No soy apto para surcir ideas, no soy apto para detener la lluvia. Me pregunto sin obtener respuesta si algo de toda esta escena vale la pena.
-¿Me gusta jugar a la alegría? claro que si.
-¿Vale la pena?,... soy un ojo vacío, con una cuenca llena de vacíos, llena de esperanzas jóvenes...

Llueve de nuevo, a diferencia de ese otro, yo tengo algo a mi favor, no estoy tan muerto, el problema parte ahí, por que el tiempo sigue, no nos espera, no nos aguanta un pelo de retraso para contemplar un anochecer, la vida es una amante escurridiza, cuando crees que la tienes...

JA! si claro, no me digas que eres de esos satisfechos, deja que me ría, deja que me ría...

El ser humano, el ser un ser vivo, ¿vivo!, quizas somos todos invenciones trasnochadas de Kafka, hasta ahí nos llega la autosuficiencia aunque sería más sencillo arrepentirse, rendirse, dejarse llevar. Incluso si así fuera, la escena creo no está tan mal... si, si, hay tragedias por todas partes, para recordarnos que hasta nuestra carne se desmenuza cada día que pasa, pero de todos modos, no es tanta la pérdida de tiempo, no vale tan poco ese momento.

Hay veces que me piden que me ría y no me río, no se puede, y cuando no me lo piden no puedo parar de reír y es que es tan gracioso, se llega a agitar el pecho! la increible sensación de estar con vida y bueno... esos días vale la pena, la vale de veras.