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- Estás mejor?

- Si muchas gracias... encienda el grabador...

Arregui volvió a perderse en la imagen de Ariel... el largo cabello negro desmayado sobre sus hombros, mojado todavía, la blancura extrema de su piel se iluminaba por diminutas gotas de agua que caían sobre su torso, combinación perfecta de músculos firmemente trabajados y la tersura de la seda, los labios delicados y completos arrojaban muecas de dolor, la nariz de silueta perfecta hacía de base para unas delicadas gafas de metal negro... una línea algo tupida de bello negro descendía desde el centro de su pecho hasta su ombligo redondo, como dibujado... las piernas cubiertas por el pantalón del uniforme de un oficial de turno, contenían la solidez de años de rutinas corporales, impecables pies descalzos minuciosamente cuidados...

- Que tengo?

- Perdón?

- Qué ve...? su mirada radiográfica incomoda...

- No quise...

- Profesa usted alguna religión...

- Verdaderamente no... a qué viene?

- Curiosidad…

- Te oigo…

- Nunca hubo mañana siguiente... lo esperé por el término de treinta y seis minutos... otra entrevista me aguardaba... no pensaba volver a comunicarme con el... sentía mucha vergüenza por lo sucedido... no debe mezclarse el placer con el trabajo... no se como pudo pero consiguió el número de mi teléfono particular...

- Hable...

- Víctor Mejía... mis disculpas por esta irrupción tan indiscreta... estoy mal, necesito verte...

- No creo que sea buena idea...

- Suplico verte Ariel... no quiero estar con nadie más... no quiero usar las palabras con alguien que no seas vos... aquel beso...

- Tema acabado, te pedí disculpas...

- Vos tenés que perdonarme... nunca debí accionar ese beso...

- Dónde estás...?

- En la calle... no se donde ir...

- Dónde exactamente...

- No, no lo se... caminé... y...

- Mirá a tu alrededor... que ves...?

- Tengo miedo chiquito...

- Debe haber alguna señalización...

- Está muy oscuro...

- Calmate Víctor... trata de pensar fríamente... respirá hondo... hola me oís...

- Si te oigo...

- No llores... hagamos esto... mirá a tus costados... ahora ves una calle... un camino... alguna luz...

- Hay una calle... hay luces también.

- Pensá un segundo y orientá el sentido en que caminaste...

- Si...

- Girá hacia allí... y empezá a caminar...

- Gracias...

- Contame que ves...

- El celular tiene poca batería, no te oigo bien...

- Seguí caminando... pero acelerá el paso... dónde estás...

- Listo, estoy en la manzana de mi casa...

- No llores... entrá a tu casa y esperame ahí...

- Hola...

- Esperame en tu casa... hola...

Cuando terminó de repetir ese diálogo, Ariel se encontraba en cuclillas sobre la mesa de la celda... Arregui chasqueó los dedos anular y pulgar... Ariel reaccionó como de un sueño profundo... se sentía ridículo... mareado... perdido...

- que hago acá...

- no lo se... explicame...

- perdón...

- fuiste a su encuentro...?

- y si... no podía abandonarlo en ese estado... yo no comprendo a la perfección la marcha de este mundo y mucho menos a los seres humanos... pero entendí que debía ir por el...

- los humanos...? vos sos humano...

- yo no soy como usted... ni como el resto... soy distinto... no se porque... pero siempre supe de esa diferencia... en todos ustedes está siempre dispuesta la acción del mal... una suma de sentimientos que no hablan muy bien de nuestra especie...

- el mal y el bien coexisten en todos nosotros...

- es usted demasiado inteligente para ser policía...

- preconceptos, rótulos... no hay dos humanos iguales... no toda la policía es resaca... no prejuzgues me hace daño.

- me duele mucho la cabeza...

- no probás bocado desde cuando...?

- no se...

- que querés comer...

- magdalenas... y café... caliente pero que no queme...

- ya vuelvo...

Arreguí salió más perturbado que nunca... un centenar de preguntas le estallaban en la cabeza... estaba dispuesto a todo por entender a Ariel.

- che Arreguí... que onda el angelito asesino???

- secreto de sumario Bermúdez...

- enternece el pendejo no...?

- a que viene esa boludez oficial?

- Che... no te cabriés viejo... ayer saliste de ahí igual que ahora...

- Como?

- Con cara de primavera...

- Es un pibe algo especial... temo que no está en sus sanos cabales... pedí una pericia psiquiátrica... y conseguime magdalenas y café... caliente pero no mucho...

- Y alguna revista... un pijamita de seda... y pantuflas de osito...

- Es una orden Bermúdez


- Si señor...



bermudez entendío que Arregui, hablaba muy en serio. En veintiséis años de servicio nunca experimentó eso de sentirse asi... tan cerca, apiadado... nostálgico de algo indefinible... comprometido emocionalmente.

- ahora te lo traen...

- se siente bien...?

- me está jodiendo una contractura en el hombro derecho...

- nada que un buen masaje no solucione... puedo...?

- probaría... pero imaginate esta situación... vos acusado de asesinato en primer grado, con premeditación y alevosía... yo a cargo de la investigación... entra el oficial de turno con un café caliente que no quema, una bandeja de magdalenas y te encuentra dando un masaje descontracturante en mi vieja y resentida espalda...

Ariel comenzó a reirse a carcajadas que le costó contener... su tentación lo superaba... Arregui se contagió... eran un padre y un hijo riendo por el recuerdo de una anécdota hilarante compartida, dos viejos amigos colmados de placer que la risa siempre permite... la fiesta terminó cuando el oficial Bermúdez ingreso al gris con lo solicitado...

- permiso señor...

- pase oficial...

por más que intentaron disimular y apretar en sus gargantas la carcajada emergió desde las profundidades de sus estómagos... insoportable... ambos tomados de sus vientres se revolcaban en mas risotadas...

- retírese Bermúdez

- Bermúdez...

El oficial desconcertado no sabía si atender al llamado de Ariel.

- si...

- si dejaras de preocuparte por lo que no es... podrías proyectarte segurísimo de que serás uno de los hombres más felices de esta tierra... tenés familia Bermúdez?

- Si.

- Y tu mujer te ama?

- Creo que si...

- Ves lo que te digo... no dudes, afirmá... y que te falta???

- Unos mangos más para llegar cómodo a fin de mes...

- Despreocupate... lo que está asignado para uno, llega cuando menos lo esperás... quitá ese gesto amargado... y andá acostumbrándote a ser feliz... se siente muy bien...

Tras las palabras que cruzaran Ariel y el oficial, Arregui pudo ver una lágrima sin fundamentos que se deslizó por las mejillas de ambos, el oficial terminó por sonreírse, sorprenderse y salir disparado de allí...

- Ya que no voy a poder darle un masaje... le recomiendo esta píldora...

Nada había en las manos de Ariel, sin embargo insistió en que el detective accionara el consumo de esa pastillita imaginaria... Arreguí, compadecido ante tal desquicio optó por quitar de ente los dedos de Ariel el comprimido irreal y jugar... se llevó los dedos vacíos a la boca... bebió agua de un vaso inmaterial y trago nada...

- es usted un hombre de fe...

- se te enfría el café...

- volvemos no?

- Si querés... ya no recuerdo donde quedamos...

- En que fui a su casa...

Una colibrí se posó sobre la claraboya de la celda... dispuesta a seis metros del suelo en línea vertical ascendente, la luz que filtraba por los escasos veinticinco centímetros de lado, se potenciaba con los colores del plumaje...

(continúa)

Texto agregado el 12-09-2006, y leído por 156 visitantes. (0 votos)


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