Un Avestruz había venido de turista a visitar la Argentina y se encontró perdido en el medio de la pampa a la sombra de un viejo ombú, donde un Ñandú descansaba de la tórrida siesta de verano.
Se miraron como reconociéndose y la vez desconfiados: eran parecidos pero no iguales. 
El Ñandú pensó para sus adentros: "Que ñanduzazo mas grande este extranjero!" y lo saludó cortés "Hola señor Ave Struz" (será alemán el bicharraco este?) 
El Avestruz por su lado no pudo ni decir "ñandú" porque no hablaba guaraní asi que dijo "hola extraña garza de las praderas" con un acento medio africano... "Sabe Usted como puedo llegar a Buenos Aires?"
"No..." Dijo simplemente el Ñandú con su parco acento de bicho del interior, a lo que el Avestruz molesto respondió: "Como puede ser que sea de aquí y no sepa el camino a Buenos Aires!"
"La verdá no sé" dijo el Ñandú sin estresarse "nunca he ido a esos Aires que Usté dice" 
El Avestruz acalorado, sediento y fuera de sí lo increpa al Ñandú: "Además de bajito, feo, y con poca gracia es usted medio estúpido!"
"Será" responde el Ñandú "pero yo no estoy perdido" tras lo cual shhhhhaa!! pasó un enorme Yaguareté a la carrera llevándose al Avestruz entre los dientes, mientras el Ñandú masticando unos piquillines pensaba para sus adentros: "Demasiau vistoso el traje del gringo..."