Estaba en el último año de colegio cuando, un compañero de clase al que no le gustaba demasiado ir por allí, le preguntó a la profesora de Lengua Castellana: "Maestra. Si nosotros ya sabemos leer y escribir. Si también sabemos hacer cuentas. ¿Por qué tenemos que seguir estudiando?". A lo que ella contestó: "Pues porque hubo un tiempo en que los analfabetos eran aquellos que no sabían escribir su nombre, y tenían que firmar con una X. Después se consideró analfabetos a los que no sabían leer ni escribir. Y ahora se considera analfabetos a los que no entienden lo que leen. Por eso estamos aquí."

Aunque no seamos conscientes de ello, ahora se escribe más que antes. Pero se escribe peor. La introducción de los PCs y los teléfonos móviles en nuestra vida cotidiana ha "obligado" a mucha gente a escribir en su tiempo de ocio. Programas chat, mensajería instantánea, SMSs, redes sociales, e-mails, foros... hasta los juegos online de cualquier tipo necesitan chats para sus usuarios. El problema es la dejadez que se observa a la hora de escribir, que después se traspasa a otros ámbitos.

Parece que a la gente se le olvida que el objetivo del lenguaje es comunicar, que más bien se divierten escribiendo jeroglíficos que tardaremos varios minutos en descifrar. No entienden que para escribir correctamente hay que habituarse a escribir correctamente SIEMPRE. A lo mejor en este momento estoy chateando con un amigo y no importa que cometa un error y me falte una 'h', o confunda 'b' con 'v', pero quizás mañana tenga que escribir un curriculum. En ese momento mis malos hábitos se plasmarán sobre mi vida laboral, y seguramente no consiga el empleo.

Ahora con internet es muy fácil escribir nuestra opinión en cualquier sitio. Todo el mundo es capaz de opinar y de tener una postura sobre cualquier tema. Eso ha pasado siempre. Pero cuando se escriben, y se escriben mal, yo soy incapaz de leerlas, me empiezan a doler los ojos. No puedo tener en cuenta la opinión de alguién que comete tres faltas de ortografía cada diez palabras. Siento que esa persona no se ha esforzado para explicar su opinión. No merece mi atención ni mi tiempo.

Escribir es una tarea que requiere esfuerzo. Incluso para aquellos escriban con frecuencia, es normal tener dudas sobre alguna palabra (para eso están los diccionarios), o que no encuentren el término para describir un concepto. Lo que pasa es que no nos esforzamos.

La técnica del "copy-paste" es otro de los malos hábitos que ha surgido gracias a las nuevas tecnologías. En muchas ocasiones se copia sin leer lo que se copia ni leer lo que se ha pegado. Recientemente encontré tres párrafos repetidos en un libro que había sido escrito por catedráticos de una universidad de renombre y publicado por una entidad bancaria. ¿Es que nadie lo leyó antes?

Lo más preocupante es haber conocido gente que defiende el nuevo lenguaje surgido de los chats y los SMSs como el "español del futuro". No se dan cuenta que nuestro lenguaje es ambiguo por naturaleza y que es totalmente dependiente del contexto donde se aplique. Si además se le añade la pobreza léxica que ellos promocionan, no quedará prácticamente nada. En mi opinión, y creo que no me equivoco, ellos serán los "analfabetos del futuro".

¿Qué hacemos antes de salir de casa? Nos aseamos, nos vestimos, nos peinamos, nos perfumamos... Intentamos que aquellos que nos encontremos vean una buena imagen de nosotros. ¿Por qué no hacemos lo mismo cuando escribimos? Al escribir también se muestra una parte de nosotros a los que nos leen. Que cada cual lo haga lo mejor que pueda.