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Inicio / Cuenteros Locales / agastin59 / LA ESENCIA DE LA VIDA

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La noche era oscura, negra como una pesadilla escrita por un demente,la lluvia golpeaba todos los rincones de la ciudad, la galerna martilleaba con miles de gotas de agua los inmuebles y mobiliario de una ciudad dormida, el aire atizaba con violencia todo lo que encontraba por su camino. Los contenedores de basura, bailaban dando vueltas con la melodía de un aire brutal, bolsas vacías revoloteaban por las calles siguiendo un silbido casi mágico, frente al edificio Kursal se escucha el paso rápido de unos tacones que golpean el suelo mojado de una acera encharcada,la silueta negra es movida por la violencia de un aire que no pide permiso,no valen paraguas, solo ropa apropiada para una lucha sin cuartel que te cala hasta los cimientos de tu cuerpo, al pasar por el puente de la Zurriola la persona se tiene que agarrar a la baranda por una fuerte sacudida que siente en su cuerpo, como si unos brazos invisibles la quisieran tirar aun rió enloquecido que se junta con su aliado el mar.
La gabardina se le arrapaba al cuerpo como una pieza de ropa muy ajustada,y en otras ocasiones era zarandeada como una bandera apunto de romperse, el cuerpo de aquel hombre inclinado hacia delante luchando contra los elementos, te demuestra lo frágil que es el ser humano, paso a paso lo fue atravesando con el esfuerzo de aquel que sube una cumbre de miles de metros por encima del nivel del mar. Seguía caminando con paso firme y dejando tras de si la calle Okendo, la Avenida de la Libertad, la calle Hondarribia hasta llegar a los arcos techados de la calle San Martín, frente la iglesia del Buen Pastor de San Sebastián. La espalda de aquel hombre dejo escapar un ruido al apoyarse en la pared de una tienda de antigüedades, la humedad que tenia en su cuerpo se deslizaba por su prenda exterior calada sin piedad, un reguero de agua
yacía bajo sus pies, de repente unos gemidos se escaparon de su boca mojada, aparto la gruesa capucha de su rostro y dejo ver su cara blanca como la cera, apenas se tenía en pie, se desabrocho la gabardina y saco su brazo izquierdo que goteaba sangre mezclándose con el charco del suelo, la herida era profunda, de un disparo que reventó su carne y sus venas locas de sufrimiento escupían su sabia roja como si les sobrara, se dejo caer casi en cámara lenta con su espinazo lijando la vieja pared y se quedo sentado con las piernas abiertas y la vista perdida en el reloj de la catedral, marcaba las tres de la madrugada, no pasaban coches, no habían viajeros nocturnos, se encontraba solo en la noche, pronto el suelo se quedo enrojecido y el rodeado como una isla en su propia sangre, notaba nauseas, mareo, perdida del control y la razón, cerro los ojos y una catarata de imágenes mojo su cerebro atormentado, le vino a la mente el hombre que lo contrato, el dinero que le prometió, el viaje que izo hasta Francia, a San Juan de Luz y el laboratorio que tuvo que encontrar a las afueras en la Rue Amaud Massy, le vino un eco profundo que recorría sus oídos internos, era la voz de un individuo sin rostro dibujado solo por sombras en un lugar de cita, repleto de oscuridad y por algún vehiculo que pintaba con su luz pinceladas dantescas a su paso cercano aquel lugar. ¡Bien señor Azul!, el trato es el siguiente: tiene que ir hasta la dirección que pone este papel, introducirse clandestinamente en el laboratorio Boutran y coger L'essence de la Vie, la esencia de la vida en español, este descubrimiento es lo último en alta tecnología, es el futuro de la humanidad, el hombre
le explicaba emocionado y casi tartamudeando las virtudes de aquel elixir. Los mareos no remitían un sudor frió rebozaba todo su cuerpo, cada vez su piel se tornaba mas blanquecina, la esencia de la vida pensó dejando escapar una sonrisa acompañada de tos, ¿y la mía? se marcha rápido en forma de un rió rojo, se saco del bolsillo interior un frasco de cristal muy bien tapado, hermético, de un color púrpura clarito y pensó
que si había valido la pena salir a toda prisa de allí, saltar la verja y recibir un disparo del guardia de seguridad, y escapar por los pelos gracias a un camión que lo trajo hasta Donosti, ahora el dinero quedo en un segundo plano y tenia que arriesgarse y probar lo que le dijo su contratante. Mire señor Azul si es cierto el descubrimiento con una gota de este potente liquido el cuerpo se regenera al instante, las heridas se cierran, el cáncer se cura, los tumores desaparecen, el hombre nacería nuevamente regenerado y sano, por eso quiero que me traiga el elixir de la vida el que pega primero pega dos veces. Las palabras rebotaban en su cabeza, regenera, regenera, sano, sano, sus manos temblaban por una bala incrustada en su ser, el miedo a lo desconocido y la muerte que presentía como una sombra arañando su alma, todo aquel cóctel lo convulsionaba y lo estremecía hasta el punto que le vino una buena dosis de valentía extrema, abrió como pudo el frasco y se tomo un buen trago de brebaje púrpura el resto
se lo roció por la herida de bala, la cabeza le daba vueltas, pensaba que no tenía mas sangre dentro de su cuerpo, bajo el brazo lentamente y dejo escapar el frasco que se deslizo suavemente entre sus piernas y fue a parar a un mar de sangre y agua, parecía que hubiera botado un pequeño barco de cristal y se fuera flotando a la deriva de un sufrimiento viscoso, de repente sus ojos parecían querer salir de sus cuencas, la herida comenzó a cerrarse, no daba crédito a lo que estaba ocurriendo, la punta de la bala comenzó a salir expulsada por su brazo, la agarro y se la quedo mirando fijamente mientras el orificio sanaba milagrosamente, aturdido comenzó asentir en su cuerpo unas sacudidas que mas tarde se convirtieron en convulsiones hasta el punto que su cuerpo quedo tendido en el suelo, visto desde el techo de los arcos parecía un cuadro abstracto, tirado en aquel baño de sangre sus brazos y piernas habían pintado manchas extrañas por la fricción de los temblores y de las sacudidas brutales, la ultima agitación hizo que su espalda se retorciera creando un puente, y por su boca lanzo un grito estremecedor y soltó un rayo de luz púrpura fosforescente, mas tarde llego la calma total y un pensamiento minúsculo le pasó rozando la poca conciencia que le quedaba, las palabras que le dijo aquel comprador sin escrúpulos… con una gota de este potente liquido el cuerpo se regenera al instante… una sola gota y el se tomo casi todo el
frasco como si hubiera tomado un lingotazo de vodka para quitarse el frió, lo ultimo que sus ojos vieron fue la bala que dejo caer cuando se le fue el ultimo suspiro de vida. Las sirenas y luces daban un baño de ajetreo a la plaza, la policía puso la típica cinta entre las columnas como si estuvieran montando un cuadrilátero de boxeo,las bolsas de plástico se fueron llenando de pruebas, una camilla recogió el cuerpo
casi vació de sangre, se retiraron las cintas y las mangueras hicieron su trabajo de limpieza a fondo. Son las diez de la mañana bajo los arcos del edificio las tiendas suben las persianas y un bullicio de gente corriente se mueve como hormigas, la vida cotidiana continúa y no dejara de hacerlo por muchas L'essence de la Vie que algún laboratorio invente, unos restos de galerna golpean las columnas de los arcos.

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Los sueños de los hombres que quieren jugar a ser dioses, el dinero, las carreras por ser los primeros para ganar dinero, para controlar el poder, piensan realmente en curar,La esencia de la Vida la querrían repartir entre los ciudadanos o por el contrario solo estaría en manos de unos pocos. Tu esencia diaria eres tú mismo, lucha, cuídate,y disfruta de tus ratos de ocio, quizás con los años esa quimera sea posible, la única esencia hoy día es la del AMOR.

Texto agregado el 14-01-2008, y leído por 79 visitantes. (0 votos)


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