Caminando con mis amigos de clases (como es de costumbre en mi vida)… por el centro de santiago, después de haber salido de una maldita clase de mi universidad, uno de mis compañeros se percata de algo que ni siquiera nosotros nos habíamos dado cuenta.
A la salida del metro se encontraba un hombre, mendigo por lo demás… esta allí, hambriento, sucio, cansado de vivir. Que en el momento en que mi amigo que tenia como seudónimo Conejo lo queda mirando fijamente a los ojos, yo mire a mi amigo conejo porque me extraño algo en el.
Mi amigo en un momento como que se quedo pasmado pero a los pocos segundos siguió caminando, solo hasta un momento.
-¡Conejo! Le grita el mendigo

Mi compañero y amigo por lo demás, se dio vuelta muy extrañado por lo que estaba pasando. A los pocos minutos nos dimos cuenta que el mendigo que le grito el seudónimo a mi amigo era nada mas ni nada menos que uno de los mas queridos profesores que teníamos cuando íbamos en la enseñanza media.
Nos contó que le había sucedido… ya que después de tener una hermosa familia, casa, auto, dinero, una profesión sumamente estable se encontraba siendo un…. Mendigo.

Finalmente el asunto era que… un día llego a su casa y encontró al pololo de su hija revolcándose con su esposa, cayo en una depresión tan grande que comenzó a beber alcohol y de hay no salio. Hasta que cuando despertó se dio cuenta que ya estaba convertido en nadie.
Fui al almacén más cercano, le compre pan, galletas, jugos. Nos sentamos a su lado a hacerle compañía y a darle de comer por supuesto. Allí nos quedamos hasta las 5 de la mañana del otro día.
Y sí, pase frió, hambre, angustia, pero sin embargo fue la experiencia más hermosa que eh tenido. Después de eso… nunca mas lo volví a ver.