de botellas de champagne demi sec. No era un buen conversador Rodrigo, dado que tenía una monotónica necesidad de declamar monologando, lo que no se traduce como una buena conversacion transferencia-contratransferencia. Pero cojia como los dioses, debía reconocer. Para su edad, sabía de que iba la cosa.
Se levantó del inodoro y oprimió el mecanismo para desagotar la taza. Se volvió, se lavó la cara y cargó una larga linea de pasta dentifrica sobre un cepillo de dientes que ya empezaba a dar muestras de ceder voluntariamente su tension al tiempo y al desgaste. A todos se nos cae la cosa, hasta a los cepillos dentales, pensó mientras limpiaba su dentadura de los rastros de la noche. Solo las estatuas mantienen las tetitas de adolescente.
Y entonces se preguntó como mierda es que el sol iluminaba desde el Oeste.
Se acercó a la claraboya del baño que daba al fondo de la casa y no se dio cuenta que se había quedado congelada con la mano sosteniendo el cepillo inerte dentro de su boca. En el medio del cielo una roseta de llamas doradas giraba sobre si misma ocupando cada vez mas el azul verdoso del cielo.
Cuando descubrió que la nube se acercaba inexorablemente hacia la tierra, la paralisis la abandonó.
No tenia por costumbre ser particularmente tragica, asi que mientras el resto de la humanidad estaría cruzando las calles medio en bolas y a los alaridos señalando el cielo, ella volvió al dormitorio, abrió la ventana doble que daba al Oeste, encendió la televisión y puso Cronica.
Se sentó en el borde de la cama destendida, observando ahora en forma mas analitica la nube iridiscente que se acercaba. Comprendió que no eran nubes, sino llamas. Lo que fuera, venía como una locomotora incendiada. Era grande, muy grande. Tremendamente grande. No necesitaba tener un master en astrofisica como para darse cuenta que eso que se acercaba era muchisimas veces mas grande que el sol y el resto de los planetas juntos. Se volvió un segundo hacia el televisor y vió las placas rojas en letras amarillas, particularmente silenciosas de Cronica TV.
"Cientificos de la NASA informan inminente colision de Tormenta de plasma proveniente de una supernova"
" LA FIN DEL MUNDO"
La imagen era erratica, cargada de parasitos de estatica electrica. María sonrió. Sin duda se les venia LA fin del mundo. Alguien, en el comprensivo apuro escribio LA en vez de El, cambiandole el sexo al fin del mundo. Para María era el mejor resumen de lo poco importante que es todo cuando esta a punto de convertirse en nada. Porque semejante dispendio espectacular de luces y fuego seguramente no iba a pasar sencillamente diciendo "Permiso, muchachos..." Se iba a llevar puesto el universo conocido y el desconocido tambien.
Asi que María, de profesión cortadora de jazmines y tomadora de café, tomó la enorme copa llena de jazmines, la acomodó en el poyo de la ventana que daba a ese enorme tren en llamas que ahora ocupaba todo el cielo visible y se sentó en el borde de la cama nuevamente. Alcanzó a notar que el suelo bajo sus pies descalzos temblaba cada vez mas fuerte. A lo lejos, los arboles empezaron a agitarse cada vez mas violentamente.
Cuando la llama demoró 11 nanosegundos en atravesar los 60 km de atmosfera terrestre, el ultimo pensamiento de María, que acariciaba lentamente la superficie de jazmines de la copa con la suave palma de su mano, fue para Muscia.
-. Gracias Muscia y la puta que te parió.


Para María Gracia.

Texto agregado el 18-08-2006, y leído por 225 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
25-08-2006 Me pasaría una vida buscando esos jazmines***** indianala
 
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